miércoles, 7 de junio de 2017

El show de Saúl Cruz es una vergüenza

Por Nelson Lombana Silva

El show de Saúl Cruz, subsecretario del senado de la república, es una vergüenza que retrata muy bien a la clase dirigente que ha manipulado a Colombia desde hace más de 200 años.


Este personaje de marras que lleva casi 20 años atornillado en el parlamento y que al parecer es el amanuense y tramitador de todos los torcidos de los “honorables padres de la patria”, se marcha para Méjico a reírse seguramente a mandíbula batiente de sus triquiñuelas infames propias de un “desechable”.

Seguramente prestó su rostro para montar toda una escena de baja calidad encaminada a censurar a los pocos periodistas y medios de comunicación que se atreven a cumplir cabalmente con la misión informativa.

Un payaso que huye como sanguijuela por los pasillos del maloliente Congreso Nacional y cuando siente que la cámara de Noticias Uno lo enfoca, se vuelve como toro matrero a estrellarse con ésta y a presentar los hechos al revés como cualquier vulgar mentiroso.


Esos son los padres de la patria. Qué vergüenza decir que es tolimense, concretamente rovirense. Afea a un departamento y a un municipio, cuyos habitantes se han caracterizado por la honestidad y el trabajo permanente. Este mentecato es la oveja negra, no solo de la región, sino del país.





Resulta censurable la postura del senado de la república ante un hecho tan absurdo y vergonzoso. Lo más elemental hubiera sido escuchar las partes, es decir, indagar. Pero, la mayoría de senadores, también como toros matreros, sin indagar, ni precisar, se fueron lanza en ristre contra este medio de comunicación. La propuesta de censurar inundó en cuestión de segundos el senado de la república. He ahí la catadura de los “padres de la patria”.

En su noticiero regional habitual un periodista decía entre serio y broma que ningún senador podía levantar la mano contra ese personajillo porque este sabía mucha letra menuda de todos y cada uno de los “honorables”. Al parecer tiene el prontuario meticuloso de cada senador. Sabe su pasado, presente y futuro, por lo tanto, resulta intocable. Es decir, el señor Saúl Cruz puede hacer y deshacer.

Entonces, habría que determinar la mayor gravedad del incidente: Si fue la payasada de Saúl Cruz o la actuación del senado de la república pidiendo censura por doquier, sin la más elemental investigación.

Los medios deben cerrar filas de unidad, especialmente los medios alternativos, porque el fantasma de la censura avanza inexorablemente en el país que presume tener la más antigua democracia del continente.





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