Alejandro Martínez García, estudiante colombiano que permaneció diez años en Venezuela. Foto Nelosi |
“Habrá para rato revolución bolivariana en Venezuela”, señala Alejandro Martínez García, colombiano, natural de Líbano (Tolima), que se ganó una beca para profesionalizarse, permaneciendo una década en la patria del libertador Simón Bolívar.
Durante este período pudo conocer por dentro el proceso revolucionario que inició el comandante Hugo Rafael Chávez Frías y que continúa con talento y coraje el presidente Nicolás Maduro Moros.
Hay crisis no por la capacidad de la revolución de responder por el pueblo venezolano, sino por el acaparamiento de los alimentos por parte de los empresarios, la oligarquía con la acción entrometida de la CIA y demás aparatos imperialistas y neocolonialistas de los Estados Unidos.
El proceso revolucionario transformador, avanza y avanza con seriedad gracias a la obra inmortal del comandante Hugo Chávez y a la lealtad del presidente Nicolás Maduro Moros, quien fiel al pueblo y a las directrices del asesinado presidente Chávez, se ha mantenido firme y consecuente, enfrentando con dignidad la arremetida virulenta de la oligarquía, el imperialismo norteamericano y los medios masivos de comunicación en el marco del plan “guerra de cuarta generación”, plan diseñado y desarrollado por la CIA.
Alejandro Martínez García, a la edad de 22 años de edad, tuvo la oportunidad de viajar a este país y permanecer allí diez años. Lo hizo al ganar una beca, profesionalizándose en Gestión Social del Desarrollo Local, con énfasis en planificación estratégica para el Desarrollo, estudios adelantados en la universidad Bolivariana de Venezuela, sede Maturín.
Tuvo la feliz oportunidad de conocer el proceso por dentro. Sentirlo en carne propia. Sin la mancha maculada de la acción mediática. De alguna manera hizo parte del proceso que se viene desarrollando dialécticamente. Se declara admirado y optimista. Siente que el proceso es humano, está encaminado a defender los intereses del pueblo, la soberanía nacional y la dignidad de la patria, mancillada por la clase oligárquica y los mismos Estados Unidos.
Se lamenta Alejandro de la posición infame de la burguesía colombiana, la cual se ha puesto al servicio de los intereses económicos de los Estados Unidos. Se destaca la vil postura del narco paramilitar Álvaro Uribe Vélez, quien estuvo acariciando la posibilidad de invadir la patria de Bolívar azuzado por los gringos. Prestó su territorio para instalar varias bases militares gringas apuntando contra el proceso bolivariano venezolano y latinoamericano.
Aunque la lucha es desigual, Alejandro se declara optimista. Sin embargo, advierte que los Estados Unidos acaricia un golpe militar directo, habida cuenta que ya viene manejando los denominados golpes blandos.
Para conocer más de cerca este proceso venezolano, en vivo y en directo, sin intermediarios, el doctor Alejandro Martínez García, le concedió este reportaje exclusivo a las páginas web: www.pacocol.org y www.semanariovoz.com. Al calor de un delicioso tinto, en la bella municipalidad de Líbano (Tolima), 120 kilómetros de Ibagué, al norte del departamento, en diálogo ameno, directo y sencillo, nos relató su experiencia por este país sudamericano y sus opiniones sobre el proceso:
- Alejandro Martínez García, natural del municipio de Líbano (Tolima) duró algún tiempo en la hermana república bolivariana de Venezuela. ¿Exactamente cuánto tiempo?
Yo viví exactamente diez años en la república bolivariana de Venezuela. Allí, realicé mi proceso de profesionalización a nivel superior y también gocé los privilegios de vivir en una sociedad como la naciente y gloriosa república bolivariana de Venezuela.
- ¿Qué lo motivó a irse para la república bolivariana de Venezuela?
Bueno, yo salí del país, básicamente, porque fui candidato a concurso por la beca del convenio Andrés Bello. Superé las pruebas e inmediatamente me aceptaron como estudiante internacional. Posterior a esto, también con los nacientes acuerdos de integración latinoamericana ALBA, fui estudiante internacional de Colombia ante los acuerdos internacional del ALBA.
- ¿Cuál fue su primera impresión de Venezuela? ¿Qué encontró de parecido y de diferente con su patria Colombia?
Más que diferencias, diría yo similitudes. Tenemos una similitud grande que es la similitud cultural; nuestra idiosincrasia continental es única y es prácticamente homogénea en todos los aspectos, empezando porque manejamos un nivel idiomático que es el habla español y eso nos caracteriza, pues nos hace más correlacionados en eso que llamamos desde la sociología, la vida cotidiana.
Sumado a eso, hay que añadir que la historia venezolana, es la historia de nuestra república, es historia del continente. La única diferencia es que yo provengo de la cordillera y al llegar a Venezuela me di cuenta que era más de costa. La idiosincrasia del venezolano es muy bonita, son muy amables, pero hay que saberlos llevar, es una expresión que ellos mismos manejan. O sea, entrar en contacto con ellos, es entrar en contacto con un universo cultural, empezando porque son los directos representantes de la etnia Caribe en el territorio, parte meridional, la parte sur del continente.
- Se dice que los venezolanos son perezosos. ¿Usted percibió eso?
No, no, yo no los puedo considerar así. Los venezolanos son laboriosos, son buenos amigos y son personas muy comprometidas con lo que tienen que vivir.
- Se dice usualmente que el venezolano depende en grado sumo del petróleo. ¿Es cierto?
Yo sí me atrevo a decir que en Venezuela su economía, es una economía basada en el petróleo. Es una economía mixta, de carácter rentista, porque el producto interno bruto de esa nación, depende de la producción petrolera, lo que pasa es que había que determinar cómo se da el reparto de las riquezas, cómo es el proceso de repartición de los bienes materiales para que todos como individuo de una sociedad, de un conjunto social puedan gozar de los beneficios.
