Con la franqueza y el cocimiento que caracteriza a Giovanni Castro, ex comandante de las Farc – Ep que operó fundamentalmente en el departamento de Tolima, analiza en profundidad el proceso de paz protocolizado en la Habana y firmado en el teatro Colón de Bogotá, entre este movimiento insurgente y el gobierno nacional de Juan Manuel Santos Calderón en representación del estado colombiano.
El ex comandante fariano, expresa con crudeza y realismo por cierto, su punto de vista sobre la manera infame como el estado viene incumpliendo dicho acuerdo. Para el carismático ex líder guerrillero los acuerdos son una verdadera colcha de retazos, prácticamente inservibles. “Ya el acuerdo de la Habana firmado finalmente en el teatro Colón de Bogotá, es una colcha de retazos”.
En ese sentido dijo que “se va uno para atrás, como que se va desinflando”. Agrega: “Es delicado que tan rápido, en un año, hayamos perdido la fe al acuerdo”.
Fueron engañados por una burguesía criminal e incapaz de cumplir lo pactado, por cuanto no se viene desarrollando la implementación de dichos acuerdos y adicionalmente, se viene asesinando a los ex combatientes, sindicalistas, defensores de derechos humanos y líderes de izquierda. “Caímos en el exceso de confianza, creímos en alguien que no deberíamos haber creído, que es el estado colombiano”, dice.
Subraya a manera de autocrítica: “No deberíamos haber creído tan rapidito, de un día para otro, deberíamos de haber sido más cuidadosos”.
“Seguimos confiando en nuestros comandantes, en el que no seguimos confiando es en el estado colombiano. Ya le perdimos la confianza”, enfatiza el ex comandante fariano Giovanni Castro.
Dijo que si de aquí a mayo, cuando se elija nuevo congreso y presidente, no se ha implementado siquiera un 70 por ciento de lo acordado, será un fracaso el acuerdo de paz entre la guerrilla y el estado.
De suceder así, otros tomarán las armas que ellos dejaron, si algunos perdieron el ánimo o por edad no quieran volver a la lucha armada. “Va a ver resurgimiento de guerrillas, así no seamos nosotros”, dijo en tono enfático el camarada Giovanni Castro.
En nada ha cumplido el gobierno santista: Ni con el pueblo, ni con ellos. Dijo que no tienen salud, ni educación, ni un techo, ni un pedazo de tierra para trabajar.
“La paz santista es lo que puede llevar fácilmente a la violencia, a que haya gente que tome o retome las armas”, indicó.
Incluso, muchos sectores sociales y medios de comunicación le vienen increpando la ingenuidad de entregar tan fácilmente las armas, indicó el ex comandante guerrillero. “De malas, sí tenían las armas en las manos, ¿Para qué las entregaron?”
A pesar de todas vicisitudes reales y concretas, el ex comandante fariano dice que algo le queda de optimismo. “Todavía me queda un poquito de optimismo”.
El ex comandante fariano, estuvo en la guerrilla más de treinta y tres años, hizo parte de algunos frentes, entre ellos, el 21 llamado Tulio Varón, que operó en Tolima y en algunos departamentos adyacentes.
En exclusiva para la página web: www.pacocol.org el reportaje con el comandante Giovanni Castro:
- Ex comandante de las Farc – Ep, Giovanni Castro, ¿Cómo analiza el momento actual del proceso de implementación de paz en Colombia?
Estamos en eso, en tratar de asimilar esta situación. Sí, ya le dijimos adiós a las armas, pero hay una realidad que no la podemos desconocer y es cuando le comienzan a uno a incumplir, pues uno empieza a sentir miedo.
Como esa ilusión que tenía de despojarse de las armas y me voy al pueblo a convencerlo solamente con la palabra, se va uno de para atrás, como que se va desinflando uno.
Eso es lo delicado para este país, que tan rápido, en un año, hayamos perdido la fe al acuerdo. Es delicado. No va a ser fácil seguir asimilando esto, como que no queremos meternos en el cuento que nos queríamos meter, de que adiós a las armas, a la paz y reconciliación. Es que la reconciliación es entre dos y de allá para acá nos están matando. Cuál reconciliación.
Personalmente y todos los ex combatientes de las Farc, con ganas por lo menos de escondernos.
- ¿Estamos ante una traición por parte del gobierno nacional y más allá del gobierno del estado colombiano, a lo pactado entre las Farc – Ep y el presidente Juan Manuel Santos Calderón, en la Habana (Cuba)?
Yo no lo llamo traición, porque el gobierno es el enemigo del pueblo. Nosotros somos pueblo. Éramos pueblo alzado en armas.
Si nos decidimos a firmar un acuerdo con el enemigo del pueblo que es el mismo enemigo de nosotros, pues no podemos decir que traición, incumplimiento y que seguramente caímos en el exceso de confianza, creímos en alguien que no deberíamos haber creído, que es el estado colombiano. El estado colombiano siempre ha sido prepotente, siempre ha sido violento, siempre desde que se constituyó como estado colombiano, ha sido asesino, represivo, mafioso.
