domingo, 9 de octubre de 2016

Retos del sindicalismo colombiano hoy planteados por dirigente nacional de la CUT

Luis Alberto Vanegas, dirigente nacional de la CUT y del Partido Comunista Colombiano. Foto Nelosi.
Por Nelson Lombana Silva

Durante los días 6 y 7 de octubre se realizó en la ciudad de Ibagué (Tolima) un taller de formación sindical, el cual fue financiado y orientado por la Central Unidad de Trabajadores (CUT). Varios representantes de sindicatos con asiento en la ciudad musical de Colombia asistieron y participaron activamente del taller de formación.



Entre los conferencistas asistentes, estuvo el dirigente nacional de esta central de trabajadores y miembro del comité central del Partido Comunista Colombiano, Luis Alberto Vanegas, con quien dialogó la página web: www.pacocol.org abordando diversos temas relacionados con el sindicalismo actual y desde luego, el momento de coyuntura que vive el país relacionado con la paz, el plebiscito del 2 de octubre y las perspectivas de una verdadera paz estable y duradera en medio de la cruda polarización de la nación ante los resultados sorpresivos y “raros” presentados en dicho plebiscito.


Con profundidad el dirigente nacional hace un análisis concreto de la situación actual del sindicalismo, la lucha que hay que librar para retomar el sindicalismo clasista, unitario y combativo. Persistir en la formación y en la lucha política e ideológica para que el trabajador tenga una visión más clara y concreta del momento histórico que vive el país y la virulencia como arremete el capitalismo contra la clase obrera en el marco del modelo neoliberal.


La gran propuesta de la central es que haya menos sindicatos y más sindicalizados, lo cual obliga a la organización sindical por ramas o sectores que ayuden a profundizar la unidad de la clase obrera colombiana.


Enfrentar el momento histórico de la conquista de la paz con imaginación, organización y movilización, que permita cerrarle el paso a los halcones de la guerra, que abierta y solapadamente, quieren empujar a Colombia a otros cincuenta años de cruda violencia. El desafío es grande y el sector sindical tiene mucho que decir y ayudar a una solución negociado al conflicto social y armado que vive Colombia.


En ese sentido, el compañero Luis Alberto Vanegas, es claro, preciso y concreto. El diálogo es el siguiente:


-         Se hace un taller sobre sindicalismo en la ciudad de Ibagué (Tolima) orientado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT): ¿Cuáles son los objetivos?


Este seminario de formación sindical sobre el tema de crecimiento, negociación colectiva, el tema de formalización laboral, es un espacio para hacer escuela sindical.


Estamos haciendo el esfuerzo de que los dirigentes sindicales, los afiliados de nuestros sindicatos de la central, tengamos la oportunidad de reflexionar, evaluar cuál es la coyuntura laboral, económica y política. Por eso, durante estos dos días estuvimos debatiendo estos temas que nos permite impulsar que la clase trabajadora rescate esa combatividad, esa disposición de lucha, de defensa de sus intereses y tratamos temas como cómo el neoliberalismo ha precarizado la situación laboral.


Consideramos que en medio del debate, hoy tenemos que volver a rescatar la plataforma de lucha de la CUT, estamos próximos a cumplir los 150 años que se escribió el primer tomo de El Capital y consideramos que hay que rescatar esas ideas que formaron la posición crítica de los trabajadores frente a todas estas formas de explotación.


En la medida en que se profundiza la desigualdad, la pobreza a nivel mundial y a nivel colombiano, sobre todo que Colombia es el cuarto país más desigual en el mundo, pues en ese escenario consideramos que la voz de los trabajadores es muy importante para buscar alternativas de cambio y de transformación.


Y viendo todo el debate político. Estuvimos también evaluando la situación de la pérdida por un margen muy exiguo del Sí en el marco del plebiscito, pues, consideramos que se han venido desencadenando unos hechos políticos muy importantes que están colocando en el escenario nacional de que la paz, la solución política, es un anhelo de un amplio sector del país y en eso tenemos que valorar la gran movilización de los jóvenes, del movimiento estudiantil, desarrolló a las pocas horas y cómo en forma activa están dispuestos a seguir comprometidos con la paz, con el respaldo a los acuerdos finales que se dieron entre el gobierno y las Farc.