Y Venezuela lo hizo muy bien, el proyecto de transformación revolucionaria lo hizo al punto de que dignificó las condiciones de los más humildes, de las personas menos beneficiarias de un proceso globalizador que ve a las personas como objetos, como mercancías. Ese reparto equitativo de las riquezas, esa justicia social, sí se ve. O sea, se ve y actualmente a pesar de que el país está enfrentando unas condiciones muy adversas, sí se puede decir que la gente sigue beneficiándose del proyecto de transformación.
- Va usted a Venezuela en momentos en que se eclipsaba la dictadura de la derecha de Carlos Andrés Pérez y demás patota. ¿Cómo siente o analiza este proceso de transición, de cambio?
Bueno, yo llego exactamente a Venezuela en el año 2007. Ya del año 1992 al 2007, en ese lapso de tiempo ya hay una Venezuela consolidada y constituida. Está el presidente y comandante Hugo Rafael Chávez en el poder, administraba el poder, gozaba de los beneficios de retribuir en bien social y en justicia social el pueblo venezolano.
Claro, siempre está la huella de ese pasado oculto, de ese pasado neoliberal, pasado bastante adverso para el ciudadano venezolano. El 27 de febrero, es una fecha clave para entender este proceso, porque este 27 de febrero se da un fenómeno social, una eclosión social, que conocemos como el “caracazo”.
Quienes vivieron ese proceso cuentan (porque muchos venezolanos que están en la vida política, en la vida social, en el ejercicio colectivo) esas trágicas historias en donde miles de personas fueron asesinadas por la dictadura de Carlos Andrés Pérez. Era una dictadura de corte neoliberal porque la eclosión social se da es precisamente cuando él firma el aumento y decreta que los Estados Unidos deben intervenir en la economía venezolana de forma más directa.
Ya se habían llevado todo el petróleo, pues Venezuela se quedaba solo con el 1 por ciento de la producción petrolera, lo demás se la llevaba las empresas transnacionales a los Estados Unidos. Se suma eso, que el nivel de la canasta básica aumenta, ya nadie puede comprar y bueno, el ciudadano venezolano se cansa de esa situación adversa y sale a la calle el 27 de febrero. Esa fecha ha sido muy fuerte, porque es como el inicio del proyecto revolución bolivariana. Ahí se gesta esa idea de no dejarse engañar del estatuto neoliberal y emprender una tarea desde la violencia en las calles de saquear el comercio y recuperar lo poco que tenía los venezolanos, que era de los venezolanos, pero en una política muy adversa, en unos acuerdos firmados con el banco mundial, con Washington, inmediatamente estaban despojando a la nación.
- Va usted a Venezuela en un momento en que hay un proceso social y político en ebullición de gran magnitud. ¿Iba usted preparado para vivir este gran proceso?
Bueno, voy a citar a Miguel de Cervantes Saavedra. Cervantes, en el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha: Sancho, viene a ser como la representación del alterego del Quijote, le dice en una de sus páginas al Quijote: “Quien mucho anda y mucho lee, mucho sabe”. Esa frase es de Cervantes.
Yo era un niño de 22 años cuando salí al extranjero. Llevaba todas las ambiciones de un niño de 22 años con el mundo. Primero conocer, primero viajar. Claro, para mí fue muy grato encontrar una geografía totalmente distinta. Y encontrarme con que había un líder que ponía en tela de juicio la condición de dependencia que siempre habíamos llevado y que llevábamos desde el año 1492 en adelante.
Se abre la perspectiva del mundo al interrelacionarme en la vida cotidiana con el quehacer de la vida venezolana. Voy entendiendo aspectos económicos, de lo social, de lo político, pero es sorprendente, de verdad que fue para mí muy sorprendente y sigue siendo sorprendente, porque la brújula ya no quería más marcar el norte y emprendió el camino fue al sur.
Venezuela ha sido eso. El lugar donde se ha gestado y donde se ha impulsado ese nuevo porvenir, ese nuevo futuro.
- ¿El Chávez que usted idealizaba, es el mismo Chávez que usted tuvo la posibilidad de ver a través de sus decisiones que a diario tomaba estando usted en este territorio venezolano?
Aquí en Colombia vivíamos una imagen muy denigrante del comandante Chávez, vivíamos una imagen muy ceñida a los intereses de los medios de comunicación burguesa.
Era inevitable ver cómo se burlaban del comandante Chávez y cómo cadenas internacionales como CNN lo ridiculizaban por su forma de ser, por su manera de pensar, como se expresaba.
Pero, en mi opinión era (sigue siendo porque es un hombre imprescindible, a pesar de que haya fallecido, la verdadera palabra es esa: Imprescindible), ¿Por qué? Porque cuando uno escuchaba a Chávez, cuando tuve la oportunidad de ver al comandante en el primer encuentro de estudiantes extranjeros. Cinco mil estudiantes de todas las nacionalidades del mundo, socializando sobre la política que estaban haciendo y que ya se estaba llevando a cabo en la república bolivariana de Venezuela, entonces cuando lo veo me causa demasiada impresión un hombre con una talla y un talento y además una estatura de casi dos metros con una voz que conforme llegaba al recinto ponía en tela de juicio todo.
O sea, yo lo comparo, si hago una comparación a la ligera, yo digo que él tiene todas las características de los oradores romanos. O sea, era un político que sabía, no desde la retórica y desde el ser sofista para engañar al pueblo, sino que llegaba y era demasiado ameno.
Él burlaba todo su séquito de seguridad para darle la mano a una persona que tu no podías imaginar que le iba a agarrar la mano a Chávez. Es tanto así que en las casas tú encuentras hasta las personas que le colocan velas como si fuera un santo.
La idiosincrasia cultural del venezolano está muy ligada a estos asuntos. O sea, Chávez sigue siendo, igual que Bolívar, su libertador. Ante momentos adversos como los que la república vive, no porque el Socialismo bolivariano lo impulse, sino porque hay una política, y eso hay que dejarlo muy claro, existe una política para generar una condición adversa sobre la nación.
