Luis Eduardo Mera. Foto Nelosi. |
Cada vez los rumores son más fuertes sobre la presencia activa del paramilitarismo en la ciudad de Ibagué (Tolima). Se estaría reagrupando en barrios, urbanizaciones y asentamientos de desplazados con entera libertad. Según líderes comunitarios estarían haciendo inteligencia y reclutando, lo cual viene generando temor y preocupación entre los habitantes de la ciudad musical de Colombia.
Luis Eduardo Mera Medina, líder comunitario de un asentamiento de desplazados ubicado en el barrio Villa de Gualará, en el gran sector de Picaleña, cerca del penal, prende las alarmas. “El rumor sí lo hay y es constante”, señala. Agrega: “De pronto sí hay algunos rumores que están comprobados porque son personas que en su momento sí formaron parte de la fila de los paramilitares y han sido detectados por varios de los habitantes”.
Este asentamiento de desplazados está integrado por 140 familias de varias regiones del país que han adquirido su vivienda con mucho sacrificio, como bien lo relata su principal líder comunitario.
Sin embargo, este no es su único problema, pues tienen problemas de inseguridad ante la ausencia de fuentes de trabajo y espacios deportivos y lúdicos se vienen conformando delincuencia juvenil. Hay venta y consumo de alucinógenos en sitios estratégicos del vasto sector que al parecer la policía conoce, pero poco y nada hace en favor de la comunidad.
A pesar de todas esas vicisitudes Luis Eduardo Mera Medina añora la paz, considera que el proceso de implementación de los acuerdos entre la guerrilla de las Farc y el gobierno nacional se debe dar para que desaparezcan todos estos rumores de muerte y los vientos frescos de la vida se hagan realidad.
La página web: www.pacocol.org entrevistó a este líder comunitario y esto dijo:
- ¿De qué trata la asociación que usted viene liderando en Picaleña de la ciudad de Ibagué (Tolima)?
Formo parte de un núcleo de 140 casas de desplazados y tenemos una junta directiva de hecho, en el barrio Villa de Gualará, hay una junta de acción comunal y nosotros en nuestra condición de desplazados hemos manejado una junta directiva. Hace cinco años entregaron las casas; ha sido un proceso duro porque nos ha tocado pelear con la Gestora Urbana por la mala construcción de las viviendas, porque nos dieran el reconocimiento de desplazados, peleando por la seguridad, por el continuo asedio de la prostitución y de consumo de alucinógenos en la malla de la cárcel.
Es decir, son una cantidad de luchas que se han venido dando, viendo la necesidad de organizarnos por la defensa de nuestros derechos, lo hemos hecho sin ningún interés politiquero, sino en la dinámica de la cooperación y la acción social.
- ¿Cuántas familias desplazadas hacen parte de este proceso comunitario que usted viene liderando?
140 familias. Eso está repartido en la súper manzana 7, tiene manzana 1, 2, 3, 4 y 5, súper manzana 8, tiene manzana 2, 3 y parte de la 4.
- ¿Todas son personas desplazadas?
Todos somos desplazados. Unos somos víctimas del conflicto armado, desplazados por fenómenos naturales, exactamente inundaciones, familias que vienen del Huila. Todos somos desplazados por alguna causa de las múltiples que se presentan en Colombia.
- ¿De diferentes zonas del país?
Sí. Hay de diferentes zonas del país. Hay gente mucha gente del Tolima, hay gente de la Costa, del Caquetá, etc.
- ¿Cuál ha sido el apoyo por parte del gobierno municipal?
Desafortunadamente, el apoyo es bastante opaco. En este momento estamos luchando por la seguridad. Entre la reja de la cárcel y el barrio se ha autodenominado un sitio que se llama la oficina en donde van personas de diferentes barrios a consumir droga. Ahí hay venta.
Esta queja se le ha presentado al comandante de policía, la conoce el alcalde y es poquita la participación, de vez en cuando aparece la policía. La verdad nos tiene totalmente abandonados en problemas de seguridad. Además, está proliferando en forma la presencia de jóvenes en la calle, niños, adolescentes, haciendo los primeros pinitos de delincuente.
- Se rumora la presencia del paramilitarismo en este sector. ¿Qué hay de cierto?
El rumor sí lo hay y es constante. Nos da mucho temor porque contiguo al barrio de nosotros hay unas tierras que fueron tomadas por personas que necesitan la vivienda, se conoce como la invasión. Se dice que allí hay un grupo grande de paramilitares, se dice que en otros sectores aledaños al nuestro también hay un grupo de paramilitares, que han entrado al barrio preguntando quiénes somos, qué hacemos y eso nos tiene muy asustados.
- ¿Qué credibilidad se le podría dar en un momento dado a estos rumores?
De pronto sí hay algunos rumores que están comprobados porque son personas que en su momento sí formaron parte de la fila de los paramilitares y han sido detectados por varios de los habitantes.
- ¿Cómo se han manifestado, qué vienen diciendo?
Simplemente preguntando que quiénes somos, que por qué estamos ahí. O sea, se ve un interés repentino por saber quiénes son los que ocupamos esas casas.
- ¿Qué acciones han hecho ante esta presunta y posible amenaza?
No hemos nada en ese sentido, aparte de declarar, no en nombre propio, porque es una cuestión sin confirmar y para no meternos de pronto en un lío y también el temor porque hemos sido víctimas de mucho acoso por parte de la violencia en nuestras regiones, entonces, nos hemos limitado en muchas cosas, porque hemos estado solos.
- ¿Cuál es su postura alrededor del proceso de paz que se viene desarrollando en Colombia?
Es la postura que queremos todos los colombianos: La paz. La insurgencia nunca ha sido la causa de violencia en este país, consideramos que es la vanguardia en la lucha del pueblo en este país. Las luchas sociales no tienen ningún distingo político. El hambre afecta tanto al conservador como al liberal, al comunista, al que no tiene ningún partido. Nuestra postura en el barrio es de apoyo total a la paz con justicia social para todos vivir mejor en Colombia.
- ¿Qué otras preocupaciones tienen ustedes en el barrio?
Lo primero es el tema de la seguridad por el supuesto avanza del paramilitarismo, también la falta de apoyo porque se está incrementando la venta y consumo de alucinógenos y los pinitos de los futuros delincuentes juveniles que hay en el barrio.
El otro, que en el sector no hay participación directa del Estado, del gobierno actual, con iniciativas deportivas, lúdicas, buscando una buena integración de la juventud. El tema cultural, porque la mayoría son campesinos que fueron desarraigados de su sector y hay gente que no tiene cómo participar en el mercado laboral en la ciudad de Ibagué. O sea, hay un desempleo enorme y mucha desigualdad social, se ve familias que aguantan hambre, personas que tratan de salir al rebusque diario, no necesitamos limosnas sino una oportunidad de parte del gobierno para salir adelante.
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