El doctor Jairo Rivera Morales, ex senador de la república, historiador e integrante del Partido Fuerza Alternativa Revolucionario del Común (Farc), estuvo presente en el funeral del maestro Rodrigo Silva Ramos, integrante del dúo “Silva y Villalba”, dúo que durante cincuenta años llevó los aires musicales de la nacionalidad colombiana por el país y a nivel internacional, cosechando éxitos a granel.
Jairo Rivera Morales es una personalidad culta, conoce, ama y defiende el folclor nacional, es un eterno enamorado del folclor colombiano, un estudioso permanente de nuestra identidad. Por eso se hizo presente a testimoniar la admiración al maestro Silva y su dilatado legado, que llama a defender en medio de la adversidad por un sistema que no se preocupa por defender la cultura nacional y la soberanía nacional.
A lado de sus aportes importantes entorno a la cultura y la identidad nacional, cerca de la urna fúnebre que contenía los despojos mortales del maestro de maestros, el doctor Jairo Rivera Morales habló de política, de la campaña electoral y del momento histórico que vive Colombia.
Dijo por ejemplo que “los artistas nunca traicionan a los pueblos”. Igualmente, señaló que la lucha del momento es “por la paz, la vida y la decencia”.
Llamó al pueblo colombiano a despertar del letargo en que lo tienen sometido el estado, el gobierno y los medios masivos de comunicación. “Si nos descuidamos – dijo – nos vuelven a montar el gobierno de corte fascista”.
Por eso exhortó, a la unidad, a crear una gran coalición incluyendo sectores democráticos de la derecha, de cara al debate electoral. “Colombia era un país rebelde, un país brioso, hoy nuestro país se ha derechizado”.
Dijo que en el congreso de la república se mueven intereses ocultos insospechados. En palabras suyas: “En el congreso se mueven intereses que uno no alcanza a calcular”.
Fue enfático al decir: “Somos una democracia tramposa y violenta”. Recordó la sentencia de Darío Echandía: “La democracia colombiana es un orangután con sacoleva”, indicó.
La entrevista completa concedida a la página web: www.pacocol.org, la página del debate electoral en Colombia, es la siguiente:
- Doctor Jairo Rivera Morales: ¿Qué significa la muerte del maestro de la música colombiana Rodrigo Silva Ramos?
Desafortunada y tristemente significa el fin de una época. La época en que floreció la música colombiana, la música autóctona, la música vernácula.
Empezó ese florecimiento con un maestro que se llamaba Pedro Morales Pino, que murió en el hospital San Juan de Dios en la mayor miseria. Autor de canciones extraordinarias como Reflejos.
Y, después vino una profusión de cantantes, de duetos, de tríos, que sería interminable enumerar y sobre todo de compositores que enaltecieron a nuestra música, sobre todo en el Tolima.
Rafael Godoy, militante del partido Comunista |
Uno de los más grandes fue Rafael Godoy, militante del partido Comunista, quien tuvo que irse de la patria por persecución durante la dictadura de Laureano Gómez y falleció en Venezuela también en condiciones de extrema pobreza.
Es el autor prácticamente de nuestro himno vernáculo: Soy colombiano, una canción cuyos mejores intérpretes indudablemente fueron Silva y Villalba.
Se va esa época. Se va toda una historia. Y se va la leyenda de un hombre. En esa urna funeraria que contiene los despojos mortales de Rodrigo Silva, hay cosas demasiado entrañables de la tierra tolimense, de la tierra huilense, del Alto Magdalena, del Tolima Grande, como lo llamaba Tomás Cipriano de Mosquera.
Él, un hombre de inteligencia superior, un talento descomunal, un compositor de más de 150 canciones, todas ellas emblemáticas, como Viejo Tolima, Manila, Ya se murió mi viejo…Me haría interminable si me pusiera a enumerarlas; además, la memoria falla.
Pero, todas las canciones de Rodrigo Silva, son descomunales, él es un genio de la composición a la altura de Jorge Villamil Cordobés y de Pedro A. Morales.
Entonces, lo que se nos va es un pedazo demasiado grande y valioso de la tierra tolimense. En esa urna se va una parte del alma del Tolima.
