viernes, 1 de junio de 2018

Publicado libro sobre la verdadera historia de Villarrica (Tolima)

Por Nelson Lombana Silva

Después de muchos ires y venires, el poeta y escritor nacido en el municipio de Villarrica (Tolima), Edison Peralta González, puede publicar una investigación de carácter histórico sobre su pueblo, con el fin de contrarrestar la historiografía burguesa que ha sido escrita más para esconder y confundir que para clarificar.


El esfuerzo intelectual, fruto de varios años de investigación, está condensado en el libro intitulado: “Torturas, lágrimas y sangre, las guerras campesinas de Villarrica”. Son 280 páginas escritas con intensidad, de obligatorio estudio en la dinámica de reinterpretar la verdadera historia contada desde los vencidos.

Realmente, hasta ahora, se nos ha contado la historia del país al revés, de tal manera que los victimarios resultan siendo víctimas y las víctimas, victimarios. El poeta y escritor tolimense, Edison Peralta González, haciendo un esfuerzo heroico realmente, da al público esta obra con la esperanza que contribuya a generar conciencia de clase, conciencia crítica y analítica.

El municipio de Villarrica (Tolima), se encuentra ubicado en el oriente de este departamento, limitando al norte y occidente, con el municipio de Cunday; al sur, con los municipios de Purificación y Dolores y al oriente, con el departamento de Huila. Tiene un área de 460 kilómetros cuadrados. Fundado municipio el 19 de diciembre de 1949, mediante decreto número 1131. Mientras en 1951, contaba con 12.000 habitantes, en la actualidad tiene solamente 6000.

Este municipio fue brutalmente agredido durante el gobierno del dictador Gustavo Rojas Pinilla, quien dio vía libre a militares norteamericanos para que bombardearan indiscriminadamente esta comunidad, que habiéndole dirigido un documento al dictador solicitándole ayudas para superar la pobreza galopante, la respuesta militar fue la agresión por aire y tierra contra campesinos y campesinas inermes y deseosos de hacer producir la tierra.

La resistencia, sin embargo, fue heroica y según señala el autor de este libro, fue allí, y no en Marquetalia, donde la guerrilla de las Farc hace su aparición inicialmente. También sostiene que Gabriel García Márquez fue engañado, a partir de lo cual escribió en sus crónicas de Villarrica que la resistencia al ataque artero del general, la dirigió Manuel Marulanda Vélez. Según, Peralta González, esta versión no es cierta. Este pueblo, como toda Colombia, fue víctima del binomio liberal – conservador.

La página web: www.pacocol.org entrevistó al autor del libro: Torturas, lágrimas y sangre, las guerras campesinas de Villarrica, quien explica el contenido y el objetivo central de esta publicación que comienza a circular en Ibagué y Manizales, inicialmente. La entrevista es la siguiente:

-         Edison Peralta González, ¿Qué narra en su libro: ¿Torturas, Lágrimas y sangre, las guerras campesinas de Villarrica (Tolima)?
Particularmente la experiencia es porque desde niño hasta los 18 años, viví la tragedia de los campesinos de Villarrica (Tolima), incluyendo a mi madre y a mis hermanos.

De ahí para acá, durante muchos años estuve rondando y tratando de averiguar las causas del porqué de esa tragedia y del porqué de esa forma como el Estado les respondió a los campesinos, en lugar de responderle las exigencias a los campesinos como lo demanda el documento: Tortura, lágrimas y sangre.

El libro se llama así porque se trata de un documento perdido para la historia que los campesinos le enviaron al gobierno nacional, en los primeros años de la década del 50, más o menos, en 1953, pidiéndole que cesara las matanzas, pidiendo unas cosas mínimas, pero el Estado respondió con plomo, bombas y ametrallamiento a una comunidad inerme e indefensa.

-         ¿Cómo hizo para cristalizar esta investigación histórica que plasma en el libro: ¿Torturas, lágrimas y sangre, las guerras campesinas de Villarrica?

Bueno, como la misma lucha de los campesinos, ha sido una verdadera tragedia, una verdadera lucha, partiendo de lo elemental: Aprender a escribir, que es una cosa vedada a la gente humilde, porque no es posible adquirir conocimiento en base a escuelas, colegios y universidades que el Estado fomenta.

Por ahí comenzamos con un gran sacrificio y después de leer e investigar a mi familia a mí mismo las vivencias, leer mucha historia del conflicto y las guerras de Villarrica, puedo terminar esta obra hace unos tres años, pero no había podido publicarla, porque ninguna entidad gubernamental mostró interés en su publicación.

Me entrevisté con el alcalde de Ibagué, aprovechando que era amigo del Polo, pero no fue posible, olvidó mi propuesta; el alcalde de Villarrica me dijo que no tenía recursos y menos si se trataba de una obra de carácter crítico, como efectivamente lo es.