Todas estas noticias nos llenan de ilusión de que las posiciones autoritarias y guerreristas que quieren dilatar o entorpecer una solución política negociada, hoy ven disminuías sus posibilidades porque el mundo está pendiente de Colombia.


Consideramos que el premio Nobel de Paz para Juan Manuel Santos, es también una posición o un hecho político que va a comprometer más al país, es un llamado de atención a los colombianos para que entendamos que es mejor la paz que la guerra.


Eso es un aspecto muy importante que se está desencadenando unos procesos muy importantes donde consideramos que hay que avanzar a un gran diálogo nacional y buscar un pacto político y social como lo dicen los acuerdos entre el gobierno y las Farc.


-         Precisamente de acuerdo al agite nacional que vive Colombia por estos días a raíz de los resultados sorpresivos del plebiscito y que tiene honda repercusión a nivel internacional. ¿Qué papel podría jugar el sindicalismo en la búsqueda de una salida plausible hacia una paz estable y duradera?


Los trabajadores y la CUT siempre están comprometidos con la solución política; consideramos que por la vía del diálogo, por la vía de la negociación, de buscar acuerdos, buscar que este país cambie y que en la política se logre que se dirima los conflictos por la vía del debate y no por la vía de la violencia.


Por eso, el movimiento sindical ha decidido en todo este período respaldar los diálogos con la insurgencia. Seguimos preocupados porque nos siguen victimizando, nos siguen amenazando. Ha habido asesinatos como la dirigente de Fensuagro en el departamento del Cauca, la compañera Cecilia Colcué, recientemente el dirigente indígena de Coyaima, Ramiro Culma Capera, entre otros.


Nosotros consideramos que debe ser una solución política que se abra para los cambios, para la apertura democrática y que la guerra y la violencia, no pueden estar en el terreno de dirimir las posiciones, porque entendemos que somos diferentes, que no vamos hacia una paz ilusoria, no vamos hacia los postconflictos, sino que vamos para los postacuerdos, que tenemos que buscar mecanismos para resolver los conflictos profundos sociales, políticos, económicos existen y tenemos que participar todos los colombianos para poder resolver esos conflictos.


Por eso consideramos que hoy es muy importante que el movimiento sindical, nos vinculemos a la gran movilización por la paz y estamos convocando para el 13 de octubre una jornada nacional con todos los defensores de derechos humanos, con las mujeres, con las víctimas y con el movimiento juvenil, estudiantil, para que sigamos respaldando a corto tiempo, sigamos encontrando nuevos acuerdos y una solución a la historia o a la noche oscura que hemos vivido en nuestra patria.


-         Hay una propuesta que viene planteando la CUT y que se sintetiza en menos sindicatos y más sindicalizados. ¿En qué consiste esta iniciativa?


Sí, nosotros consideramos que en la medida en que ganemos unidad, centralización en el movimiento sindical, podemos tener más fuerza y más contundencia para convertirnos en un actor social decisorio.


La verdad es que tenemos que hablar de una crisis del movimiento sindical, habrá que profundizar cuáles son las causas, pensamos que algunas son de tipo político e ideológico, organizativo. Venimos debatiendo todos estos temas y un aspecto central es que la CUT, que va cumplir 30 años, pues tiene que remozarse y tener unas propuestas muy claras para los trabajadores.


En ese sentido, consideramos que hay que volver a rescatar esos principios de la autonomía, de la democracia y de la unidad.  Eso significa tener sindicatos de rama, por sectores, que los trabajadores estemos organizados por el sector transporte, los de la educación, el sector minero – energético y en esa forma entender que unidos podemos más que si estamos fragmentados como es la situación actual.


-         Hoy existe el sindicalismo conciliador. ¿Qué hacer para que haya realmente un sindicalismo clasista en Colombia?


Bueno, la historia de resistencia del movimiento sindical y popular en Colombia, ha sido emblemática. El mundo conoce y admira cómo subsiste en medio del genocidio político y sindical, cómo subiste. Y son los sectores clasistas los que más cuota de sacrificio hemos puesto en todo este período.


