Los niños reciben tratamiento en un hospital de campaña provisional en Mouraj, en Franja de Gaza. Foto OMS/Christopher Black |
Por Nelson Lombana Silva
La lluvia sideral de bombas disparadas indiscriminadamente por Israel supera ampliamente la imaginación. “Desde el inicio de la guerra de agresión, el 7 de octubre del año pasado, Israel ha arrojado 80 mil toneladas de explosivos sobre la Franja de Gaza. Esto significa unos 36 kilos de explosivos por cada hombre, mujer o niño”, escribe el famoso periodista del semanario VOZ La verdad del pueblo, Alberto Acevedo.
Rahaf Saad, niña palestina, cinco años de edad, fue blanco de un brutal e indiscriminado bombardeo. Perdió mucha sangre, sometida a varias cirugías, al recobrar su conocimiento, mira a su alrededor, ve a su padre, pregunta con toda la emocionante ingenuidad del mundo: “Papá, ¿Dónde están mis piernas?” La explicación del adolorido padre fue naturalmente lacónica, quizás evasiva, partida su alma por el dolor. La inocente pensó, dice Alberto Acevedo, que habían llevado sus piernitas a aliviarlas y después se las colocarían nuevamente.
En nuestra condición de bibliotecario, que implica necesariamente mantener en contacto con niñas y niños, admirar su inocencia, sus sueños y expectativas, un drama como el vivido por esta niña Palestina, genera mucho dolor, lágrimas, impotencia e indignación. Cómo puede el Estado Sionista de Israel con Benjamín Netanyahu a la cabeza, ensañarse contra Rahaf Saad, una niña, un angelito, un inocente. ¿Cómo pueden las potencias capitalistas, entre ellas, Estados Unidos, respaldar acciones de esta naturaleza? Es más: ¿Cómo pueden los medios corporativos de comunicación, RCN, Caracol, El Tiempo, El Espectador, la Revista Semana, entre otros, presentar la información al revés para ocultar la maldad de la cúpula de Israel? ¿Decir de alguna manera, que Rahaf Saad, cinco añitos es la victimaria y Benjamín Netanyahu la víctima?
Dolorosas cifras
Las cifras de este genocidio infame son espeluznantes, dolorosas, no pueden pasar desapercibidas y nos debe llamar a redoblar esfuerzos por la paz total en Colombia. No más guerra ni en Colombia, ni en el mundo. Hagamos que impere la razón y la dialéctica sabia del argumento. Es más: Que los niños no sigan pagando los instintos salvajes y avaros del capitalismo y del sionismo. Hagamos un mundo feliz para ellos, para todos y todas.
Según la Organización de las Naciones Unidas, ONU Mujeres, en el mes de abril, durante los ataques aéreos y las incursiones militares por tierra han dejado la astronómica cifra de 19 mil niños y niñas huérfanos en Gaza. Adicionalmente, se calcula que más de 50 mil niños sufren de desnutrición aguda, afirmó Víctor Aguayo, director de Nutrición y Desarrollo Infantil de la UNICEF.
Por su parte, la organización EuroMed indicó que desde el estallido de la guerra, Israel asesinó casi 17 mil infantes.
Durante los doce meses de genocidio 11.269 mujeres han sido asesinadas, entre ellas 6 mil madres. Esto indica – dice el periodista Alberto Acevedo – que de 40.800 muertes registradas en Gaza hasta ahora, la mayoría han sido mujeres y niños.
Pero allí, no para el sufrimiento de las mujeres palestinas: 60 mil mujeres embarazadas se encuentran en inminente riesgo, debido a la falta de atención médica oportuna y adecuada. Por lo menos, 557 mil hembras padecen inseguridad alimentaria.
Periodistas asesinados
Al lado del horrible drama de las féminas, se encuentra el drama de los comunicadores sociales, los periodistas. La cifra de comunicadores sociales asesinados es desconcertante y así lo indica el periodista Alberto Acevedo. Dice: “Durante la segunda guerra mundial, el mayor holocausto de la historia, murieron 40 millones de civiles y 20 millones de soldados. Entre ellos, 69 periodistas perdieron la vida”.[i]
En el caso de Palestina, la cifra ha crecido dolorosamente, hasta octubre se tiene el registro de 170 periodistas asesinados. Según el Comité para la Protección de periodistas, ha indicado que más del 70 por ciento de los comunicadores sociales asesinados en el mundo eran palestinos. Es tal el despropósito que Irene Khan, relatora especial de la ONU sobre la libertad de opinión y de expresión, pidió a la Corte Penal Internacional para que actúe rápidamente para “enjuiciar los asesinatos de periodistas en Gaza como crímenes de guerra”.
Destrucción de la infraestructura
La destrucción ha sido masiva, sin respetar a la población civil. En esa demencial arremetida del Sionismo han sido impactados y destruidos hospitales, orfanatos, escuelas, templos, mezquitas, centros de albergue, edificios y apartamentos. Se calcula que hasta ahora Gaza ha acumulado 41.95 millones de toneladas métricas de escombros. Se han producido 114 kilos de escombros por cada metro cuadrado en Gaza. Aproximadamente, 151.265 edificios han sido destruidos, lo que representa el 63 por ciento de la zona.
Se habla de unos 10 mil desaparecidos, seguramente están bajo los escombros y no han podido ser rescatado por los ataques bestiales de Israel.
El drama es doloroso. La humanidad no puede dar la espalda, debe asumir una postura clara de rechazo y de solidaridad con este pueblo que ha soportado por más de largos 75 años la esclavitud y la agresión de Israel, siempre con el respaldo de las potencias imperialistas, especialmente, Estados Unidos. Libertad y justicia para este pueblo.
[i] Semanario VOZ La verdad del pueblo. Edición 3242, semana del 2 al 8 de octubre de 2024. Páginas consultadas 10 y 11.
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