domingo, 5 de febrero de 2017

El código de policía tiene mucho de fascismo

Efraín Viveros, instructor de Derechos Humanos de la Unión Sindical Obrera (USO). Foto Nelosi
Por Nelson Lombana Silva

El denominado “Nuevo Código nacional de policía y convivencia”, amparado en la ley 1801 de julio 29 de 2017, tiene mucho de fascismo y poco de democracia, libertad y convivencia. Santos muestra una vez más los dientes contra el proceso de paz. En vez de extender la mano generosa a los miles y miles de guerrilleros que están comprometidos sinceramente con la paz y la reconciliación nacional, monta cercas jurídicas y represivas para intentar inmovilizar la nueva faceta de lucha del movimiento guerrillero sin armas.



Es decir, mientras habla de paz, se viene preparando para la guerra contra el movimiento sindical y popular con más intensidad. Este presidente hace lo mismo que hizo Andrés Pastrana Arango, que mientras dialogaba con esta guerrilla de las Farc – Ep en el Caguán, entregaba el país a los Estados Unidos para que implementara el tenebroso Plan Colombia.


Por eso, el instructor de Derechos Humanos de la Unión Sindical Obrera (USO), Efraín Viveros, dice que sí así es la sobremesa cómo será el almuerzo y la cena. Es decir, sin la guerrilla entregar las armas aú y ya le está montando toda una parafernalia en su contra, sacrificando y profundizando la represión contra el movimiento sindical, popular e indígena en Colombia.


¿Qué piensa la oligarquía colombiana? Piensa, seguramente, que en el futuro próximo, la lucha en la montaña cambiará de escenario. Ésta será en la ciudad y en los pueblos del país. Y en vez, de preparar reformas audaces para desactivar esa bomba social, acelera medidas ultra represivas como el Nuevo Código Nacional de Policía y Convivencia. En realidad Santos y su patota, pretenden apagar el fuego de la inconformidad social con gasolina. Qué bárbaros.


El dirigente sindical Efraín Viveros, preocupado e indignado, da su opinión sobre este esperpento que seguramente será revocado con la movilización colombiana en el marco de la más amplia unidad y acción colectiva. La entrevista exclusiva de la página web: www.pacocol.org es la siguiente:   


-         ¿Qué opinión le merece la entrada en vigencia del nuevo código de policía en Colombia?


Es una medida que recorta las libertades políticas referidas al derecho de movilización, al derecho de organización, que no es posible sin el anterior, porque si nos organizamos y no podemos protestar, no podemos salir a la calle a hacer demandas, si cualquier policía de esquina o cuadrante policial puede bloquear esos derechos, el derecho de organización queda metido en el cesto de la basura.


Por otro lado, el código es un ataque a la libertad individual, a la privacidad y da una patente de corso para que el policía pueda irrumpir en cualquier domicilio, lo cual es algo completamente fuera de lo democrático.


-         El gobierno metido en un proceso de paz, sus medidas deberían ser coherentes con esa dinámica pero al parecer no es así. Podría uno decir que mientras Santos habla de paz, se prepara para la guerra, la represión contra el pueblo. ¿Cuál es su opinión?


Usted lo ha dicho: Es represivo, porque precisamente cuando se habla de paz, debe hablarse de justicia, y en este caso no hay debido proceso. El policía a veces es juez y parte y el ciudadano no tiene ningún medio para impedir que imponga el parte, en un Estado que nos plantea una disciplina que el mismo Estado no garantiza.


Es que la gente orina en la calle es porque no hay baños públicos, no es otra la razón y porque a veces la pobreza no permite pagar $500 pesos o $1000 pesos en un baño privado.


Entonces para podernos pedir que no haya uso de cosas inadecuadas, lo primero es poner recipientes de basura, lo primero es poner baños públicos; y ahí sí al ciudadano educado y con medios para ejercer lo aprendido se le puede pedir disciplina. La convivencia no es a punta de multas. Entonces, quedamos en un país donde es a las malas o a las multas. No aparecen las buenas.


