Teniendo en cuenta que la paz con justicia social es todo un proceso complejo que debe estar cruzado por cambios y reformas sustanciales que beneficien a los pueblos diversos de nuestra república colombiana, república que ha soportado una violencia sórdida desde 1492, por colocar una fecha y con un ímpetu infernal y acelerado en los últimos 50 años, tiene el desafío histórico de despojarse de ese chip de la guerra para asumir el chip de la paz.
No es fácil, pero tampoco imposible. Es toda una pedagogía que poco a poco se va moldeando al escuchar de viva voz a los protagonistas directos que son las comunidades más distantes e ignoradas por la clase dominante y los medios masivos de comunicación. Aquellas taciturnas comunidades que deambulan por los sitios más agrestes e inhóspitos de la vasta geografía colombiana, arando el surco o sencillamente masticando frustración tras frustración sin ninguna esperanza.
El proceso de paz que se dio con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (Farc – Ep) y la esperanza que camina con ELN, son dos hechos que debemos dimensionar con grandeza y decisión política, por cuanto la propuesta es caminar en paz, sin el sobresalto de ser asesinado por pensar distinto o sencillamente soñar con un país al alcance de todos y todas sin privilegios de ninguna naturaleza.
Desde esta perspectiva, hoy se realizan encuentros regionales por la paz en varios departamentos del país e incluso, fuera del país. El 29 será el encuentro nacional en Bogotá, es como la síntesis, del país nacional en este sueño dorado de la paz con justicia social.
“Hoy advertimos la urgencia de rodear la causa de la paz, así como de exigir el cumplimiento de los acuerdos firmados solemnemente en el teatro Colón, además de rodear y hacer viable el proceso que se lleva en Quito”, dice la convocatoria.
Más adelante, agrega: “La paz que el país necesita demanda hoy su apropiación social, la cual pasa por sentir, pensar y participar en la transformación de la vieja realidad violenta”.
Es tiempo de paz, es hora de proscribir el horror de la guerra que ha inventado la clase dominante para sostenerse a la fuerza en el poder. Los vientos apacibles que experimentamos hoy, son vientos de paz, de reconciliación y de justicia social. Es hora de vencer la muerte que significa la guerra, para colocar en su puesto la paz que significa la vida, el amor y la esperanza.
Por eso la convocatoria señala sin ambages: “Hoy denunciamos la ofensiva del paramilitarismo que viene cobrando centenares de víctimas y sembrando el terror en comunidades en diversas zonas de la geografía nacional”. Los enemigos de la paz, dentro y fuera del gobierno, persisten en el propósito cruel de que los pueblos de Colombia sigan estremecidos por el horror de la violencia. Se lucran de la sangre del pueblo como vampiros. Lideran ese oscuro escenario de guerra el Centro Democrático, principalmente y las torpes y antidemocráticas medidas tomadas por el gobierno Santos.
En estos departamentos, principalmente, se hablará de paz hoy: Tolima, Cauca, Nariño, Norte de Santander, Antioquia, Santander, Atlántico, Boyacá, Córdoba, España y zonas veredales transitorias de normalización.
En el caso particular del departamento de Tolima, el evento se realizará en la ciudad de Ibagué, en las instalaciones de la universidad Cooperativa, sede ubicada sobre la calle 10, entre carreras primera y segunda, a partir de las ocho de la mañana, según se pudo establecer. Se espera una amplia participación y unas conclusiones claras para ser llevadas a Bogotá. Es hora de hacer todos y todas un pacto por la paz. No más violencia, sí a la paz, a la democracia y a la justicia social.
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