Esta obra no es sino el esbozo de lo que fue la hecatombe, el holocausto de los campesinos, hace sesenta años, hoy, olvidados por los historiadores del régimen, en general.

-         Podría decirse que es un auto retrato. ¿Cómo califica la objetividad de la obra?

Como una realidad, como una forma de contar verdades. No trato de construir imágenes para crear abstracciones dentro de la obra, sino me limito a los relatos.

Me acuerdo mucho de Gabriel García Márquez, de Alfredo Molano, de Renán Vega Cantor… de muchos historiadores que han tratado siempre de analizar las verdades que se esconden en las luchas campesinas, en general, en todo el pueblo humilde y explotado en nuestro país.

-         Se ha escrito relativamente bastante sobre el municipio de Villarrica (Tolima), sobre todo los bombardeos en tiempos del general Gustavo Rojas Pinilla. ¿Qué hay de nuevo en este texto que hoy entrega usted al pueblo colombiano?

Hay dos cosas o más: Nunca imaginaron los campesinos de Villarrica que la respuesta del gobierno hubiera sido bombas y terror. Muy triste, por qué razón, porque en 1951, según el censo de la época, este municipio contaba con unos doce mil habitantes, después de más de 60 y pico de años, escasamente tiene 6000 habitantes, dando a entender que fueron muy pocos las personas que llegaron a Villarrica, porque los verdaderos dueños de las parcelas y de los baldíos fueron desplazados, torturados y asesinados.

La historia se pierde y lo que hoy ocurre, mire que el mismo nombre que detalla el libro: Tortura, lágrimas y sangre, después de 60 años, ese documento no aparece en ninguna parte. Alguna editorial española, creo que la editorial Paidós, quiso investigar, pero no pudo recogerlo bien.

El historiador y sociólogo Germán Guzmán, creo que es del Líbano (Tolima), escribió dos tomos, sobre la violencia en Colombia, habla gran parte de ese documento y esa hoja volante que los campesinos de Villarrica en esa época distribuyeron.

Todo indica que ese último escrito de tortura, lágrimas y sangre, fue recogido por los comandantes Richard y Luis Morante (Jacobo Arenas), que estuvieron en las guerras de Villarrica, precisamente, cuando fue salvajemente torturado Isauro Yosa.

Antes que se iniciara las matanzas en el marco de las guerras contra Villarrica, la guerra de trincheras, como se llamaba, le enviaron apartes del documento: Torturas, lágrimas y sangre, a Gustavo Rojas Pinilla, para que tratara de intervenir y hablara con ellos, habida cuenta que lo que pedían los campesinos eran cosas mínimas. Pero la respuesta fue la guerra, la explotación, el terror de Estado, masacres, bombardeos del gobierno norteamericano. Estados Unidos estuvo al frente de esta cruel agresión contra estos campesinos tolimenses.

-         Trata de desarrollar usted en este libro la tesis de que el origen de la guerrilla fue Villarrica y no Marquetalia. ¿En qué fundamenta esta tesis?

Bueno, Villarrica antes que Marquetalia y Riochiquito, dio los primeros pasos porque allá el enjambre, los umbrales de las Farc se remontan a Villarrica. Antes de Manuel Marulanda Vélez, estuvieron combatiendo como revolucionarios allí.

Si bien en el sur surgieron las guerrillas, en esa época si estaban en un solo bloque, eran simplemente campesinos liberales. Antes, 1952 – 1953, después de las masacres que ocurrieron en Villarrica, que sobrepasa los 300 campesinos acribillados por las fuerzas del gobierno nacional, comienzan los primeros desplazamientos y las primeras marchas campesinas hacía el Sumapaz uniéndose a las guerrillas de Juan de la Cruz Varela. Todavía no existía la guerrilla revolucionaria.

Las guerrillas revolucionarias comienzan a partir de 1954, más adelante se consolida a partir de los rezagos de la columna Luis Carlos Prestes, que había salido de Chaparral (Tolima) hacia el Davis y del Davis, parte de esa columna llega a Villarrica y después se prolonga en los desplazamientos de las columnas de marcha hacía el Duda, hacía Galilea, hacía el Ariari, donde muchos héroes campesinos aún no han sido reconocidos por la historia.

-         Gabriel García Márquez sostenía que Manuel Marulanda Vélez estuvo en Villarrica. ¿Comparte esta afirmación?
No. No estoy de acuerdo, porque parece que en Villarrica a él supuestamente le dieron esa información, que en Villarrica un joven de 22 años, era el que dirigía la resistencia y como Marulanda era joven para esa época, creyó, supuestamente que era él.

