Una jornada lúdica para los habitantes de la calle de la ciudad de Ibagué (Tolima), se realizará este sábado 23 de julio, en el parque Andrés López de Galarza, en el horario de 8 de la mañana a 12 del día. Se ofrecerán desayuno y almuerzo, cambio de la ropa que lleva por nueva con la única condición que debe bañarse, peluquería, actividades lúdicas y encuentro de esta sociedad marginada con la sociedad que a diario deambula con una posibilidad de vivir y convivir dignamente.
Está al frente de esta actividad la fundación Cambalache, fundación que la integran: El Aguapanelazo, los Aguapanelos y Viva Cocora. Se trata de romper con la indiferencia y la insolidaridad y asumir una postura humana y política, por cuanto los habitantes de la calle, son ante todo, seres humanos marginados por el régimen capitalista.
Sobre el tema hablamos con uno de los principales líderes, se trata del psicólogo Carlos Fabián Acosta, quien suministra datos y cifras alarmantes. Según el profesional, hay aproximadamente mil personas de la calle en esta ciudad. Hay peruanos, argentinos, chilenos y profesionales.
Esta grave situación humanitaria tiene causas de índole: Social, económica y política del régimen capitalista, según expresa el doctor Carlos Fabián Acosta. El consumismo está carcomiendo a estos hermanos, especialmente el consumo de psicoactivos que estimula el Estado narcotraficante.
“Son causas políticas y económicas y nosotros que somos la parte social que hemos sido también indolentes con nuestros amigos de la calle”, señala.
“Estamos en una cultura narcotraficante”, subraya y agrega: “Aquí, en Ibagué y en el resto del país, la gente se llena de plata de repente y nadie cuestiona la cosa”.
Ante esta situación dramática, el doctor Carlos Fabián Acosta, llama a la solidaridad, a participar activamente de esta jornada lúdica programada para el sábado 23 de julio. Se trata de romper con la indiferencia y hacer realidad la solidaridad. Por eso señala sin ambages: “Todos son seres humanos y tenemos que ayudarlos”.
La mayoría de habitantes de la calle en Ibagué vienen de otras ciudades y departamentos, especialmente del Valle del Cauca, el Eje Cafetero, Villavicencio y los Llanos Orientales, según manifiesta Carlos Fabián Acosta.
La página web: www.pacocol.org habló con el doctor Carlos Fabián Acosta y esto dijo:
- Se viene organizando una actividad lúdica con las personas de la calle este sábado 23 de julio en Ibagué (Tolima). ¿En qué consiste esta actividad?
La actividad consiste en un cambalache. Se llama: “Soy calle” y la organización se llama: “Cambalache”. Cambalache está organizado por varias organizaciones: El Aguapanelazo, Aguapanelos de la Calle y Viva Cocora.
En qué consiste la actividad: Consiste en hacer un acto de solidaridad con los habitantes de la calle que consiste en cambiar la ropa que ellos usan por una ropa que la gente de Ibagué entregaron como solidaridad a nuestra fundación.
Este día hay entretenimiento, ocio sano, extender lazos comunitarios, sociales y de solidaridad con los habitantes de la calle. Va haber peluquería, va haber baño, autocuidado, asesoría espiritual. La idea es estar un rato gozándola con ellos, con el habitante de la calle.
- ¿En dónde se va a hacer esta actividad y cómo la gente se puede vincular?
López de Galarza de la ciudad de Ibagué (Tolima), en el horario de 8 de la mañana a las 12 del día. Para el habitante de la calle hay refrigerio de desayuno y almuerzo; la gente se puede vincular de manera solidaria entregando ropa y mirando las redes sociales. Ahí, aparecemos como red Cambalache en Facebook o Aguadepanelos también allí.
También pueden participar asistiendo, participando ese día, ayudándonos a cargar la olla, entregar almuerzos, entregar el desayuno y compartiendo con ellos.
- ¿Qué buscan ustedes con esta actividad filantrópica?
Lo primero es humanizar a aquellos que han sido más marginados por el sistema; esencialmente esta es la primera fase de esto. A continuación, ya teniendo como excusa habernos encontrado con ellos, compartido con ellos, la idea es continuar un trabajo con el habitante de la calle para que la ciudad de Ibagué, deje esa cultura de marginación, de exclusión y empecemos a entender que ellos son también nuestros hermanos y ellos también son nuestros y, trabajar en la prevención del consumo de drogas.