- Usted ha dicho algo muy real y patético: La mayoría de artistas y hacedores de cultura en Colombia han muerto en la miseria y en el abandono total por parte del Estado. Este solo tiene dinero para publicar decretos de duelo. ¿Cuál es su opinión?
Es cierto. El estado colombiano ha sido indolente con los artistas, con los poetas, con los escritores. Son excepcionales los casos de personas que no mueren en esas condiciones.
Luis A. Calvo, el autor del Intermezzo |
Luis A. Calvo, el autor del Intermezzo, después de haber sufrido la lepra y haber estado internado en Agua de Dios durante mucho tiempo, terminó falleciendo en Bogotá en condiciones de extrema pobreza.
Garzón y Collazos, también murieron en una tremenda pobreza y así lo mismo con nuestros cantantes, nuestros compositores, nuestros cantautores. Es muy triste.
La compensación de ese despropósito de la sociedad y del estado, es que al final, en la vida de los pueblos, son más importantes los artistas que los políticos.
Vea usted el caso de Polonia. En la historia de este país y en la vida de los polacos, es mucho más importante Chopin (Fryryk Franciszek, compositor y famosísimo pianista polaco), por ejemplo, que cualquier estadista, porque los estadistas en su mayoría traicionan a los pueblos, son veleidosos, no tienen fidelidad con la entraña misma y con la esencia del alma popular; en cambio, los artistas por su sensibilidad, por su identidad, por su pertenencia, nunca traicionan a los pueblos.
- Válido resulta decir que todos estos duetos, tríos y conjuntos musicales, lucharon y luchan solitariamente contra el gran imperio del norte que imponen los medios masivos de comunicación y los dueños del poder en Colombia, sin ninguna identidad cultural y sentido de soberanía nacional. Una lucha solitaria, ¿Verdad?
Sí, por eso le decía, que tristemente este es el final de una época. Hace unos años estuve en Méjico. Nunca había ido. Fui con la ilusión de encontrarme con un pueblo mejicano venerando a sus ídolos de la canción ranchera, del bolero ranchero, de la canción mejicana, típicamente mejicana, como Pedro Infante, Jorge Negrete, Javier Solís y tantos otros. Y resulta que lo que encontré es que en Méjico estaba de moda el Reguetón.
Me fui a la plaza Garibaldi con mi hijo Jairo Andrés a buscar el Bar Mi Tenampa y me encontré que eso que había sido emblemático en otros tiempos había decaído mucho, porque ese influjo de la música hegemónica del imperio, también es muy dañina para la identidad de los pueblos.
Ojalá, nosotros inspirados en el ejemplo de un hombre como Rodrigo Silva, volvamos por nuestros propios valores y defendamos la identidad cultural tolimense y colombiana.
- Eso implicaría cambiar un modelo de sistema y un modelo de gobierno. ¿Qué le parece? Le pregunto: ¿Están dadas las condiciones para comenzar ese proceso transformador hacia una nueva sociedad?
Yo creo que todavía no están dadas las condiciones, yo creo que aquí lo que tenemos que hacer en este momento, es luchar por la paz, por la vida y por la decencia. Más adelante, si ganamos esa batalla, luchar por un cambio de estructura, por un cambio de época, por un cambio de sistema.
Porque es que ahorita, si nosotros nos descuidamos, nos vuelven a montar el gobierno de corte fascista que ya lo tuvimos durante ocho años y se continúa irrespetando el derecho a la vida. Es muy triste que en este año hayan muerto más de 175 compatriotas, líderes sociales, líderes sindicales, defensores de Derechos Humanos, asesinados.
