sábado, 4 de abril de 2020

Los disparates peligrosos de mister Trump

Por Nelson Lombana Silva

Si con la monstruosa pandemia del Covid – 19, proyectaba Estados Unidos arrasar la economía china y recuperar su liderazgo internacional, todo indicaría que el “tiro le salió por la culata”, como dice el dicho coloquial, por cuanto el desolador cuadro que hoy muestra el pueblo norteamericano, es realmente desolador y apocalíptico. Resulta inaudito que la autoproclamada potencial mundial tenga en estos momentos más de 10 mil cadáveres y más de 300 mil personas infectadas con este mortal virus. Las proyecciones del desempleo son desconcertantes; algunos entendidos en la materia hablan hasta del 18 y 20 por ciento. Estados Unidos, su brutal régimen imperialista, está al desnudo, con un loco e imprevisible presidente como lo es míster Donald Trump. 


Hay que expresar la solidaridad con el pueblo estadounidense y condenar con todas nuestras fuerzas, la política imperialista y criminal del imperialismo, por su ineptitud para proteger a su pueblo de la pandemia. Este torpe y desalmado presidente, hundido en su propio estiércol hasta los tuétanos, mueve su tablero ajedrecista como cualquier empírico, sin medir consecuencias, solo haciendo cálculos inmediatistas. Sabe que su reelección está en entredicho, solo un fraude lo salvaría de la derrota contundente que los sobrevivientes norteamericanos habrá de propinarle.

Donald Trump, es una fiera acorralada, que busca distraer la opinión pública, sacrificando la tranquilidad de otros países, concretamente la hermana República Bolivariana de Venezuela, sistema socialista siglo XXI, que le viene dando “sopa y seco” a su archipoderoso enemigo sobre cómo se debe enfrentar esta pandemia al lado del pueblo. El gobierno venezolano les ha propinado tremenda paliza al gigante de la corrupción y la brutal explotación del hombre por el hombre. No hay duda, ni se necesita ser politólogo graduado en la Harvard, para no comprender correctamente la situación   internacional.

Es bien sabido que los Estados Unidos cuando está a merced de estas crisis, suele acudir al terrorismo internacional para desviar la atención sobre sus evidentes contradicciones internas y sobre todo, su incapacidad para ponerse a favor de los intereses de su propio pueblo. Siempre la guerra la ha tenido como antídoto a todos sus males. Sin embargo, seguramente en esta oportunidad no le servirá, porque si se atreve a tocarle un pelo al pueblo patriota, como dice su presidente constitucional, Nicolás Maduro Moros, el pueblo de Bolívar y Chávez, le hará tragar el polvo ensangrentado de su derrota. Que no se equivoque este demente.

Sin embargo, digo mal al decir que solo el pueblo venezolano responderá con heroísmo, responderá el pueblo latinoamericano con decisión y coraje, todo porque una agresión contra Venezuela, es realmente una agresión contra el pueblo americano en su conjunto.

Esos ejercicios militares que está haciendo en medio de la infernal pandemia contra la hermana República Bolivariana de Venezuela, es reflejo fiel de su desespero por el genocidio que viene haciendo contra su mismo pueblo, en defensa de los multimillonarios y halcones de la guerra, que han llenado sus arcas así, en esas miserables condiciones.

Gustavo Petro Urrego, ha formulado tres interrogantes contundentes al conocer el movimiento militarista del imperialismo contra Venezuela. “¿Barcos de Estados Unidos a Venezuela, si la droga colombiana sale por el Pacífico?” Agrega: “Si la mayor parte de la droga sale por el pacífico, desde Colombia hacia Guatemala, ¿Por qué los barcos de USA, van hacia la costa venezolana?” Le pregunta al “ministrico de defensa”: “Señor ministro de defensa, Carlos Holmes Trujillo, si Estados Unidos ataca a Venezuela, ¿Usted va a prestar suelo colombiano o va a ayudar en esta operación?” Reflexiona el dirigente nacional de izquierda: “Van a llevar a nuestros países a una guerra en medio del virus para ocultar el genocidio en el propio Estados Unidos”. Más claro no canta un gallo, dice el adagio popular. Hay una operación en marcha contra Venezuela y hay que pararla. Una forma es desautorizando al presidente o sub presidente colombiano Iván Duque Márquez. Nuestra patria no puede ser trinchera gringa para agredir a nuestros hermanos venezolanos. Con Estados Unidos, nada nos une: Ni la historia, ni el idioma, ni la religión, ni las costumbres, en cambio, con Venezuela nos une todo, pues en realidad, Colombia y Venezuela son un solo país.  Hay que parar los disparates peligrosos de míster Donald Trump ahora, mañana será demasiado tarde.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario