Los mismos libretos que se utilizaron para desarrollar el genocidio contra la Unión Patriótica y el Partido Comunista, se vienen implementando nuevamente en la república de Colombia.
Igualmente, las mismas declaraciones del gobierno de entonces se repiten nuevamente ahora. “Son hechos aislados, líos de faldas, venganzas personales, disputas por alicoramiento, etc”.
También se decía otrora: “Se hará una severa investigación y a los responsables le caerá todo el peso de la ley”.
Han sido palabras que se ha llevado el viento y el olvido se ha encargado de enterrar todas esas buenas intenciones en los fétidos anaqueles de la impunidad, aprovechando el régimen la crónica peste del olvido del pueblo taciturno prisionero del analfabetismo político y el terrorismo de Estado.
Lo cierto y lo real, es que la orgía de sangre contra el proceso de paz en su fase de implementación ha comenzado hace rato.
Y mientras el pueblo colombiano humilde se desangra, los medios masivos de comunicación nos distraen con el criminal show contra la hermana república bolivariana de Venezuela y la magna y costosa liga europea de fútbol. Nos conmueve más que el técnico no coloque a jugar a James Rodríguez que la racha de crímenes contra líderes campesinos, indígenas y defensores de derechos humanos. Qué bien se manipula al indefenso y pasivo receptor.
El pasado 30 de abril, en horas de la noche, fue asesinado el labriego Ever Criollo, padre de dos jóvenes guerrilleros, uno que cayó ultimado por el régimen y el otro que se encuentra en la zona veredal transitoria de normalización, en la vereda El Oso, corregimiento de Gaitania (Tolima).
Según comunicado de este destacamento guerrillero, el padre del subversivo Maicol, había sido desplazado por el militarismo y el paramilitarismo en 2012, de la vereda Mesetas, municipio de San Antonio (Tolima) y hacía ocho días había regresado con la esperanza de comenzar de nuevo.
Este crimen atroz no es único en Colombia. En distintos departamentos del país se han venido presentando hechos violentos, hechos invisibilizados por los grandes medios de comunicación.
Ya no es una conjetura, es una terrible realidad: La historia se viene repitiendo. Los sectores democráticos y pacifistas hacen un llamado al gobierno nacional para que se pronuncie contundentemente. Igualmente, hacen un llamado al pueblo a la solidaridad y a la movilización. Los buitres de la violencia no nos pueden inmovilizar, la paz para Colombia debe ser una realidad para todos y para todas.
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