Entonces, ver a este gigante, ver a este hombre imprescindible, es realmente algo muy glorioso. Para mí, fue muy grato. O sea, cada vez que escuchaba una cadena nacional, era un hombre que tenía la capacidad de pasar tres, cuatro, cinco horas, manejando el mismo nivel del discurso y no evadía el eje temático y no se salía de los cánones para poder decir ciertas cosas. Era demasiado pedagógico. Era tan pedagógico que podríamos decir que gozaba de ese bien y ese don, que solamente gozan las personas como él.
- ¿Cómo comienza usted a tener contacto con ese proceso revolucionario, a participar activamente de la revolución bolivariana?
Inevitablemente, yo tengo que tener contacto porque existe a nivel universitario existe una política y es que no existe la universidad si uno no va a la calle. O sea, no existe universidad si la universidad no se proyecta al mundo.
Yo como estudiante de la rama de las ciencias humanas, tenía como principio el estar dentro de la comunidad. O sea, nosotros manejamos la perspectiva del método no numérico, no cuantitativo, o sea, la parte cuantitativa la omitimos en algunas ciencias humanas, buscamos más la parte cualitativa, de fijarnos de las cualidades de las personas, cómo puede ser sujeto de transformación social estando en el medio.
Esa fue una política que siempre se impuso y siempre se nos enseñó. Ustedes van a ser los facilitadores de la masa en estos procesos, en un proceso de apoyo de los niveles primarios de organización y desarrollo. ¿Qué hacía uno? Uno tenía que irse y llegar al rancherío a conversar, a vivir, a sentir y palpar la realidad concreta con espíritu transformador.
Tengo una experiencia muy bonita. Fue que mi tesis de grado fue hecha en el campo. O sea, yo tuve que recolectar desde la etnografía, todos los datos problemas sociales, empezando porque la comunidad no tenía casas estructuradas como las conocemos. La gente vivía en ranchos de lámina, en ranchos de zinc. Todas las familias tenían que pasar por esas adversidades del clima, imagínese en unas temperaturas de 30, 28 grados y viviendo en un ranchito y sin tener el agua potable cerca.
¿Qué pasó? Al enfrentarse uno a esa realidad concreta, al tener los pies sobre la tierra, es cuando uno dice: ¿Qué hace el Estado por estas familias? Vamos a ver cómo es el proceso de política pública, entonces es cuando hace los enlaces y se da cuenta que el Estado sí está pendiente de sus comunidades.
El presidente comandante Chávez pensó cómo hacer la política pública más eficiente, más eficaz, entonces funda el programa de las misiones sociales. ¿Qué son las misiones sociales? Son instituciones pequeñas descentralizadas que van a los rincones inimaginables del país. ¿Con qué van? Con educación, con cultura, con alimentación, con deporte, con todos los servicios básicos.
Existe actualmente en Venezuela la misión barrio Nuevo, barrio tricolor, existe la misión cultura para el desarrollo, existe misión vivienda en Venezuela, que es uno de los proyectos más lindos y de verdad que eso dignifica a la familia, desde una casa digna y no solamente una casa porque tiene todos los elementos, la nevera, la cocina, sino además, qué piensa la gente cuando vive en un rancho y de repente viene la política social a mejorar las condiciones de vida.
¿Qué se le pedía desde la misión vivienda y desde estos proyectos de beneficio social a la población, o sea, salimos del rancho para qué, Para seguir en la política del rancho? No, salimos del rancho es para seguir a la política del desarrollo. Entonces, tú podías ver un consorcio entre Venezuela e Irán que empezaban a construir casas a gran escala, barrios enteros de casas. Y, ¿Quiénes eran los habitantes de esas casas? Pues eran las mismas personas que estaban viviendo en los ranchos.
Y llegaban y se iban a vivir al “rancho” con todas las condiciones dignificadas. Claro, algunas seguían con el rancho mental en la cabeza. Es innegable. Pero, ¿Qué pasa? Si yo dignifico las condiciones elementales para el desarrollo de los individuos y genero un lugar estable, obviamente mis hijos, así no cambie yo, van a cambiar mis hijos porque van a ver que las mejores condiciones de vida hacen cambiar al individuo. Y, ¿Quién hacía o hace eso? El nuevo Estado venezolano.
Claro, así como lo digo desde la misión vivienda, hay muchos proyectos y lo siguen habiendo.
- ¿Cómo se podría hacer un parangón con la realidad colombiana?
Nuestra república siempre ha tenido bastantes cosas buenas, muchas, muchas cosas buenas, pero también tiene cosas malas. Un de esas cosas que yo siempre he considerado mala es por qué existe pobreza extrema en Colombia y existe pobreza extrema rural, si somos un país agrícola.
O sea, qué está pasando en ese nivel primario para el desarrollo. Siempre me preguntaba eso. Le decía en ocasiones a mis compañeros extranjeros en territorio venezolano: Vamos a tener que esperar que Chávez pase la frontera a ver si mi nación cambia. Si mi nación les dignifica lo básico a los ciudadanos.
Sé que Colombia ha dado grandes alcances, grandes logros sobre todo en materia de educación, no sé si ya superamos la brecha de nivel de analfabetismo, no tengo el dato exacto.
- En Colombia no se ha superado el analfabetismo. ¿Cuál es la realidad en la hermana república bolivariana de Venezuela?
Bueno, si es el caso de Venezuela. Imagínese. Venezuela tenía tres misiones claves para educación: La misión Rivas, la misión Robinson, la tercera tiene que ver con el acceso a la universidad, a la educación superior.
¿Qué pasaba? Venezuela presentaba los índices más bajos en desarrollo y sobre todo desde la parte de la educación y la cultura. ¿Qué pasa? Viene la misión Robinson, que es el nivel primario, la básica para personas superiores a los 30 y 40 años. Viene un proyecto total e integral que recoge a esas personas que siempre quisieron estudiar y que fueron excluidas del sistema de educación. Ese es el nivel básico.
Posteriormente, esas mismas personas venían y entraban a la misión Rivas y posteriormente pasaban a la universidad.
Se ven casos donde una persona que no tenía nivel, estaba en el nivel cero de desarrollo a nivel de educación y llegaban a hacer parte del estatuto universitario, llegaba a ser un licenciado de la república bolivariana de Venezuela.
