El pueblo patriota de la hermana República Bolivariana de Venezuela vencerá en el venidero debate electoral, continuará construyendo las bases del Socialismo con el mismo entusiasmo del artesano. Asumirá autocríticamente los errores y avanzará en la dinámica de desarrollar el gran legado de Bolívar y Chávez con la entereza y lealtad que lo viene haciendo el presidente Nicolás Maduro Moros.
La guerra de cuarta generación, invento macabro del pentágono estadounidense, puesto en todo su furor contra esta República no obnubilará la decisión democrática y revolucionaria del pueblo venezolano. Venezuela seguramente no volverá a ser propiedad ni de la derecha, ni de la extrema derecha, tampoco propiedad de los Estados Unidos. Venezuela hace rato acabó con el analfabetismo y camina en la dirección correcta de acabar también con el analfabetismo político.
Por estos días, seguramente la patria de Bolívar estará inundada de dólares, auto atentado, show mediáticos de baja calidad y calumnia por doquier de los que sueñan que América vuelva a ser el patio trasero del imperialismo norteamericano. Lo podrán intentar una y otra vez, como efectivamente viene sucediendo, pero no lo podrán conquistar definitivamente, porque un pueblo alimentado, educado y con buena salud pelea con conciencia de clase.
Los traspiés del pueblo argentino al elegir al corrupto oligarca Mauricio Macri, no ocurrirán en Venezuela como sueñan los Estados Unidos y la pútrida oligarquía latinoamericana. Jimmy Carter lo tuvo que reconocer al decir que las elecciones en este país eran más transparente que en su patria.
El poder mediático, esencia de la guerra de cuarta generación, repite maquinalmente el discurso del imperialismo con qué sumisión. Utilizan distintos artilugios para desinformar y sobre todo para sembrar el odio en el pueblo contra el presidente Maduro y el proceso revolucionario que se viene dando allí. Qué temerosa está la oligarquía Colombiana que el ejemplo patriota cunda en este pueblo secularmente engañado, explotado y asesinado.
Hace hasta lo imposible por tapar la verdad. Se retuerce temerosa y miente a cada paso que da. Pare criaturas miserables de la talla de Darío Arismendi que todos los días como estúpido borrego repite el libreto de la CIA contra el proceso venezolano, lo mismo Rcn, Caracol, El Tiempo, Cnn, etc, etc.
Todos los epítetos aparecen en la radio, en la televisión y en los impresos con qué soberbia, con qué cobardía y con qué infamia. Es la lucha de clases en todo su esplendor que hoy se libra en este continente otrora propiedad exclusiva de los Estados Unidos. Recordemos la sentencia apocalíptica de los gringos en 1825: “América para los Americanos (Norteamericanos)”.
Se perdió una batalla en Argentina, pero no la guerra. El país gaucho no volverá a ser patria de dictaduras militares, ni base del imperialismo norteamericano. Ya Mauricio Macri mostró su talante. En su primera rueda de prensa se fue lanza en ristre contra Venezuela pidiendo que sea separada de Mercosur. Desconoce el magnate que Venezuela fue reelegía el pasado 28 de octubre una vez más para integrar el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con 131 votos sobre 192, como lo señala Atilio A. Borón. ¡Qué imbécil! ¡Qué dócil a la doctrina imperialista de los Estados Unidos!
Tenemos que desarrollar la solidaridad con el proceso bolivariano de Venezuela. Hacer hablar hasta las piedras. Debatir en el escenario que sea necesario y estrechar el brazo fraterno del pueblo patriota. Hay que desintoxicarnos de la desinformación criminal que hoy transmiten los medios masivos de comunicación, hay que acudir a los medios alternativos porque es allí donde se puede leer las dos versiones libremente.
El pueblo venezolano no se equivocará una vez más en estas elecciones.
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