Las bacterias y los virus han existido desde tiempos inmemoriales. También se conocen numerosas pandemias a través de la historia. Hay registros de los años 430 antes de nuestra era. Algunas son: Viruela que mató 300 millones de seres humanos; Sarampión, 200 millones; Gripe Española (2018), entre 50 y 100 millones en solo dos años; la Peste Negra y el Síndrome de Inmunodeficiencia (SIDA, VIH), que cobró hasta ahora entre 35 y 40 millones de seres humanos.
Ahora estamos ante el Covid – 19 o Coronavirus, que se ha extendido rápidamente por todo el mundo, dejando hasta ahora una estela de muertos alarmantes. El contagio en Colombia, al parecer se aproxima al millón y como se viene afrontando las proyecciones son catastróficas. Los días venideros son de gran impacto porque al parecer se desarrolla una nueva fase, llamada fase de mitigación. Según concepto médico, esta fase indica que el virus está entre nosotros y se difunde rápidamente. Hay casos asintomáticos. Es decir, personas que aparentemente están aliviadas, no muestran síntomas. Son las que más facilitan la propagación del virus.
En esas condiciones, se hace necesario redoblar la disciplina de la permanencia en casa. Hay que hacer ingentes esfuerzos por cumplir rigurosamente la cuarentena, por cuanto no solamente está en juego mi vida, sino la vida de mi familia, mis amigos, mis vecinos, mis camaradas. No resulta ser un juego de niños. El problema grave es la postura del gobierno nacional. A Iván Duque Márquez le importó más el negocio de Avianca por aquello de que su hermana trabaja allí, que cerrar el aeropuerto y evitar el ingreso del virus al país. Al parecer Colombia fue el país número 85 en ser invadido y el inútil presidente fue incapaz de recoger la amarga experiencia de 84 países que le antecedieron. Sin embargo, si tuvo imaginación para lanzar automáticamente botes salvavidas al sector bancario y al sector privado, sancionando el decreto 444. Mediante éste, los dineros que van con destino a los municipios y departamentos, se desviarían para la banca y el sector privado. En palabras sencillas: Quitarle al pueblo para darle al rico.
Origen del virus
Hay toda una polémica sobre el origen de este virus. Algunos científicos afirman que fue creado en laboratorios de Estados Unidos, con el fin perverso de lanzarlo contra China para hacer fracasar la próspera economía del gigante que va rumbo a convertirse en la primera potencia mundial. Así lo señala el conocido filósofo y humanista Noam Chomsky.
También se especula que con esta pandemia se estaría inaugurando las guerras mundiales bacteriológicas. El capitalismo está en su ocaso. Sus contradicciones son cada vez más profundas e irreversibles. Todo se puede esperar del sistema más salvaje, inhumano y pérfido que ha tenido la humanidad en las últimas centurias.
Sin embargo, no se ha escrito la última palabra. Hay que decirlo con suma franqueza: Hay literatura al respecto, en cantidades industriales. Seguramente, mucha fantasía, ciencia ficción o simple especulación. Es como si alguien estuviera interesado en atemorizar al mayor número de personas. O sea, fuera un plan siniestramente calculado. Se niega uno a pensar que haya alguien interesado en que la pandemia se expanda.
Lo cierto es que los días venideros también serán duros, no solo por la mitigación del Covid – 19, sino también porque los magros presupuestos del pueblo se van extinguiendo rápidamente. Los hipermercados de Ibagué, por ejemplo, están licenciando personal en cantidad. Los están mandando a la calle a su suerte, cuando deberían esgrimir algún gesto de solidaridad. Ésta no aparece por ninguna parte. Sabemos que el capitalismo no maneja, ni tiene en su presupuesto esta categoría de la solidaridad, pues solo lo anima la ganancia, la productividad al precio que sea. No maneja relaciones humanas, maneja relaciones económicas.
Las medidas del gobierno nacional, gobierno carcomido por la ilegalidad y corrupción, son más de tipo represivo. Habla con énfasis de militarización y multas. Pero, no de planes de contingencia reales, como los que viene implementando Cuba o la hermana República Bolivariana de Venezuela. Tanta pestilencia habla Iván Duque Márquez de su homólogo venezolano, Nicolás Maduro Moros, incluso, al parecer quiere ayudarle a Estados Unidos a asesinarlo. No obstante, por estos días anunció el presidente patriota que en los próximos días entregará a Colombia dos máquinas para tomar muestras del virus, toda vez que Colombia tiene una y al parecer dañada.
Hay que estar atentos y dar la batalla. El arma más poderosa para conjurar esta pandemia es la solidaridad. No hay otra alternativa. ¿Qué planes estamos haciendo para hacerla realidad con nuestra familia, los habitantes de mi barrio, de mi comunidad? No se trata muchas veces de grandes aportes económicos, un consejo, una orientación hacia cómo utilizar el tiempo de la cuarentena con una lectura entretenida, la elaboración de un texto, etc. Cómo materializar la disciplina y la conciencia férrea en una lucha por vivir y salir colectivamente adelante. Se pueden hacer muchas cosas por nosotros y por nuestros hermanos de clase. No deje para mañana lo que pueda hacer hoy. La pandemia es una realidad, no es un juego de niños.
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