Por lo tanto, no deberíamos de haber creído tan rapidito, de un día para otro en él, deberíamos de haber sido más cuidadosos.
Todavía hay una posibilidad de que cumpla, pero está delicada la situación.
- Precisamente, eso se pregunta uno: Sabiendo que el estado colombiano es tan incumplido históricamente, no es de ahora, ¿Por qué se firmó tan rápido este proceso de paz?
Uno cree que nuestros ex comandantes seguramente les asistían mucha voluntad de paz, nosotros no los vamos a acusar de traición a ellos, de que nos engañaron, nos traicionaron. No lo podemos hacer.
Personas convencidas, revolucionarias hasta último momento tenemos que respetarlos, les tenemos que respetar la decisión hasta último momento y eso hemos estado haciéndolo, el hecho de que estemos cumpliendo lo que dice ese acuerdo, eso lo que significa es mucho respeto que nosotros tenemos por esos ex comandantes, por nuestros superiores.
Además, usted que también es comunista, sabe que es un principio de los comunistas: Confiar en su dirección. Y seguimos teniendo la confianza en ellos, en el que no seguimos confiando es en el estado colombiano. Ya le perdimos la confianza, de hecho, nunca se la hemos tenido y menos ahora que ya se ve el incumplimiento, no podemos confiar en eso. Por eso decimos: Nos puede matar, nos puede asesinar.
- Una de las dificultades es el proceso de implementación, el gobierno no está cumpliendo esta etapa crucial para que realmente haya paz. ¿Cómo analiza usted en su condición de ex comandante de las Farc – Ep esta situación real y concreta?
La parte más recalcitrante de la oligarquía colombiana, dice que lo tiene que volver trizas, y si bien a estas alturas no los tienen vuelto trizas, ya el acuerdo de la Habana firmado finalmente en el teatro Colón de Bogotá, es una colcha de retazos, y si es una colcha de retazos, ya no sirve.
Podemos decir que si para las elecciones de marzo y de mayo del año que entra, el gobierno no implementa siquiera un 70 por ciento el acuerdo, habría sido un fracaso el acuerdo de paz entre el estado colombiano y la guerrilla más poderosa del mundo.
- Eso implicaría un nuevo fracaso, pero ustedes ya entregaron las armas…
Uno diría que las armas finalmente no son un problema. Armas en este país hay muchas, en el mundo hay armas. Es de eso que se tiene que cuidar el gobierno colombiano, el estado, de que en un incumplimiento total, como lo están planteando, pues nosotros los ex combatientes, ex comandantes, ya no tenemos ganas, ya nos sentimos enfermos, ya nos sentimos viejos, sencillamente no tenemos la capacidad de regresar, sí va haber otras personas que van a volver a tomar esas armas, que nosotros abandonamos.
Va haber resurgimiento de guerrillas, así no seamos nosotros, porque hay una posibilidad de que nosotros ya se nos haya acabado las ganas, las fuerzas, pero hay nuevas generaciones, que las siente uno, las ve uno que quieren regresar, seguramente van a necesitar de liderazgo de algunas personas, de algunos hombres, porque realmente nosotros no somos imprescindibles, no necesariamente teníamos que ser nosotros, pero va haber otras gentes, los hijos de los campesinos, los estudiantes, los indígenas…ellos tienen mucha voluntad de resistencia de no doblegarse; y como el estado lo que plantea, está planteando es un doblegamiento total, que nos sometamos a las leyes del estado y los derechos de los ciudadanos, ¿Qué?, porque es que nos están exigiendo que cumplamos la ley y claro que estamos comprometidos a cumplir la ley, pero los derechos de nosotros como colombianos, ciudadanos, eso no nos lo está respetando el estado, porque no nos ha dado empleo, no nos ha dado nada.
Solamente unos cursos del Sena, de 20 horas, de 40 horas. Eso no es mayormente nada, prácticamente eso no es nada, se necesita de verdad una educación continuada y que le defina a una la situación, lo del empleo, la vivienda, lo de la salud.
Nosotros estamos cero en salud. Hasta cuando tuvimos las armas estábamos afilado a una empresa que se llama: La Nueva EPS, creo. Ya hoy no aparecemos en el sistema, estamos cero en salud.
Es muy complicado. En vivienda nada, tierra para trabajar ni un centímetro de tierra nos han dado. Entonces, cuál paz. Nosotros luchábamos por la paz con justicia social, que eso significa igualdad para todos, de eso cero, no hay nada.
- Las Farc – Ep siempre luchó por la paz con justicia social, pero lo que se está imponiendo es la paz santista, la paz de los sepulcros. ¿No le parece?
Sí. Finalmente se está imponiendo es la paz que la oligarquía quería, que la oligarquía colombiana quería; imponer ese modelo de paz es el que puede llevar fácilmente a la violencia, a que haya gente que tome o retome las armas y va a haber violencia… Pero el único responsable es el estado por incumplir lo pactado.