No todas las universidades apoyaban ese proceso. La apoyaban las universidades públicas que tenían carácter social y que querían beneficiar a la población. Ahí, está el caso: La universidad Central de Venezuela, que es la gloriosa alma mater, desafortunadamente está en manos de otras personas que no piensan en los pobres de Venezuela y no quieren que los pobres se superen.
La mayoría de la población que quería entrar a nivel básico de educación, inmediatamente lo hacía y lo hacía pasando por la misión Robinson, misión Rivas y después llegaba a la universidad.
Entonces, es un logro bastante bueno, porque podríamos decir: Se superó el nivel de analfabetismo y empezamos un proyecto nuevo de reconstrucción desde la educación de nuestra población.
Hay gente que está muy bien preparada y algunos hacen parte de la administración pública local en algunas ciudades del país y empezaron fue en ese proceso.
- Alejandro: Usted se enamora de ese proceso liderado por el comandante Chávez. ¿Qué le aportó ese proceso a usted en particular?
A mí me lo aporta todo. O sea, yo estudiaba en la universidad Distrital de Colombia, sede Bogotá. Pero, cuando tengo la oportunidad de viajar y tengo la oportunidad de entrar a ser parte del sistema de educación superior venezolano, yo digo: Ya me están dando todo.
O sea, por el hecho de que yo haya sido estudiante de convenio y haya visitado a ese país, porque alguna persona que lea esta entrevista dirá: Bueno, pero ese hombre está politizado al ciento por ciento, él va es a responder las preguntas a favor de Venezuela. Eso no es cierto.
Lo que sucede es que uno debe ser agradecido, y cuando uno es agradecido, uno tiene que reconocer los logros, uno no puede ir sesgado por el mundo. Ten dan la posibilidad de abrir tu perspectiva de mundo y vas a venir a contradecirte a ti mismo. Pues no. Somos seremos humanos y tenemos derecho a contradecirnos, pero en este caso yo no podría, no tendría sentido de responsabilidad con las palabras que otra persona seguramente va a leer y podría decir: Ese hombre viene demasiado político, demasiado politizado y todo lo bonito lo ve en Venezuela. No es así. Pero sí tengo que ser claro, preciso y concreto en que a mí me aporta todo. Es decir, el nivel de educación, el nivel de profesionalización, me aporta el conocimiento elemental de nuestra historia, por ejemplo, que no es una historia dividida y fragmentada. Un libro de historia venezolano.
Voy a citar por ejemplo Fernando Herrera Luque. Herrera Luque es un psiquiatra que escribe la historia del libertador, pero no escribe una historia del libertador como lo conocemos, como el héroe épico, que libró miles de batallas y liberó cinco naciones y además anduvo por todo el continente. No. Le pone también el lado humano a ese ser que llamamos Libertador.
Claro, es muy polémico la situación que él presenta. Algunos críticos llegan a decir de Herrera Luque que es un fabulador. En el vuelo de alcatraz, él narra – por ejemplo – los hechos del asesinato del general Piar, que son hechos políticos y que son considerados también en la historia negra de la república. Por qué cito este tipo de cosas. Porque yo no puedo ir por el mundo – repito – diciendo lo malo o criticando a los demás, sabiendo que me dieron de comer.
Yo también me senté en una casa con ciudadanos venezolanos, también comí mangos debajo de un árbol en el patio de una casa; también viajé, también compartí, también me comí una arepa, gocé de ese privilegio de estar en el conjunto y en el hecho social. Qué más glorioso que eso, de poder intercambiar conocimiento, poder asimilarlo y poderlo multiplicar.
Bueno, la tarea mía en este momento es esa. Dar a conocer, precisamente, los aspectos buenos y relevantes de una nación que está dada para el progreso, pese a las adversidades que presenta. Vuelvo y repito: Son adversidades infundadas y pensadas. Después tendré la ocasión de saber por qué. Bueno, si hay democracia y se puede decir.
- Todo eso le dio el proceso revolucionario venezolano. ¿Qué le dio usted a ese proceso revolucionario?
Bueno, yo qué le aporto. Digamos que le aporto en el sentido de poder sacar a la luz pública a una nación y poder dar testimonio verdadero y fidedigno de un proceso de transformación que se viene dando.
Mucha gente adversa, se dedica los comentarios mentirosos y malintencionados. Claro, nada mejor que ir al sitio de los hechos y los acontecimientos dice Walter Martínez, intelectual muy llegado a la revolución bolivariana, dice: Los acontecimientos se dan es en pleno desarrollo.
O sea, tanto yo como persona recibo de ella y me imagino que cientos de personas que tuvieron a mi lado y que compartieron conmigo, también gozaron del privilegio de que cuando me preguntaban acerca de mi país, yo gozaba de contarles que mi país era un Macondo, por ejemplo.
Era un Macondo lleno de gente bonita, un Macondo lleno de gente con esperanza, que a pesar de estar sometido a una guerra fratricida de 50 años, busca caminos para condicionar y estar mejor. Eso me parece que es.
A nivel de pensamiento, a nivel de lo real y lo concreto. Creo que la experiencia de solamente vivir, ser expectante, aprender el conocimiento de la vida cotidiana, en relación con los actores de la vida cotidiana, creo que eso es una correspondencia demasiado buena.
- Durante esa década que usted permaneció en Venezuela, ¿Permaneció en un solo Estado o tuvo la oportunidad de moverse por todo el país?
Bueno, porque era estudiante tenía algunas restricciones. Cuando podía y tenía el privilegio de conocer cumpliendo como ya lo dije, cumpliendo con la sentencia que le da Sancho al Quijote: Quien mucho anda, mucho sabe, quien mucho lee, mucho sabe. Andar e ir recolectando información era una tarea connatural.
Como experiencia puedo contar que éramos un grupo de 27 ciudadanos de varias nacionalidades. Entonces, imagínate pasar diez años en una república que no es la tuya y estar siempre metido en un cuarto, por ejemplo, tener el nivel de decir: Yo soy colombiano, entonces cada vez que jugaba la selección Colombia, encerrarme a ver el juego y decir: Colombia es lo mejor, es lo mejor. Y cuando salía a la calle, no tenía por qué relacionarme con los demás.
