domingo, 13 de mayo de 2018

Así se prepara el restaurante Sabor & Arte para sorprender a su clientela en Villa Restrepo

Por Nelson Lombana Silva

Con todas las dificultades habidas y por haber, la administración municipal de Ibagué, que preside el médico Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, ha insistido en la dinámica propia del extenso cañón del Combeima, a partir de dimensionar esta región espléndida como un verdadero pulmón ambiental del Tolima y una estrella hidrográfica de la ciudad de la ciudad musical y del departamento.


Una región para mostrar en el contexto nacional e internacional por su belleza natural y la cordialidad carismática de sus gentes. Tiene la vigilancia tutelar del nevado del Tolima, esconde en sus entrañas la historia heroica de sus aborígenes como la cacique Dulima, mujer que fue quemada por los avaros españoles, porque se resistió a ser esclava y perder sus propios rasgos culturales.

Así es que el mandatario municipal, se ha preocupado por el turismo, iniciativa que poco a poco ha venido acogiendo la comunidad, a partir del trato, el mejoramiento de las viandas y la atención. Una entidad que ha sido pródiga en ayudar con su capacitación ha sido el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), con sus diversos programas y talleres.



Una de las personas que más le ha puesto atención a este nuevo proceso que busca mejorar los platos que se suelen ofrecer a los turistas, es la señora Lucy Reyes Falla, copropietaria del restaurante “Sabor & Arte”. La preparación allí de la comida es una delicia, el trato al visitante y la higiene. Sin embargo, hay el compromiso de mejorar cada día más. Por eso asiste y lidera talleres y seminarios sobre culinaria con frecuencia.

“Ofrecer diversidad innovadora al cliente y de paso darle el mejor uso y  valor a los productos propios de la región del cañón del Combeima”, explica la señora Lucy mientras se mueve en la cocina como pez en el agua.

“Por ejemplo, la Feijoa, en mi casa hay un árbol, la Feijoa se oxida con mucha facilidad. Vamos a aprender a usar todo eso, a manejarlo y entregarlo de la mejor manera al turista. Es una oportunidad de mejoramiento de calidad de vida, porque si esto se toma como un negocio, vamos a ser empresario de todo este cuento”, agrega.

En relación con el taller de las salsas agridulces, señala: “Este de salsa agridulce tiene que ver mucho con las frutas y va dirigido a toda la comunidad del cañón del Combeima, quien quiera tomar estos conocimientos, bienvenido, sobre todo a los dueños de restaurantes y a las personas que vienen de paso, buscando el mejoramiento de la calidad de alimentación”, subraya Lucy Reyes Falla.

“Nos preocupamos por ofrecer diversidad de platos, sobre todo innovar para sorprender al comensal con algo nuevo, diferente. Yo ofrezco salsas que estoy segura nadie ofrece en el cañón, modestia aparte. Por ejemplo, salsa de Maracuyá, Gulupa, salsa de Feijoa, salsa de Tamarindo, salsa de Piña. Es decir, a partir que usted le ponga amor y creatividad prepara cosas ricas, diferentes, teniendo diversas alternativas a los turistas llevándolos a decir: “Probemos, probemos”. Me interesa ofrecer calidad y a precios muy justos”.

¿Por qué la señora Lucy se preocupa tanto en aprender culinaria? Su respuesta es clara y concreta: “Me apasiona la cocina, esta es mi pasión, tardecito me di cuenta, pero esta es mi pasión”.

También hablamos con la instructora del Sena, una profesional joven, trabajadora y recursiva, que se mezcla con sus alumnos y por momentos parece una estudiante más, que va de un sitio para otro vigilante para que todo salga bien, dentro de un ambiente agradable de camaradería.

Se trata de Julied Viviana Campos Rodríguez, con quien hablamos brevemente durante la jornada del 10 de mayo del año en curso. Hizo una pausa en su dura faena para contestar las preguntas de la página web; www.pacocol.org

-         Por favor, háblenos del curso que está dictando en Villa Restrepo, municipio de Ibagué (Tolima)

Este es un curso de formación complementaria con el SENA en elaboración de salsas agridulces emulsionadas. La mayoría son empresarios del Cañón del Combeima, buscando con ello, obviamente, el mejoramiento del servicio que prestan a los turistas, de la calidad en el producto que ofrecen. Inclusive, hay damas de casa que simplemente quieren mejorar sus conocimientos.

-         ¿Cuántas personas están haciendo este taller?

Arrancamos la formación con 30 personas inscritas, actualmente tenemos 24 personas en formación, son las personas que estamos cubriendo directamente.

-         ¿Qué duración tiene esta actividad programada por el Sena?

Es una formación muy corta, solamente de cuarenta horas. Nos encontramos todos los jueves de mayo durante cinco sesiones y en casa sesión desarrollamos una formulación planteada según el plan de trabajo que traigamos en la formación.

-         Y, ¿Cuál es ese plan de trabajo real en la actualidad?

Iniciamos con dar un preámbulo en temas como qué son salsas, los ingredientes o adictivos que se requieren en una salsa, para qué sirve los ingredientes, por ejemplo que función en una salga tiene la pertina, para que no hagan solo un producto casero sino que sea un producto industrial, un producto durable, de buena calidad.

Inicialmente, en la primera sesión, hicimos la parte introductoria del funcionamiento de los ingredientes, de las condiciones higiénicos- sanitarias con las que se deben preparar los alimentos.

Como tú puedes ver, todos manejan su cofia, tapabocas, delantales, indumentaria completa; además de procedimientos de desinfección para que el producto sea completamente inocuo.

-         ¿Cuál ha sido la receptividad de la comunidad a la convocatoria hecha por el Sena?

Interesados. Súper contentos al ver que al finalizar su producto, porque ellos mismos los elaboran, entre ellos mismos se evalúan, evalúan las características del producto que percibimos por los sentidos, comparan una fruta con otra, comparan las características que puedan darle una salsa en relación con otra, identifican nuevas ideas de elaboración de productos. Qué tal si hoy le agregamos cilantro, qué tal si cambiamos y le echamos perejil. Eso lo evaluamos después para ver la aceptabilidad que tiene un producto.






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