-         El código está lleno de multas, en un país carcomido por la corrupción. ¿Con este código en manos de unas autoridades corruptas no será caldo para aumentar la corrupción y de paso la represión contra el pueblo?


Por supuesto, es una policía revestida de unos poderes sin límites, que va a llenarse de una jactancia, de una arrogancia que ya es insoportable, pero ahora será que va a llegar a límites muy graves.


Y en vez de mejorar las relaciones Estado – Ciudadano, lo que es a generar unos constantes choques entre los ciudadanos y la policía. La convivencia no va a mejorar.


-         Es decir, ¿Se podría decir que este código tiene en el fondo ciertos visos de fascismo?


Yo creo que usted ha usado una idea que está muy actual y ha puesto de moda al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que ha revivido las ideas, esas que buscan que la gente no viva a su aire y con su propio deseo, sino que responda a los cánones del gobernante, y los seres humanos tenemos derecho a definir nuestra propia convivencia, no la que le dé la gana y se imagine autoridad, cosa que hicieron los paramilitares en Colombia: Mandar a peluquear a la gente, a recortar la falda, a acostarse a determinada hora. Eso es un asunto completamente contrario a la libertad. Fascista es la mejor calificación para este nuevo código de policía.


-         Como dijo el emperador romano Julio Cesar: “La suerte está echada”. ¿Qué tiene que hacer el pueblo para tratar de contrarrestar estas medidas tan represivas y antidemocráticas?


No es una ley divina como nos la quieren hacer creer; entonces, toda ley de hombres es revocable. El movimiento para hacer que se derogue ese esperpento, se ha hecho sentir de mil maneras por las redes sociales, en los encuentros como los que tuvieron los jóvenes en Ibagué con la policía cuando trataban de rendir homenaje a un fallecido cantante de rock y entonces la policía los agredió e impedirles que se manifestaran en un simple homenaje a un cantante.


-         Semejante medida tan arbitraria la toma el presidente Santos investido de premio Nobel de Paz. ¿Eso no resulta contradictorio?


Lo que pasa es que como eso se volvió un relajo. Cuando le dieron el Nobel de Paz al presidente Barack Obama, siendo jefe del ejército que hacía las guerras más horribles y se fue de la presidencia sin terminar ninguna guerra, ni soltar los soldados que están en Guantánamo. Ahí le ha quedado eso vuelto nada. Eso ya no tiene ningún símbolo de seriedad. No es nada serio eso del Nobel de Paz.


-         Miles de guerrilleros están a punto de regresar a la vida civil. ¿No será este código un instrumento para impedir a los insurgentes la lucha política, una forma de inmovilizarlos?


Yo lo que digo es que no les están dando a ellos el espacio político. Yo lo que digo es que, el hecho de que esos voceros del partido Voces para Paz no han podido hablar, les han negado las cosas más elementales para el ejercicio parlamentario, es un indicativo nítido de que el gobierno no está por cumplir.


No está por cumplir ni con una batería sanitaria para que se concentren a lo que más quiere el gobierno: A entregar las armas. Si así es el desayuno, no esperemos nada ni en el almuerzo, ni en la cena.


-         El dicho dice: “Si quieres la paz, prepárate para guerra”. ¿No estamos en un escenario muy parecido a esta frase?


El problema es que la guerra en Colombia no ha terminado. Que una guerrilla decida no hacerlo más, no acaba la situación de conflicto armado en el país. Falta mucho por ver antes de que tengamos realmente paz. Hay es titulares, hay beneficiarios individuales de paz, pero Colombia en este momento no puede decir que tiene paz y que podemos respirar tranquilos.


-         ¿Quiere decir que este código de policía coincide con la política agresiva del régimen contra el pueblo colombiano?


Claro. Eso es como en el campo agrario, en vez de hacer reforma agraria, sacaron las Zidres para potenciar la inversión capitalista, no sólo de los terratenientes, sino de todos los monopolios nacionales y extranjeros y mantener al campesinado sin tierra y sin condiciones para explotarla. Total: Es el mundo al revés, patas arriba como diría el escritor Eduardo Galeano.  Se habla de paz para negar derechos. 

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