“Colombia no ha vivido en una democracia, Colombia ha vivido bajo el poder de las mafias. La clase política tradicional de Colombia, se había acostumbrado a ver el pueblo como un rebaño, a llevarlo de las narices quizás con un billete moviéndolo de un lado al otro, pasivamente, manipuladamente hacia la urna; lo que construían ahí no era una democracia, lo que construían ahí, era una dictadura mafiosa”, dijo el candidato presidencial de la Colombia Humana durante el cierre de campaña realizado en la plaza más grande del país, en Bogotá, el pasado 17 de mayo, al caer la noche.
La plaza atiborrada, lo mismo que las calles aledaña a ésta, fue el gran escenario nacional para Gustavo Petro Urrego, plantear a groso modo las líneas generales de lo que será su programa de gobierno al ser ungido presidente el próximo 27 de mayo. Un pueblo delirante, envalentonado y esperanzado coreó de principio a fin los planteamientos llenos de entusiasmo al avizorar un nuevo amanecer para la martirizada patria colombiana sometida durante tantos y tantos años de ignominia por parte de esta violenta, sectaria y senil oligarquía colombiana.
A pesar del vergonzante saboteo mediático, pudimos mirar la gigantesca concentración y parte del discurso del que seguramente será el próximo inquilino de la Casa de Nariño. Un discurso directo, lleno de iniciativas y propuestas claras para sacar el país del laberinto en el cual se encuentra.
“Ha aparecido una nueva política en el país, una nueva manera de entender la política en Colombia, ha aparecido un hálito de esperanza, un hálito de paz”, señaló. Indudablemente, Petro se ha posicionado de un proceso político que un día enarbolaron, entre otros, María Cano, Gilberto Vieira, Alberto Márquez, Rafael Uribe Uribe, Jorge Eliécer Gaitán, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Osa, Pizarro León Gómez, Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas, Jaime Guaraca, Jerónimo Galeano, Luis Carlos Galán Sarmiento, etc.
Un proceso emocionante, complejo y dinámico, que lideró también el maestro Carlos Gaviria Díaz, el gran ex magistrado. En su intervención, Petro destaca cómo el pueblo ha ido venciendo el miedo que la burguesía le ha inyectado las 24 horas del día, a través de los medios de comunicación con fantasmas inexistentes y absurdos por cierto, como el castrochavismo, la confiscación de bienes, la destrucción de la propiedad privada y sobre todo el estúpido cuento que Petro llevaría a Colombia a parecerse a Venezuela. “Los pueblos, las regiones, han dejado de padecer el miedo, han dejado de padecer el terror”, indicó.
Verdadera democracia
Gustavo Petro Urrego se propone materializar la verdadera democracia desarrollada y concebida por los griegos. Eso implica colocar fin paulatinamente a la caricatura de democracia que vive Colombia hace más de 200 años. “Rara democracia”, ha dicho Petro, por cuanto es la democracia para que un grupo reducido de familias en contubernio con los Estados Unidos, usufructúe los bienes de la nación como propiedad exclusiva de este selecto grupo. Primero fue presidente Alfonso López Pumarejo, después su hijo Alfonso López Miquelsen; primero fue presidente Misael Pastrana Borrero, después su hijo Andrés Pastrana Arango; primero fue presidente Eduardo Santos, está terminando Juan Manuel Santos, tienen a la orden del día a Duque y al mismo Germán Vargas Lleras. Solo familias exclusivas.
Al respecto dijo Petro en la plaza Simón Bolívar de Bogotá: “Ha renacido la vieja historia de la democracia cuando se creó en Grecia. Este es el ágora, la plaza pública y esta es la ciudadanía libre y estas son las decisiones de la gente, no de nosotros. La democracia es eso, nos enseñaron los antiguos griegos, se nos había olvidado quizá en Colombia, la democracia no es más sino un pueblo libre que toma decisiones por sí mismo”, subrayó entre vítores y aplausos.
La política colombiana hoy
Se está elaborando una nueva y verdadera concepción de la política colombiana, comienza a dejar de ser un campeonato de agravios e insultos para pasar a ser ciencia y arte para la gobernabilidad del pueblo en función social. Su majestad, la política, comienza a entenderse en otra dimensión y Petro ha venido contribuyendo en este hermoso e histórico proceso.
El pueblo comienza a politizarse de verdad. Comienza a comprender que la política es la médula espinal de la democracia y que solo es posible materializarse en la práctica en la medida en que el pueblo comienza a entenderla en estos términos. “Estamos construyendo un pueblo libre; un pueblo libre que se constituye en fuerza colectiva. Aquí se está forjando un pueblo, una fuerza colectiva que irrumpe en la historia de Colombia. Aquí, se junta el pueblo para tomar decisiones estratégicas sobre su destino”, anotó.
Agregó: “La política en Colombia ya no se divide entre liberales y conservadores, la política nueva en Colombia ha dividido el escenario en dos grandes bandos: El bando de las maquinarias corruptas, anacrónicas e incapaces y el bando de la ciudadanía libre”. Es decir, al pueblo no hay que dividirlo entre creyentes y no creyentes, teos y ateos, hay que dividirlo entre partidarios de la vida y partidarios de la muerte. Petro es el candidato de la vida, mientras Duque y Vargas Lleras, son los candidatos de la muerte, pues inspiran sus campañas en el odio, la mentira, la venganza y la violencia.
Por eso el candidato de la Colombia Humana dijo al cierre de la campaña en plaza pública en la capital del país: “Esta campaña electoral se define entre maquinarias que domestican al pueblo tratando de quitarle su libertad y su dignidad y las ciudadanías libres que indignadas ante la corrupción, la violencia y la desigualdad, han decidido tomar el país en sus manos, han decidido construir una verdadera democracia en Colombia”.
Colombia tiene dos opciones el 27 de mayo, día de las elecciones: Votar por lo mismo, que significa más violencia, miseria, desempleo y terrorismo de estado o votar por una propuesta nueva, diferente, humana, propuesta que lidera Gustavo Petro Urrego. En palabras suyas: “Si ganan las ciudadanías, otro será el país, será el país de la paz, será el país de la democracia. Si ganan las maquinarias, será el país de la violencia que antes de una proporción, antes no conocida, será el país de la corrupción, será el país de las “Reficares”.
Gustavo Petro se ha forjado a la intemperie. Nada ha conseguido gratis. Todo ha sido fruto del esfuerzo tenaz desde la provincia. “Siempre hemos querido es construir justicia social, amor, porque la justicia social, es la reproducción de la solidaridad social, que no es más que la política del amor. O logramos realmente construir una democracia en Colombia, o pereceremos en el intento, pero no bajaremos las banderas que desde la niñez levantamos. La paz solo se construye con justicia social”, expresó. Agregó: “Estamos a punto de convertirnos en el próximo presidente de Colombia”.
Plaza de Bolívar - Bogotá Cierre de Campaña Gustavo Petro
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