sábado, 15 de octubre de 2016

“Los acuerdos firmados, son acuerdos respetados”: Aída Avella Esquivel

Por Nelson Lombana Silva


Para conmemorar los 25 años de la Constitución Nacional de Colombia, se realizó ayer en Ibagué una solemne sesión constituyente, derechos humanos, convivencia y paz, con la participación de varios constituyentes de 1991, entre ellos, Antonio Navarro Wolf, Abel Rodríguez Céspedes, Rosemberg Pabón, Angelino Garzón, Germán Toro, María Teresa Garcés, Iván Marulanda y Aída Avella Esquivel.



En la sesión simbólica los constituyentes expresaron sus puntos de vista de distintos temas, temas de hace 25 años y temas de actualidad. Las intervenciones coincidieron fundamentalmente en la defensa del proceso de paz y los acuerdos de la Habana y también de la convocatoria en el futuro próximo una asamblea nacional constituyente. “El proceso de paz debe concretarse antes que termine este año”, dijo Antonio Navarro Wolf. 


La intervención que más aplausos arrancó del público fue la constituyente Aída Avella Esquivel, a su vez, presidenta nacional de la Unión Patriótica. Su vibrante, concisa y concreta intervención desató los mejores comentarios en el recinto.


Apartes de la intervención la captó la página web: www.pacocol.org, así: 


“Quisiera manifestarles que efectivamente estoy aquí después de 17 años, seis meses y cuatro días de exilio político por la intolerancia y la discriminación que hay en este país”.


“No comparto, señor presidente (Antonio Navarro Wolf), muchas de las cosas que se han dicho aquí. Yo sigo siendo de la Unión Patriótica, salí siendo de la Unión Patriótica y fuimos constituyentes por la Unión Patriótica, porque también salto de banco en banco, que se utiliza mucho en la política colombiana, pero las cosas son así”.


“También creo que hablo un poco en nombre de las víctimas. Yo creo que aquí hay una situación muy difícil. No comparto señor presidente, que aquí hay democracia más democracia más democracia, después del 91”.


“Aquí, después del 91, me permito leer un párrafo de los que hice en Río Negro, porque retrata poco más o menos lo que ha pasado con esta democracia colombiana”.


“En Colombia existe una Constitución con la mejor carta de derechos humanos del continente, que se violenta todos los días especialmente en su artículo 11: El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte”.


“Aquí, lo que hay ni que suprimir es la pena de muerte, que se ha vuelto realmente una costumbre en Colombia. Si no hay vida, no hay ninguno otro derecho”.



“Después de julio de 1991, los colombianos fuimos testigos de los peores vejámenes; la expansión del paramilitarismo con el apoyo del Estado, utilizaron hornos crematorios, babillas hambrientas que recibían de comida a seres vivos en Santander; torturas, violaciones, descuartizamientos y ningún gobierno, después de la constituyente señor presidente, fue capaz de defender a los hombres y mujeres, opositores políticos, a los defensores de derechos humanos, a muchos periodistas, campesinos, indígenas, afrodescendientes. No hay ninguna de las escasas sentencias en el caso de la Unión Patriótica en el ámbito nacional e internacional, donde el Estado no haya sido condenado por tres factores fundamentales: Por omisión: No se dieron cuenta que nos estaban asesinando, a pesar de haber hablado con todos los presidentes, ministros, procuradores. Y después de la constituyente con el Defensor del Pueblo. Nadie defendió a todos estos seres humanos, que murieron después de 1991, por colaboración; porque muchos hacían los estudios de inteligencia para entregarle a los asesinos, las pocas escoltas que pusieron eran escoltas seguimientos, nos hacían toda la inteligencia para entregarle la información a quienes nos iban a matar. Los informes de dónde estudiaban nuestros hijos, dónde vivíamos, dónde estaban los primos y efectivamente, nos mataron en una forma que se denominó terrorismo de Estado y también por acción directa de agentes del Estado, en el caso de Manuel Cepeda Vargas, por nombrar uno, pero también el caso de Wilson Borja cuando era de la Unión Patriótica”.


“En fin, yo creo que aquí hay cosas que decirnos. La asamblea nacional constituyente, señor presidente, en mi modesto criterio, quedó escrita la constitución, pero hay otra constitución real, la que emplean los han dominado económica y políticamente este país. Pero, ya sabemos cómo lo han hecho. Aquí, en el congreso llegan muy pocos honrados, entre otros usted señor presidente, está dentro de las listas de la gente que no compra votos, pero aquí el 80 por ciento del Parlamento Colombiano llega completamente corrompido, tienen que levantar la plata de todos los votos y la plata que les ha dado los contratistas para poder hacer política en Colombia”.


“Entonces, aquí estamos en medio de una clase política que se jacta de decir que tiene la mayor representación parlamentaria, pero aquí no hay que contarle nada a nadie, saben cómo pagan los votos en cada uno de los barrios y cómo presionan a la gente para votar por un lado y por el otro”.


“Eso lo tenemos que desterrar con la reforma electoral que está en los acuerdos de la Habana. Vamos a tener que hacer esfuerzos enormes para conseguirlo”.


“Pero, quisiera, señor presidente referirme al artículo 22: La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento. Las causas de las guerras en Colombia, todo se ha tenido en cuenta, pero una causa central de los 200 años en guerra, porque llevamos guerras declaradas y no declaradas, y entonces el problema central no se ha resuelto, es el problema de la tierra en Colombia”.


“No es posible que después de la asamblea nacional constituyente, nuestro país esté clasificado por el segundo más inequitativo de América Latina, estamos detrás de Haití, pero es que Haití no tiene la riqueza que tiene Colombia”.


