viernes, 16 de septiembre de 2016

X Conferencia guerrillera fariana en los llanos del Yarí

Por Nelson Lombana Silva


Todas las miradas convergen hacia los llanos del Yarí, donde se desarrolla la X Conferencia Nacional de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (Farc – Ep). No es para menos. Las conclusiones finales afectarán para bien o para mal el rumbo de la lucha revolucionaria en las venideras décadas en este país sudamericano, que está a punto de salir de una larvada guerra que supera los 50 años, por la intransigencia de la clase dominante.



Será una conferencia histórica, tal como lo fue la primera y las demás. En cada una de ellas hubo ingredientes nuevos importantes que se aprobaron después de ardua y democrática discusión. Todas ellas fueron acertadas, por cuanto pudieron resistir la embestida demencial del régimen, el cual utilizó hasta los métodos más innobles para hacerlas desaparecer de la faz de la tierra, pero no pudo. Utilizó la salida militar con la intromisión directa de los Estados Unidos e Israel. Combinó de forma aberrante todas las formas de lucha, pero la insurgencia fariana asimiló sus traspiés y se mantuvo enhiesta durante largas y azarosas décadas de terror. No fue fácil imponer la salida política dialogada, como lo propuso en su momento el Partido Comunista Colombiano, pero finalmente se impuso y gracias a ello se ha firmado un acuerdo de paz estable y duradera.


La primera conferencia fue en 1964, realizada en la región de Riochiquito, bajo la dirección de los compañeros: Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas y Hernando González, entre otros. Se hizo cinco meses después de la demencial operación contra la región de Marquetalia. Se constituyó el bloque sur y se dinamizó un plan político – militar para enfrentar la rancia oligarquía colombiana y el imperialismo norteamericano. Se planteó la reforma agraria. 


Así asimilaba 48 campesinos el plan anticomunista estadounidense denominado: “Latín American Security Operation”, más conocido como “Plan Laso”.


Este se había desarrollado por la intriga del parlamentario Álvaro Gómez Hurtado y otras hierbas del establecimiento, con el truculento cuento de las supuestas “repúblicas independientes”. La agresión comenzó el 27 de mayo de 1964, siendo presidente de la república Guillermo León Valencia, el segundo presidente del auto denominado por la oligarquía Frente Nacional.


Esta demencial invasión militar en cantidad superior a los 10 mil hombres por aire y tierra, con tecnología de punta del momento, estuvo antecedida de otras agresiones, como la presentada el 8 de enero de 1962, cuando el gobierno agrede la región de Marquetalia.


17 al 23 de septiembre de 2016, se desarrolla la décima conferencia, reafirmando así la dinámica orgánica y política esta organización guerrillera. No hay que ser adivino para decir que el tema central será el acuerdo final suscrito con el gobierno Santos. Sus repercusiones y la nueva dinámica del movimiento guerrillero. Las Farc – Ep, seguramente se transformará, será objeto de una metamorfosis sobre todo en la forma de actuar, por cuanto seguramente el plan estratégico seguirá vigente: La toma del poder y la construcción del Socialismo.


Todo indica que el proyecto fariano ni se compra, ni se vende, pero sí se transforma cualitativa y dialécticamente. Se abre paso por otros caminos pero con la misma convicción, los mismos principios que inspiraron su levantamiento y origen en 1964.


Pero la expectativa no es solamente de los colombianos. Hay también en el ámbito internacional mucha expectativa por la nueva dinámica que asumirá las Farc – Ep y desde luego, por la postura del gobierno nacional y la clase dominante. ¿Cumplirá Santos lo pactado? Es la pregunta del millón.


De otra parte, hay una nueva realidad para la izquierda colombiana. Ojalá demuestre talento, pero sobre todo, madurez política para interpretar correctamente el momento político. Profundizar la unidad y crear las condiciones de ser opción de poder, son los elementos claves de la hora. La izquierda no puede seguir siendo una colcha de retazos. Así nunca será poder. El camino expedito del poder está fundamentado en la unidad dialéctica y política con visión de cambio. Se urge el hombre nuevo, como diría Ernesto Che Guevara. Se urge la sociedad nueva, la cual se construye si hacemos la labor del orfebre, sin protagonismos vacuos de ninguna naturaleza. Siguiendo las huellas del marxismo – leninismo y el pensamiento martiano. Es decir, si hacemos coincidir la teoría con la práctica, porque, evidentemente, no es suficiente con decir, hay que hacer.


Bienvenida la décima conferencia fariana. Que salgan las mejores conclusiones. Suerte y pulso.  



 

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