Saludcoop con las ambulancias en Ibagué, Tolima. Foto Nelosi |
Causa estupor el presunto negociado que viene desarrollando la saludcoop de la calle 60 en Ibagué (Tolima), con las ambulancias en contra de los familiares de los pacientes que a diario llegan allí en busca de aliviar sus dolencias.
Todo indica que hay un negocio perverso entre esta prestadora de salud y las ambulancias, en la que obligan a los familiares de los pacientes a pagar fuertes sumas de dinero para ser trasladados a otros centros asistenciales.
Para la muestra un botón, dice el adagio popular. Durante el transcurso de la presente semana un paciente necesitaba ser trasladado a un examen urgente nada más y nada menos para determinar una cirugía. Mientras el paciente se retorcida por los dolores, los funcionarios competentes insistían en que estaban esperando la ambulancia para transportarlo rápidamente al hospital regional Federico Lleras Acosta. “Es cuestión de minutos”, decía la responsable.
La espera se hacía eterna y nada que llegaba la ambulancia. Sin embargo, varias ambulancias permanecían estacionadas a la entrada de saludcoop. Ante la espera, un familiar del paciente se atrevió a decir que qué habría que hacer para que llegara la ambulancia. La respuesta de la funcionaria fue clara y directa: “Sería que contratara una”. “¿Cuánto vale?”, preguntó nervioso el familiar del paciente. “Solo $80 mil pesitos”.
Angustiado el familiar ante el drama del paciente canceló y al instante la ambulancia estuvo disponible. Indagando con algunos funcionarios sobre esta situación, especialmente los que autorizan el traslado de los pacientes y el mismo movimiento de las ambulancias, nos informaron que el paciente no está obligado a cancelar un solo peso por este servicio, por cuanto este depende directamente de saludcoop.
En varias oportunidades hicimos la misma pregunta y siempre obtuvimos la misma respuesta: “El paciente no debe cancelar un solo peso por el traslado, eso es responsabilidad de saludcoop”.
Sin embargo, la realidad es bien distinta. Al decir de las personas que van a este saludcoop, hay un negociado corrupto en el cual los familiares de los pacientes vienen siendo explotados ilegalmente. “El que venga a saludcoop de la 60 debe traer buena plata, de lo contrario, está condenado a morir de dejación”, dijo otra familiar de un paciente que hace rato está allí.
La salud un negocio en Colombia. La salud envuelta en las tinieblas nauseabundas de la corrupción gracias a la ley 100 de 1993, obra del hoy senador del Centro Democrático Álvaro Uribe Vélez. Obra también del capitalismo salvaje, sistema que vino al mundo chorreando sangre y lodo por todos sus poros desde los pies hasta la cabeza, anotó el filósofo materialista, Carlos Marx.
Fruto de esa terrible realidad continúa en Ibagué y seguramente en muchas ciudades del país, el paseo de la muerte. Hay funcionarios inescrupulosos traficando con el dolor ajeno, con la complicidad de un régimen criminal, salvaje e inhumano. Se trafica a diario hasta con la salud. Es la dinámica malvada del neoliberalismo que todo lo ha convertido en mercancía. ¿Qué hace la súper salud? Al decir de muchos y muchas: “Nada es nada”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario