Por Nelson Lombana Silva
Dentro de los asistentes a la celebración del tercer aniversario de la biblioteca campesina ubicada en la vereda el Gallo del Cañón del Combeima de la ciudad de Ibagué (Tolima) el pasado 29 de abril, encontramos a la hacedora de cultura colombo francesa, Amparo Moreno Niclás, quien, asombrada por el esfuerzo de Consuelo Cendales por desarrollar semejante iniciativa cultural, no ahorró adjetivos para destacar el hecho y el esfuerzo.
Al destacar el valor de la lectura, su importancia, dijo que el problema de la violencia, la falta de conciencia de cuidar la tierra y el cambio de sistema, tiene que ver mucho con la falta de lectura en la comunidad. “Me parece – dijo – es falta de lectura y de visión hacia el exterior”.
Amparo Moreno Niclás, es una mujer que le ha dado brillo al país en el contexto internacional en este terreno de la cultura. De igual manera, ha desarrollo toda una actividad en el Cañón del Combeima. Fruto de ese esfuerzo, junto a un grupo selecto de cultores, pudo fundar una Asociación encaminada a fomentar la cultura en la niñez campesina de esta bella región.
Fruto de ese descomunal esfuerzo, pudo publicar dos libros. Pero lo más importante: Facilitar el contacto de niños campesinos de este cañón con niños campesinos de Francia y África.
Su vida ha estado al servicio de la cultura. Tiene en su haber una verdadera historia que vale la pena conocer y universalizar, sobre todo en este momento que se habla de paz y de reconciliación en el marco de los diálogos de paz y que desafortunadamente el régimen mezquino y miserable no quiere aclimatar con el mismo presidente Santos y el Centro Democrático que lidera el narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez, según la CIA.
Precisamente, sobre este tema, Amparo se declara incapaz de explicar en Europa esta postura belicista de la clase burguesa colombiana. De igual manera, la comunidad internacional no entiende cómo haya personas que rechacen la construcción de la paz.
Sobre estos y otros temas, hablamos con la cultora Amparo Moreno Niclás, en la cúspide de la vereda El Gallo, mientras la lluvia incesante caída en toda la región. La entrevista concedida a la página web: www.pacocol.org es la siguiente:
- ¿Qué la anima participar de la celebración del tercer aniversario de la biblioteca campesina de la vereda el Gallo, del Cañón de Combeima, Ibagué?
Porque me parece muy interesante hacer actividades culturales para los niños, me ha parecido muy linda esta biblioteca, es lo mejor que se puede hacer por los niños que son el futuro, comenzando por educar a los niños de ahora.
- Usted es colombo – francesa. ¿Cómo es esta historia?
Hace 32 años conocí a mi marido Charles Class y con él nos fuimos a vivir a Francia. Allí, tuve que hacer nuevamente estudios para poder trabajar. Formamos una familia. Pero como Colombia es muy linda, hace cinco años estamos viviendo aquí y allá, con el fin de aprovechar un poco mi familia acá en Colombia.
- Usted ayudó a desarrollar un trabajo cultural con los niños del Cañón del Combeima. ¿En qué consistió esta actividad?
Nosotros creamos una asociación que se llama: “Actuar para el saber”, con la idea de ayudar a la educación en el cañón del Combeima, en la zona rural.
Nos unimos con varias escuelas de esta región y varios amigos, con los que pudimos escribir…en ese tiempo los niños tenían que pagar en la escuela, en el colegio y ya seguimos con la universidad.
Todavía tenemos un muchacho que le falta terminar su arquitectura, para cerrar con broche de oro la asociación. Ayudamos en eso. También ayudamos a las bibliotecas a hacer trabajos culturales, talleres…franceses venían con diversos temas como lo relacionado con cocina y varias actividades.
Hicimos dos libros. Ese fue nuestro gran orgullo porque hicimos que los niños del Cañón trabajaran con niños de otros continentes con el compromiso que crearan algo. El libro Multicolor (Couleur, en francés), por ejemplo, se trabajó durante mucho tiempo en Francia en los colegios y el otro libro también se trabajó porque se puede ver geografía, se puede saber cómo vive un niño en África, que hay poca agua, aquí mucha agua. En Francia lo tienen todo, pero también les falta cosas.
O sea, lo común en todos estos niños que viven en la zona rural, es la riqueza que tienen de la naturaleza, son niños que corren, que están felices, están libres. Eso es muy bonito.
- Precisamente, ¿Cómo fue posible la edición y publicación de estos dos libros?
El primero, multicolor, fue una idea de que teniendo en cuenta nuestra historia, el descubrimiento, se creó un triángulo económico, en el cual los europeos iban al África a comprar los negros para traerlos a Colombia como esclavos, y de aquí, se llevaban todas las riquezas para Europa.
Ese triángulo económico quisimos reproducirlo con los tres continentes: África, Europa y América Latina. Claro, ya no era un intercambio económico, sino un intercambio cultural.
El primer libro llevamos tres años en hacerlo para que hubiera mucho contacto con los abuelos el primer año, el segundo año ya fue un trabajo de escritura, porque nos dimos cuenta que los niños para escribir una frase, es un problema; no hay una escritura, menos un párrafo. Entonces, se hizo un trabajo de un año con la escritura de los profesores, que eran los que manejaban todo acá.
