jueves, 21 de diciembre de 2017

En Ibagué: Comunidad veredal multiplica obra y recursos dando ejemplo nacional

Darwin Sierra Martínez y José Miguel Cárdenas, lideres comunitarios. Foto Nelosi.
Por Nelson Lombana Silva

La acción que viene desarrollando la comunidad campesina de la vereda Martinica, parte baja, sector Jardín, del municipio de Ibagué (Tolima), merece relievarse y colocarse como ejemplo a nivel nacional y por qué no a nivel internacional, en una sociedad capitalista caracterizada por los antivalores como la mentira, la pereza, la desunión y sobre todo la corrupción.


Contrariando este modo de proceder de la clase gobernante colombiana, esta comunidad se ha unido alrededor de obras comunitarias jalonando su desarrollo comunitario con entusiasmo acudiendo al manejo meticuloso y honrado de los pocos recursos que llegan de los onerosos impuestos que a diario suelen cancelar. 


El convenio 1968 de 2017, para el arreglo de la pendiente carretera que estaba presupuestado para 43 metros lineales lo han hecho alcanzar, estando a punto de completar más de 70 metros lineales, casi el doble, demostrando sin mucho discurso ventijuliero, que cuando hay honestidad y transparencia se pueden hacer las obras y bien hechas.

Esto ha generado entusiasmo incluso, en la misma administración municipal que preside el médico Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, quien al parecer ha anunciado que en el año venidero entregará otro aporte importante para seguir recuperando la vía de tres kilómetros, aproximadamente, como estímulo a la forma ejemplar como dicha comunidad viene manejando sus escasos recursos económicos.

La página web: www.pacocol.org hizo ayer un recorrido por la pendiente zona con el fin de constatar los rumores que se venían ventilando en los mismos pasillos de la alcaldía municipal. Efectivamente, esta es una zona pendiente, pero ubérrima a escasos 20 minutos de la ciudad de Ibagué, cruzando la circunvalar. Un clima agradable con gente encantadora y trabajadora.

Conversamos con varios líderes sobre diversos temas mientras laboraban incansablemente con el propósito de terminar la obra de la mejor manera. Mientras unos emparejaban el terreno, los otros cargaban bultos de cemento, otros mezclaban y otros distribuían con tenacidad y compromiso comunitario.

El primero en establecer comunicación fue con el líder comunitario, Carlos Pulido Perdomo, quien ha sido dos veces presidente de esta junta de acción comunal y lleva viviendo en la zona 20 años. Conversador y amable nos recibe con entusiasmo. Expresa: “A nosotros lo que nos importa es que nos conozcan a nivel departamental, municipal y de pronto a nivel nacional. Lo que nos importa es el apoyo oficial que lo necesitamos y nos lo deben. En los 20 años que he estado en esta vereda, he sido dos veces presidente de la junta de acción comunal. Soy testigo de las veredas circunvecinas que están en las mismas condiciones que esta”.

En este sector se encuentran las principales antenas que facilitan la comunicación, empresas que al parecer no han colaborado con el desarrollo comunitario. Sin pelos en la lengua, don Carlos Pulido Perdomo, aprovecha para denunciar: “En esta vereda contamos con las empresas de comunicaciones más importantes del país: RCN, Caracol, Inravisión y nunca hemos tenido ni siquiera el placer de tomarnos aunque sea un tinto de una gestión compartida empresas – comunidad, departamento y municipio”.


De igual manera, critica la administración del ex alcalde Chucho Botero, quien fue considerado como “el mejor alcalde de Colombia”, pero que en esta vasta región campesina no hay una sola obra suya para destacar: “Nosotros oímos decir: El mejor alcalde de Colombia: El señor Chucho Botero. En su rendición de cuentas 600 mil millones de pesos se gastó en Ibagué el mejor alcalde de Colombia, pero a estas veredas: Potrero Grande, a esta y demás veredas que nos circundan, no vimos la mano tendida de ese mejor alcalde de Colombia”.  

Ante esta cruda realidad, la comunidad poco a poco se ha ido organizando para hacer realidad su propio desarrollo, según explica el líder comunitario. Habla de la necesidad de tener las comunidades planes, pero considera que en esos planes las comunidades no pueden estar solas, deben estar cohesionadas en la dinámica del municipio. “Aquí, tenemos unas fortalezas berraquísimas, tenemos las empresas de comunicaciones más importantes de todo el país, tenemos el cerro tutelar de la Martinica, el cerro más importante que tiene Ibagué, tenemos potencialmente las posibilidades de explotar el turismo ecológico. Además tenemos un grupo importante de líderes campesinos de la vereda”.