“Entonces vamos a decirnos un poco las verdades, los rasgos de desigualdades de nuestro país constituyen una verdadera crisis humanitaria”.


“Señor presidente, después de la asamblea de 1991, tenemos 6 millones de desplazados internos en este país, el segundo puesto en el mundo, pero a veces el primero. Nos lo disputamos con el Congo, donde hay una guerra civil terrible y aquí en Colombia, pues, se hicieron después de la asamblea nacional constituyente, con el paramilitarismo una reforma agraria que nos ha dejado el siguiente dato: El 0.4 por ciento de la población es dueña en Colombia del 46 por ciento de la tierra”.


“Eso en cualquier país del mundo hubiera tenido una respuesta del Estado muy rápidamente, porque no se puede dejar centralizar la tierra y no se puede legalizarla en estos momentos, en que los señores del No, no los nombro porque ustedes los conocen, están diciendo que debe respetarse la propiedad privada. ¿Cuál propiedad privada? ¿La que hicieron con los paramilitares? La tierra despojada a los campesinos pobres, señor presidente, porque la tierra no se la despojaron a los terratenientes, la tierra se la quitaron a los campesinos pobres que hoy están desfilando a esta hora (10:30 a.m. octubre 14), en el municipio de Bolívar, y entonces qué pasa. Que esos que están allá protestando, son los indios, son los afrodescendientes y son los campesinos pobres, que los sacaron hace unos días de una finca de 1200 hectáreas, que las están reclamando los testaferros de la “gata”


“Yo creo que eso lo tenemos que ver en este país. O se arregla el problema de la tierra o la paz será un vuelo de ave, será muy difícil que los campesinos estén dispuestos a seguir siendo más pobres, porque aquí lo único que está bien repartido, después de la asamblea nacional constituyente, es la pobreza. La pobreza está repartida en todo el territorio nacional y la riqueza, los dueños de esa tierra que se han apropiado indebidamente, es lo que están proponiendo los señores del No, que todo eso quede igual. Es decir, que en Colombia los ricos sean más ricos y los pobres sean más pobres. Así no se construye la paz en Colombia”.


“Sorprende, señor presidente: Que en la costa Atlántica no haya un solo lote de terreno bajo extinción de dominio. Señor presidente, tenemos que ser, realmente usted se recorre el país, no sé si va a las veredas como yo, pero lo que yo he visto es que muchos políticos llegan a los hoteles cinco estrellas de la capital y luego se van”.


“Y la gente que está en la Colombia profunda, la gente que no tiene servicios básicos, la gente que no tiene electricidad, señor presidente, entre otros los Wayuu de la Guajira, pero tampoco los indios en el Cauca, pero menos los campesinos en Arauca. No tienen los servicios básicos y lo dejamos en la Constitución. No tienen agua potable, no tienen luz, lo que tienen son ladrones de cuello blanco por todas partes. Eso no dejamos en la Constitución porque creímos que era un acuerdo de paz. El acuerdo de paz no se ha visto. La guerra se endureció, después de la asamblea nacional constituyente”.


“Yo quiero llamar muy fraternalmente a todos, sobre todo a los que lideran en este país, eso de la propiedad privada, a que miren sus propiedades. Los retaría públicamente a que nos muestren sus declaraciones de renta, que no las quieren mostrar porque son absolutamente impresentables ante la sociedad colombiana, por qué ellos no nos dicen de cuánta tierra se apropiaron y cuánta riqueza hicieron con las zonas francas de este país. Por qué ellos no nos dicen, cuánto dinero acumularon y cuánta tierra tienen también”.


“Por último, señor presidente: Yo quisiera referirme a un tema que también dejamos establecido en la constitución: El problema de la salud. ¿A dónde está la salud para todos, señor presidente? Yo no la veo por ningún lado”.


“De este auditorio (Cámara de Comercio de Ibagué) ¿hay alguien que defienda una EPS que lo atiendan bien, por favor? Por favor levante la mano al que lo atienda bien. Pues es que la salud no existe en Colombia. Ninguna mano se levanta en todo el país defendiendo una EPS. Yo me preguntaría, señor presidente: ¿Quién presentó la ley 100 en el congreso? ¿Quién fue el que evidentemente la hizo aprobar? El mismo que está encabezando el No y las disputas con el acuerdo de la Habana”.


“Por último quisiéramos decir: Sí queremos que haya salud, sí queremos que haya educación, sí queremos que haya tierra para los campesinos. Todo eso está en los acuerdos de la Habana. Por eso la posición de la Unión Patriótica no es otra sino que los acuerdos firmados, son acuerdos respetados, y yo les pido a los parlamentarios que hay aquí, que empecemos a implementar en el congreso, no importa que hayan voces distintas, porque muchos de los que votaron por el No, también fueron engañados con toda una serie de propuestas y de cosas mentirosas”.


“Entonces, señor presidente, yo creo que nos va tocar hacer otra asamblea, no ahora, seguramente que habrá tiempos y yo les quisiera decir a los jóvenes que están aquí: Esta generación a la cual pertenezco, que ya somos abuelos y si nos descuidamos bisabuelos, pues bueno, llamo a los jóvenes con una frase que dijo una candidata nuestra de 23 años de la universidad Pedagógica de Tunja: Nosotros, esta generación haremos lo posible por cambiar a este país, pero sí por alguna razón no lo podemos hacer, porque nos falla el corazón, nos dan tiros o cualquier otra cosa, pues ustedes jóvenes tendrán la obligación de cambiar este país; nosotros haremos lo posible, pero ustedes jóvenes harán lo imposible y serán miembros de la próxima asamblea nacional constituyente”.



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