Otros personajes de Villarrica en forma fantasiosa tratan de hacer creer en la historia que el comandante Manuel Marulanda Vélez estuvo en Villarrica. Y sí lo estuvo, pero después de pasada la guerra de trincheras en Villarrica, cuando él se desplazó a marcha forzada desde el sur del Tolima hacia una vereda de Villarrica llamada: La Colonia, y de paso hacia la región del Duda, donde se da el nacimiento de las Farc – Ep con armamento y campesinos desplazados de la guerra de Villarrica, que se habían asentado en la ribera del río Duda.

Allá, participa en eso Efraín Guzmán, en la guerra de Villarrica, se llamaba Nariño, un joven de unos 15 o 16 años, también aparece Alfonso Castañeda, que yo lo considero el verdadero héroe de la guerra contra Villarrica; aparece también Ciro Castaño, al inicio de la guerra, ya estaba en Villarrica, afincado trabajando y creando organización campesina y sindicatos.

Y, muchos otros comprometidos con la posterior fundación de las Farc. Aparece Eliseo Manjarrez, dos hermanos de Olimpo, o sea, Eutiquio Leal; aparecen algunos soldados que habían estado en la guerra de Corea, involucrándose como instructores de la guerra de Villarrica. 

Entonces, no es cierto realmente, hasta donde he podido investigar, es falsa la versión que el comandante Manuel Marulanda Vélez, hubiera estado en Villarrica. Es pura fantasía. Tampoco él le pudo confirmar a Gabriel García Márquez. Siempre calló. Mucho después, cuando García Márquez le pregunta, él simplemente ríe y dice que no se acuerda. No confirmó si era verdad o mentira.

Sin embargo, por los diversos testimonios que yo tengo, no es cierto que él hubiera estado, sino posteriormente después de paso para Galilea con el sargento Pascuas hacia la región del Duda, donde nace las Farc.

Por eso, yo reclamó que las negociaciones de la Habana, debieran realmente arrancar, no desde la fecha de 1957 o 58, cuando se fundó el Frente Nacional, como si anteriormente no hubiera sido conflicto.

Y, la más importante guerra, antes de la del sur, estuvo la guerra de trincheras en Villarrica, un episodio de lo más grandioso de América Latina y en Colombia, pero aún desconocida por la academia y la misma gente de Villarrica, la cual ocultan y minimizan.

Yo digo que si el partido conservador quiso conservatizar a Rovira en la época del 50 y no lo pudieron, porque nacen las guerrillas campesinas, sí lo logró el neoliberalismo, que tristemente le colonizó la conciencia a las gentes de Villarrica, y todos defienden a morir, la ultraderecha. O sea, los verdugos que los han torturado a sus padres, a sus ancestros, a toda su familia.

Eso es lo que yo narro en la obra. Son 280 páginas con fotografías, con testimonios. Hay una extensa bibliografía, fuentes de toda naturaleza, para quien quiera recoger y dedicarle tiempo a investigar, pues ahí está la obra.

-         ¿Cuál es el efecto que usted espera generar entre los potenciales lectores y público en general de esta obra?

Generar conciencia. Yo considero que la obra va a contribuir a que los campesinos y el pueblo del Tolima, reconsidera su forma de pensar a cerca de las luchas campesinas.

Si en una época, a los campesinos de Villarrica y de Colombia en general, los llamaban chusmeros, que era un epíteto degradante para decirles que era bandoleros, cuando en realidad eran simples campesinos que luchaban por defenderse de las matanzas, defender sus vidas, sus parcelas; hoy, la chusma, lo digo en mi obra, la chusma somos todos, los que no tienen empleo, los que no tienen educación, los que carecen de salud, los que los han embrutecido de una manera u otra, los que no les han contado la verdad, los vendedores ambulantes, los campesinos desplazados, trabajadores de las oficinas y bancos que no tienen en qué caer muertos, pero repiten la ideología de la clase dominante.

La idea es que la juventud, especialmente los estudiantes, se apropie y contribuya a despertar la conciencia, descolonizar sus cerebros, que es lo que dice precisamente, Frank Fanón, el historiador africano, médico también y que habla precisamente en su libro: Los desterrados de la tierra.

Insisto: La idea es despertar la conciencia, que sea un despertar nuevo, porque la historiografía negada en nuestra época desde la escuela, es muy doloroso. Mi tarea es tratar un nuevo ambiente para que la misma gente comience a encontrar sus propias verdades.

-         Hasta ahora se ha escrito la historia desde los vencedores, desde la clase dominante. ¿Quiere usted escribir la historia desde los vencidos, el pueblo?

Ciertamente. Resulta que nuestro pueblo carece de escritores, carece de poetas, carece de personas que han tenido el privilegio de ir a la academia. Resulta que la mayor parte de nuestros intelectuales aprovechan el conocimiento, no para socializarlo con el pueblo, sino para trabajar de forma individual con espíritu economicista, buscando aumentar su tienda cerebral. Eso es.

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