miércoles, 23 de diciembre de 2015

Destechado se encadena frente al palacio municipal de Ibagué, demanda vivienda digna

Misael Herrera Angarita. Foto Nelosi
Por Nelson Lombana Silva

Dantesca escena protagoniza Misael Herrera Angarita, llamando la atención del alcalde municipal de Ibagué para que le adjudique una vivienda digna, un proyecto productivo y una indemnización. Ya completa 10 días de haberse encadenado frente a este palacio municipal, sin que hasta el momento las autoridades competentes hayan tomado cartas en el asunto.


Ha sido víctima no solo del desplazamiento sino del desprecio de las mis autoridades policiales. Según Herrera Angarita, el  sargento Reina en el parque Andrés López de Galarza le dijo que era “un estorbo para la sociedad”.


Inicialmente, fue desplazado de la vereda San Juan de la China, estuvo un tiempo en Ibagué trabajando con una carretilla de balineras cuando tenía 16 años. De allí, salió para el Huila donde vivió algún tiempo, pero fue desplazado por cuatro tipos que llegaron a su modesta casita de bahareque y le notificaron que tenía que abandonar la región.


Insistentemente ha solicitado las ayudas humanitarias pero no ha sido posible invocando incluso, Derechos de Petición. En esas condiciones deplorables Misal dice que no quiere vivir más, por cuanto no tiene sentido la vida así. Pide la generosidad para sus dos hijos.


La página web: www.pacocol.org habló con don Misael Herrera Angarita y esto dijo:


-         ¿Por qué está usted encadenado?


Estoy encadenado porque durante muchos años no me han respetado mis derechos humanos, siempre me lo han violado.


-         ¿En qué sentido le han violado a usted sus derechos?


Primero, hace unos dos años cuando la venganza de los Zabala con la familia de San Juan de la China (Ibagué), se agarraron, llegó la guerrilla y me tocó venirme para Ibagué, no recuerdo bien si fue en el 2004, 2006 o 2008, me fui para el Huila, me conseguí una mujer en Gigante (Huila), hice una casita de bahareque. Ella se fue con otro, pero entonces yo después la volví a recibir y nos fuimos para El Recreo, municipio de Garzón (Huila) y negociamos una casita porque el suegro me dio $2 millones de pesos no más por la casa, allí compramos y quedé debiendo $2 millones: Pagué uno trabajando en una finca en Tres Esquinas.


Un día cualquiera la mujer no estaba ni el niño. Él se llama Jonatan Herrera Perdomo y ella Mirian Jineth Perdomo Hernández; cuando yo ya trabajé por allá, llegaron cuatro tipos con botas militares y me dijeron que tenía que irme. Les dije: ¿Por qué si esto es mío? Quedé debiendo un millón de pesos. El rancho quedó solo. Me vine de nuevo para el Tolima, para donde mi familia.


En el 81 cuando Pablo Escobar, mataron a mi hermano y a mi mamá  no se lo pagaron. Tengo problemas psiquiátricos. No quiero vivir más. Si ustedes pueden hacer algo por mí, háganlo. Tengo un niño en Marsella (Risaralda), se llama Julián, no tiene apellido mío por problemas de mi trabajo, porque me tocó irme a buscar trabajo en café, porque la primera vez que venimos a Ibagué, trabajé en una carretilla de balineras y una vez la policía me cargó con marihuana y luego dijo que era vicioso y que vendía vicio, yo tenía como unos 16 o 17 años.


Ahora que me vine, tuve dos años en la calle, viviendo en un lugar de paso alimentándome con una agua de panela y un pan, con este bolso que tengo aquí. Yo pedía la ayuda humanitaria y me la negaban. Acudí a un derecho de petición para que me la dieran, el sargento Reina en el parque Andrés López de Galarza de Ibagué, me dijo que yo era un estorbo para la sociedad. Entonces, ¿para qué vivo yo? No tengo derechos, porque no tengo plata con qué comprar nada. Por favor ayuden a mis hijos.


-         ¿Cuántos hijos tiene usted?

Dos. Uno tiene 12 y el otro el pasado 25 de septiembre completó 5 años; me tocó meterme un gota a gota para mandarle un girito para que comprara una tortica y algo para los cumpleaños.


-         ¿Cuánto tiempo hace que usted está encadenado acá frente al palacio municipal de Ibagué?


Desde el 16 de diciembre estoy acá encadenado.


-         ¿Qué le está pidiendo al alcalde municipal?


Le estoy pidiendo una vivienda digna, una indemnización, un proyecto productivo para yo trabajar, porque nunca me ha gustado robarle a nadie. He aguantado hambre en Ibagué, pero nadie me escucha.


-         ¿Cuántos años tiene usted?


Ahorita el 19 de febrero voy a completar 49 años.


-         ¿Qué estudios tiene?


Tengo cuarto de primaria. No pude estudiar más porque a mi papá y a mi hermano los mataron. Mi mamá no me dio estudio, porque tenía que trabajar en la carretilla de balineras en la calle 28, cargando pescado cuando pagaban la sarta a $200 pesos.


-         ¿Quién cree usted que lo desplazó?


No sé exactamente. Como le dije en Huila cuatro hombres me desplazaron y en San Juan de la China, vereda de Ibagué, fue producto de esos enfrentamientos entre familias, prácticamente quedé en medio siendo inocente. Me desplazaron porque un señor cieguito que había allá, me metió en cuentos también con la guerrilla; yo tenía el pelo largo entonces yo me les aguanté como cuatro veces. El cieguito dijo que ellos mismos me iban a cortar el pelo, yo cogía café; me regalaron un rinconcito y yo hice una piecita de bahareque y de allá me salí. ¿Para qué la vida así? A uno no lo escucha nadie.


Mi hermano era alumno en Pitalito (Huila) en la Normal y 25 estudiantes de allí salieron para la Guajira, allí mataron un poco y mi hermano con cinco compañeros llegaron a Medellín, fue policía y a los 9 meses de morir mi papá, mi hermano fue asesinado en Medellín.


En todo caso: Hagan algo por mis hijos, así no hagan nada por mí.
















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