domingo, 22 de julio de 2018

Habrá mucha confrontación en este gobierno, advierte Jaramillo Martínez

Por Nelson Lombana Silva

Durante la histórica Marcha Libertaria ocurrida en Ibagué, el pasado 20 de julio, el mandatario municipal, médico Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, habló con los medios de comunicación sobre diversos temas de suma actualidad.


Lo hizo con franqueza y carácter propio de un dirigente comprometido con su ciudad y con su pueblo en general. Analizó su primer encuentro con el presidente electo Iván Duque Márquez, augurándole éxitos, pero reconociendo claramente que hay diferencias sustanciales en la forma de mirar el Estado.

Una de ellas, es la paz. “La paz – dijo Jaramillo Martínez – no tiene ideología política”. Es un derecho constitucional que debe prevalecer por encima de cualquier consideración, lo mismo que la salud y la educación, indicó.



Agregó: “Entendiendo que el presidente tiene una concepción de Estado muy diferente a la que, por ejemplo, yo puedo tener. Pero, tenemos que buscar acuerdos, por ejemplo, la paz; la paz no tiene ideología política; la constitución es clara de que hay un derecho fundamental por encima de cualquier otro, y ese es la paz”.

“Pero, también hay otros derechos fundamentales: La educación, la salud. Son derechos fundamentales que hay que respetarse. Hay que luchar por la paz y no esa línea radical del Centro Democrático y, no solamente del Centro Democrático, porque hay sectores liberales, conservadores, de muchos partidos que pregonan la guerra. Esta postura, desafortunadamente, no es exclusiva de este partido político”.

“Espero que el presidente entienda que hay más de 8 millones de colombianos que no estamos de acuerdo con él, que hay una defensa muy clara por la paz, una defensa muy clara por la defensa de los derechos humanos, una defensa muy clara de los trabajadores y los campesinos de Colombia, que son las personas que más están sufriendo la injusticia y las dificultades”.

“No podemos seguir siendo el país más desigual del mundo. Tenemos que buscar la igualdad social, el entendimiento, la convivencia y las posibilidades de que esta gran riqueza que tiene Colombia, sea repartida más equitativamente en favor de todos y cada uno de los colombianos”.


Defensa del medio ambiente

Otro tema importante que hizo referencia el mandatario municipal de la ciudad musical de Colombia tiene que ver con la defensa del medio ambiente y el anuncio de que la transnacional Anglo Gold Ashanti volvería a Cajamarca (Tolima), seguramente auspiciada por el electo presidente Iván Duque Márquez y la parafernalia del uribismo y el Centro Democrático.

El burgomaestre señala que habrá dura confrontación, bastante resistencia civil que ojalá no llegue a la violencia, indica. 

“Nosotros sabemos que aquí va a haber mucha confrontación. Sabemos claramente que ahí están las grandes diferencias que nosotros tenemos con el gobierno. Va a haber una presión muy grande, ya la están ejerciendo sobre la Corte Constitucional para que acepte que las consultas populares no impidan la explotación del subsuelo. Sabemos que al Centro Democrático no le ha gustado la consulta popular; sabemos que el Centro Democrático considera que el subsuelo es de la nación y que la nación decide por encima del pueblo”.

“Cuando eso se suceda, nos va tocar tener una confrontación, desafortunadamente, esperamos no tener que llegar a la violencia, porque eso sería lo más grave que pudiera suceder. La confrontación se dará por la resistencia civil, pero la resistencia civil llega a un momento en donde el pueblo es ultrajado y es violentado, al pueblo no le queda más formas que reaccionar de manera diferente”.

“En el caso personal, siempre he sido un amante de la paz. Creo en la paz. Pero, también creo que la resistencia civil es importante cuando no se le escucha. Es la consideración que nosotros tenemos de acuerdo a la ley y lo dijo la Corte Constitucional: Es que nosotros también tenemos derechos sobre el subsuelo. Cuando hablamos nosotros, nos estamos refiriendo al territorio, al municipio, que tenemos derechos sobre el subsuelo, no pueden pasar por encima del querer del pueblo”.