El tercer año, fueron artistas que vinieron a hacer talleres. Todo lo que yo cuento en Colombia, también se hizo en África, en Senegal, y también se hizo en Francia. Todo se hizo igualito.
Y cuando los niños escribieron, los tradujimos, muchos amigos profesores ayudaron a traducir las historias, y los niños de Colombia hicieron dibujos de los cuentos franceses y los franceses de los cuentos de los colombianos.
Con eso pudimos ver cómo los niños percibían lo que contaban, porque es completamente diferente la cultura. Fue un trabajo interesante con ese libro.
- ¿Cómo son los niños colombianos, africanos y franceses, con fundamento en esta experiencia cultural?
Bueno, como trabajamos en zona rural, estos niños son muy parecidos en el sentido de que aman; aman los animales, la naturaleza, son niños muy alegres, les gusta el campo.
Los profesores vimos también una cuestión de amor, de entrega completa. En África el profesor iba a pie limpio, por ejemplo, porque la escuelita era mucho más difícil que acá en Colombia. En Francia lo tienen todo. Tienen una súper biblioteca, trabajan mucho la cultura con ellos, el arte. Allí, es primordial trabajar la cultura. Hay mucha entrega.
Lo que más me conmovió para crear la Asociación, fue precisamente estos niños que tienen que caminar hasta dos horas para ir a la escuela, en condiciones precarias, unas veces con lluvia, en otras con sol, muchas veces sin desayunar, niños que no tenían ni botas, ni plásticos.
Eso es lo que me parece más difícil. En África lo más difícil es el agua. Es una cuestión que para ellos es vital y tienen que hacer caminos largos para conseguir el agua.
Para nosotros el agua es fácil. Claro, si no la cuidamos sí va a llegar a ser difícil, por eso hay que estar alerta con lo que proyectan las multinacionales, como Anglo Gold Ashanti. Sí, hay similitudes y hay diferencias, las dificultades son diferentes, pero el amor hacia lo que tienen, es lo que más une, creo.
- ¿Cómo analiza usted el papel de las bibliotecas públicas en todos estos procesos culturales?
Me parece vital. Realmente, yo creo que el problema que tenemos ahorita y que se viene presentando a nivel de violencia y todas esas cosas, que la gente no tome conciencia de la importancia de cuidar además de la tierra, el cambio de sistema, me parece es falta de lectura y de visión hacia el exterior. Solamente tenemos información por los medios que tenemos y resulta que los propietarios de estos, son los mismos que tienen el poder y el dinero.
O sea, que, si nos vamos más allá, si no utilizamos internet para ver información de otros lados, qué opina la prensa argentina, la prensa española de lo que está viviendo Colombia, si no buscamos más allá, pues resulta difícil.
Y si a los niños no le enseñamos a leer y a razonar por ellos mismos, teniendo ilustración real que les permita saber con exactitud lo que sucede con mente crítica y autocrítica que le permita plantearse un cambio social, los procesos ideales serán difíciles. Y en esa tarea es vital la lectura, porque a partir de allí el niño o la persona adulta comienzan a crear mundos, va a soñar con un mundo más justo, humano y solidario. Un mundo mejor del que puedan soñar, porque si no leen, no lo pueden hacer.
Leer es el camino. En la Filbo (Feria Internacional de Libros en Bogotá), tuvo la consigna que “Leer es volar” y es volar bien, bien lejos, es volar más allá de los sueños, significa crear un nuevo mundo que necesitamos con urgencia.
- ¿Cómo ven los franceses lo que actualmente viene sucediendo en Colombia? ¿Qué percepción tiene usted?
En Francia cuando llegué hace 30 años, el colombiano era sinónimo de cocaína. ¿colombiana? ¿Trajo? ¿Qué tal la pureza?
Ahorita también se dice: “Ah, Petro chavista, Petro terrorista y no sé qué más. Son cosas que generalizan todo, no hay ninguna reflexión, en cuanto a que no todos los colombianos consumimos droga, ni vendemos. Había eso.
Eso ha evolucionado porque los europeos ahorita tienen menos miedo de viajar a Colombia y ya conocen más a través de la información, ya Colombia ya no es solamente eso, ya dicen café. Los que han venido se han encantado y difunden esa información positiva. Colombia es un país verde con mucha agua y dicen que tenemos muchas riquezas.
En cuanto al proceso de paz que estamos viviendo, pues no entienden. ¿Qué no entienden? Como es posible que un país pueda estar en contra de la paz. Yo no lo puedo explicar ni ellos entender. Ni lo puedo explicar ni ellos entender. Cómo un país no añora, no desea, no lucha por la paz. Eso resulta inadmisible para un francés, para un italiano, para un alemán.
- ¿Piensa usted que los medios masivos se han rajado en esto, por cuanto se han dedicado más a hacer apología a la guerra que a la paz?