Todo lo contrario. Si a mí me invitaban a un sancocho, si me invitaban a ir a jugar dominó, yo me sentaba a jugar dominó, porque esa es la idiosincrasia del venezolano, entonces yo quería comprender los niveles en los cuales se encuentra esa población para poder hablar, porque de lo contrario, no estaba haciendo nada.
Me retribuyen y yo también retribuyo, contando una experiencia muy bonita. Espero que algún día la pueda narrar y la pueda escribir.
- Dejemos un poquito el período del comandante Chávez. ¿Cómo asimiló usted su muerte?
Ya lo dije: Chávez es imprescindible. Lo digo porque sigue viviendo en la memoria colectiva de los venezolanos. Es un ser que lo perdimos físicamente, pero está ahí y sigue orientándonos como el faro que siguen los barcos. Él nos orienta hacia el sur. Es hora de dejar de ver la brújula marcando al norte, porque si marca al norte y el norte es el que nos usurpa, se nos lleva todo, por qué seguimos viendo hacia él.
Yo no tengo nada contra las personas que quieren cumplir con el sueño americano. Bueno, cúmplalo. Pero, sean objetivos de cómo se vivió la realidad la realidad concreta.
La pérdida física del comandante Chávez, obviamente genera un dolor muy fuerte. Para mí, fue muy rudo saber que un hombre que para una nación es imprescindible de repente pierde la vida. La pierde y tiene la potestad de darse a conocer su enfermedad y manifestarse en sus últimas palabras pidiéndole al pueblo venezolano que apoye al presidente comandante Nicolás Maduro Moros. Dejarle esa potestad de administrar uno de los países más ricos del mundo. El subsuelo venezolano tiene cobalto, níquel, coltán, petróleo, bauxita, oro, esmeralda, etc, etc.
Administrar este país es de titanes. Hay que ser semidios o dios, pero hay que estar como en el olimpo para poderse enfrentar a todos los intereses que hay detrás de una nación tan poderosa, tan rica.
¿Qué pasa? Yo sigo creyendo que (y mi convicción es esa) el presidente Nicolás Maduro Moros sigue llevando a cabo la revolución bolivariana y todavía queda revolución bolivariana para rato. Y queda revolución bolivariana para rato porque así los intentos de la burguesía pretendan condicionar a la población o enfrentarla en el caso más radical a una guerra civil, tendremos que ver los resultados.
Fidel Castro lo dijo: “La historia me absolverá”. La historia absolvió a Bolívar, la historia absolvió a Chávez y vamos a ver si puede absolver al presidente comandante Nicolás Maduro Moros, porque está enfrentando unos enemigos demasiados, demasiados poderosos.
- Precisamente, el comandante Nicolás Maduro Moros ha sido como el comandante Chávez en su momento, vilipendiado, insultado, menospreciado, que era un simple chofer. ¿Cómo define usted la personalidad del presidente Nicolás Maduro Moros?
A Nicolás uno lo veía como canciller. Cuando Chávez estaba vivo, Nicolás Maduro era el canciller de la república, era un hombre muy modesto, un hombre – diría yo – demasiado humilde. Y esa humildad es la que han explotado los enemigos de la patria para golpearlo, porque lo golpean por todos los frentes. Pero vuelvo y digo: Nadie se pone en los zapatos de él, al momento de administrar una nación poderosa. Digamos: Qué sería de Venezuela sin el intercambio de su producto interno bruto, que está basado ciento por ciento en el petróleo; qué sería de eso, si se lo dejáramos – por ejemplo – a Carlos Andrés Pérez o se lo dejáramos a Lucinchi, ¿Qué sería de la república? No sería una república, sería un Estado de dependencia absoluta.
Entonces, en mi opinión, más allá de esos juicios indiscriminados, de esos juicios que pretenden malograr la imagen de Nicolás Maduro Moros como presidente; él se enfrenta – vuelvo y lo digo – a unos enemigos demasiados adversos, demasiados capacitados, porque tienen todo un andamiaje, financiado incluso por multinacionales financiadas por grupos políticos, etc, etc. Que pretende, ¿Qué? Disminuir el impacto de su política, porque en cierta medida él está cumpliendo con el plan de la patria que es un documento fundamental para el desarrollo de la república bolivariana de Venezuela y que fue firmado y elaborado por el presidente antes de morir.
O sea, queremos una patria libre y soberana y vamos a cumplir con estos cánones. Quien cumple órdenes, no cae en el error y si cae en el error, tiene derecho a rectificar. Somos humanos. Sigo admirando esa valentía con que ese hombre se enfrenta, porque entonces vienen los enemigos mediáticos de la patria, vienen los enemigos políticos, los enemigos militares y quieren ridiculizar al máximo al presidente Maduro, mostrarlo de la peor manera. He escuchado que lo llaman el “burro”. O sea, disminuirle tanto integridad física, emocional al sujeto para decir después: El que nos tiene mal es este. La población con hambre siempre juzga al Estado.
Pero si la población sabe quiénes son los que definen la economía del país y quiénes son los que producen y a favor de quién producen, por ejemplo, en el caso de la harina. El venezolano si no se come una arepa en la mañana, en la tarde y en la noche, no se siente venezolano, siente que ha perdido todo, pero si empresa Polar, sale emigrando con sus capitales y con su producción interna hacia Colombia, inmediatamente eso tiene que considerarse un crimen, porque está poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de una nación.
Habría que darle muchas largas y mucho énfasis a este tema.
- Indudablemente, Nicolás Maduro no es Chávez, ni Chávez es Maduro. Sin embargo, habría que reconocerle la lealtad a un proyecto político y revolucionario, lo que sí le da estatura, más la fortaleza para asumir un proceso tan complejo en plena ebullición, el cual se caracterizaba por un liderazgo de una persona, un comandante…
Bueno, sí. En cierta medida el presidente Nicolás Maduro Moros lo que hace es, seguir defendiendo el imaginario colectivo de una nación, seguir defendiendo los valores y principios de la revolución bolivariana, de lo que denominan algunos pensadores denominan el Socialismo siglo XXI, pero en cierta medida están administrando este país, estar garantizándole a la ciudadanía los bienestares sociales, si la política de bienestar social y no estar como en otras naciones usurpando y sometiendo la población a beneficio de una cuanta clase dominante, eso es ya un logro inigualable.