Acerca del proyecto de arreglo de la vía carreteable, indica: “Como usted puede ver y constatar en el terreno, nos está pasando lo de Jesucristo cuando multiplicó los panes para darle de comer a mucha gente. Con ese pequeño recurso que nos han dado, nosotros hechos hecho un trabajo bien hecho, bien planificado y con toda la certificación que manda la ley”.

Llama la atención dos cosas: Uno, el hecho de multiplicar los pocos recursos oficiales y dos, mover la comunidad. Al respecto, señala: “¿Qué espera esta comunidad? Que este trabajo que se está haciendo con tanta unión, no se quede estancado, ni tampoco que vaya a servir de palancón político para cualquiera que venga ahora a sacar pecho. Nosotros somos agradecidos, si alguna fuerza política nos viene a colaborar, nosotros estamos listos a decirles bienvenidos porque necesitamos su aporte”.

También hablamos con José Baudilio Torres, fiscal de esta junta de acción comunal. “He venido trabajando con el señor presidente José del Carmen Ortiz, el vicepresidente Darwin Sierra Martínez, todos los miembros de la junta de acción comunal y comunidad en general”.

El líder comunitario relata su experiencia al frente de esta junta de acción comunal: “La experiencia es el trabajo que se ha hecho en comunidad, actividad que nunca se había hecho en el cerro de la Martinica, nunca se había presentado; hasta ahora con este alcalde, con su apoyo se ha comenzado a trabajar”.

Agrega: “Ahora no se han presentado dificultades, pero anteriormente la dificultad era que los carros no podían subir al cerro de la Martinica porque estaba muy lisa la carretera, le faltaba obras de mantenimiento, las curvas estaban en estado crítico. Esperamos que el alcalde nos siga colaborando, porque el interés de nosotros es que quede subiendo taxis hasta el propio cerro de la Martinica”.

“La idea es buscar más recursos, hacerle más huellas, obras de arte, son tres kilómetros de la Y al cuartel de la policía. El proyecto nuestro es continuar trabajando en esta vía hasta darle fin; echarle recebo, cunetas, alcantarillas y badenes, para que nos quede buena desde la variante hasta el cerro. Yo llevo viviendo en esta vereda 41 años y hasta ahora se ha visto este aporte de la administración municipal. Esta es una zona muy pacífica y muy trabajadora. Esperamos que en el 2018 la alcaldía nos desembolse más platica para continuar y poder recuperar el cerro de la Martinica que ahora se encuentra muy solo”.

El líder comunitario dijo que un solo señor viene comprando fincas a diestra y siniestra lo que ha originado la soledad casi total en este: “Antes había mucha gente caminando, ahora hay una soledad muy terrible, nadie hay por ahí. La gente se ha ido porque le ha vendido a ese señor Pekenhaurer  Ortega. La gente se ha ido y el cerro está muy desolado. Ya no hay ni niños para ir a la escuela. Quien sabe qué será pero la gente se ha ido es para la ciudad. Se ha vendido mucha tierra, como diez fincas muy enmontadas”.

De igual manera, conversamos con el vicepresidente de la junta y actualmente presidente encargado ante quebrantos de salud del presidente titular. Se trata de Darwin Sierra Martínez. Inicialmente el líder comunitario hace una presentación de esta vereda: “En esta comunidad: Martinica vía a las antenas, es una región próspera, remanso de paz, no hemos tenido problemas con el conflicto armado en treinta años que llevo viviendo en la región. La calidad humana de la gente es pujante. Las cosas se hacen con la misma comunidad. Se produce café, plátano, avicultura, pecuaria, ganadería y la parte de las empresas”.

En relación con estas expresa: “La cuestión de la empresa es un tema que se ha venido tocando hace mucho tiempo con amigos de la región e incluso, con la misma secretaría de desarrollo, porque estamos en el cerro matriz de las telecomunicaciones en Colombia, pero las empresas como tal, no nos han querido aportar ningún recurso  a la comunidad y dicen que las antenas tienen que producir en la parte social bienestar y en este momento realmente no contamos con ningún apoyo por ese lado. Sin embargo, para arrancar este proyecto que estamos ejecutando, les hicimos llegar unas cartas, las cuales llevamos personalmente con miguelito (José Miguel Cárdenas), que es una persona entusiasta y pujante también como el caso de Carlos Pulido y demás comunidad, caso del presidente titular también, José del Carmen Ortiz, que aunque se encuentra delicado de salud, por eso asumí la responsabilidad. Esto es un trabajo en equipo. Desde el más pequeñito hasta el más grande hemos aportado el granito de arena”.

