sábado, 19 de diciembre de 2015

Relaciones diplomáticas Cuba – Estados Unidos

Omar García Laso, miembro del Partido Comunista de Cuba. Foto Nelosi
Por Nelson Lombana Silva

El restablecimiento de las relaciones diplomáticas Cuba – Estados Unidos, es un acontecimiento que está a la orden del día para su análisis e interpretación. Sobre este hecho histórico hay las más diversas y disímiles manifestaciones de distintos países y regímenes del mundo.



La prensa imperialista presenta una versión inverosímil al afirmar de la “rectificación crítica” de los Estados Unidos en su política exterior, diciendo mentirosamente que Cuba ha asumido una postura aperturista acorde con la dinámica del siglo XXI. Es un decir alegremente que Cuba estaría regulando su política a favor del capital y concretamente del Tío Sam.


Nada de eso es cierto. Por el contrario. Los Estados Unidos buscan otras vías para ahogar la revolución  cubana. Y lo hacen porque sus métodos implementados hasta ahora, incluyendo el brutal bloqueo económico, los sabotajes, el apoyo a grupos contrarrevolucionarios, etc, han fracasado estrepitosamente.


El camarada Omar García Laso, miembro del comité central del Partido Comunista de Cuba, lo señala sin ambages al referirse a los Estados Unidos: “El objetivo es destruir la revolución cubana. Esa postura se mantiene inalterable”. El imperialismo estadounidense no se ha vuelto bueno como quizás algunos ingenuamente lo podrían pensar. Ha cambiado la táctica, por cuanto su macabra estrategia sigue siendo la misma: Acabar con la histórica revolución cubana por otros caminos. A esos leoninos intereses imperialistas, la respuesta del pueblo cubano es clara, contundente y consecuente: “Nuestra misión es hacer irreversible el Socialismo”, dice el camarada García Laso.


En ese sentido, el dirigente comunista cubano de gira por Ibagué (Tolima), el pasado 6 de diciembre, explicó detalladamente el suceso, las perspectivas y los desafíos para su patria que un hecho de esta naturaleza se esté sucediendo. Explicó distintas interpretaciones que el pueblo cubano hace sobre la decisión de los Estados Unidos, siendo consciente que Estados Unidos sigue siendo enemigo de la humanidad y por supuesto, enemigo de la república socialista de Cuba.


Sin embargo, una vez más el pueblo cubano, dirigido acertadamente por el Partido Comunista de Cuba, sabrá defender las conquistas, la libertad y la libre autodeterminación de los pueblos. Cuba seguirá siendo humanista, internacionalista y solidaria con los pueblos del mundo que luchan contra los imperialismos.


La página web: www.pacocol.org transcribe los principales apartes de la conferencia dictada en Ibagué (Tolima) por el camarada Omar García Laso, repetimos, miembro del Partido Comunista de Cuba, como un aporte a la lucha ideológica y política, un aporte a lucha contra la incomunicación de los medios masivos de comunicación, un aporte al momento histórico que vive la isla de la libertad en el marco de las actualizaciones económicas. La intervención es la siguiente: 


El 17 de diciembre de 2014, se anuncia a la opinión pública cubana, estadounidense e internacional, la liberación de los tres compatriotas cubanos que quedaban presos injustamente en Estados Unidos y la liberación también de un contratista estadounidense que había sido juzgado por las leyes cubanas por atentar contra la soberanía del Estado.


Se anuncia eso y se anuncia también el inicio del proceso de normalización de las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba. Proceso que ha ido avanzando y que el 20 de julio de 2015, también dio otro paso importante que fue la normalización de las relaciones diplomáticas entre los dos países. Es decir que los Estados Unidos ya tiene una embajada en Cuba y Cuba tiene una embajada en Estados Unidos.


Nosotros estamos claros que además el propio gobierno de los Estados Unidos, su propio vocero, incluyendo el propio presidente Barack Obama, lo ha dicho que lo que ha sucedido por parte de los Estados Unidos no es un cambio de objetivo, el objetivo es destruir la revolución cubana. Esa postura se mantiene inalterable.


Lo que ha cambiado es la política, la manera de hacerlo. Hay algunos elementos que explican por qué Estados Unidos tomó estas medidas, y que suponemos explica esta postura. Ellos no lo han dicho pero nosotros hemos ido analizando la situación.


El primero de ellos, es que a nivel global está ocurriendo desde hace algunos años un reacomodo o una profundización de las contradicciones entre las principales potencias económicas y políticas del mundo; contradicción que tiene presiones en el ámbito financiero, en el ámbito económico y también tiene contradicciones en el ámbito militar.