Yo sí valoro y tengo que repetirlo, puede ser que a algunos personas le suene mal, me pueden tildar de bolivariano, de chavista, castrochavista, como lo quieran llamar, pero yo sigo creyendo que el presidente Nicolás Maduro se va a mantener en el poder y va a seguir manteniendo las ideas y sobre todo, más que las ideas, lo concreto que ha gozado el pueblo venezolano a través de la revolución bolivariana.
- Dentro de las cosas importantes que ha venido diciendo hay varias que llaman poderosamente la atención. Por ejemplo, dice usted: “Habrá revolución bolivariana para rato en Venezuela. ¿Por qué esa certeza?
Porque el Partido Socialista Unido de Venezuela, la población venezolana, los amigos internacionales de la revolución bolivariana, tienen que darse cuenta de que los intentos de los gobiernos, en este caso adversos, siempre son de deslegitimar a los países soberanos, a los países que están eliminando el proyecto de dependencia, los países que están buscando un nuevo porvenir, o sea, buscando un nuevo norte, que no es el norte, sino que es nuestro sur.
Parece casualidad, pero no lo es, porque hay ciertos países en Latinoamérica que están viviendo toditos unos fenómenos adversos en sus políticas. Vea lo que pasa en Brasil, vea lo que pasa en Argentina. ¿A qué se dedican? Se dedican es a denigrar de la revolución bolivariana, a denigrar otras formas de pensar, pero lo que no se han dado cuenta es que se sigue manteniendo ese imaginario, se sigue manteniendo la imagen del libertador, dos libertadores…bueno Venezuela es cuna de libertadores.
Entonces, desde que tengamos vivo en la memoria al presidente Chávez, desde que tengamos viva la memoria del libertador Simón Bolívar, desde que tengamos a Miranda, desde que tengamos amigos latinoamericanos como José Martí, desde que tengamos al compañero Fidel Castro Ruz, desde que tengamos todas estas personas aliadas, siempre va haber proyecto de transformación revolucionaria.
- Se rumora con mucha insistencia de un posible golpe de Estado directo. ¿Será posible? ¿Qué posibilidades de éxito tendría?
Si vemos la historia venezolana reciente, Venezuela siempre ha sido objeto de golpes de Estado, tanto lo que los teóricos denominan golpes directos, como golpes suaves.
Voy a poner un ejemplo: Cuando es derrocado por 17 horas (si no me equivoco), el comandante presidente Chávez, fue derrocado, tumbado del poder por un ciudadano de naturaleza burguesa que se llama Carmona Estanga. Le quitaron el poder por unas cuantas horas al presidente comandante, pero con los militares recuperó el poder.
Venezuela siempre ha estado en el ojo del huracán. Siempre se ha pensado cómo quitarle el poder a la clase menos favorecida que en este momento es la clase popular, porque los intentos de la burguesía siempre van a estar en esa dinámica. Eso no es más que la lucha de clases.
Digo esto y no lo digo yo solamente: Voy a citar también a otras personas. El intelectual Walter Martínez, dice que Venezuela viene siendo condicionada para un golpe de Estado. ¿Por qué? Está siendo condicionada porque el extravío o vamos a decirlo: El ocultamiento de los productos de primera necesidad, es precisamente, una forma de condicionar a la población a que enfrente el Estado, que es el que siempre les ha dado de comer, o que les mejoró las condiciones de vida y si se les desaparece la harina pan, si se desaparece el papel Dualet, si les desaparece la crema de dientes y vienen a parar a Colombia, entonces eso es un golpe suave, es una forma de condicionar a la población para después intervenirla militarmente.
Sí hay una amenaza latente sobre el Estado que gobierna el presidente Nicolás Maduro Moros. Y es una amenaza también auspiciada por la CIA, por el Mosaire israelí, por todas estas organizaciones que desde la clandestinidad y generando un impacto desde la política interna de las naciones, pretenden desestabilizar el país y llevarlo a una guerra civil.
Es un hecho ineludible. Las condiciones adversas así lo certifican. Yo me pregunto cada vez que veo a cientos de venezolanos pensando la frontera en busca de colombianos. Digo: Cuántas de esas personas lo hacen por necesidad, porque imagínese, el Estado no puede garantizar todas las condiciones elementales para la manutención de 27 millones de habitantes.
Porque si el producto se pierde, ¿Qué busca el Estado? Busca es en dónde encontrar el producto que se ha perdido y está acaparado por ejemplo, en los anaqueles de la burguesía. La empresa Polar, que es la empresa que produce harina pan disminuyó la producción. Eso es una forma de terror, eso es una forma de condicionar a la población a que salga a criticar a Nicolás Maduro, a la revolución, porque se acabó la harina pan.
Por qué la harina pan de Colombia se vende pasando los límites de la frontera y llega hasta municipios como Mariquita (Tolima), en Lérida (Tolima), por qué la harina pan llegó aquí. ¿Qué hay de tras de eso? Me imagino que hay un poder oculto, un títere oculto que hace que estemos creyéndonos muchas cosas que no son ciertas.
Hay otro ejemplo: Walter Martínez, lo dice: “Chile vivió esta misma política adversa, cuando Salvador Allende estaba haciendo una revolución democrática en Chile, inmediatamente vino la burguesía, que manejaba cierta parte de la producción local, e incrementaba al producto interno bruto e inmediatamente comenzó a desaparecer todo. Los manuales de la CIA están fechados, han sido motivos de varios libros y algunas publicaciones, en donde, ¿Qué persigue? Persigue es desestabilizar el Estado anímico de una nación, ponerlas en condiciones adversas, porque la gente con hambre sale a pelear con su vecino por la harina pan.
