sábado, 13 de enero de 2018

A la memoria de un luchador incansable

Marco Fidel Aponte Aponte Foto: Yuli Aponte Ramírez
Por Nelson Lombana Silva

Cuentan algunos cercanos amigos que el compañero Marco Fidel Aponte Aponte, fue cremado el 27 de diciembre de 2017, en la ciudad de Ibagué (Tolima) y en cumplimiento de su postrera voluntad sus cenizas fueron llevada a su pequeña finca ubicada en la vereda La Rica del municipio de Santa Isabel (Tolima), de donde era oriundo, para ser enterradas y sembradas sobre ellas dos árboles. Al parecer así se hizo, el pasado 7 de enero de 2018.


Una pequeña biblioteca pública en esta vereda llevará su nombre. Un modesto reconocimiento a su gran liderazgo en favor de la comunidad explotada por este criminal régimen que gobierna a Colombia.

Murió en Bogotá de cáncer estomacal, pero, sobre todo, por el brutal e inhumano papel de las EPS, que suelen entregar los medicamentos a los poderosos y a los pobres cuando ya prácticamente no hay nada qué hacer.

No pude asistir ni a su funeral, ni al homenaje que la comunidad le tributó en su vereda, por falta de información oportuna.

La última vez que lo entrevisté en su condición de presidente de Cabildo Verde, una organización ambientalista que viene luchando contra la megaminería y la construcción de hidroeléctricas en esta vasta región del norte del Tolima, fue en el municipio de Anzoátegui, que se desarrollaba un encuentro en el cual comunidades de éste y Santa Isabel, municipios hermanos, se unían para decir: Sí a la vida, No a la megaminería.

La entrevista la hicimos en directo para la emisora Voz del Tolima y como anécdota hemos de recordar que le cambiamos el nombre, pues en vez decirle Marco Fidel Aponte, lo presentamos como Marco Fidel Suárez. Afortunadamente, tuvimos tiempo para corregir el yerro estando al aire.

Era una persona rebelde y muy creativa. Fue concejal de este pueblo tan conservador por el entonces Polo Democrático Alternativo. Hizo dos carreras profesionales en la universidad Nacional de Bogotá: Economía y Filosofía.

Según comentaron los amigos cercanos de Marco Fidel, en Santa Isabel se está haciendo un censo sobre los profesionales que hay en este municipio. La cifra al parecer ya supera los 700, pero los que tienen dos carreras, hasta ahora han ubicado 8 y uno de ellos era, precisamente, Marco Fidel Aponte.

Era un hombre de izquierda. Estigmatizado y amenazado. Fue uno de los fundadores del órgano informativo municipal llamado La Palabra. Desde las páginas de este periódico que circuló por varios municipios del Tolima, durante una década, Marco Fidel libró duras batallas.

Fue consejero activo de las cuentas de los ríos: Totare, Venadillo y Río Recio, en el norte del departamento. Libró una lucha desigual contra las transnacionales que vienen apoderándose del agua para hacer hidroeléctricas.

Fernando Guerra Molina, liberal, lo recuerda como una persona trabajadora y consecuente con los intereses populares. Destaca su perseverancia y su liderazgo. “Muchos no lo querían por su firmeza y radicalidad”, señala.

La obra de Marco Fidel debe destacarse y desarrollarse. Fue un líder de verdad. Transitó veredas, caminos enlodados, de día y de noche con decisión y coraje. Amante de la paz le apostó al proceso de diálogo que se concretó en la Habana (Cuba) con la guerrilla de las Farc – Ep.

“La muerte de un semejante me disminuye porque estoy atado a la humanidad”, decía John Dalton. Creo que es cierto. Qué lástima que hombres como Marco Fidel Aponte se hayan ido.

Era hombre de una sensibilidad a todo dar. Sencillo. Humilde, pero muy comprometido con el proceso revolucionario. A su familia nuestra solidaridad. Paz en su tumba.    

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