miércoles, 22 de marzo de 2017

No se puede permitir la privatización del agua y de los acueductos comunitarios”: Wilman Avendaño Méndez

Por Nelson Lombana Silva

Alrededor de los acueductos comunitarios de la ciudad de Ibagué (Tolima) hay toda una problemática planteada ante la incapacidad del Estado representado en la alcaldía de responder con sus obligaciones.


Son 32 acueductos comunitarios en el perímetro urbano y más de 200 en el sector rural, según Danilo López Carrero, que se debaten en el abandono oficial ante la desidia de las administraciones municipales, incluyente la actual, según expresa Wilman Avendaño Méndez, miembro de la red de veedurías de acueductos comunitarios de esta ciudad de 600 mil habitantes. 

Al parecer se estaría fraguando la privatización de ellos a través de las “famosas” Alianzas Público Privadas, que viene agitando con fuerza el mandatario, Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez. “Las APP – dice Wilman Avendaño Méndez – es un paso a la privatización”.

De igual manera, el dirigente comunitario considera que el mandatario municipal tiene un doble discurso que realmente no beneficia la existencia y el desarrollo de los acueductos comunitarios.

También se va lanza en ristre contra la Corporación Autónoma regional del Tolima (CORTOLIMA), afirmando que estaría entregando concesiones de agua a comunidades que realmente no existen, en unos casos y en otras autorizaciones para que contaminen corrientes de agua, caso de la quebrada La Balsa en las Delicias. Al mismo tiempo al parecer se despilfarra mucho dinero y las obras realmente no se ven por ninguna parte.

Afirma que los acueductos comunitarios son construcciones sociales, construcciones que hay que defender recuperando la comunidad el interés por lo suyo y presentando a sus usuarios cuentas claras. 

El reportaje de la página web: www.pacocol.org con el líder de la veeduría, Wilman Avendaño Méndez, es el siguiente: 

-         ¿Cómo analiza usted la situación de los acueductos comunitarios en el municipio de Ibagué (Tolima)?
Estamos viendo una organización que parece organizada. Pero hay ausencia del Estado en la ayuda en la prestación del servicio del acueducto comunitario, un total abandono del Estado a las comunidades.

Ahora se acerca con planes de absorber acueductos comunitarios que ha abandonado durante años, los ha de dejado a su suerte, no les ha prestado ayuda técnica necesaria.

Una cosa es reunir una cantidad de juntas administradoras de acueductos comunitarios y darles unos cursos de manejo, cuando muchos de ellos ni siquiera quieren hacerlo, no quieren presentar balances, no hacen reuniones en sus comunidades y si las hacen, algunas son amañadas.

No quiere decir que todos lo hagan, pero sí tenemos datos de muchos acueductos en los que se han presentado incluso, falsedades de documentos, donde llevan actas a la cámara de comercio de reuniones que nunca existieron, caso por ejemplo de un acueducto que se acercó alguien y nos da un recibo con en el Nit de la cámara de comercio, por ejemplo el recibo del agua.

CORTOLIMA le da concesiones de agua a una comunidad sin un sujeto de derecho, o sea, que no hay una persona como tal que empeñe su nombre a una concesión. Preguntamos en Planeación por la comunidad a la que se refería CORTOLIMA y no existe en el mapa, no existe la comunidad, el barrio no está legalizado ni existe en Planeación. Son grandes irregularidades como estas.

Contratos de mejoramiento de las rondas hídricas que uno no ve dónde fue donde mejoraron y un contrato de 100, 150 millones de pesos, que uno dice donde lo invirtieron. Si estamos tan mal, en dónde es donde el Estado suministra dinero para el mejoramiento de los acueductos comunitarios, si no están funcionando.

Ahora vienen y dicen: No, es que las comunidades los manejan mal. No manejan mal, es que hay unos sujetos que están cooptados por la politiquería y están manipulando a estas comunidades. Incluso, hay veedores que fueron afectados físicamente, golpeados; otros tenemos denuncias y amenazas, amenazas que llegan a nuestras casas, por las investigaciones que estamos haciendo.

