jueves, 23 de octubre de 2025

“Viaje por el mundo, viví otras culturas gracias a los libros”: Mario Guillermo Sozzi

 

Mario Guillermo Sozzi, argentino, visita la biblioteca Cañón del Combeima en Villa Restrepo. Foto Nelosi

Por Nelson Lombana Silva

Mario Guillermo Sozzi es de nacionalidad argentina, vive en el cañón del Combeima, en el corregimiento de Juntas. Ayer visitó la biblioteca Cañón del Combeima, comentando con entusiasmo su pensamiento acerca de los libros y la lectura. Le apasiona el tema. Habla sin parar, es una verdadera cascada de palabras para dimensionar la importancia del libro y de la lectura.

“Viajé por el mundo, viví otras culturas a través de los libros”, afirma. ¿Para qué sirve la lectura? No duda en responder: Mediante la lectura, se aprende ortografía, hay tema suficiente para hablar en cualquier reunión, estimula la imaginación, permite vivir en comunidad, contribuye a la construcción de la paz, divierte y universaliza al ser humano. “Mediante la lectura se conoce la idiosincrasia de un pueblo”, subraya.

Destaca el aporte a la cultura colombiana del escritor Gabriel García Márquez. Considera que una manera de conocer la idiosincrasia del país de la belleza, es leyendo su obra. “En toda lectura – dice – trato que me de placer. Si un libro no me da placer, probablemente lo dejo. Uno tiene que disfrutar el libro, porque si el libro es una carga no cumple el propósito”.

El otro aspecto importante de discusión, es como fomentar el interés por la lectura. Si bien es cierto no hay normas inmodificables dadas de una vez y para siempre, existen consejos asimilables de gran importancia en dirección de este propósito. El gaucho Mario Guillermo Sozzi, se le ocurre la lectura grupal, sobre todo en niños y niñas, porque según afirma, se comparte el texto y mientras unos aportan unas cosas otros aportan otras cosas interpretativas del texto.

En esta entrevista, comenta a vuelo de mariposas amarillas, según Gabriel García Márquez, su propia experiencia. Aprendió a leer a los cinco años, gracias al interés de su señora madre y a la genialidad de su padre de comprar libros de segunda y colocarlos a su disposición. Una experiencia que deja muchas enseñanzas que hay que asimilar en el hermoso e imponente Cañón del Combeima y en todo el mundo, porque la lectura nos libera de la ignorancia, nos humaniza y nos hace críticos e incluso, autocríticos, siempre dispuestos a no tragar entero.

La entrevista es la siguiente:

-         Mario Guillermo Sozzi, argentino, de paso por la biblioteca, comparte el mundo mágico de los libros y de la lectura. ¿Cómo aprendió usted a leer y a escribir? ¿Cómo recibió el contacto con los libros y la lectura?

A leer y a escribir aprendí de mi madre en casa. Tengo dos hermanos mayores, cuando ellos se ponían a hacer sus deberes, yo no tenía con quien jugar. Le preguntaba a mi mamá lo que hacían ellos. Entonces, aprendí a leer con ella, lo mismo que sumar y restar. Ellos hacían eso, yo quería hacer lo mismo. A los cinco años, ya sabía leer y escribir.

En mi casa no había televisión. Mi papá compraba en las plazas libros de “desechos”, libros usados que de repente te daban diez libros por lo que sería en Colombia $10 mil pesos. Él se los llevaba a casa y cuando llovía, cuando no podíamos salir a jugar, lo que había que hacer era leer.

Doy gracias a Dios, porque yo viajé por el mundo, viví otras culturas a través de los libros, obras maravillosas, porque los clásicos son eso, son obras maravillosas. No tengo falta de ortografía por haber leído tanto también. O sea, ese es otro aporte que hace la lectura. No hay más que desarrolle más la imaginación de un niño que el leer.

Te voy a contar una anécdota: A los nueve años ya tuvimos televisión. Una vez veo una publicidad de que iban a pasar una película de Sandokán, la obra de Salgari. Le dije a mi mamá: No me la puedo perder. Para mí, era lo máximo Sandokán. El día que me siento a ver la película, no pude mirar ni cinco minutos. Lo que tenía en mi mente de Sandokán era tan rico, tan maravilloso, que lo que veía en la televisión era una cosa insignificante.

