Nelson Lombana Silva. Foto: @onda1470 |
Ayer, tuvimos la oportunidad de debatir cara a cara con el Centro Democrático en la ciudad de Ibagué (Tolima), durante una hora a través de la emisora Ondas de Ibagué, programa periodístico conducido por los reconocidos periodistas René Rodríguez y Roger Jiménez.
Fue un ejercicio político supremamente interesante sobre el cese bilateral y definitivo de fuegos entre las Farc – Ep y las fuerzas militares defensoras del régimen capitalista, lo mismo que el acuerdo final y definitivo también acordado en la Habana (Cuba).
Por el Centro Democrático participó el doctor Emmanuel Arango Gómez, ex candidato a la alcaldía de Ibagué y miembro de la dirección regional de esta organización política de extrema derecha. La doctora Laura Inés Castro, ex directora del semanario Tolima 7 Días ya desaparecido y quien escribe esta nota como miembro del comité central y secretario general del Partido Comunista Colombiano en la ciudad musical de Colombia.
Como era de esperarse, el doctor Emmanuel Arango Gómez, disparó verdaderos misiles contra el acuerdo final, pretendiendo sembrar pánico y duda entre los radioescuchas durante el desarrollo del intenso debate.
Comenzó de una manera curiosa y embaucadora, afirmando que esa organización política había ordenado a su militancia el estudio detallado del largo, complejo y peligroso documento.
Dijo que había hecho una primera lectura y que desafortunadamente no había encontrado cosas positivas, pero en cambio sí cosas muy negativas y preocupantes. Entonces, comenzó a sacar frases del documento final, colocándolas fuera de contexto. Por ejemplo, que 3 mil hectáreas de tierra serían obtenidas despojando al campesino de sus tierras.
Además, señaló que con ese acuerdo especial lo colocaba por encima de la jurisdicción colombiana, lo cual era supremamente grave. Que Santos le seguía mintiendo al país, que había dicho que no le entregaría una sola curul a la guerrilla, ahora hablaba de diez, pero en realidad eran 26.
Insistió en que el pueblo colombiano debería votar no en el plebiscito apresurado programado para el 2 de octubre.
Por su parte, la doctora Laura Inés Castro, con criterio liberal defendió el Sí por el plebiscito y aportó elementos importantes para refutar la sarta de mentiras y calumnias por parte del Centro Democrático. “Son ustedes monotemáticos, solo saben decir No repetir maquinalmente sin reflexión política”, señaló.
A la afirmación de que la paz era muy costosa, la doctora Laura le mostró con cifras lo contrario. “Es más costoso hacer la guerra”, dijo.
Dijo también la ex directora de Tolima 7 Días que lo preocupante era el texto tan largo, la poca capacidad de lectura del pueblo colombiano, la utilización de términos especializados y el poco tiempo para hacer la respectiva pedagogía. “Mucha gente tendrá que votar el acuerdo sin haberlo leído en su totalidad como sería lo ideal”, subrayó.
Nuestra opinión como Comunista es que el cese bilateral y definitivo era de singular valor para un pueblo que ha sido empujado por la clase dominante a una guerra fratricida durante más de 50 años en los últimos tiempos.
Solo se opondrían a un acuerdo final de esta naturaleza los que viven de la guerra, los que nunca van al campo de batalla y los que piensan que eternamente están determinados por la divina providencia a mandar, mandar y mandar. Eso para no decir que se está demente al llamar a rechazar esta gran oportunidad de construir una paz justa y duradera para que sean los hijos los que entierren a sus padres.
Dijimos también que votar Sí el 2 de octubre es votar por la vida, por la esperanza, por la alegría; votar No, es votar por la muerte, la tragedia, la zozobra y la incertidumbre.
Si bien los medios masivos de comunicación no han sido lo suficientemente generosos para dimensionar la importancia de votar el plebiscito, existe poco tiempo y el documento resulta un tanto extenso, el pueblo colombiano se viene liberando de los oprobiosos aparatos ideológicos y represivos de la burguesía. Es más: Ha sufrido en carne propia 50 años de guerra. No se la han contado. La ha sentido en una forma dramática. Por lo tanto, no desaprovechará esta oportunidad de convalidar el fin del conflicto armado en Colombia.
La afirmación del Centro Democrático de criticar la presencia de algunos jueces extranjeros durante la justicia transicional en el proceso, la refutamos diciendo que el que menos tenía autoridad moral y política para hablar de soberanía nacional era, precisamente, el Centro Democrático en cabeza de su jefe Álvaro Uribe Vélez, por cuanto durante su sucio y criminal mandato de ocho años, entregó en bandeja de plata la soberanía nacional a los Estados Unidos a través de casi 14 bases norteamericanas.
También afirmamos que la guerrilla de las Farc – Ep le cumplió al país, le cumplió a la comunidad internacional y le cumplió a su ideología revolucionaria. La guerrilla no se va a desmovilizar, se va re movilizar por cuanto el plan estratégico sigue vigente. Deja la lucha armada y sigue la lucha ideológica y política. Al fin tendrán las posibilidades de expresar públicamente su pensamiento, su ideología, que es la ideología real del pueblo colombiano, que ha sido infamemente desconocida, silenciada, ignorada y tergiversada flagrantemente por la clase dominante.
No habrá impunidad. Y a eso es lo que le teme Uribe. Es el pánico que le asiste y por eso en su ocaso inexorable patalea pidiendo guerra y más guerra. Por eso, doctor Emanuel Arango Gómez, si usted lee tranquilamente el acuerdo final, sin apasionamiento seguramente será el primero en votar sí el plebiscito el 2 de octubre.
Finalmente, hicimos la siguiente precisión: Santos y Uribe pertenecen a la misma clase social. Por lo tanto, hablar de grandes contradicciones de fondo es realmente una mentira, un sofisma de distracción. En segundo lugar, votar sí en el plebiscito no es propiamente apoyar a Santos, es sencillamente apoyar la paz con justicia social. En tercer lugar, hay que hacer pedagogía, estimular la lectura total del documento final. Abrir el debate en el barrio o en la vereda, en la cuadra o en el centro de trabajo. Mejor dicho: En todas partes. El Sí es vida, el No es muerte. No hay términos medios.
Más o menos, así fue el debate radial escenificado ayer en la ciudad de Ibagué (Tolima).
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