Por eso, nosotros consideramos que fruto de toda esa violencia ha habido una situación de temor, de parálisis en el movimiento sindical. Eso lo podemos romper en la medida que haya debate político, debate ideológico. Por eso tenemos una discusión entre los trabajadores en esas posiciones en el sentido de que para nosotros sigue siendo vigente el movimiento sindical, sigue vigente el derecho a la movilización, a la protesta, a la huelga y todos estos mecanismos de clase, pues son los que tenemos que poner a la orden del día para poder rescatar y tomar la iniciativa nuevamente como movimiento sindical.


Es parte de la construcción que hoy está en la central, aspiramos a que podamos unificarnos en unidad de acción para todas estas luchas que se vienen por la paz, por defender los derechos de los trabajadores contra la reforma tributaria, contra la precarización y tercerización laboral y, al calor de la lucha, tendremos que ir retomando ese “pegante” ideológico, las ideas de la clase trabajadora, los grandes pensadores nos toca volver a repasarlos y asimilar esas experiencias para que las nuevas generaciones puedan tener ese fundamento ideológico y esa capacidad de combatividad que realmente hemos perdido.


-         Usted desde el departamento de Tolima ha hecho un llamado nacional  a un pacto político nacional por la paz. ¿En qué fundamenta este llamado?


Nosotros nos hemos movilizado, venía avanzando el tema de la movilización entre el gobierno y las Farc, se llega a unos acuerdos que todos hemos saludado, los sectores democráticos, alternativos, los que nos proponemos la transformación social y en esa medida que hubo un momento de crisis o vivimos un momento de crisis con el tema del plebiscito, las Farc y el gobierno nacional han dicho que van a continuar buscando salidas para seguir adelante con el proceso de paz.


Se han llamado a actores de la vida social y política,  todo el país a un diálogo nacional y nosotros como movimiento sindical, hemos acogido la propuesta de querer vincularnos a ese proceso de buscar la alternativa para que no se frustre esta posibilidad de solución política negociada.


Pero también en esa medida de que hasta la comunidad internacional le está dando aliento, ese premio Nobel de Paz es darle un respaldo a la posibilidad de la solución política negociada a la paz en Colombia, pues que también nos han acompañado Pepe Mujica, los sectores de izquierda latinoamericana, el movimiento sindical mundial está atento a apoyar estos esfuerzos en Colombia, pues nosotros consideramos que tenemos la obligación de abrir un espacio de reconciliación y resolver la crisis y respaldar los acuerdos y los diálogos de paz, tenemos que hacer entre todos los actores de este país, tenemos que buscar ese gran acuerdo para poder garantizar la paz y dejar atrás la guerra.


-         Según la CUT, ¿Cuáles fueron las causas que originaron los resultados presentados en el plebiscito del 2 de octubre? 


Nosotros hicimos un balance, una discusión en el comité ejecutivo. Allí, claramente evaluamos que hay unos elementos estructurales, históricos, unos factores, digamos, de  unos conflictos donde tienen al país muy polarizado, unas heridas muy profundas. Además, unos núcleos de poder económico, mediático, que le apostaron a frustrar o a confundir o a través de todos estos mensajes que distorsionaban la posibilidad de un debate democrático, pues terminaron realmente neutralizando y llevando a muchos sectores de que se marginaran de esta gran decisión con una abstención del 63 por ciento o haber negado que la comunidad internacional se sorprenda de cómo así que hay un país que no entiende que es mejor la paz que la guerra.


En ese sentido nos preocupa. En esa medida hicimos la evaluación de que el debate sea como sea, fue dirimido en una forma muy exigua  porque quedó 49.32 contra 50.72, es una diferencia mínima, pero que en medio de esa diferencia lo que debemos salir es con la movilización, con una propuesta más contundente de que hay que avanzar hacia la paz, que hay que avanzar en la solución política y para eso hay que buscar la unidad, la movilización y es lo que estamos construyendo en este momento. No nos vamos a paralizar por esa batalla perdida momentáneamente, sino que vamos a que la perspectiva de la solución política va inexorablemente.


Eso es un análisis, un balance que venimos haciendo. Todavía tenemos que revisar todos estos temas de la fragmentación en el movimiento social, en los defensores de derechos humanos y en las organizaciones políticas, tendremos que debatir más a fondo cómo vamos a construir propuestas de unidad y eso significa una revisión, un diálogo entre todos los sectores de izquierda para también encontrar esos caminos que hoy tenemos dificultades pero que a corto plazo tendremos que resolver. 






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