Se conocen que algunas potencias como China, Brasil, Rusia, Sudáfrica, se han unido en lo que se conoce como los Brics y al mismo tiempo eso expresa un poder desarrollado para avanzar en el fortalecimiento de sus relaciones financieras, han creado bancos, etc. Fuera de eso, ahí se está profundizando las contradicciones con la hegemonía del dólar, como moneda predominante en el sistema financiero internacional.


Hay otra contradicción económica y para terminar con el tema militar, ustedes conocen que en Siria, en este momento, están interviniendo o sea, están actuando en el mismo escenario tres potencias: Rusia, Estados Unidos y Francia.


Indirectamente está interviniendo otras potencias regionales. Además, indirectamente también están participando otras grandes potencias como China, Inglaterra, etc. Es decir, hay una profundización de las contradicciones a nivel global de las grandes potencias.


Cuando estas cosas ocurren, normalmente lo que hacen las grandes potencias, es fortalecer sus zonas de influencias más cercanas, y hemos venido observando que Estados Unidos está “regresando” (porque nunca se ha ido), está regresando a América Latina y cuando regresa a América Latina ve el traspatio como ellos de manera ofensiva han denominado a América Latina, cuando ellos “regresan” encuentran su traspatio desordenado: Algunos gobiernos de izquierda, un proceso de integración adelantándose, todo eso va en contra de sus intereses y comienza lo que nosotros hemos denominado una contraofensiva contra América Latina y el Caribe.


En esa contraofensiva, cada flanco tiene su cuota de acciones, y como somos parte de América Latina, pues ahí nosotros tenemos una cuota. El establecimiento estadounidense ha comprendido que lo que estaba haciendo con Cuba hasta ese momento, no había dado resultados, por lo tanto, tenía que cambiar la política.


Por eso, es que vemos un primer elemento en el cambio de la política de los Estados Unidos hacia Cuba: Todo lo que está ocurriendo a nivel global, el regreso a América Latina y Cuba como parte de América Latina también tiene su cuota de acción en este caso.


Otro elemento que pudo haber influido en la toma de la decisión de los Estados Unidos sobre el particular, es el hecho de las propias transformaciones que implica las actualizaciones que estamos desarrollando.


Importantes sectores de los Estados Unidos, históricamente nosotros nos hemos estudiado mutuamente, ellos nos conocen a nosotros y nosotros a ellos, por lo tanto, estoy seguro que importantes sectores de Estados Unidos leyeron el documento, estudiaron el documento que guía el proceso de actualización económico cubano, de alguna manera eso pudo haber influido en la decisión. Es decir, tenemos que acercarnos ahora los Estados Unidos a Cuba, porque esa gente está transformando la economía, tenemos que llegar antes que se desarrolle y tenemos que aprovechar esas transformaciones que están haciendo en función de nuestros intereses.


Es decir, acercarse – por ejemplo – a esos nuevos actores económicos, los pequeños trabajadores privados, las cooperativas. Suponemos que todo lo que estamos haciendo influyó en la decisión.


Tercero, por razones biológicas la generación histórica, la generación que dirigió la revolución y la sigue dirigiendo, por razones biológicas va a tener en algún momento apartarse de sus funciones, de sus cargos, etc. Eso también suponemos que ha influido de alguna manera en la decisión del establecimiento estadounidense. Suponemos que hayan dicho: Es mejor negociar con los que hicieron la revolución que tienen legitimidad que no con los que vengan atrás que probablemente tengan que responsabilizar su legitimidad y no darían pasos audaces con relación a los Estados Unidos.


Es lo que pensamos que ellos puedan pensar. Un cuarto elemento que pudo haber también influido en la toma de decisión es la presión que se viene ejerciendo al interior de los Estados Unidos de importantes sectores económicos que ven en el mercado cubano una potencialidad para hacer negocios.


Creemos que en su mayoría no hay intereses políticos, son simplemente intereses económicos, gente que quiere exportar mercancía hacia Cuba o gente que quiere importar mercancía de Cuba. Simplemente intereses económicos y que están ejerciendo alguna presión. No creemos que sea una presión determinante, pero sí un elemento más en este “sancocho” de elementos que propiciaron la decisión. Un sector haciendo presión, gente visitando a Cuba, en medio de la crisis mundial con un mercado de 11 millones de dólares, no es un mercado despreciable. Además, tan cerca. Esto pudo también influir.