No estamos hablando de cualquier cosa, sino de inversiones públicas, porque lo que hace aquí el acueducto comunitario de cualquier barrio, de cualquier vereda es recaudar dineros públicos, pero nadie responde a la hora de preguntar.

-         Ha dicho usted que la actual administración municipal tiene un doble discurso en relación con los acueductos comunitarios. ¿En qué fundamenta esta aseveración?

En que hemos escuchado en distintas oportunidades al alcalde hablar del agua, la vida y la defensa del territorio. Sin embargo, en audiencias públicas el IBAL nos ha manifestado que el alcalde lo ha dicho, que quiere que el IBAL, la herramienta técnica de la administración municipal, absorba los acueductos comunitarios.

Y esta frase la han usado varios funcionarios del IBAL en las audiencias públicas con nosotros. Absorber los acueductos comunitarios, violando el territorio de las comunidades, que construyeron esos acueductos comunitarios. Si el agua es tan importante y vale más que el oro, por qué el agua comunitaria no.

Hay que invertir en las comunidades. Este servicio de acueducto, debería funcionar en cada uno de los 32 acueductos urbanos y en los que hay más rurales, no es necesario que nos vengan a echar un discurso de NO a la megaminería, cuando en la ciudad el agua de los acueductos comunitarios está por encima del 80 por ciento con materia fecales. Entonces, es un doble discurso para mí al hacer eso el alcalde. O sea, barramos primero la casa y luego nos vamos para Cajamarca a pelear, que también es una pelea interesante en el sentido de detener la megaminería que va a contaminar nuestras aguas.

-         También ha dicho usted que lo que viene haciendo CORTOLIMA es una verdadera infamia. ¿Por qué?

Porque está concesionando primero que todo el derecho y con pruebas decimos esto, que le da derecho a una comunidad de contaminar una quebrada. Le da vertederos a lo largo de una quebrada que contamina el río Chipalo, porque es que esa quebrada va a este río.

Y empezamos, entonces, en el casco urbano, una quebrada como la Balsa, en las Delicias; de esta quebrada surge el acueducto comunitario de las Delicias y en el casco urbano empieza a contaminarse convirtiéndose en aguas negras ya saliendo del barrio. CORTOLIMA permite que esto pase.

Hay una acción popular que obliga al municipio a reubicar familias que están en la margen de la quebrada la Balsa, y sin embargo, no pasa nada. Hay una acción popular que ordena al municipio darle servicio de acueducto y alcantarillado a esta área que se llama Delicias II, que contamina la quebrada La Balsa, porque no tiene para dónde más, son familias vulnerables, víctimas del conflicto muchas y se han asentado en este lugar porque sencillamente era un lugar barato con agua, con servicios públicos malos, porque el agua siempre ha sido mala allí, llega embarrada y con residuos fecales y todo el tema, que ya todos conocemos. Pero el Estado se está haciendo el ciego.

-         También ha indicado que estamos ante una maquinaria muy bien engrasada y muy bien organizada. ¿Cuál es esta maquinaria a la cual usted ha hecho referencia?

Estamos viendo que cuando un campesino corta un árbol, cuando un campesino hace un mal uso de una concesión de aguas, CORTOLIMA y el municipio y todo el mundo, le caen al campesino y lo multan y lo llaman y le quitan la concesión, pero estamos viendo también que CORTOLIMA le da a los acueductos comunitarios concesiones de agua que no vigila, tenemos casos como el de Samoa o los apartamentos de arriba del sur, del lado de Boquerón (El Tejar).

Grandes moles de concreto con mil apartamentos – por ejemplo – y áreas como la comuna seis que se está poblando hacia arriba en la que le cambiaron el urbanismo, porque antes eran rurales y cambiaron el POT para hacerlas urbanas, construyendo a través del servicio de alcantarillado de estos acueductos urbanos. ¿Quién vigila a estos señores? El campesino que cortó el árbol le cae CORTOLIMA  y de una vez le mete una multa, pero a estos señores que le están vendiendo el agua y que no sabemos, porque preguntamos, quién es el que le está vendiendo el agua a Samoa o a los apartamentos del sur y nadie responde. Es como que nadie quiere hablar del tema y venimos un año diciéndole a la administración: Venga están construyendo aquí, quién le va a asegurar el servicio de alcantarillado y acueducto, en una zona donde ni los pobladores de 30 y 40 años tienen el servicio bien, de agua potable y alcantarillado.

