martes, 1 de diciembre de 2015

“Reflexiones para alcanzar la Unidad”

Por Nelson Lombana Silva

En el encuentro sobre las izquierdas realizado en la ciudad de Ibagué (Tolima), el pasado 28 de noviembre, el compañero José Manuel López Santos, miembro directivo de la Unión Patriótica en esta ciudad, leyó un importante documento en el cual fija su posición entorno  a la posibilidad y necesidad de la unidad de las izquierdas.



El documento intitulado: “Reflexiones para alcanzar la unidad”, arroja elementos de juicio que nos permite ir hilando ese gran sueño democrático y político de que las izquierdas colombianas pasen de ser simplemente oposición a ser opción de poder.


Comienza diciendo: “Asistimos a esta convocatoria, impulsada con el lema: “Recuerden unidos somos fuertes e interesantes”, muy seguramente con el propósito de plantearnos una agenda común para el trabajo por una Ibagué mejor, con verdadera participación democrática de  todos y todas”.


Hace un breve balance del reciente debate electoral: “De los resultados de este proceso, quedan, además del éxito logrado en el nombramiento del nuevo alcalde para la ciudad de Ibagué, experiencias y reflexiones relacionadas con los aciertos y desaciertos en la composición de las fuerzas políticas necesarias, para la firma de los acuerdos programáticos, en el seno de las organizaciones de izquierda y los movimientos sociales”.


Explica el sentido de las alianzas políticas: “Las alianzas y los acuerdos son determinados por circunstancias específicas que dependen de una amplia o reducida órbita de relaciones entre los partidos, las diversas tendencias y las masas populares, así como también del conocimiento de las organizaciones sindicales y la clase obrera”.


La tarea de trabajar por la unidad popular es una premisa irrenunciable con base en la experiencia de que desunidos somos débiles con pocas posibilidad de ser opción de poder: “Ha quedado una perspectiva de cambio, una esperanza que flota en el medio social, en la mayoría de las bases humildes, de todas las fuerzas políticas, en los campesinos y ciudadanos, que trabajaron arduamente en el proceso y seguirán trabajando por la organización del poder popular y la formación del conocimiento en la gobernabilidad de ciudad y territorio con democracia real y participación en la administración pública de los que siempre han sido excluidos y marginados”.


Los aciertos serán energías para avanzar en la construcción de la unidad y del poder popular: “Los aciertos serán nuestra fuente de apoyo, de impulso, la energía, el foco de luz que alumbrará los caminos de la lucha, que nos llevarán más temprano que tarde a nuestro puerto escogido, a nuestras metas soñadas”.


Por su parte, los errores son para ser mirados con serenidad y reflexión no para tirar la toalla sino para hallar el error, corregirlo y avanzar: “Los desaciertos serán la fuente de reflexión, la pedagogía para desaprender y el volver a aprender, el obstáculo para continuar por los caminos equivocados, el reconocimiento de los antivalores de la individualidad, el egoísmo, junto al desprecio por la defensa de los intereses comunes”.


En el sentido de los aciertos y los desaciertos, subraya: “Los aciertos y desaciertos, en nuestro caso, son hijos del mismo proceso. Por lo tanto, son instrumentos de reflexión profunda, que nos inspira a plantearnos la necesidad de la unidad y nos confirma la lucha de contrarios dentro de la unidad”.


Resulta prioritario persistir en la unidad en una Colombia que carece de democracia con fuerte predominio del individualismo: “Entender la unidad es un principio que radica en la esencia misma del individuo, reconociéndolo como sujeto de derechos, en una sociedad en la que casi siempre se tiende a desconocer las mayorías y a ignorar, precisamente, sus derechos”.


La unidad es un desafío latente de las izquierdas en Colombia: “La unidad de los sectores sociales, en el trabajo y construcción de procesos de cambio y transformación, es dignidad complementaria a los conceptos de sostenibilidad y solidaridad, porque impele a incluir lo que siempre ha sido excluido en la sociedad de consumo y porque pone a prueba nuestro carácter y compromiso a una paz con justicia social”.


Insistir en la unidad es fundamental por cuanto es el único camino que tiene el pueblo para liberarse del yugo dominante de la burguesía y los imperios: “Debemos apelar a nuestra conciencia para reflejar, analizar y racionalizar mediante la dialéctica del conocimiento la importancia de la unidad”.


La unidad tiene sus fases, las cuales hay que entender y dimensionar para articularlas coherentemente: “La unidad para lo social no será completa. La unidad es de diversos aspectos: la unidad de acción, la unidad de principios, la unidad programática, la unidad en la defensa de los intereses, la unidad para el desarrollo. ¿Cuál es la nuestra?”.


Hay que aprovechar las condiciones para avanzar en el terreno de la unidad respetado la diversidad: “La unidad está determinada por unas condiciones, como las que hoy tenemos los ibaguereños, por un tiempo que debemos aprovechar para crecer y avanzar y por una relatividad de principios que debemos respetar”.


Termina diciendo José Manuel López Santos: “Reconozcamos las tendencias al interior de la izquierda y los movimientos sociales para superar las contradicciones, porque éstas no se pueden conciliar. Construyamos la unidad”.


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