lunes, 5 de octubre de 2015

El terrorismo mediático puntal de la guerra de cuarta generación

Danilo López Carrero, izquierda habla con la comunidad. foto Nelosi
Por Nelson Lombana Silva

Dos cosas para analizar en relación con los medios masivos de comunicación. De un lado, la incomunicación en relación con los candidatos de la izquierda y concretamente de la Unión Patriótica. Por el otro lado, la campaña criminal y desalmada por decirlo lo menos contra el proceso de diálogo que se adelanta en la Habana (Cuba) entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (Farc – Ep) y el gobierno de Juan Manuel Santos Calderón.



La semana pasada visitamos algunas emisoras en Ibagué buscando el espacio para que los candidatos de la Unión Patriótica expusieran sus propuestas a través de estos medios. Nos sorprendió varios connotados periodistas al decirnos francamente: “La política de la emisora es que habla quien paute, esto es un negocio”. Aquello parecía una broma quizás de mal gusto. Pero no era así, era cierto.


Se pudo comprobar que todas las entrevistas supuestamente espontáneas que escuchamos en los pobres noticieros no son más que publirreportajes, engañando en grado sumo a la inocente y cándida audiencia. Las preguntas son preconcebidas. Todo es un cruel montaje vil para vender personajes oscuros y de dudosa reputación. La única emisora que rompió con esto fue la F.M. quien permitió que nuestro candidato a la asamblea por la Up, Danilo López Carrero hablara y el candidato al concejo de Ibagué John Fernando Alfonso Úsuga. Toda regla tiene su excepción.


Con razón dice Noam Chomsky: “La manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica, porque destruye el cerebro”. No es fortuito entonces que la burguesía y el imperialismo hayan optado por concentrar los mass medios en grandes consorcios, de tal manera que por allí circula exclusivamente la ideología de la clase dominante. Esos medios son para el pueblo Valium, porque adormecen, embrutecen, alienan; apartan al pueblo de su realidad y simplemente lo convierten en repetidores o consumidores de la basura de la clase dominante.


La respuesta a la dictadura de la palabra única, la imagen única y la voz única, están en los medios alternativos de comunicación. Son medios importantes para que circule por allí la versión de la clase oprimida y explotada. No es gratuito tampoco que estos medios estén amenazados por la clase dominante y hoy prácticamente, todos ellos estén amenazados o por lo menos los periodistas consecuentes con su clase social.


El otro aspecto que queremos llamar la atención es la forma miserable y ruin como los medios masivos vienen presentando el desenvolvimiento de los hechos de paz de la Habana (Cuba). Causa estupor e indignación.
Sin embargo, tiene su explicación, explicación que desconoce el pueblo colombiano. La nueva configuración de la guerra concebida por el imperialismo norteamericano de cuarta generación, los medios masivos son puntales fundamentales. Los medios masivos son parte de la guerra y la violencia que hoy sacude a Colombia y a todos los países que luchan contra el capitalismo altamente transnacionalizado en el marco del modelo neoliberal. Eso de la neutralidad e imparcialidad son puras y físicas mentiras.


Los medios masivos de comunicación en torno al proceso de la Habana se han dedicado más a desinformar que a informar. Lo mismo sucedió con el impase fronterizo colombo – venezolano. ¿Qué sabe el pueblo colombiano del proceso de paz? Poco, muy poco por no decir nada. Y lo poco que sabe, lo sabe a medias, generalmente al revés, cree que el bueno es el gobierno y el malo es la insurgencia armada.


Es repudiable la actitud de la televisión como Rcn, Caracol y demás medios de comunicación, se han dedicado a revivir montajes, falsos positivos mediáticos con toda la carga ideologizante, exacerbando el odio entre el pueblo desinformado contra el movimiento insurgente. Es una actitud criminal, deshonesta que nada tiene que ver con el periodismo y la ética. ¿Eso ayuda a un proceso de reconciliación? Por supuesto que no. Así las cosas, la tarea es apagar esos medios y contribuir a desarrollar los medios alternativos. Recuérdese que esos medios defienden el paramilitarismo, la oligarquía y a los terratenientes. Hay que desenmascararlos ahora y siempre. 









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