-         Todo indicaría que CORTOLIMA maneja anualmente fuertes sumas de dinero pero no se refleja en obras concretas en favor del medio ambiente y de la comunidad ibaguereña. ¿Qué piensa usted?

Pues se están haciendo cosas, supongo que CORTOLIMA tiene una gestión, pero lo que vemos en las comunidades es que no es suficiente, el abandono es total, el abandono es terrible, no se está haciendo lo que se debería hacer: Defender el medio ambiente.

Entonces es un discurso de defensa del medio ambiente, donde hacemos toda una campaña publicitaria, pero abandonamos a las comunidades, permitimos que nuestras fuentes hídricas se contaminen desde donde nacen, a través de asentamientos urbanos.

Aquí tiene que haber un compromiso interinstitucional, cuando uno va a la alcaldía – por ejemplo – a cualquiera de las secretarias lo mandan de un lado para otro. Nosotros usamos una expresión que es que Tongo le dio a Borondongo, uno no sabe para dónde, porque lo tiran de aquí para allá y CORTOLIMA  también es una herramienta técnica que está hecha para la protección del medio ambiente en el Tolima.

-         Mientras esto sucede las multinacionales acechan en busca del agua para hacerla suya. ¿No le parece?

Por supuesto. Eso ya es sabido y mucha gente lo está hablando y cada vez lo vemos de manera más clara. Si usted se pone a pensar sobre lo que tenemos, tenemos que decir que tenemos un doble riesgo: Los que ya somos viejitos nos acordamos que teníamos una empresa de telecomunicaciones que era de nosotros, que teníamos una empresa de aseo que era de nosotros, la empresa de energía que era de nosotros  y así sucesivamente se fue y se fue mediante la corrupción, resultando de un momento a otro empresas privadas. Que no nos privaticen el agua, porque el agua es como el aire. El día que nos privaticen el agua, más adelante nos pueden privatizar el oxígeno y quién sabe cuántas cosas más.

Esto es una cosa terrible lo que está pasando. La privatización del agua no se debe permitir.

-         El alcalde municipal habla con mucha insistencia de las Alianzas Públicas Privadas (APP) ¿Esta sería la solución final para resolver la problemática de los acueductos comunitarios de Ibagué?

Esto es un paso a la privatización las alianzas público privadas. Cuando un inversionista llega a una comunidad a hacer una inversión de su dinero para hacer empresa, él viene a recuperar su dinero y a recibir ganancias, lo cual va a llevar a que estas comunidades que son de familias desplazadas, vayan a ser desplazadas por la plusvalía después, porque no van a poder pagar esos servicios, toda vez que están construyendo también viviendas de 98 y 100 millones alrededor del casco urbano donde viven estas familias de escasos recursos que van a ser desplazadas después por la plusvalía a otros sectores que seguramente van a invadir o va a volverse a repetir la historia.

-         Ante esta cruda realidad, ¿Qué tienen que hacer las comunidades que tienen acueductos comunitarios en Ibagué?

Primero que todo, las comunidades deben enterarse de qué es lo que tienen, porque estamos viendo es que si hay unas malas administraciones es por el desinterés de nosotros, porque nosotros perdimos la capacidad de asombro y de lucha por lo que es nuestro.

Los acueductos comunitarios son construcciones sociales, los acueductos comunitarios crearon a las comunidades y las comunidades aprendieron a hacer sinergia y trabajo en equipo a través de los acueductos comunitarios.

Con el tiempo y con la mala administración de estos acueductos, sencillamente la comunidad ha venido perdiendo el interés en su empresa y ya no la siente como propia. Lo primero que hay que hacer es recuperar el interés de las comunidades y que los acueductos tengan cuentas claras. Estos administradores tienen que presentarle cuentas claras, porque son empresas asociativas, tienen que darle a sus asociados cuentas claras de cómo están manejando estas empresas de interés social.  



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