Otro elemento que también consideramos importante y que tiene que ver de alguna manera con lo primero, con ese regreso a América Latina, todo el reacomodo que hay a nivel global, es el hecho de que la política de Estados Unidos contra Cuba, la política de aislamiento de Estados Unidos contra Cuba fracasó, fracasó al extremo, de que varios gobiernos latinoamericanos amenazaron de no seguir asistiendo a la cumbre de las Américas si Cuba seguía siendo excluida. Fracasó al extremo de que aun cuando ha habido un acercamiento entre Cuba y Estados Unidos en las relaciones diplomáticas, en octubre del año pasado (2014), la ONU 191 países en el seno de la ONU, votaron en contra del bloqueo y solo dos países votaron a favor del bloqueo: Estados Unidos e Israel.


Hay un sector importante del establecimiento estadounidense que analizando todo esto que he dicho, todo ese “sancocho” de elementos, dijo: Vamos a cambiar la política hacia Cuba, pues en definitiva no estamos logrando ningún objetivo y es contraproducente, estamos siendo aislados, tenemos gentes negociantes que pueden generar empleo aquí, en fin. Al mismo tiempo, se ha ido agregando también un ambiente de importantes sectores políticos estadounidenses en esa misma tendencia. Incluso, la prensa previa al reconocimiento de las relaciones, El New York Times publicó varios artículos criticando la política de los Estados Unidos hacia Cuba. Claro, como viejos lobos que somos  en estas lides, sabemos que lo que hizo el New York Times no fue otra cosa que seguir una línea política del sector político al que ese medio representa. Nadie se cree el cuento de la libertad de prensa. Eso no existe. El New York Times estaba cumpliendo con una línea precisamente de ese sector que ha ido analizando todo esto.


Eso también a lo que no estábamos negociando, sino que estábamos viendo los toros desde la barrera, cuando vimos toda esa cantidad de artículos publicados que favorecían un acercamiento entre los Estados Unidos y Cuba, como decimos en Cuba: “Verde con pinta, guanábana”. Es decir, estaba claro lo que venía. Más o menos pudimos prever lo que se iba a venir.


Son elementos que debieron haber llevado a los Estados Unidos a tomar esa decisión. Ahora, lo han dicho públicamente: Lo que va a cambiar son los métodos, pero se mantiene la política. ¿Qué hemos dicho los cubanos? En primer lugar, desde el año de 1959, hemos dicho que estamos dispuestos a tener unas relaciones normales con Estados Unidos siempre y cuando haya respeto a la soberanía y derecho al pueblo cubano a darse el sistema político que decida. Y hemos decidido por el Socialismo. Por lo tanto, deben respetar eso.


Nosotros no nos hemos propuesto cambiar su sistema político. Ni financiamos a nadie para que lo haga, siempre practicamos un respeto mutuo, desde 1959 y por lo tanto, no vamos a cambiar ahora. Vamos a hacer todo lo posible por derrotar el bloqueo. Nuestra misión es hacer irreversible el Socialismo.


En todas estas conversaciones hemos dicho que estamos dispuestos a avanzar, pero que resulta ilógico que dos países que tengan relaciones diplomáticas, uno bloquea al otro. Eso no resulta lógico. No hay un precedente en la historia de las relaciones diplomáticas. No puede haber un proceso de normalización entre los dos países, si persiste el bloqueo; no puede haber una normalización de las relaciones diplomáticas entre los dos países, si se mantiene el financiamiento a la contrarrevolución interna en Cuba. Si ellos siguen financiando a grupos contrarrevolucionarios al interior de Cuba, que no se preocupe, que no tiene ninguna base social, son unos mercenarios quieren vivir con el dinero estadounidense.


Esa actitud de los Estados Unidos viola nuestra soberanía. No puede haber un proceso de las normalizaciones entre los dos países, si se mantiene la base naval de Guantánamo ilegalmente ocupada. Se lo hemos dicho públicamente. No se pueden las normalizaciones entre los dos países si se mantienen las agresiones radio – electrónicas contra Cuba, que desde el triunfo de la revolución se han venido desarrollando. Esas emisoras de radio, una televisora que se llama: TV Martí, humillando el nombre de nuestro prócer, nuestro apóstol de nuestra independencia: José Martí.


Una televisora que no se ve porque la interferimos, tenemos toda la experiencia y los mecanismos para hacerlo, pero que nos genera recursos. Es además, una violación de nuestra soberanía, es una violación de las leyes internacionales que plantean que el espacio radio – electrónico nacional es inviolable, y que para hacerlo tiene que tener autorización, pero lo están haciendo de manera ilegal.


