sábado, 25 de marzo de 2017

En zona veredal de Planadas: Incumplimiento del gobierno es del 90 por ciento

Por Nelson Lombana Silva

Visitamos ayer la zona veredal transitoria de normalización ubicada en la vereda El Oso del corregimiento de Gaitania, municipio de Planadas (Tolima). Salimos de Ibagué a las 3:00 de la mañana y llegamos allí, a las 9:20. La lluvia nos acompañó durante todo el recorrido, bajo un firmamento encapotado de nubes oscuras.


La carretera está en precarias condiciones, sobre todo en los municipios de Ataco y Planadas. Este último municipio está a punto de quedar totalmente incomunicado, pues no solamente encontramos derrumbes sino la banca deteriorada en amplios sectores. Aquello parece tierra de nadie.

Fue un recorrido a pesar de todo apacible. Abelardo, el conductor de la camioneta, todo un artista para conducir, facilidad de expresión y excelentes relaciones humanas. Lo bautizamos como “el hombre de las frases célebres”. Con él Evelio, comunista hormonal de tiempo completo. La conversación central durante el recorrido giró en torno a la problemática del transporte masivo en Ibagué y a la asamblea de una empresa de transporte, de la cual ambos son socios y que hoy se realizará en Ibagué, avizorándose un gran debate como para alquilar balcones.

También se habló largamente sobre la situación política del país, el proceso de paz, el papel de la izquierda y la razón de ser del Partido Comunista. El papel del presidente Nicolás Maduro, la guerra de cuarta generación y el papel mediático encaminado a imponer el pensamiento único de la clase dominante. El pasa cintas permaneció en silencio. Fue un verdadero chorro de argumentos de parte y parte. A veces interveníamos cuando considerábamos pertinente y oportuno. Realmente fue un deleite.


Tomamos tinto en los municipios de Coyaima y Ataco y desayunamos en el bello y escondido corregimiento de Gaitania. La gente se movía parsimoniosa bajo la llovizna pertinaz, algunas bajo paraguas y otras envueltas en plásticos.


Llegamos a la zona veredal transitoria de normalización casi que de sopetón. Inicialmente pensamos que era base militar del ejército. Sin embargo, rápidamente nos dimos cuenta que era zona guerrillera. Un guerrillero nos pidió la identificación y de paso nos dio la bienvenida.

Al bajar y preguntar por la guerrillerada vino a la memoria las maravillas que solía hacer el genio de la lámpara maravillosa de Aladino cuando en un santiamén desapareció el palacio del rey. Nada veíamos. Solo un terreno enlodado, una pequeña trituradora como de juguete, más al fondo unos planchones inconclusos, una carpa, una larga y estrecha casona, guerrillerada a la intemperie bajo la lluvia, otros apretujados en el estrecho corredor con chambrana, cada quien cumpliendo con sus obligaciones rutinarias.


El comandante Donald Ferreira nos dio la bienvenida y nos ofreció tinto. “Estamos saturados de trabajo”, dijo y agregó: “Es tanta la gente que nos visita a diario que nos ha tocado atender con cita previa. Sin embargo, haremos el esfuerzo para compartir, pero hay que esperar”.

La espera no fue larga. Sin embargo, el poco tiempo lo utilizamos para recorrer el entorno, saludar la guerrillerada y observar la dinámica de los 200 guerrilleros que hay allí, entre ellos, un gran número de mujeres y de niños. Hay entre 19 y 20 pequeños, algunos comenzando a caminar.

Era para nosotros importante observar el estado de ánimo de los combatientes. La lluvia no paraba. Dimos un pequeño recorrido. Estrechamos muchas manos, miramos muchos rostros y platicamos con cuanto guerrillero se nos atravesaba en el recorrido.

El contraste es inexorable e inmenso. Por un lado brilla el incumplimiento del gobierno nacional y por el otro la moral revolucionaria del combatiente. En el rostro de cada uno no hay frustración, hay optimismo desbordante y la firme convicción de que el proceso de paz avanzará contra viento y marea. “Cumpliremos el acuerdo tal como está concebido”, fue la respuesta unánime que escuchamos.

“Al ver esto, queda claro que ustedes sí le están jugando de verdad  a la paz. Hay que tener mucha conciencia para no desmoralizarse”, dijo espontáneamente Abelardo, mirando en todas direcciones.

En un pequeño camarote los comandantes Donald Ferreira y Richard Romero, nos atendieron. Donald salía y entraba. Esa coyuntura la aprovechamos para entrevistar al camarada Richard Romero, entrevista que publicaremos en otra entrega.

Rápidamente explicamos el motivo de la visita. “Vamos – dijimos – como periodistas a constatar la situación real de la guerrilla en esta zona. No nos anima más. No queremos que nos sigan contando el incumplimiento del gobierno, venimos a constatarlo y la verdad quedamos asombrados: De un lado la falta de palabra del gobierno nacional y del otro lado el entusiasmo de la guerrillerada. Resulta increíble y abismal el contraste”.

Evelio saludó con efusividad, aquello le parecía extraordinario. Abelardo no se cansaba de relievar el profundo e impoluto espíritu de paz que le anima a las Farc – Ep.

Sentado en silla rimax, el comandante Donald Ferreira anunció que la atención sería rápida por las múltiples ocupaciones. Sin embargo, todo concluyó en una verdadera cátedra de historia, política, paz, filosofía, cultura y ética revolucionaria. Conclusión: La guerrilla tiene clara la película y profunda vocación de paz.

