Declaraciones de dirigente indígena al regresar de la Habana (Cuba). Orlando Pamo Chaguala, derercha. Foto Nelosi |
Complacido, satisfecho y optimista, ha regresado a Colombia, exactamente a su comunidad de Natagaima (Tolima), el dirigente indígena, Orlando Pamo Chaguala, una vez participó del proceso de diálogo que se desarrolla en la Habana, entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (FARC – EP) y el Gobierno Nacional.
Fue en representación de las comunidades indígenas junto a otros compañeros a nivel nacional, lo mismo que delegados de los Afros. Reconoce Pamo Chaguala que era importante la presencia indígena en la mesa, por cuanto históricamente este sector ha sido duramente explotado e invisibilizado por la clase dominante, empezando por los invasores españoles desde 1492.
Esta delegación llevó propuestas e iniciativas al igual que los Afros. Destaca Pamo el nuevo ambiente que se respira entre guerrilleros y militares. Según señala, ya no es de confrontación sino de amabilidad.
Otro aspecto que destaca el líder indígena de Natagaima es la formación del pueblo cubano. Señala que su formación es elevada, conocen la realidad de Latinoamérica, dan opiniones pero respetando la libre autodeterminación de los pueblos. Su injerencia en los asuntos de Colombia por parte de los cubanos es nula, en cambio hay una profunda y sincera solidaridad.
La página web: www.pacocol.org habló con Orlando Pamo Chaguala sobre esta histórica gira por Cuba y estas son sus impresiones:
- Usted estuvo recientemente en la Habana (Cuba). ¿En representación de quién y qué vio en esta gira por la isla de la libertad?
Fuimos invitados por la alta consejería de paz, por el ministerio del interior y en representación de la Asociación de Cabildos Indígenas del Tolima y la Coordinadora Nacional de Pueblos Indígenas de Colombia.
Participamos, en primer lugar, porque ya se había dado unas pequeñas discusiones entre varias organizaciones regionales y nacionales, que los pueblos indígenas debían pelearse un espacio para la participación, teniendo en cuenta que las comunidades nativas de Latinoamérica, originarias de estos territorios, han sido las más afectadas de una u otra manera, constantemente desde la invasión española, pasando por el despojo de que hizo la época republicana y llegando hoy, en el actual momento, donde prácticamente estamos sintiendo una segunda invasión debido a los Tratados de Libre Comercio (TLCs), a todas las políticas que han hecho los gobiernos, en cuestiones de tratados internacionales, perdiéndose, prácticamente, la Soberanía Nacional.
En ese orden de ideas, participamos no solo el delegado del Tolima, sino organizaciones del nivel nacional por la base, pero también participó la organización nacional indígena de Colombia (ONIC) y las comunidades organizadas Afro.
Se hizo toda una discusión interesante de etnias nativas pero también Afro, arrojando unos resultados muy importantes frente al contexto que se está dando en relación con los acuerdos de paz, entre el gobierno nacional y las FARC.
Creemos nosotros que como comunidades étnicas tenemos mucho que incidir en esto, porque hemos sido los más desconocidos, los más invisibilizados en las políticas públicas en este país.
Por lo tanto, dejamos nuestras propuestas sobre la mesa, propuestas que tienen que ver con el respeto a los derechos que se han alcanzado, pero también con propuestas que tienen que ir más allá de nuestros quehaceres en nuestros territorios.
Estos territorios que estamos defendiendo con mucho sacrificio ante la imposición de la llamada locomotora minero – energética del presidente Santos.
Ante esto, hay grandes expectativas que nos ha generado en el ambiente que se está dando actualmente para que cada uno de nuestros resguardos, parcialidades, los territorios de las comunidades Afros, también hagan parte y seamos propositivos en lo que tiene que ver con estas propuestas que se están dando en la Habana.
Pero también es una opción de unidad y de acción para que podamos en adelante seguir en el proceso de construir una paz realmente que tenga que ver con la paz en el pueblo, con la paz en las bases de los campesinos, indígenas, con los obreros, con los medianos agricultores. Con todo estos, se tiene que dar en este proceso, porque hasta ahora hemos dicho que se está parando la guerra, pero, de aquí en adelante, seremos nosotros, las organizaciones, el pueblo organizado para que siga construyendo paso a paso la paz que seguramente vamos a durar mucho rato para que veamos florecer lo que hoy se está dando en este espacio de diálogo y que tendrá que darse en el futuro, como una propuesta de consolidación para que el Estado se baje de esas élites que tiene a trabajar realmente con lo que tenemos nosotros en nuestras comunidades de base.
- ¿Qué lecciones saca usted de esta gira por la Habana? ¿Cómo son las relaciones entre los guerrilleros y los militares? ¿Qué observó usted?
La verdad es que hay distencionamiento entre esa mirada ceñida y confrontante; hoy hay una mirada más de encuentro, de amabilidad. Uno percibe un cambio de actitud. Ha sido muy importante que las fuerzas militares hagan parte del proceso, porque precisamente son los que están directamente en la confrontación, así los generales no vayan a poner el pecho directamente en la guerra, pero ellos sienten el peso que están cargando con sus heridos, con sus muertos, con sus lisiados que han quedado de la guerra, lo sienten. Igualmente, el otro bando siente también esa parte, esa responsabilidad que tienen sobre sus hombres y sobre sus hombros.
Cuando se llega a ese espacio vemos cómo nosotros miramos ya ese medio de diálogo, de distensión y percibe uno que estamos realmente entrando en un proceso irreversible hacia generar nuevos escenarios que permitan que encuentros como esos, no se queden solo allá en el espacio que se está dando en la Habana, sino que se venga hacia otros sectores, como ya en el espacio de nuestro país, como ya en los departamentos, como ya en los municipios, en nuestras comunidades, en nuestros resguardos indígenas, en las reservas campesinas, en las juntas comunales. Desde allí, es que se debe construir la paz duradera y una paz que realmente nos toque y nos permita generar un bienestar que es lo que se percibe para la construcción de la paz.
- ¿Cuál es el sentimiento del pueblo cubano acerca de este proceso? ¿Qué pudo usted percibir?
El pueblo cubano ha logrado crear una opción de vida dentro de un contexto de nivel académico y sobre todo de entendimiento de los aspectos sociales. Cuando uno se sube a un taxi y comienza a hablar, ellos le dan cátedra de la vida social del país de ellos, pero también conocen la vida social de Latinoamérica y nos permiten también darnos muchos consejos, que generan para nosotros inquietudes acerca de lo que estamos viviendo.
Ellos son muy prudentes en sus expresiones, pero muy puntuales en sus recomendaciones que es lo que hacen. Recomendaciones que están enmarcadas en la equidad y la igualdad. El trabajo y la responsabilidad y sobre todo la dignidad con soberanía nacional.
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