- No solamente los están asesinando físicamente, sino que también los están asesinando en los medios masivos de comunicación…
Sí. Yo escuchaba una entrevista del camarada Jesús Santrich con los señores de la FM, creo, y los tipos decían: “Ustedes sabían con quién estaban negociando. De malas que cayeron en la trampa”.
Más o menos nos comienzan a decir: De malas sí tenían las armas en las manos, para qué las entregaron, para ahora venirse a quejarse. Más o menos así están hablando los medios de comunicación. Y de ahí para allá, todavía hay medios de comunicación que nos siguen tratando de terroristas, asesinos. Hasta en el congreso le gritaron al camarada Santrich.
Entonces, eso es no querer la paz, no querer la reconciliación. Quiere decir que nosotros, solamente hablando de reconciliación resulta imposible. Para amar se necesita dos.
Eso es lo que se ve cada vez más difícil, la prepotencia, la arrogancia de los medios de comunicación, del congreso. En el congreso, más o menos, dijeron lo mismo. De malas, para qué firmaron eso. Así nos están tratando, como diciéndonos: Quién nos mandó a ser incauto, a ser pendejo. Eso es fatal.
- A pesar de la cruda realidad como es y como usted la ha desmenuzado en esta entrevista, ¿Se declara optimista o pesimista?
Todavía me queda un poquito de optimismo. Si se me acabara todo el optimismo, la ilusión, no digo que sería triste, sino que podría decir: Sufrí una frustración después de toda mi lucha. Nunca la había sentido. Siempre había dicho: Tenemos que llegar al poder para que manden los pobres.
Si se me acaba el optimismo sería la mayor desilusión, porque, obvio, sería como volver a empezar, porque dimos todo y no nos han dado nada. El régimen no nos ha dado nada. Mejor: No le ha dado nada el pueblo colombiano y nosotros dimos todo. Es que entregamos las armas.
- Otra inquietud preocupante es que el pueblo está como espectador cuando debería ser protagonista. Comandante: ¿Cómo ve usted la situación?
Definitivamente los medios de comunicación, los grandes medios, marcan la pauta. Y los grandes medios no les importan para nada lo del pueblo, las necesidades, las reivindicaciones, nos les importa nada.
Obvio, que con su actitud, los medios de comunicación, siempre al pueblo lo dejan atrás, debería ser el protagonista como lo está planteando los compañeros del ELN, que en la mesa de negociación, haya participación del pueblo colombiano, de las comunidades, incluso, de los Partidos, que fue lo que ocurrió en el caso de nosotros cuando los negociadores nuestros hablaban de eso, el gobierno decía que nada de bochinche. A la opinión del pueblo la llama bochinche, le tiene miedo y tiene todo creado para silenciarlo. Primero, plomo, pistola y después no sacar a la luz pública, a la vista, lo que está sintiendo el pueblo colombiano.
- ¿Qué debe hacer la izquierda para contrarrestar este incumplimiento del gobierno y del estado colombiano?
Uno creyera que lo que hay que hacer es la unidad. Pero, la unidad de verdad, no de simples palabras y del corazón y la conciencia nada.
Al mirar la hojita de la convergencia que se viene haciendo en el Tolima, facilito como que se ponen de acuerdo en un poco de cosas, pero son un poco de cosas ficticias. Hay que ir más a la realidad, desprendernos de los egos, las ambiciones, porque como que todo el mundo tiene ambiciones, no se despegan de esas ambiciones, de esos personalismos.
Hay que colocar verdaderos líderes a ver si logramos definitivamente en el congreso, poner un buen número de representante y senadores de la izquierda, incluidos, los de Farc que ya están asegurados. La Farc tiene10 curules aseguradas, pero esas diez curules, habría que acompañarlas si quiera de otras diez con gente del pueblo, con candidatos del pueblo y que se pudiera hacer una fuerza en el congreso, para posibles implementaciones de otra leyes, más adelante.
Porque el fast track se acabó y así como está este congreso no va a aprobar nada más, ahí queda y los que saben, dicen que no se ha implementado más de un 20, 22 por ciento de las leyes que hay que crear para que se cumpla el acuerdo de la Habana.
- Finalmente, ¿Qué llamado le haría usted a la comunidad internacional y al pueblo colombiano en general?
A la comunidad internacional, las gracias, porque ella ha estado muy preocupada, le ha hecho saber al estado colombiano, al gobierno de Santos, que se acuerde que ella es garante, que siempre estuvo todo el tiempo y que se siente irrespetada, porque quiere decir que ella perdió el tiempo.
A ella, darle las gracias, porque sí está preocupada, sí le ha escrito a todo el mundo, ha opinado. La ONU públicamente ha hecho declaraciones en donde hay total incumplimiento del estado colombiano.
A ella darle las gracias, por estar preocupada por el incumplimiento del acuerdo. Al pueblo: Que de todos modos, nosotros no los vamos defraudar, haremos lo posible y hasta lo imposible para no defraudarlo y que esa ilusión, algún día la podamos hacer realidad.
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