domingo, 29 de julio de 2018

Conciencia ambiental a través de la caricatura


Por Nelson Lombana Silva

El capitalismo es un sistema depredador por excelencia, destruye, arrasa, no construye y ni conserva. Por obra y gracia de este sistema, el planeta es hoy por hoy una gigantesca cloaca, un basurero contaminante. Las chimeneas constantemente están contaminando el aire, lo mismo los residuos cuando son arrojados a las corrientes hídricas o en campo abierto sin un tratamiento previo y adecuado.


Remata la naturaleza la política extractivista, política demencial por cuanto consiste en sacarle los metales preciosos, el carbón y el petróleo a la madre tierra de sus entrañas. Es tanto como extraer de su cuerpo la sangre, el hígado, los riñones o cualquier otro órgano en forma violenta.

Tan demencial política del régimen capitalista se hace más dramática cuando se sabe que semejante crimen de la naturaleza no apunta a satisfacer el interés de la comunidad en su conjunto, sino el interés particular, egoísta de la clase burguesa, la clase dominante.

La naturaleza para el capitalismo no es más que una mercancía, mercancía que es comprada (robada), por una inmensa minoría para satisfacer sus mezquinos intereses de clase.

Por lo tanto, la lucha ambiental, es ante todo lucha política, pues se trata de destruir las relaciones capitalistas y construir las relaciones socialistas, relaciones éstas fundamentadas en la defensa del hábitat, la pachamama.

Incierto ambiente y cultura con Duque

Nada halagüeño le espera al medio ambiente colombiano y a la cultura el gobierno electo de Iván Duque Márquez. Desde su turbulenta campaña anunció su interés de continuar con la política depredadora del extractivismo, entregándole a las multinacionales y transnacionales más territorio patrio. Si usted toma el mapa y ubica la presencia de estas, seguramente quedará asombrado o asombrada, casi todo el territorio nacional no es de colombianos o colombianas, son de ellas. 

Petro propuso en su campaña nacional la utilización de las energías limpias, licenciar el extractivismo y buscar formas de reconciliación con la naturaleza. La iniciativa caló, pero no fue suficiente para ganar en esta oportunidad. Producto del miedo y la mentira mediática, ganó la propuesta falsa de la lucha contra el “castrochavismo” y “no parecernos a Venezuela”. Por ahora ganó una vez más la mentira y el miedo.

Así las cosas, esta administración de Duque, apalancada en un partido mafioso y paramilitar como es el Centro Democrático, no inspira esperanza de soberanía nacional, ni respeto por la madre tierra, ni defensa del medio ambiente, ni cultura nacional y ancestral. Ojalá, los que votaron por esta propuesta reflexionen con espíritu autocrítico, para no cometer los mismos yerros en el futuro. Aunque no haya quien diga con todo su analfabetismo político: “Estoy listo a enterrarme con el jefe”. El futuro de Colombia es oscuro, apocalíptico, sin lugar a dudas. 

La cultura: Arma de lucha revolucionaria

Los comunistas han respaldado la tesis de la combinación de todas las formas de lucha, siempre y cuando sea invento o iniciativa del pueblo. La cultura es una forma de lucha, una manera concreta de generar conciencia social, conciencia de clase y conciencia ambiental.

Las diversas expresiones artísticas que el pueblo va creando y manifestando son importantes en la dinámica de construir la cultura de la vida, la cultura ambiental y la cultura de la paz. El arte popular, en los más diversos escenarios del conocimiento, son esfuerzos por romper las relaciones del sistema de la muerte que significa el capitalismo. Eso es importante y se viene dando en el país con el grafitero, el rapero, el teatrero, el músico popular, la caricatura, el bibliotecario consciente, el lector, etc. Sí, la cultura es una forma de lucha.

La caricatura: Arma revolucionaria

La caricatura es un arma revolucionaria de gran valor cuando se trata de denunciar y anunciar el advenimiento de un sistema nuevo, un sistema socialista. Es un arma demoledora en la dinámica de desentrañar las infamias del régimen y de proyectar esperanza de cambio y liberación. Amor por la naturaleza.

Dentro de esa pléyade de caricaturistas, tenemos el caricaturista colombiano Arlés Herrera, más conocido como el maestro Calarcá. Su obra universal es una herramienta de vida, esperanza, paz y defensa del medio ambiente.

De una manera consciente y valiente, el maestro Calarcá con sus trazos mágicos, viene mostrando el camino de la libertad, la justicia social y la defensa de la madre tierra. Sin aspaviento, pero con mucha acción, se recorre el país y el continente latinoamericano con donaire y conciencia de clase.


De la mano de él, 62 países organizaron y convocaron el Festival Internacional de Caricatura, en esta oportunidad en defensa del agua, encuentro que se realizará en Colombia (Santander), los días 23 y 24 de agosto de este año.

Naciones tan distantes de Colombia como China, India, Turquía, Irak, Marruecos, entre otras, harán presencia con este bello arte cultural. Son artistas que estarán en la calle y en recintos cerrados mostrando su arte, pero sobre todo, creando conciencia ambiental y conciencia de clase.

Estarán en diversos sitios, entre otros: El parque San Pío, el parque Santander y el parque del Agua. En recintos cerrados como: El museo de arte moderno, la casa de la cultura García Rovira, la Casa del Libro, gracias al apoyo de la universidad Industrial de Santander (UIS) y la organización campesina Corambiente, etc.

El acto inaugural estará a cargo de los indígenas; al siguiente día se realizará un conversatorio dirigido por mujeres. El maestro Calarcá con este gesto busca dimensionar el papel fundamental de la mujer en la construcción de una nueva sociedad.

De igual manera, en el marco de este encuentro se hará un análisis de la cultura cubana, cultura socialista, seguramente servirá para determinar la diferenciación y similitud entre cultura capitalista y cultura socialista. Qué interesante. Colombia está convocada a este encuentro los días 23 y 24 de agosto.

El encuentro busca consolidar la unidad de las diversas organizaciones culturales, sociales y políticas, alrededor de la defensa del medio ambiente, la ampliación y divulgación de las denuncias relacionadas con el tema y la movilización de las comunidades para hacer resistencia a las propuestas anti ambientalistas del entrante gobierno nacional.

Al respecto, ha dicho el caricaturista Arlés Herrera, el maestro Calarcá: “Como cultor del arte, creo que de lo que se trata es de poner esto en las manos de la gente, que despierte el interés por estos temas, además, porque es una obligación moral, una obligación revolucionaria, porque el arte debe cumplir una función social, es un acto revolucionario”.[i]  

[i] Semanario VOZ La verdad del pueblo. Edición número 2942 semana del 25 al 31 de julio de 2018. Página consultada 20.





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