“Si en Ibagué, el 90 por ciento de la comunidad está en desacuerdo con la megaminería a cielo abierto contaminante, no pueden pasar por encima del querer de la comunidad. Si lo intentan, tendremos que resistir. Tenemos el pueblo indígena que tiene 500 años de resistencia. Nosotros también somos un pueblo Pijao, somos capaces de resistir durante muchos años”.

La protesta social no se condiciona


También se refirió a la iniciativa que ha manifestado el ministro de defensa que designó Duque Márquez (¿Álvaro Uribe Vélez?), el señor Guillermo Botero de “reglamentar” la protesta social en Colombia. Rechazó categóricamente esta propuesta fascistoide que al parecer intentará imponer el Centro Democrático, a través de la iniciativa del presidente Duque Márquez. Al respecto, dijo:

“Una de las cosas importantes de la constitución de 1991, era permitir la protesta. Yo no me altero porque haya protesta, que me hagan cacerolazos. La protesta desde que sea una protesta pacífica y que tenga un contenido social, hay que respetarla. No queda ninguna otra alternativa. Eso es lo que nosotros consideramos. Usted no le puede poner términos a la protesta. De ninguna manera”.

“Eso sería comenzar a ir a lo que hoy le estamos criticando a otros gobiernos. Le estamos criticando a Venezuela. Todos los días no se hace sino hablar mal de Venezuela; hablan mal de Nicaragua, que están asesinando líderes y por qué no miramos la paja en nuestro ojo y por qué tenemos que estar mirando solamente la paja en el ojo ajeno, y nos damos cuenta que aquí, están asesinando a nuestros líderes, por la misma razón que están asesinando en otras latitudes a los líderes sociales y a los líderes políticos”.

Recordemos: Yo hice coalición con la Unión Patriótica en 1986. A mí me tocó qué irme siete años de este país, porque me iban a asesinar. Asesinaron a 5 mil mujeres y hombres de la Unión Patriótica. Se nos olvida eso. Solamente por ser de la Unión Patriótica, por tener una ideología política. Se nos olvida. Nosotros no hacemos sino mirar a los otros países y hablar del “castrochavismo” y no nos damos cuenta de los graves problemas que tenemos acá y de los asesinatos. Tengamos en cuenta eso”.

“No podemos dejar que esto se empeore. Hay que proteger a los líderes y segundo, no podemos dejar que la protesta social no se haga, porque es como una olla exprés. Si usted a una olla exprés no le deja salir el vapor, explota. Si a la comunidad colombiana se le cierra todas las posibilidades de poder manifestar su inconformismo, esa olla revienta. Y, lo que no podemos es volver nuevamente a los campos de batalla. Ya las Farc entregó las armas y se sometió al sistema democrático irregular pero, sistema. Lo aceptó. Ahora, tenemos que traer al ELN. Que no haya el inconformismo que se tenga que llegar a la violencia, a las armas y a una situación de guerra civil. Tenemos que tener mucho cuidado con este tema”. 

Realmente, el futuro de Colombia es incierto. Se tiñe el horizonte de sangre humilde. Lo dicho por el mandatario municipal no es alarmismo, ni protagonismo, es una realidad inexorable que solo el pueblo organizado y movilizado puede detener con un inmenso sacrificio.

Los primeros que deben reaccionar son los diez millones que ingenuamente se dejaron llevar por el miedo, la mentira y el fantasma que hábilmente el Centro Democrático creó, votando por una criatura que seguramente será fácilmente manipulada por un criminal confeso como lo es el narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez, según la CIA.

Mientras tanto, los ocho millones 34 mil colombianos y colombianas, que valientemente votaron por la vida y la esperanza, deben fortalecer la unidad, la organización, elevar el nivel ideológico, político y ético con el ánimo de seguir construyendo las bases sólidas de una nueva sociedad, basada – como dice el médico Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez – en la justicia social, en la paz con cambios estructurales, en la soberanía nacional y en el respeto con la vecindad, en el marco de la libre autodeterminación de los pueblos.

De alguna manera, el mandatario ibaguereño nos convoca a no renunciar al sacro derecho de la vida, de tener un medio ambiente sano y a la justicia social que implica salud, educación, vivienda, recreación, cultura y bienestar para todos y todas. Si para adquirir esos derechos constitucionales hay que pelear, hay que hacerlo, porque como dice el dicho popular: “Es más digno morir en pie que arrodillado”. 






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