jueves, 12 de mayo de 2016

Propiedad pública de colegio en manos de privados en Ibagué

Por Nelson Lombana Silva

Una dura batalla jurídica, educativa, social y política libra el colegio público, Juan Lozano y Lozano, por rescatar bienes suyos que viene explotando colegio privado hace más de 20 años, en el barrio Jordán II etapa de la ciudad de Ibagué (Tolima).



El caso es aberrante y conmovedor, propio de un Estado descompuesto por la corrupción y la politiquería galopante. Mientras que a niños de escasos recursos económicos se les cercena las posibilidades de estudiar por falta de centros educativos públicos, el colegio privado Los Andes monta al parecer todo un negocio apoderándose abusivamente de un terreno y unas instituciones en inminente peligro para fortalecer las arcas privadas en detrimento del interés social de la comunidad estudiantil ibaguereña, al parecer con la complicidad de las autoridades municipales, entre ellas, el ex alcalde Luis H. Rodríguez.


A pesar de estar obligada esta institución a devolverle al colegio Juan Lozano y Lozano la institución y el terreno, se niega con miles de artilugios tratando de colocar como escudo humano a los estudiantes y a los mismos padres de familia. Sin escrúpulo de ninguna naturaleza persiste en seguir explotando lo público a favor de lo privado sacrificando de esta manera la posibilidad de estudiar a cientos y cientos de estudiantes que no tienen para pagar pensión privada.


Breve historia


Quien tuvo la posibilidad de descubrir el “tamal” fue el rector de la institución Juan Lozano y Lozano, el doctor Germán Eliécer Chaves Chaves. Con la paciencia de Job y la constancia de la gota sobre la roca, el rector Chaves Chaves poco a poco fue desenvolviendo la madeja hasta llegar al corazón de ésta. Se decía que no había escritura. Una vez el rector se dio cuenta que ese terreno era público acudió a la gestora urbana y solicitando desenglobe pudo demostrar quién era el verdadero propietario.


El rector tiene toda la historia de este lote desde 1958 cuando costó $54 pesos, lote que hacía parte de la hacienda Jordán. Tiene escritura pública y matricula inmobiliaria para primaria y secundaria. Después de una dura batalla el 31 de diciembre de 2015, fue convocado para recibir las instalaciones y el terreno cuya área es de 9.799 metros cuadrados. Con la presencia de las autoridades competentes del momento y mediante acta le hicieron entrega en horas de la mañana, pero qué sorpresa cuando en horas de la noche de ese mismo día, en extrañas circunstancias y maniobras oscuras ocurridas en el palacio municipal, se le prorrogaba el comodato al colegio privado los Andes por un año más. La cuestionada funcionaria Martha Pilonieta firmó dicho comodato, claro, seguramente con la venia del también duramente cuestionado hoy ex alcalde Luis H. Rodríguez.


El rector se da cuenta en los primeros días del mes de enero. Mediante oficio fechado 6 de enero de 2016, el rector le dirige carta al recién posesionado alcalde, Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, explicándole detalladamente el problema y solicitándole un pronunciamiento inmediato. El alcalde destaca un “pool” de abogados para que se apersone del tema y con fundamento en el informe da por terminado el contrato comodato, fijándole fecha y plazo para que Amparo Núñez Martínez, reubique su colegio privado y le devuelva los bienes públicos al colegio público Juan Lozano y Lozano. El colegio los Andes apela la decisión, la cual es negada. Esa apelación fue contestada el 11 de marzo.


Esta es la fecha y el colegio Los Andes no desocupa, persiste en quedarse perjudicando seriamente los proyectos que viene trabajando el colegio Juan Lozano y Lozano como la posibilidad de levantar un megacolegio y la implementación de la jornada única. También es motivo de preocupación el estado deplorable de la institución, ésta se encuentra en precarias condiciones, según señala el rector Germán Eliécer Chaves Chaves. “Esa institución prácticamente está para ser demolida casi que en su totalidad”, señala.


La comunidad ibaguereña, especialmente los habitantes del barrio Jordán II etapa y demás barrios circunvecinos, se debe pronunciar sobre el particular defendiendo lo público y el futuro para los educandos de este sector. Hay que resistir la embestida brutal del neoliberalismo que todo lo que toca privatiza como el rey Midas que todo lo que tocaba lo convertía en oro. Debemos apoyar la institución pública Juan Lozano y Lozano, como dicen los orientales: “De corazón, palabra y pensamiento”.



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