Y es obvio, si yo no tengo qué comer y tengo cinco carajitos (la expresión carajito se refiere a niños), si tengo cinco niños por alimentar, mi esposo por x o y motivo me dejó y tengo que hacer de padre y de madre, vivo en precarias condiciones porque perdí el empleo y tengo la educación básica, ¿Qué voy a hacer? Inmediatamente seguramente voy a decir: “Desgraciado Maduro, ¿Dónde está la harina pan?”
Vemos manifestaciones de odio, vemos al pobre venezolano diciendo que quiere la cabeza del presidente Maduro, pero no se pone a pensar, quién está detrás de esta política tan macabra. Es una política macabra. Que se desaparezca de los anaqueles los productos básicos, el arroz llegue a 3 mil bolívares un kilo, que en cierta medida siendo subsidiado por el Estado, no debe valer sino una moneda de 500 bolívares. Entonces, qué es lo que está pasando. Qué hay detrás de eso. Vuelvo y repito: Creo en la palabra de personas serias que analizan las perspectivas de lo que pasa en Venezuela y una de esas personas es Walter Martínez.
Bueno, también podría citar a Ignacio Ramonet, podría citar a otras personas. Incluso, al mismo comandante Fidel Castro, que saben qué es lo que está pasando en Venezuela y tratan de no caer en la misma dinámica, sino inmediatamente decir: Lo que pasa en Venezuela es una guerra económica, una condición adversa que está infundada y que lo que busca es incendiar la llama para un conflicto interno y que posteriormente los organismos internacionales como por ejemplo, el caso de la OTAN, ese ejército venga e intervenga con sus aliados mercenarios a la nación.
- Liderando esa conjura contra Venezuela se encuentra los Estados Unidos. ¿Le parece?
Sí, en mi opinión inevitablemente ellos son los que pretenden ganarse nuevamente el poder, pero ganárselo de la forma más vil, porque a ellos no les interesa las bajas, no les interesa el dolor de las madres venezolanas, sino al momento de las condiciones se den, y ya los aliados internacionales decidan hacer la intervención, ellos son los primeros que van a llegar a la repartición del botín, porque estamos hablando de la nación que tiene las reservas de petróleo más grandes del mundo, y no solamente eso, sino que es la que le da la electricidad prácticamente completamente a los Estados Unidos. Si no fuera por el petróleo venezolano, los norteamericanos no pudieran tener alta industria, ni pudiera ir uno por Manhattan en un carro de alta velocidad, de los más lujosos, rodando por esas autopistas bien hechas con el asfalto venezolano.
- Hablemos un poco de las relaciones binacionales Colombia vs. Venezuela. Álvaro Uribe Vélez, es peón de los Estados Unidos. ¿Cómo captó el pueblo venezolano esta postura de Uribe siendo presidente de Colombia?
Inevitablemente, el venezolano consciente, el venezolano que está convencido del proyecto de transformación revolucionaria, vio en el entonces presidente Uribe, que fueron en realidad ocho años de dictadura militar uribista, lo ven como su peor enemigo.
No es mentira, Uribe iba a invadir territorio venezolano, lo pensó. Por eso cuando se dio cuenta que Chávez ya sabía la información de que iba a invadir la parte de los llanos orientales venezolanos y que iba a meter tropa y de paso iba a meter aviones, inmediatamente el comandante le dijo: “Si usted pasa la frontera, inmediatamente entramos en una causa bélica”.
Ya estaban miles de personas venezolanas preparadas para enfrentarse en una guerra directa con los ciudadanos colombianos. Ocho años de dictadura que dejan como saldo miles de muertos y desaparecidos.
No recuerdo la cifra exacta, pero en comodato le dieron 14 bases militares a los Estados Unidos, para que gozara de hacer toda la maquinaria macabra en territorio colombiano, seguramente contra Venezuela.
¿De dónde iban a salir los aviones que Uribe mandando a bombardear a Venezuela? Desde el territorio colombiano. En política podríamos decir: el mejor aliado estratégico para una intervención política y militar de territorio venezolano, es Colombia, porque tiene una posición cercana, limítrofe y bueno, el país lo tenía arrodillado, entregado a los Estados Unidos. Lo que hizo en sus ochos años fue dar en comodato a la nación y cuando la dio en comodato, también la dio con todo el fenómeno paramilitar, que ha causado tanto, pero tanta maldad, tanta perversidad en este país.
O sea, lo que Uribe no logró hacer, porque sabía que si se untaba las manos, o si seguía bañándose las manos en sangre, lo hicieron sus amigos paramilitares. El paramilitarismo es una forma directa de explotación capitalista, es una forma dirección de producción capitalista. ¿Por qué lo digo? Porque el burgués no se quiere bañar en sangre sus manos, se ve precisado a tener un ejército privado que se apropie de la cantidad de tierra para la producción de Palma. O peor aún: Desplace miles de personas humildes, campesinos, del territorio nacional, para seguir manteniendo sus cultivos extensivos de maíz para biocombustible, etc, etc.
No he escuchado el primer venezolano que diga que Uribe le cae bien. Uribe significa amenaza. La revista “Semana”, edición 171 del 28 al 4 de septiembre, publica, precisamente, un dato bastante relevante: Que los amiguitos de Uribe ya están siendo juzgados internacionalmente. Eso es un hecho.
Qué pasa. Hay mucho colombiano que creía que la mejor forma de pacificar a Colombia era a través del plomo, a través de la violencia. Claro, mucho colombiano también estaba cansado de tanta violencia, pero lo que planteó Uribe fue cambiar violencia por violencia.
Con toda la maquinaria mediática, se nos presenta el “salvador” Uribe, el “salvador” de la guerra y fue el “salvador” que nos generó más muerte y si nos ponemos a ver, tiene que ser el responsable y tiene que pagar todos los muertos del paramilitarismo, tiene que pagarlos.
