Por Nelson Lombana Silva
Si la situación de la salud es catastrófica en Ibagué con la “masacre laboral” de 99 trabajadores del hospital San Francisco, por los terrenos de la educación la situación no es muy halagüeña que digamos.
La jornada única se ha convertido en un embeleco de talla mayor que trata de imponerla el mandatario municipal a raja tabla, contraviento y marea sacrificando los más elementales principios democráticos. El todo vale se impone, con una secretaria del ramo inepta, al parecer totalmente desconocedora del tema. Al decir de muchos y muchas, la doctora Leidy Tatiana Aguilar no es más que una cuota burocrática.
La Jornada Única es un experimento propio de la república de Finlandia que el gobierno Santos acoge como la tabla salvadora ante los malos resultados académicos de la comunidad estudiantil del país y la exigencia de OCDE para entrar en este club de países poderosos.
La idea general es tener más a los muchachos en el colegio. Este modelo al parecer fenece en este país, por cuanto el modelo que se viene imponiendo últimamente busca que el estudiante permanezca más en casa que en la institución educativa. Así las cosas, lo que en Europa está pasado de moda, en este país se impone como la última novedad. Eso sucede por la cruda dependencia del país a los imperialismos.
Jaramillo, que posa de “demócrata” y “socialista”, se empecina en imponer este modelo en Ibagué, sin consultar con nadie, sin escuchar a la comunidad educativa, es decir, a los padres de familia, a los estudiantes, a los docentes, a los sindicatos, a los empresarios. Como dictadorzuelo el burgomaestre se empecina sin existir las mínimas condiciones.
Ni un solo colegio en estos momentos tiene las condiciones para su implementación, pero la soberbia hace estragos y lo lleva a tomar decisiones solitarias de estas dimensiones.
Es más: El único colegio que tomó esto en serio desde un principio fue el Juan Lozano y Lozano del barrio Jordán II etapa. El ministerio hizo la convocatoria a finales de 2014 y esta institución educativa respondió las 135 preguntas que el ministerio colocó. Participó activamente de las sucesivas convocatorias.
Incluso, el ministerio anunció 7 mil millones de pesos para ser cofinanciados, colocando este el 70 por ciento y el municipio solo el 30 por ciento. Eso lo sabe el doctor Humberto Guarnizo, el actual gerente de las Jornadas Únicas para Ibagué, pero sorpresivamente el alcalde decapitó a esta institución y llevó su iniciativa a otras instituciones que quizás ni idea tenían del proyecto.
Claro, el ministerio retiró su propuesta una vez conoció que el alcalde Jaramillo comenzó a hablar de Alianzas Público – Privadas (APP). Era absurdo el sector público invertir para que el sector privado simplemente disfrutara, como resulta en esencia las “famosas” APP.
La situación de la educación municipal resulta bastante compleja, máxime si se tiene en cuenta que el mandatario se niega a negociar el pliego petitorio de los docentes, incluso a recibirlo. Según Nelson Moreno Angulo, es el único alcalde del país que asume semejante postura. ¿Vale la pena seguirlo llamando “demócrata” y “socialista”?
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