Yo pienso que no están dadas las condiciones para un cambio estructural. Aquí, lo que necesitamos hacer en este momento, aunque no hubiera querido referirme al tema político, porque estamos de duelo, por la muerte de un grande del Tolima y de Colombia, es una coalición de demócratas. Inclusive, hasta algunos de derecha que son decentes y que no están por la violencia, que no están por el exterminio, que no apoyan todas esas invitaciones a derrotar este proceso de paz que se ha vivido y ese odio contra las Farc y contra los revolucionarios y contra la gente de izquierda, porque nuestro país de hoy, desgraciadamente, no es el país que quedó cuando murió Jorge Eliécer Gaitán, que era un país rebelde, un país brioso, nuestro país hoy en día, es un país que se ha derechizado mucho por cuenta de una clase dirigente que no defiende si no su deseo de seguirse enriqueciendo a costillas de la miseria de un pueblo abandonado.
- Se da uno cuenta la forma como el Estado y el Gobierno vienen incumpliendo los acuerdos de la Habana (Cuba) ¿Qué sensación le genera el momento que vive Colombia con todos estos sucesos?
Sí es verdad que el gobierno ha incumplido y ha incurrido el presidente Santos en un horror que es nombrar funcionarios irresponsables para manejar un tema tan delicado como el proceso de paz.
Empero, hay una tendencia dentro de la sociedad a echarle la culpa de todo al presidente. Entonces – por ejemplo – le echan la culpa del fracaso de proyectos en el Congreso.
El presidente no tiene la culpa de eso. Él, inclusive, se dio la pela – por ejemplo – por el proyecto de las 16 curules de paz y fue derrotado, porque es que en el Congreso se mueven intereses que uno no alcanza a calcular.
Amigo Lombana, mire: El doctor Gaitán era el jefe único del partido liberal, iba a ser el presidente de Colombia, eso no tenía discusión, y en el año de 1947, presentó un proyecto de nacionalización de la banca al Congreso, Congreso en el cual había una bancada liberal de la cual él era el jefe. ¿Y, sabe lo que pasó? No fue aprobado ni por la Cámara de Representantes, ni por el Senado ese proyecto.
O sea, fue derrotado por sus mismos militantes, por sus mismos seguidores, por sus mismos soldados de causa. ¿Por qué? Porque se mueven demasiados intereses por debajo de la mesa.
Cómo se explica usted, que el presidente del senado votó a favor de las circunscripciones especiales de paz en la comisión y después en la plenaria se volvió enemigo del proyecto. ¿Qué lo hizo cambiar de opinión? ¿Por qué dio semejante voltereta tan extraordinaria?
Yo, simplemente tengo para esa pregunta una respuesta con unas palabras del mismo Gaitán, de quien me he referido varias veces en esta entrevista: “Se le ve la punta del cheque en el borde del bolsillo”.
- Finalmente, doctor Rivera Morales, ¿Cómo sería la forma de recordar la memoria del maestro Rodrigo Silva y de todos los artistas fallecidos en la miseria absoluta en Colombia?
Mire: La política colombiana está hecha de dos factores: El engaño y la violencia. Somos una democracia tramposa y violenta.
Por eso, el doctor Echandía que fue un sabio, fue un hombre de izquierda, la gente se le olvida. Era liberal, pero fue un hombre de izquierda, decía que la democracia colombiana es un orangután con sacoleva.
¿Qué quería decir? Que es violenta, pero que, a la vez, es mentirosa, porque es que el sacoleva es un disfraz, es algo que enmascara al ser humano.
Eso es muy importante tenerlo en cuenta, porque mientras no superemos el engaño, la mentira, la emboscada, la violencia y la muerte, este país seguirá en la pre modernidad.
El mejor homenaje que le podemos hacer a un hombre como Rodrigo Silva que fue auténtico, que defendió la nacionalidad, que se dedicó a cantar los aires de su pueblo, que tuvo la osadía de componer canciones como “Reclamo a Dios” cuando la catástrofe de Armero, a pesar que él era creyente, pero él le dice: “Perdón Señor si te pregunto dónde estabas aquella noche que volteaste la mirada, no quisiste mirar hacia mi pueblo y se lo llevó el dolor y el sufrimiento”.
¿Qué quiere decir eso? Que Rodrigo era un hombre de alma muy grande, un espíritu realengo, pero un espíritu auténtico, enraizado con su tierra. Hay que seguir este ejemplo y defender lo nuestro, defender nuestros valores, defender nuestra cultura y defender nuestra identidad.
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