Esta región es habitada por unas 150 a 200 familias, dice Darwin, “una comunidad excelente, muy comprometida con el progreso comunitario”. La vereda hace parte del corregimiento 16 perteneciendo al Totumo. “La carretera que estamos arreglando prácticamente beneficia al municipio de Ibagué y los propietarios de las antenas, por eso el municipio nos ha colaborado. También se beneficia la vereda Potrero Grande, parte alta”.

Acerca de las proyecciones, Darwin, dice: “Esta es una zona de proyección ecoturística. A eso es que queremos apuntar la comunidad por cuanto consideramos que es un desarrollo. Nos preguntamos: Por qué tiene que irse un turista de Bogotá hasta el Quindío, si nosotros lo podemos atender y tenemos mucho qué mostrar. La parte ambiental que nosotros tenemos es llamativa, tenemos el cerro tutelar de Ibagué, donde hay mucho bosque natural, nacimientos de agua y muchas fincas”.

En relación con la odisea de multiplicar la obra y los recursos para recuperar la vía carreteable, el líder comunitario, dijo: “Inicialmente se concretó con un comité de obras que teníamos inicialmente, hace tres cuatro años, se había conformado con don Carlos Pulido, Pedro Hernández, Baudilio Torres, Robert, etc y otros campesinos que han estado y no me acuerdo en estos momentos”.

“Subiendo esta administración fue posible que los invitáramos a una reunión para que vieran el estado de abandono en que estaba esta región, porque la anterior administración no habíamos tenido sino la máquina para raspar y no más. Se hizo la petición a la administración y comenzamos a trabajar sobre el proceso”.

La experiencia de este ejercicio comunitario la cuenta, así: “La experiencia ha sido grandiosa porque nunca pensamos que la comunidad toda nos fuéramos a unir, que es lo más importante, lo digo por encima de todo, porque la comunidad es la base para construir cualquier proyecto que se proponga usted en la vida. La relación con los funcionarios ha sido excelente, nos han escuchado, nos han asesorado, por eso estamos desarrollando el proyecto que estamos mostrando y que ya lo están viendo en realidad y que otras comunidades veredales lo vienen tomando como ejemplo. A pesar del éxito, seguimos siendo los mismos humildes de siempre”.

El hecho de hacer rendir la obra y los recursos: “El proyecto estaba concebido para hacer 43 metros lineales, nosotros los hemos estirado a 70 metros lineales, con $19 millones 700 y unos pedacitos. Comenzamos a cotizar en las ferreterías, tocando puertas y contándoles el proyecto que teníamos. Así conseguimos material a muy bajo precio con el único objetivo de dar rendimiento a la obra. Lo recalco varias veces: Eso fue trabajo en equipo, en comunidad, con la participación desde el más pequeñito hasta el más grande”.

Este proyecto ha logrado unir a la comunidad: “Sí, hemos logrado unir la comunidad, su participación, ella ha puesto la mano de obra y los recursos los hemos utilizado en la compra del material”.

Esto se convierte en un caso suigéneris porque generalmente sucede al contrario: Hace falta dinero para acabar la obra: “Cierto. Siempre uno escucha que la corrupción es la que tiene azotado a este país, los elefantes de cuello blanco, los oligarcas que invierten cien pesos y se gastan 200. Nosotros hicimos al contrario. Nos dieron diez pesos y los hicimos rendir a 20. Lo que decía un amigo: Repartimos un pan para 20. Eso lo decía Carlos Pulido y me parece que es un hecho cierto. Uno se siente contento”.

El escepticismo de algún sector de la comunidad se conjugó con trabajo, honradez y transparencia: “Hemos llevado las cuentas con los compañeros Carlos, José, Hermógenes y miguelito (José Miguel Cárdenas), de una manera clara, desde la compra de una puntilla hasta lo más mínimo, como también el aporte que han hecho algunos pequeños empresarios, caso de Marco, Denys, John, han hecho pequeños aportes pero muy valiosos. Ese tramo era crítico. Claro, tenemos dos tramos críticos, que queremos que la administración nos visite de nuevo para que se dé cuenta y vea la potencialidad que significa el ecoturismo y la hermosa panorámica que ofrece esta vereda”.

Esta experiencia de la comunidad de la Martinica, parte baja, sector Jardín, constituye un ejemplo digno de emular en toda la república colombiana, república tan carcomida por la corrupción como bien lo señalan estos líderes comunitarios. Sí se puede construir una nueva sociedad humana basada en estos valores tan venidos a menos en los actuales momentos en el capitalismo, pero que esta humilde comunidad, sin aspaviento y protagonismos a ultranza, relieva con grandeza y pulcritud.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario