Los medios alternativos de comunicación en Colombia han sido puntales fundamentales en los resultados electorales presentados el pasado 17 de junio, sobre todo para la Colombia Humana con su abultado y promisorio guarismo superando los 8 millones 300 mil votos.
Ante la incomunicación mediática del aparato ideológico de la gran burguesía y el imperialismo norteamericano, estos medios pudieron en grado sumo romper este cerco mediático permitiendo que el discurso de izquierda fluyera con claridad, con abundancia y con objetividad.
Si bien no se le pudo partir totalmente el espinazo al odioso oligopolio mediático, como el pequeño David, se pudo golpear seriamente al gigante Goliat compuesto por RCN, Caracol, El Tiempo, El Espectador, la revista Semana y demás yerbas desinformativas del gran capital.
Se avanzó en calidad y en cantidad, en astucia y en decisión en los cuatro puntos cardinales de Colombia. Se pudo demostrar en la práctica que sí se puede derrotar los imperios mediáticos especializados en construir opinión pública proclive a la clase dominante, con base en la mentira y la infamia.
Sin embargo, todavía hay mucho por hacer por cuanto no estamos enfrentando tigres de papel, sino verdaderos monstruos dispuestos a utilizar la criminalidad con tal de no perder sus intereses de clase. No en vano los grandes medios de comunicación en Colombia y en el mundo son propiedad de monopolios y oligopolios.
Si en el siglo pasado la religión era el opio del pueblo, en el siglo XXI son los medios masivos de comunicación, principalmente.
Basado en ese poder, el servicio de inteligencia americana (CIA), creó los denominados “golpes blandos”, diciéndole de esta manera adiós a las guerras convencionales, en las que se enfrentaban dos ejércitos en un campo de batalla, saliendo uno ganador y el otro perdedor. Esa estrategia ha pasado a la historia.
Hoy, no existe un campo de batalla definido, delimitado, tampoco dos ejércitos en igualdad de condiciones. Ahora, el campo de batalla es todo el país y los protagonistas son civiles y militares. Es lo que se conoce como guerra de cuarta generación.
El puntal central de esta concepción militarista orquestada por el imperialismo norteamericano, son los medios masivos de comunicación. Con su publicidad al estilo J.J. Rondón, se encargan de exasperar los ánimos de un sector para colocarlo en contra del otro sector. Es una labor siniestra y titánica permanente.
Los 10 millones de compatriotas que votaron por el lugarteniente del narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez, según la misma CIA, lo hicieron odiando a la hermana república bolivariana de Venezuela, especialmente a su principal conductor, el compañero Nicolás Maduro Moros.
Lo deprimente es que la inmensa mayoría de este conglomerado ni siquiera sabe dónde está ubicada esta república que camina poco a poco hacia el socialismo. Si no sabe esto tan elemental, menos la historia y el proceso emocionante que inició el comandante eterno Hugo Chávez Frías; menos lo que es científicamente el Socialismo.
Esto sucede en gran medida porque este amplio sector, por cierto, toma como bibliografía para emitir sus opiniones a estos medios de comunicación. Medios de comunicación que acertadamente llamó Eduardo Galeano, medios de incomunicación.
Así, los medios alternativos no son algo accesorios, como infortunadamente es considerado por algún sector. Son fundamentales en el momento histórico que vive la humanidad en el siglo XXI. Su poder es inmenso. Por cuanto su misión se encamina a la construcción del hombre nuevo, es decir, el hombre crítico, analítico y propositivo capaz de transformar su realidad en función social.
Los medios masivos alienan, los alternativos desalienan. Los primeros esclavizan, los segundos liberan. Los primeros idiotizan, los segundos educan. Los primeros, desinforman, los segundos informan. Los primeros atemorizan, los segundos recrean.
En esas condiciones, hay que contribuir al desarrollo de los medios alternativos de comunicación, en el contexto local, regional, nacional e internacional. Hay que compartir experiencias, siguiendo el pensamiento de Paulo Freire, cuando dice: “Nadie educa a nadie, nadie se educa solo, todos se educación comunión”.
Sería importante cristalizar un encuentro nacional o internacional para mirar el momento político que vive el continente americano y Colombia de cara al reciente debate electoral. Estados Unidos está a la carga contra los países democráticos y revolucionarios del continente como Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, etc.
Proyectos informativos como la página web: www.pacocol.org, el semanario VOZ la Verdad del pueblo, Desde Abajo, Periferia, Periodismo Libre, El Salmón, etc, deberían liderar esta iniciativa. Sería una gran oportunidad, no solo para socializar experiencias, sino para trazar rutas unitarias y así enfrentar con más unidad, organización y eficacia la incomunicación de los grandes medios de comunicación.
La urgencia es mayúscula cuando sabemos que Estados Unidos está militarizando el continente americano a pasos agigantados y amenaza con invadir militarmente a los países que se han logrado independizar de su cruel e inhumana égida. No es exagerado decir que el fantasma del fascismo estaría merodeando a la vuelta de la esquina.
El encuentro resulta crucial, por lo tanto. Manos a la obra.
Cuando es este importante encuentro? El maestro lombana es uno de los mejores columnistas que tiene Colombia.
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