Eso es lo que te hacen los libros. Te hace aprender mucho, aún los libros no todos son buenos en sí el contenido. De los libros que te muestro está Mi Lucha de Hitler, pero te ayuda a pensar, a ver cómo pensaba él. O sea, lo malo también te trae el contraste con lo bueno. Hay obras dramáticas donde pasan cosas bravas. Hablábamos de Fiodor Dostoiewski, por ejemplo, son muy dramáticos. Eso también te muestra la cultura de los rusos y te muestra el contraste con lo que es el bien. Te ayuda a sopesar las cosas. Libros de filosofía. Son maravillas. Ojalá, los niños de Colombia le tomen el gusto a la lectura.

-         El desafío que tiene la biblioteca Cañón del Combeima y en general, la red nacional de bibliotecas públicas de Colombia, es fomentar en chicos y grandes, la vocación por la lectura. ¿Qué opinas?

Te traje 500 libros digitales. Por ejemplo, para los niños de primaria, historias de piratas o los viajes de Julio Verne, ese tipo de cosas, reuniones de lectura y que comparta más que nada haber si comprende lo que se lee, porque hoy lo que sucede mucho con los niños es que no comprenden lo que leen. Entonces, no es solamente leer la palabra, sino comprender el texto. Eso le incentiva mucho a aprender el hecho de comprender lo que pasa.

Es un buen comienzo hacer salas de lectura con ellos para que lo vea más interesante porque están en grupo: Uno comenta una cosa, el otro comenta la otra y más lo que está pasando por la mente con la lectura del libro.

-         Decía que gracias a la lectura había conocido muchas culturas. ¿Cómo es la experiencia?

Maravillosa. Uno puede entender como es la idiosincrasia de un pueblo. Las obras rusas para volver a ellos, son obras muy dramáticas. Pero también la vida de ellos ha sido así, han tenido muchas guerras. En la guerra los rusos han padecido hasta canibalismo, estamos hablando de algo muy dramático. Entonces, tú comprendes a veces ciertas reacciones de ellos, respecto a lo mismo que padece los norteamericanos. Las obras de Tom Sawyer, es también como se formaban los niños en esas épocas en Estados Unidos. Es muy interesante los libros clásicos vienen en general de Europa, pero te ayudan a comprender tenemos a Martin Fierro, que también es una maravilla. Te ayuda a ver la época de los gauchos, la época en que los gauchos eran un poco mestizo entre españoles e indígenas. Te ayuda a ver su pensamiento, la famosa obra de Martin Fierro. Y así, con todo. En Colombia, la cultura de Gabriel García Márquez, enseña mucho de la cultura de este país. Yo aprendí mucho a través de esta literatura, porque esa cultura antigua, se traslada al día de hoy también, o sea, no es que se muere la cultura, la cultura de aquellas épocas se trae hoy en día y en muchas cosas que te explican por qué las cosas son así hoy.

-         ¿Tiene usted una forma especial para ejercer la lectura?

Un método especial no. Trato que me de placer. Si un libro no me da placer probablemente lo deje. Trato que me haga bien. Sea lo que sea que esté leyendo que me produzca provecho, sobre todo, que esté comprendiendo. Por ejemplo, a Jorge Luis Borges, cuando lo comencé a leer, casi no lo entendía, porque es un autor difícil, se expresaba en una forma. Volví a él, mucho más grande con otra mentalidad, con otra cultura. Ahí sí, lo alcance a entender a comprender.

Uno tiene que disfrutar el libro. Si el libro es una carga no cumple el propósito. Mi hermana me contaba, cuando tuvo sus hijos mi madre en Francia. Allí, está la costumbre que cuando los chicos tienen el período de vacaciones, compran en las librerías cuaderno de tareas para hacer tareas todos días como si estuvieran siendo del colegio. Mi hermana vio mal eso, porque en Argentina no pasaba. Entonces, dice: Mamá, ¿Te parece justo esto? Le dijo al esposo: Yo voy a hacer que haga otra cosa. Les dice: Ustedes van a leer por lo menos un libro durante las vacaciones. Fue a una librería y elija el libro que te guste y de conformidad con tu edad. Les trajo libros y los chicos disfrutaron enormemente y le pedían a la madre que les comprara más libros. El libro es hermoso. Eso fue lo que hizo ella y le hizo mejor a los chicos. Era un recreo más. Así hay que tomárselo.

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