El histórico municipio de Coyaima (Tolima), ubicado sobre el flanco derecho de la cordillera Central, parte de la cuenca baja del río Saldaña, se encuentra a 114 kilómetros de la ciudad de Ibagué y a 193 de la capital de la república de Colombia, Bogotá, esconde toda una historia de lucha y resistencia, especialmente por la comunidad indígena y campesina.
Primer alcalde comunista en Colombia, en cabeza del indígena José Nelson Tovar Rojas. |
Durante sus administraciones se hicieron obras de desarrollo comunitario en todos los cabildos, resguardos y veredas, impulsó con decisión la obra cumbre: El triángulo del Tolima, obra que posteriormente se adjudicó el ex senador conservador, Luis Humberto Gómez Gallo, quien fue sindicado de tener nexos con el paramilitarismo en el Tolima.
El área total es de 664,33 kilómetros cuadrados y la población, según censo de 2015, es de 29.304 habitantes, indígenas y campesinos, casi en su totalidad.
Este municipio fue duramente golpeado por el paramilitarismo y el militarismo. Decenas y decenas de líderes fueron brutalmente asesinados en su mayoría con la complicidad del militarismo. Incluso, el primer alcalde comunista estuvo en la mira de esta política criminal uribista y a punto de ser asesinado en varias oportunidades.
Esta comunidad ha dado muestras vehementes de lucha y resistencia. Cuando fue candidato presidencial el maestro Carlos Gaviria Díaz por el Polo Democrático Alternativo, en el caso particular de Coyaima salió ganancioso.
Ahora con Gustavo Petro Urrego al parecer se repetirá la historia. De los 13 concejales, 9 acompañan la candidatura de la Colombia Humana. El pasado 3 de junio estuvo allí, una de las asesoras de la campaña de Petro, la doctora Liliana Rincón, quien se reunió en el centro de la dulce Coyaima indiana con la comunidad.
Delegaciones de la ACIT, el CRIT, la FICAT, ratificaron el respaldo a Petro en las elecciones del 17 de junio. Invocando la paz, el respeto a los territorios, la ciudadanía, la cultura, la educación y la salud, los asistentes declararon enfáticamente su decisión de votar por el candidato de la vida, la esperanza y la justicia que encarna Gustavo Petro.
Breve historia
Los coyaimas hacían parte de la nación Pijao. Vivían en ambas riberas del río Magdalena, desde el bajo Saldaña, ocupando el río Ortega. El imponente valle que llega hasta Neiva (Huila) era llamado: “El valle de las tristezas y la tristura”.
Era una comunidad apacible, trabajadora y emprendedora. El avaro español acabó de tajo con esta tranquilidad, con la cultura y la vida de miles y miles de aborígenes, mal llamados indios. En nombre de Dios, la espada y el crucifijo, estos vándalos ibéricos robaron las creencias, los dioses, las costumbres del pueblo Coyaima. Horrendo crimen que reposa en la completa impunidad.
La corona española designó a un sanguinario militar llamado: Juan de Borja y Armendía, séptimo presidente de la Real Audiencia de Santafé de Bogotá. En 1608, fundó un poblado indígena al que bautizó como: “Nuestra Señora del Carmen de Coyaima”, epicentro para agredir a los aborígenes en toda la región.
En la disputa por quien más robaba y ejercía poder en favor de la corona española, el licenciado Bernabé de Saavedra, fiscal de la Real Audiencia, formalizó la fecha de fundación de este poblado, el 29 de marzo de 1621. No obstante, el primero de agosto de 1778, con el liderazgo de los aborígenes sobrevivientes de la cruel conquista, Domingo Pinto, José Capera y Juan Sánchez, el caserío fue reubicado en la margen del río Saldaña, conservando su nombre inicial, donde se encuentra actualmente.
El 10 de septiembre de 1857, este poblado fue totalmente destruido por un voraz incendio, pereciendo entre otros, el cura Manuel Antonio Suárez. A pesar de la adversidad y el abandono consuetudinario del gobierno central, quien solo ha tenido para el pueblo violencia y terrorismo de estado en grado sumo, la asamblea del Tolima lo eleva a municipio mediante ordenanza, el 21 de febrero de 1863.
Durante muchos años el municipio de Coyaima fue considerado fortín del Partido Comunista. Pero la guerra sucia desatada contra los comunistas y posteriormente la Unión Nacional de Oposición (UNO), El Frente Amplio y Democrático (FAD), la Unión Patriótica (UP), el Polo Democrático Alternativo (PDA), disminuyó ostensiblemente, toda vez que unos fueron asesinados, otros desplazados y otros atemorizados.
Sin embargo, como el ave fénix, el Partido Comunista se mantiene y la expectativa por la democratización y la paz con justicia social, late emocionada en cada corazón indígena, hombre y mujer, de esta comarca.
Este pueblo que ha padecido en carne propia los peores vejámenes del terrorismo de estado, el paramilitarismo, que aún persiste en la zona, añora que el acuerdo de la Habana con las FARC se materialice en la práctica. Considera que Petro es el más consecuente con la vida, la esperanza y el esquivo cambio que tanto ha añorado históricamente, en medio de la aciaga violencia financiada por la oligarquía y los terratenientes. Por eso está dispuesto a votar masivamente el próximo domingo 17 de junio por Petro para que brille inmaculada la Colombia Humana en esta nación sudamericana. Petro es el camino… así lo entiende el pueblo coyaimuno.
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