viernes, 8 de diciembre de 2017

Postura traicionera del estado colombiano con la paz

Por Nelson Lombana Silva

La postura del estado colombiano con el sueño de paz con justicia social, se puede calificar de traicionera, espuria, criminal e infame. No pude haber un solo calificativo afirmativo.


Una vez más los tres poderes se han confabulado para asesinar un sueño que tiene el pueblo hace más de cincuenta años. Toda la burocracia de la clase dominante, perfectamente concatenada y engrasada, enfila baterías sin piedad alguna contra la paz con justicia social.

Juan Manuel Santos, representa el poder ejecutivo, los senadores y representantes a la cámara, el legislativo y los magistrados y jueces, el judicial. Todos como en fuente ovejuna, contra el proceso de implementación, usando para ello toda la marrullería del mundo.

De los 17 proyectos de ley, solo pasaron ocho a sanción presidencial. Eso demuestra que el interés de los “padres de la patria”, por la paz que debe reinar en el pueblo es nulo.

Las pocas leyes aprobadas fueron con un quórum precario, la mayoría firmaba y se retiraba. Firmaba para justificar el pago.

Esos personajes, por estos días volverán a la entraña del pueblo a solicitar su respaldo para ser reelegidos. Volverá la ilusión que traduce la promesa y el pueblo sumisamente, seguramente volverá a votar por los mismos.

¿Qué se puede esperar de un pueblo anestesiado, atemorizado y analfabeta político? Aparentemente nada, pero en realidad no hay enfermedad que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. El pueblo sabrá sobreponerse a toda esa adversidad.

De hecho ha respondido hasta ahora de una manera respetable, aun cuando no comulguemos con esa respuesta, a pesar de ser válida: La abstención.

Claro, la abstención es una forma concreta de protestar. Sin embargo, no encaja perfectamente con lo que hay que hacer para transformar la realidad que vive la sociedad colombiana.

Los ciudadanos que suelen practicarla señalan expresamente: “Ni con el uno, ni con el otro”.

La primera pregunta que surge es: ¿Esta postura a quién favorece? Favorece a la clase dominante y perjudica a la clase que quiere convertirse en clase dominante.

Para un hijo de la oligarquía le da lo mismo ganar por un voto o un millón, pues uno y el otro tiene las mismas gabelas que da el estado capitalista.

Es más: Si yo lo estoy robando y usted asume una postura de abstención, ¿A quién favorece?

La propuesta entonces se encamina a replantear esta forma de protestar. Ni la neutralidad, ni la indiferencia, son realmente alternativas para resolver la aguda problemática que vive el país. Tampoco seguir esperando que esa clase dominante resuelva la problemática del pueblo.

Hay que asumir una actitud participativa, crítica y analítica. Eso implica sobreponerse a los aparatos ideológicos y represivos que el estado se vale a diario para mantener la clase dominante, que tanto daño le ha hecho al pueblo general.



Las palabras del camarada Giovanni Castro son dicientes. Deben llamar la atención para asumir una postura protagónica. El razonamiento obvio que expresa el ex comandante del 21 frente de las Farc – Ep, tiene su fundamento. Es una terrible realidad.

El pueblo ha sido burlado una vez más por esta sucia y rancia oligarquía, razón por la cual el pueblo debe movilizarse ahora mismo antes de que sea demasiado tarde. Y dentro de esas tareas prioritarias, se encuentra la unidad y la lucha política. La izquierda se debe unir y asumir con grandeza una gran salida a esta infame traición de Santos y su patota, como diría el camarada Álvaro Vásquez del Real.

Entendamos sin ambages la dinámica que encarna la lucha de clases. Entenderla será factor fundamental para encarar la lucha por la paz con justicia social en Colombia.

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