Estoy esperando como ciudadano colombiano el momento en que vengan y lo juzguen y lo lleven a la Corte Penal Internacional y le digan: Caballero, usted es el primer responsable del fenómeno paramilitar. ¿Por qué? Porque ya está dado, o sea, si los organismos de inteligencia lo tienen como el número 82 en narcotráfico, es el número 82, por qué sigue dando tanta lora y por qué sigue metiéndose en los asuntos de la nación, por qué sigue patrocinando el NO a la paz en Colombia. Qué intereses oculto tiene Uribe. Por qué Uribe quiere seguir metiendo las manos en esta república. Tuvo el poder de haberla gobernado por ocho años, y tenemos la mayor cantidad de desaparecidos, conocidos y sin conocer, del proyecto paramilitar que él agenciaba, que financiaba y del cual es el comandante directo.
- ¿Qué piensa el pueblo venezolano del presidente Juan Manuel Santos Calderón?
Pienso que Santos tiene nexos con la ultraderecha internacional, el solo hecho que haya sido ministro de defensa de la administración Uribe, deja mucho que decir.
Pero, la revista “Semana” – por ejemplo – le hace una serie de preguntas. Quiero traer a colación para recitar algo. Le preguntan: ¿Es válido el proceso de paz? Santos, responde: “Siempre tuve en cuenta un proceso de pacificación del conflicto”.
Creo que si se sentó a dialogar con una fuerza insurgente, con una fuerza poderosa, porque las FARC son una fuerza poderosa, que tiene actualmente toda potestad al interior de la política, ¿Por qué? Porque uno no elige el camino de las armas porque sí. Distanciarse del fenómeno de la insurgencia es como creer que los paramilitares eran buena gente. No, hay que hacer una gran distinción entre lo que es el paramilitarismo y lo que es la insurgencia. Los paramilitares nacen es desligados de todos los asuntos políticos para defender ¿qué? Pues a los terratenientes. No hay nada mejor que yo tener un propio ejército para defender ¿Qué? Mi negocio. Y, ¿Cuál es el negocio? Pues el negocio del narcotráfico.
Si usted se pone a ver el acuerdo de paz Farc – Gobierno Santos, en mi opinión, es muy saludable para esta república. Colombia necesita de una paz estable y duradera. No necesitamos de un sujeto que venga a patrocinar más violencia por violencia. Sigo creyendo que lo que está haciendo el presidente Santos, es un hecho valorable y es un hecho de verdad que puede generarle muy buenas intenciones a la nación, podría reconciliar a esas personas que fueron víctimas directa e indirectamente del conflicto armado con quién, con los actores.
Estamos esperando, precisamente, que se lleva a cabo el plebiscito el 2 de octubre, después del plebiscito sabremos cómo van las cosas en relación con la paz. Pero, sí es necesario una paz.
Todo proceso de paz es lento y darle confianza a un proceso de paz con tanta propaganda mediática en contra del mismo, es para uno sentarse a meditar, para no tomar las cosas a la ligera, sino de forma metódica y poder decir: Todo el mundo tiene derecho a opinar en este asunto, porque es un asunto colectivo, un asunto que le compete a toda la nación. A todos los individuos. Quien no quiere la paz, obviamente, postula la guerra como política, y quien postula la guerra como política tiene que saber que él mismo como persona puede caer dentro de los márgenes del conflicto. Entonces, yo sí le apuesto a la paz.
Sé que hay muchas personas buenas que creen que la paz es un bien, un bien; es reintegrar a la población a la justicia social, a la dignificación de las condiciones de vida. Esperamos que este proceso se dé de esta manera.
- ¿Qué podríamos hacer los que no somos venezolanos, pero sí latinoamericanos, por el proceso revolucionario que se desarrolla en la hermana república bolivariana de Venezuela?
Bueno, en mi opinión, lo que debemos hacer es confiar en que el Estado venezolano superará las adversidades, teniendo en cuenta que este proyecto tiene personas muy buenas a su favor, tiene personas que son imprescindibles y van a seguirlo siendo para que el proyecto se siga desarrollando.
Una persona consciente que tenga los pies sobre la tierra debe saber que el norte no es la mejor opción. Hay que seguir pensando en que los acuerdos de integración como el Mercosur, el ALBA, la CELAC, todas estas formas nuevas, formas que no caben en la lógica del sistema mundo capitalista, tienen que darle alguna credibilidad y tienen que darle algún valor al hecho de constituir una república libre y soberana.
Toda persona consciente tiene que saber los logros y también tiene que tener en cuenta y aplicar una matriz FODA, fortalezas, amenazas, oportunidades, debilidades y amenazas, para asimilar el proyecto.
En mi opinión, bienvenidos, todos y todas, porque Venezuela necesita de nuestro aporte, también necesitan que nosotros seamos partícipes y seamos actores de la realidad concreta del ciudadano venezolano. O sea, si seguimos reproduciendo los discursos de dominación no estaríamos ayudando, ni apoyando para nada el proceso revolucionario bolivariano.
No puedo meterme los dedos a la boca, sabiendo que si presiono la mandíbula me puede causar dolor, lo que tengo que hacer es decir: Será tanta verdad, será tanta mentira, qué es lo que viene pasando en la patria de Simón Bolívar.
En mi opinión hay que hacer un proceso de hermenéutica. O sea, ponerse en los zapatos, tanto del Partido como del presidente y decir: Si yo estuviera en Venezuela comprendería qué es lo que realmente está pasando.
No llevo sino mes y medio después de haber salido de la república bolivariana de Venezuela y yo veía muchas cosas que en otra ocasión la podríamos comentar, pero el impacto que genera la escasez de los productos, que no es, vuelvo y repito, no es porque el Estado no tenga la capacidad para producir, sino que el Estado tiene como dato a la propiedad privada, a los empresarios de la clase burguesa, que son los que desaparecen los productos. Imagínate una población con hambre pidiéndole al presidente que le restituya sus deberes y que le restituya la alimentación básica.
En mi opinión, no hay nada mejor que saber ver y saber analizar con criterio político y conciencia de clase. Los invito, acuérdese que Venezuela es también destino turístico, tiene las mejores playas del mundo. Si tú vas como turista, tú te vas a enterar si los anaqueles están llenos de productos. Góceselo. Vaya. Véalo y después hablamos.
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