El consumo de las sustancias psicoactivas de la drogodependencia es el flagelo que tiene el capitalismo con nosotros, porque nos llama, nos incita al consumo, y ese consumo nos ata, nos atrapa y después terminamos como personas que pudimos ser muy útiles socialmente, trabajadores atados a un consumo. La idea es la prevención. Atacar ese flagelo.
- Hace rato usted viene trabajando por los habitantes de la calle en esta ciudad. ¿Tiene usted un censo aproximado?
El censo de Ibagué está desactualizado. Va en 600 personas. Pero uno sabe que hay sub registro, debe haber más de mil personas según lo que nosotros hemos podido saber entre registros oficiales y registros de otras fundaciones.
Hacer un censo requeriría hacer un censo bien hecho. Requeriría una infraestructura con la que no contamos. La fundación Aguapanelos funciona a través del trabajo voluntario. O sea, hacemos ese pequeño esfuerzo extra después de nuestras labores laborales para poder hacer una incidencia en nuestra comunidad.
Dejar de quejarnos de que nadie hace nada para empezar a hacer alguien. Y empezamos por la gente más marginada. Eso ha impedido logísticamente y en dinero poder hacer un censo como lo merece la ciudad de Ibagué.
Sin embargo, sabemos que la alcaldía de Ibagué de Guillermo Alfonso Jaramillo, está en disposición de hacer un censo actualizado. Más que un censo es un diagnóstico para poder intervenir la situación.
- Se dice que muchas de estas personas son traídas de otras ciudades. ¿Qué hay de cierto?
Con la alcaldía de Ibagué y las Fundaciones participamos de un pre censo. Atendimos 150 habitantes de la calle. Efectivamente, la gente sí viene de otras ciudades, pero ya llevan mucho tiempo en la ciudad de Ibagué.
Pero, eso no es malo. Ibaguereños hay en Bogotá, en Cali, en la calle. Aquí tenemos mucha gente del Valle del Cauca, del eje Cafetero. Ese cuento que surgió en la emisora Ecos del Combeima sobre la gente del Brox, no es tan cierto. En 150 habitantes de la calle en el centro de Ibagué, encontramos dos habitantes del Brox: Uno venido por la emergencia que había llegado en diciembre.
O sea, ese cuento que llegó acá a desplazar el Brox para traerlos a Ibagué, esa parte no es cierta. Pero la mayoría de habitantes de la calle de Ibagué, pertenece a otras partes de Colombia, pero no Bogotá esencialmente. Muy pocos de Bogotá, mucha gente del Valle, del Eje Cafetero, de Villavicencio y de los Llanos Orientales.
- Se especula que hay personas de la calle de otros países. ¿Qué hay de cierto?
Es cierto. Hay peruanos, argentinos, chilenos, hay profesionales. Gente normal que vive una situación anormal. Todos son seres humanos y tenemos que ayudarlos.
- Como psicólogo que es, ¿Cómo analiza este fenómeno social en la ciudad musical de Colombia, Ibagué?
Esto es producto del consumismo. La gente de la calle no es libre, está atada a un consumo y a una droga. Y esa droga no se retira de las calles por falta de voluntad política del gobierno, de las autoridades y de nosotros mismos como sociedad, porque no exigimos a nuestros gobiernos, locales y nacionales, que ese flagelo que es la droga sea atacada como debe ser. Estamos en una cultura narcotraficante. Aquí, en Ibagué y en el resto del país, la gente se llena de plata de repente y nadie cuestiona la cosa. Recuerde: La consecuencia que esa gente tenga dinero es porque está traficando y esa consecuencia son los habitantes de la calle.
Nosotros atacamos el eslabón más débil, que es el que cayó en el consumo, en vez de atacar el eslabón fuerte, el que de verdad tiene la responsabilidad de ver gente en la calle. El problema tiende a crecer. ¿Por qué va a crecer? Porque hay mucho menor edad en los colegios consumiendo.
- ¿Cuál cree usted que sería las causas principales de ver habitantes de la calle a diario?
Son causas políticas y económicas. Y nosotros que somos la parte social que hemos sido también indolentes con nuestros amigos en la calle.
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