sábado, 22 de agosto de 2015

Efectos trágicos de los megaproyectos en el Tolima

Miguel Espejo, líder comunitario interviniendo en "Sábados con Paco". Foto Nelosi
Por Nelson Lombana Silva

En el marco de la campaña electoral de la Unión Patriótica y concretamente de la candidatura a la asamblea del Tolima del compañero Danilo López Carrero, número 52 en el tarjetón y la lista al concejo municipal de Ibagué, ayer se realizó en la sede departamental del Partido Comunista una jornada más de “Sábados con Paco”.



El tema central era los servicios públicos domiciliarios. Sin embargo, los conferencistas centrales no se hicieron presentes. Intervino entonces el líder comunitario Miguel Espejo, desplazado del municipio de Cajamarca (Tolima), quien hizo una disertación sobre los efectos nefastos que está generando en esta región los megaproyectos que viene implementando el gobierno nacional en el marco del modelo neoliberal y la implementación de los Tratados de Libre Comercio (Tlc).


Al referirse a la megaminería a cielo abierto Miguel Espejo dijo que con esta política se colocaba en inminente peligro el ecosistema. En ese sentido rechazó la presencia de las transnacionales en suelo tolimense, especialmente Anglo Gold Ashanti.


“La exploración y explotación de la mina La Colosa a manos de Anglo Gold Ashanti tiene graves consecuencias. Tiene que hacer unas perforaciones a ciertas profundidades y eso ha causado el daño al ecosistema y se ha venido secando ya varias vertientes de agua perjudicando a la comunidad de la región”, dijo.


Dijo además que el cambio climático se viene sucediendo al pasar de clima frío a clima caliente, porque el monte de niebla que suavizaba el clima viene desapareciendo.


El otro megaproyecto nocivo para la comunidad de Cajamarca, según Miguel Espejo, es la denominada doble calzada. “Doble calzada: ¿Qué le ofrece a Cajamarca? Es la carretera panamericana que va a pasar por el centro de este municipio, lo va a dividir en dos perjudicando seriamente la convivencia de esta comunidad”, agregó.


Dijo que esta obra también afecta el clima por cuanto tiene que hacer enormes excavaciones, acabando de paso con muchas corrientes de agua, incrementando de alguna manera la sequía y de paso la temperatura.


Además, genera cambios en la vida social, económica y cultural en la comarca. Son obras para desarrollar el capitalismo en detrimento de los intereses populares del pueblo, anotó.


“Hace ocho años estaba haciendo una investigación sobre la venta de alucinógenos entre la línea y Boquerón en Ibagué. La investigación preliminar decía que se expendía diariamente en promedio 3 mil gramos de bazuco. Son 3000 o 4000 millones de pesos que mensualmente se mueven en esta zona por este concepto. Se pudo establecer que en este sector prácticamente no hay control. Pero no pude continuar. Me dijeron: Quieto, no más investigación. Me tocó callar y abandonar la investigación”, dijo Miguel Espejo.


Otra problemática ambiental son las hidroeléctricas. Sobre el particular dijo el líder comunitario: “Esta en Cajamarca ya tiene el nombre de San Rafael. Representa también cambios climáticos, desastres ecológicos y pérdida de la fauna, sobre todo el calentamiento global. En el 2000 salían diariamente 200 camiones repletos de comida con destino a Ibagué, Fusagasugá, Bogotá, Armenia, Pereira, Cali, es decir, todo el occidente colombiano, hoy no salen diariamente diez camiones con comida. Se comenzó a acabar cuando llegó la transnacional Anglo Gold Ashanti, que tomó la mano de obra del campesino con el salario integral. Se llegó a contar esta mina con 1200 personas trabajando con esta transnacional. Ilusión que fue pasajera pero hizo muchísimo daño. Hoy el obrero no quiere volver al campo. Hoy no se consigue tan fácil un trabajador para arar la tierra”, subrayó. 


“Antes Cajamarca era el verde, verde, hoy es el desierto agrícola. No es la despensa agrícola del Tolima como le solíamos decir, hoy es desierto agrícola. La mentalidad de la gente va cambiando. Ahora le habla la mina del ganado, cultivos dizque de aguacate. Cajamarca se conocía por la producción de hortalizas, café, yuca, plátano, arracacha, alverja, frijol, etc. Todo eso es pasado, historia”, señala Miguel Espejo.


Todos esos proyectos han cambiado el modo de vida en Cajamarca, dice Espejo. “Hoy es una población peligrosa porque atracan en pleno parque principal. Cada ocho días son uno, dos y más heridos”, dijo.


Otro aspecto al cual hizo referencia fue a la corrupción y la venta de alucinógenos. “Se ven niños de 8 o 9 años contaminados por las drogas o vasos de bóxer. Los jíbaros tienen a los pequeños de campaneros. Hace quince días salió en la prensa que cogieron ocho personas. Muchos padres no les importa que sus hijos se prostituyan, ni las niñas se prostituyan, pero no porque quieran, simplemente porque no tienen conocimiento, ni los recursos económicos para tener a sus hijos en un mejor ambiente. Esa es la cruda realidad de una sociedad descompuesta e ilusionada por la fiebre del oro”.


Otro aspecto que ha proliferado desde que apareció esta transnacional son las amenazas. “Tenemos muchas amenazas. En el caso mío, fui amenazado siendo activista y defensor de las comunidades. Todo problema de salud, educación, etc tratábamos de ayudar a solucionar a favor de la comunidad. Eso fue el origen de mis amenazas y de muchas personas en la zona”, terminó diciendo Miguel Espejo. 


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