Completamente. Completamente. Aquí, ve usted una noticia. Ejemplo, que en la zona con Ecuador un guerrillero supuestamente mató tres periodistas. El escándalo ha sido total. Todavía se dice sobre esto. Los paramilitares mataron ocho policías y la noticia fue efímera. Hoy nadie hablo de eso, pero lo de la guerrilla sigue informando diariamente.
Se da uno cuenta por donde va el agua al molino, es decir, por donde va la comunicación, a dónde quiere llevar a la gente, o sea, la manipulación es completa. Todas las noticias que se ven, que se escuchan, son todas, todas, de guerra y de problemas. Por qué se compara siempre Colombia con Venezuela, no entiendo, siendo que acá hay muchos países: Ecuador que estaba peor que nosotros, por qué no nos comparan con Ecuador. El Ecuador de Correa funcionó. Por qué no nos comparan con otros países: Argentina, Uruguay, con países que van bien, pero no, siempre tiene que ser con Venezuela y pienso que la finalidad es generar miedo. Es muy fuerte lo que a diario está creando, mucho miedo, odio y división entre las dos naciones. La prensa colombiana no viene ayudando en nada a aclimatar la paz.
- Colombia está polarizada actualmente por el tema electoral. Hay dos líneas gruesas: Los partidarios de la guerra y los partidarios de la paz. ¿Está de acuerdo con este planteamiento?
Sí. Me parece que desde hace mucho tiempo han polarizado al pueblo colombiano. Primero era entre godos y cachiporros, luego entre guerrilla y paramilitar. No ha cambiado mucho. Me parece que es una estrategia de la clase dominante para dividir y reinar, como dijo Nicolás Maquiavelo. Se aplica en Colombia y se sigue aplicando. El odio que hay es muy grande. Ya no se puede hablar de política porque se forman enemistades, porque un candidato es mejor que el otro. ¿Por qué tenemos que pelear? Simplemente decir: Este me parece interesante por esto, esto y esto y ya. En religión debería ocurrir lo mismo, en todo podemos tener diferencias pero ser tolerantes.
Esa es una estrategia de los políticos tradicionales para llevar a la gente a votar con rabia y no con la esperanza que ese político puede resolver los problemas de la comunidad. Mire cómo están la salud, la educación, las dificultades para los niños ir a estudiar para ir a leer un libro, las escuelas como están en Colombia, los servicios sanitarios, etc. El problema del agua. Cómo no hablar de problemas reales, los jóvenes tienen derecho a un contrato de tres meses, los echan y después los vuelven a recibir, es una utilización como un pañuelo sucio, esperando para que alguien les dé un trabajo. Cómo no se piensa en esos problemas que son reales, los medios prefieren estigmatizar a Venezuela y sembrar el odio, el miedo.
La salud es horrible. Yo he hecho colas y todo el pueblo hace colas gigantescas, como es eso que hay que colocar una tutela para acceder a un servicio en salud y la mayoría las EPS la burlan, no las cumplen. Eso es increíble que esté sucediendo esto en Colombia y los medios metidos en banalidades.
El rol de un presidente es que nosotros depositamos en sus manos las riquezas de un país para beneficio del pueblo, pero sucede que viene sucediendo es que esas riquezas se ponen en beneficio de él y de su grupo cerrado.
- ¿No le parece extraordinario estar en la vereda El Gallo y encontrarnos con una biblioteca campesina, en medio de cafetales, potreros y montes? ¿No le parece que esto podría ser una noticia internacional?
Esto es extraordinario. Uno aquí se puede sentir realmente completo y puede tener esperanza de que un cambio de sistema sí es posible, sobre todo cuando veo tanto joven con ganas de luchar por estos niños, cuando veo a Consuelo Cendales, que le pone todo el corazón para trabajar, los profesores en esta biblioteca tan hermosa, porque es muy hermosa. Viendo esto así, el optimismo vuelve en uno, vuelve, porque si se habla con la gente, así normalmente, uno podría decir: Nunca va a ver un cambio en Colombia, pero al ver esto que estamos viendo, se puede decir con certeza: El cambio sí será posible.
Esto es lo que debería difundir los medios masivos, pero como no lo hacen, hay que hacerlo en las redes sociales para que se conozca este trabajo que viene haciendo la gente para abrirles los ojos a los niños y puedan leer.
- Recientemente se hizo una encuesta nacional sobre lectura e Ibagué se ubica en el cuarto lugar. ¿Qué opina usted?
Ah, sí. ¿A nivel nacional? Genial. Entonces es que hay un trabajo de fondo, me parece genial, es el trabajo de ustedes como bibliotecarios… me parece genial. Hay que seguir. Tenemos que hacer lectura, ir a las escuelas. Lo que se está haciendo hoy, debería hacerse mucho más seguido. Súper importante eso.
Yo conocí ahora en la Filbo a una bumanguesa que es escritora y bibliotecaria. Es una apasionada y pienso que se pueden hacer vínculos con otras bibliotecas. Ella trabaja con los niños mucho el reciclaje. Se podrían hacer intercambios. Invitarla para haber cómo funciona esto. Divino. Y uno ir allá, a ver cómo funcionan ellos. Ella también trabaja en zona difícil. Esto hay que continuarlo.
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