jueves, 24 de mayo de 2018

Por Nelson Lombana Silva

El dirigente nacional del Partido Comunista Colombiano y director del semanario VOZ La verdad del pueblo, Carlos Arturo Lozano Guillén, murió ayer en Bogotá, a la edad de 69 años, que cumpliría el 19 de junio, pues había nacido en 1949, en la ciudad de Ibagué (Tolima), siendo su progenitor Carlos Lozano Agudelo, destacado penalista y demócrata liberal en este departamento.


Hizo el bachillerato en el colegio San Simón, destacándose desde muy joven por su liderazgo y beligerancia. Los estudios superiores los adelantó en Bogotá, en la universidad Externado de Colombia, obteniendo el título de abogado.

Siendo muy joven abrazó con decisión el ideario comunista, entrando a militar en la juventud comunista (Juco), haciendo el tránsito posteriormente al Partido Comunista donde se mantuvo con decisión y coraje hasta que la muerte lo sorprendió después de una ardua lucha contra el cáncer y contra la política corrompida de la salud pública en Colombia.

La noticia le da la vuelta al mundo. Carlos obtuvo la más alta condecoración que concede la república de Francia en 2008: “Caballero en la orden nacional de la Legión de Honor”, por su denodado esfuerzo por la paz en Colombia.

Carlos A. Lozano Guillén, no ejerció el derecho, él mismo solía decir con fina ironía: “No saco un burro de un coso”. Su pasión, sin lugar a dudas, fue el periodismo. Al lado del camarada Manuel Cepeda Vargas, hizo sus primeros pinos, se proyectó dirigiendo la revista de la juventud, se catapultó como periodista llegando a la dirección del semanario del Partido Comunista Colombiano.

Además, fue escritor. Varios libros lograron publicar con buena aceptación entre el público nacional e internacional. Entre otros: Las huellas de la esperanza, 1997; Reportajes desde el Caguán, 2002; El Marxismo: Ideología en Construcción, 2004; Medios, conflicto y sociedad, 2005; ¿Guerra o paz en Colombia? Cincuenta años de un conflicto sin solución, 2006 y el más reciente que fue lanzado en la feria internacional del libro en Bogotá este año.

Lozano Guillén se caracterizó por ser franco, directo y convencido de la ideología comunista. Dedicó, prácticamente, toda su vida a desarrollar esta ideología, sin escatimar esfuerzos e incluso, arriesgando su propia integridad física.

Mientras muchos corrían despavoridos por la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética y le hacían toda clase de concesiones al imperialismo norteamericano, Lozano Guillén tuvo las agallas suficientes para soportar ese chaparrón, entendiendo y dimensionando el proceso de la historia que como dice el marxismo – leninismo, no es lineal, sino que se desarrolla con sobresaltos, avances y retrocesos, pero siguiendo siempre las manecillas del reloj.

Lozano Guillén fue un hombre universal, un hombre que le dio brillo al Tolima y a la lucha revolucionaria. Su aporte al proceso brillará sin mancha en el amplio firmamento no solo de Colombia, sino de América Latina. El mejor monumento a su memoria, será la unidad del Partido y de la clase trabajadora colombiana con la presidencia en manos de Gustavo Petro, este 27 de mayo.

Un saludo fraternal a sus hijos (as) y esposa. A sus amigos y compañeros de duras batallas. “Es un golpe muy duro para nosotros”, ha dicho con voz entrecortada el camarada Evelio Villarreal Herrán al enterarse de la infausta noticia. Paz en su tumba.

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