Le hemos venido diciendo esas cosas sin poner condiciones, porque siempre hemos dicho que un diálogo entre Cuba y Estados Unidos, tendría que ser en igualdad de condiciones, con respeto mutuo y sin condicionamientos, significa sin condicionamientos que ellos no nos pueden poner condiciones, pero nosotros tampoco le vamos a poner condiciones a ellos. Le hemos venido diciendo: No puede haber una normalización si estas cosas se mantienen, pero no hemos puesto esto como condición para avanzar en el diálogo, porque lo estamos es creando un ambiente que permita derrotar la incomunicación.


No es lo mismo estar con el vecino del lado tirándose piedras constantemente que se rompan los cristales, las ventanas, que te maten el perrito, que te echen sustancias y te ensucien el piso, vuelve a tener otro perrito y te lo vuelven a matar, que vivir en un clima de convivencia y de respeto mutuo. Nosotros preferimos ese clima de convivencia, de respeto; como dice el compañero Raúl Castro: “De convivencia civilizada”, a estar permanentemente en hostilidad, porque además los más afectados siempre hemos sido nosotros; hemos resistido, hemos sobrevivido, hemos ganado, pero hemos sido los más afectados.


No es lo mismo estar en un ring de boxeo contantemente, que estar en un medio de convivencia, teniendo claro que seguimos siendo enemigos: Ustedes allá y nosotros acá y seguimos la partida, pero en una mesa de ajedrez, que se permite pararse, tomar agua, hacer una llamada telefónica, dedicarse a otra cosa en la medida que está jugando la partida de ajedrez.


Ese  es el nuevo escenario: Salimos del ring de boxeo y ahora estamos en un tablero de ajedrez, cada cual con sus fichas. Nosotros moviendo las nuestras y ellos moviendo las de ellos, nosotros en el sentido de derrotar el bloqueo y ellos en el sentido de derrotar la revolución.


En eso términos miramos las cosas. La miramos como una victoria del pueblo y la revolución cubana, porque sin chauvinismo de ningún tipo, qué país en el mundo, puede sentarse de tú a tú con los Estados Unidos. Son muy pocos, compañeros. Y Cuba, la pequeña Cuba, con apenas 11 millones de habitantes, con una crisis económica ahí que la hemos ido aliviando con un concepto de la dignidad humana, con un concepto de las relaciones sociales, con sus ideas, con sus principios, ha logrado esto, sin ninguna condición, no le aceptamos ninguna condición.


Nos han planteado y nosotros hemos planteado. Ellos colocan sus puntos de vista y nosotros los nuestros. Hemos ido avanzando. Consideramos que es una victoria política, moral, no solo de Cuba, sino también de los pueblos de América Latina, que nos han ido acompañando durante estas cinco décadas de lucha. Sabemos que la victoria nuestra es la victoria de ellos, de ustedes que nos han acompañado.


Les puedo decir con total honestidad, con total autoridad, que eso no implica absolutamente ningún cambio en nuestra política exterior, en relación de lo que estamos haciendo con los Estados Unidos, nosotros hemos aprendido a separar las cosas. Podemos dialogar, podemos convivir de forma civilizada, pero eso  no implica absolutamente ninguna transformación en nuestra política exterior, nuestra política exterior de solidaridad con los pueblos de América Latina y el Caribe, de solidaridad con las causas justas de todos los pueblos del mundo, de solidaridad con Venezuela, con el presidente Correa, con Daniel Ortega, Sánchez en el Salvador, con Evo Morales y con el resto de las organizaciones sociales y políticas de izquierda en América Latina.


Eso no implica ningún cambio en la política exterior en los organismos internacionales donde siempre vamos a dejar clara nuestra postura sobre determinados temas globales y sobre determinadas situaciones a nivel mundial de denuncia. Nuestra voz siempre va a ser la voz de los que necesitan denunciar el imperialismo, en esos mecanismos internacionales, como la ONU y otros. Nuestra política seguirá siendo la misma enfocada en la integración de América Latina, la América nuestra como diría José Martí, de la quebrada El Bravo a la Patagonia, la América de Simón Bolívar, no es la América ni de Obama, ni de Hamilton como decía Martí, la América nuestra, la del indio, la del campesino, la del negro, la del mestizo.


No vamos a cambiar nuestra política exterior, nuestro relacionamiento con otros países como Rusia, China, Irán, Vietnam. Seguiremos porque la incoherencia en política se paga muy cara. Nosotros no vamos a ser incoherentes no solo porque seamos buenos políticos, sino además porque sentimos en el corazón lo que estamos haciendo. Seguiremos siendo la misma Cuba revolucionaria, antiimperialista, Socialista, que lucha por la paz en América Latina y en el mundo, lucha por las causas nobles de los pueblos.


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