“Las Farc – Ep nacieron el 27 de mayo de 1964 en esta región de Marquetalia con la bandera de la solución política del conflicto social y armado, es decir, con la firme política de paz”, comenzó diciendo.

“Somos humanistas, nos guiamos por ideales de cambio y de justicia social, nos debemos a un Partido debidamente estructurado. Fuimos obligados por el Estado excluyente y violento a empuñar las armas, las cuales siempre las hemos dirigido contra el régimen en defensa del pueblo del cual nosotros siempre hemos hecho parte”.

“Siempre hemos luchado contra esta tiranía y estas injusticias que vienen de Bogotá y de los mismos Estados Unidos, pero también del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM)”.

“Tenemos claro que las Farc – Ep no dejan de luchar al cristalizarse este proceso de paz, seguiremos en la lucha por cuanto la paz se pacta con el enemigo y esta es una lucha de clases. Para ser directos: La salida es el Socialismo. Nos guiamos por el marxismo – leninismo y el pensamiento bolivariano”.

“El país debe saber que la combinación de las formas de lucha no nos aferra al fusil. Estamos dispuestos a la lucha política sin armas, teniendo en cuenta que el gobierno con todo su poder militar no nos derrotó en el campo de batalla, pero también tenemos que reconocer que nosotros tampoco pudimos derrotarlo. Esta lucha dura nos aisló de las masas y hoy estamos dispuestos a llegar a ellas con el método de la palabra y del argumento”.

“Este acuerdo de paz es fruto del esfuerzo colectivo de la guerrilla y de muchas organizaciones sociales y políticas del país. Todos y todas, tuvimos que ver en esta conquista que queremos materializar en la práctica. Consideramos – por ejemplo – que el punto relacionado con el tema agrario hay por lo menos un 50 por ciento de la reforma agraria, lo cual constituye un avance importantísimo”.

“Este proceso de paz nos ha permitido poco a poco ir dando a conocer públicamente el proyecto político de las Farc – Ep, hemos ido rompiendo todos esos infames calificativos de que somos terroristas y narcoterroristas. Aquí, han venido personas que nunca habían visto un guerrillero, han venido todavía nerviosos de que de pronto los desaparezcamos, pero al terminar el intercambio de opiniones se han ido con una imagen totalmente diferente. Muchos incluso de ellos, han regresado ya con tranquilidad y sin ese miedo de la primera vez”.

“Sabemos que el pensamiento de Simón Bolívar todavía está pendiente de materializarse en la práctica. Además, el país sabe que no llegamos a la mesa derrotados, llegamos dispuestos a seguir la lucha por otros caminos, sin armas”.

“No es fortuito o accidental la tardanza del gobierno en cumplir lo pactado. Eso lo tenemos claro nosotros. El gobierno lo está haciendo como estrategia de dilatación a propósito, lo cual lo entendemos como miedo a que la guerrilla haga política”.

“En este proceso de implementación necesitamos el apoyo decidido de todo el pueblo colombiano, por cuanto los acuerdos son conquistas del pueblo y claro, nosotros también somos pueblo. Ya deberíamos estar haciendo pedagogía por la paz en todo el país”.

“Es claro que se silencian los fusiles, pero también es claro que la lucha persiste, no pretendíamos hacer la revolución en la mesa de la Habana. Necesitamos que todo el mundo se meta a explicar el acuerdo, asuma una postura activa y consecuente, pues se trata de defender conquistas importantes para el pueblo esencialmente”.

“Necesitamos además: Mover la circunscripción correspondiente a los municipios de Chaparral, Planadas, Rioblanco y Ataco, para que estas comunidades elijan por circunscripción especial un representante a la cámara que defienda los intereses del pueblo y no de la clase dominante como viene sucediendo. Necesitamos ampliar la amnistía, poder hacer política. Por lo tanto, hay que dar a conocer estos acuerdos”.

“Hacemos un llamado a la unidad. Que todos los sectores de izquierda y democráticos trabajemos unidos, con amplitud y respetando la diversidad. Hay que impulsar una gran coalición con todo el mundo. Somos optimistas, tenemos claro que vamos a llegar a todos los rincones del país, vamos a ir a quedarnos en San Andrés y Providencia. Estamos dispuestos a seguir luchando por cambios reales y no simple migajas”, enfatizó el comandante Donald Ferreira.

Después de visitar los cultivos de plátano, yuca, hortalizas, maíz, frijol, etc., de visitar el galpón donde hay ya 106 gallinas, hay ovejos, cerdos, etc., fuimos invitados a almorzar. Un plato exquisito. Más entrevistas que serán publicadas poco a poco y finalmente la despedida después de las tres de la tarde, regresando a la ciudad musical de Colombia a las 7:20 de la noche sin lluvia y sin novedad.

En el retorno ya no hubo debate, hubo música popular y vallenata en cantidades industriales. El balance fue corto, concreto y conciso: La guerrilla sí quiere la paz, el gobierno todavía duda y da bandazos peligrosos que bien capitalizan los fieles carroñeros de la guerra, pero que nunca van a ella. Por lo tanto, hay que estudiar los acuerdos y exigir su implementación y el desarrollo del diálogo también con ELN. La paz debe ser total y compromiso de todos y todas.
 
Panorámicas de la zona veredal de Planadas, Tolima. Fotos Nelosi.

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