miércoles, 22 de abril de 2020

Lenin a 150 años de su natalicio

Por Nelson Lombana Silva

Vladimir Ilich Uliánov Lenin, nació el 22 de abril de 1870 en Rusia. Desde su juventud militó en la izquierda. Siendo estudiante fue detenido y remitido a Siberia donde permaneció tres años en condiciones infrahumanas, logrando escapar, iniciando una vida clandestina yendo de país en país, por la infame persecución de la clase dominante en cabeza del Zar, principalmente. Murió el 21 de enero de 1924.


Sin lugar a dudas, fue el principal dirigente de la primera revolución socialista en el mundo. Su obra partió la historia de la humanidad, al concretarse en la práctica los planteamientos de Carlos Marx y los demás fundadores del comunismo, entre ellos, el mismo Lenin, pues fue político, filósofo, revolucionario y comunista. La primera Revolución Socialista iluminó con esplendor inmaculado a la humanidad a partir de octubre de 1917.

Tuvo capacidad y decisión para sortear la división entre Mencheviques y Bolcheviques, asumiendo una postura consecuente con la historia y con los pueblos del mundo. Su pensamiento político es universal y sus planteamientos aún tienen mucho que decir en el siglo XXI. Combatió la reacción desde las entrañas del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, defendió las categorías marxistas y le salió al paso con decisión a los reformistas y revisionistas. Fue radical y consecuente.

Corajudo, audaz y valiente, lideró la lucha revolucionaria con talento y sobre todo, claridad política e ideológica. Ratificó en la praxis la idoneidad del comunismo y los planteamientos de Carlos Marx. Fue un gran teórico, pero sobre todo, práctico. Sus aportes en la lucha política, sobre todo en la organización, siguen siendo vigentes en este siglo. ¡Lenin vive!

Principios leninistas de organización

El éxito de un proceso revolucionario está en la organización, pues esta nos indica el objetivo y la meta precisa. Además, cómo actuar, resolver las contradicciones y defender el proceso. Todo proceso revolucionario serio, necesariamente tiene que estar caracterizado por una organización férrea, transparente y ética. Lenin nos ofrece luces claras sobre el particular. Principios que hay que retomar creativamente en el siglo XXI, para cerrarle el paso al oportunismo y al revisionismo que acechan a nuestro alrededor. Estos son:

1.     La Unidad: La unidad se materializa alrededor del Programa, la línea política y el Estatuto. Es decir, no es algo abstracto. Por el contrario, es concreto. Dicha unidad se cristaliza en la acción política cotidiana y permanente, producto de la discusión colectiva, del respeto por la diversidad y de la capacidad de síntesis. De esta manera se combate decididamente: El fraccionalismo, el oportunismo y el grupismo. No es homogeneidad, por supuesto.

2.     El Centralismo Democrático: Es el ejercicio teórico-práctico de la Democracia, que permite el debate argumentado en condiciones de igualdad para el ejercicio consciente de los derechos y deberes de sus integrantes dialécticamente en la acción colectiva, unitaria y centralizada materializando las decisiones colectivamente. La lógica de la mayoría, sin atropellar la minoría.

3.     La crítica y la autocrítica: Es el examen argumentado y consciente del colectivo hacia los demás miembros y así mismo. Nos permite conocer objetivamente las falencias y las formas de superarlas tanto colectiva como individualmente. Es real solo cuando se admite el error y se corrige, no se vuelve a cometer.

4.     La dirección colectiva con responsabilidad individual: Es uno de los principios más hermosos, porque nos enseña a actuar colectivamente, alejarnos del personalismo e individualismo, características propias del capitalismo. Actuar en conjunto, sin abandonar naturalmente, la responsabilidad individual.

5.     La Planificación y el Control: Este principio nos compromete a actuar planificadamente. Esto con el fin de cerrarle el paso a la improvisación, el coyunturalismo, el espontaneísmo y el tareísmo.  Además, nos enseña que toda actividad revolucionaria, por elemental que sea, hay que evaluarla con el único propósito de corregir los errores, no volverlos a cometer.

Estos son algunos de los muchos aportes que nos legó el camarada Lenin en su indeclinable lucha por el Socialismo. Su legado, 150 años después de su natalicio, sigue brillando en todo el mundo con increíble vigencia.

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