sábado, 5 de noviembre de 2016

“La guerra eterna no puede ser el destino de Colombia”: Wilson Saavedra

El comandante de las Farc - Ep Wilson Saavedra saluda al comandante del grupo de policía. Foto Nelosi.
Por Nelson Lombana Silva

La Vigilia Nacional por la Paz liderada por las Farc – Ep, tiene un profundo impacto que el pueblo colombiano debe dimensionar y valorar con claridad pero sobre todo con conciencia de clase.



No puede colocarse de espalda, ni hacerse el sordo o el desentendido ante esta demostración multitudinaria de pueblo deseoso de la implementación ya del acuerdo final firmado en la Habana y en Cartagena de Indias.


En esta oportunidad no pueden ganar la partida los halcones de la guerra, los que se lucran de ella y los que se sostienen en el poder sobre esta. El pueblo debe romper de una vez y para siempre con el maléfico embrujo autoritario de la derecha y la extrema derecha personificadas en el Centro Democrático y en la rancia oligarquía colombiana.


La convocatoria de la Farc – Ep resultó multitudinaria prácticamente en toda Colombia. Fue una demostración clara, concreta y sincera del movimiento fariano ratificando su compromiso con la paz con justicia social. “La paz no tiene reversa”, dijo en la Mesa Río Loro una joven guerrillera.


Precisamente, el magno evento de la vigilia nacional por la paz realizada en esta vereda ignorada por el gobierno nacional, pues en pleno siglo XXI no tiene ni luz eléctrica, ni acueducto comunitario, ni vías adecuadas, ni créditos blandos, ni estímulo a la comercialización y a la ganadería, tuvo cuatro momentos dignos de destacar.


En primer lugar, la asistencia masiva de compatriotas de distintas regiones del país, con alegría, entusiasmo, vocación de paz y conciencia de clase. La gente no fue por ir. Fue porque le interesa la paz y sabe que su futuro depende de la movilización popular, sindical, indígena y afrodescendiente.


En segundo lugar, el singular encuentro Farc – Ep y Policía Nacional. Juventud de parte y parte, se encontraron en un escenario de reconciliación. Predominó el abrazo, la fraternidad y el propósito infinito de dejar atrás los estragos de la violencia. No más juventud para la guerra es como la síntesis de este histórico encuentro.


En tercer lugar, la manera organizada como se desarrolló el evento. El respeto por la diferencia, las concepciones religiosas y teológicas. La participación activa y propositiva. En el rostro de cada asistente se podía leer fácilmente el deseo de aportar a la construcción de la paz. No hay que dividir a los colombianos entre creyentes y no creyentes, hay que dividirlos entre los partidarios de la vida que significa la paz y los partidarios de la muerte que significa la violencia, se dijo allí con fuerza y sin ambages.


En cuarto lugar, la brillante intervención del comandante del XXI Frente de las Farc – Ep, Wilson Saavedra. Una verdadera pieza oratoria con un profundo contenido político, humano y de reconciliación. “La guerra eterna no puede ser el destino de Colombia”, dijo en un aparte y agregó: “Solo pedimos que le demos a la vida y a la paz una oportunidad...La paz es lo más bello y justo de los derechos”.


La página web: www.pacocol.org ofrece en exclusiva el texto completo de la intervención del comandante Wilson Saavedra con el cual dio apertura al magno evento en esta distante vereda del municipio de Guadalajara de Buga (Valle del Cauca): 


Buenas noches a todos y todas:


Saludamos la palabra como fuerza creadora de los pueblos, saludamos este domingo de la vida, saludamos la bella alegría de la gente aquí presente; hermanas, hermanos, compañeros y compañera; delegados de las organizaciones estudiantiles, obreras, campesinas, indígenas, afrocolombianas, sindicales, sectores populares, víctimas, desplazados, académicos, intelectuales, docentes, jóvenes, defensores de derechos humanos, animalistas, ambientalistas, barristas sociales, artistas, deportistas, comunidades urbanas y rurales; periodistas de medios alternativos y tradicionales. A todos y todas, bienvenidos y bienvenidas a esta vigilia por la paz:


Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, agradecemos profundamente su presencia en esta vereda de la Mesa, municipio de Buga (Valle), un bello paraje de la Colombia profunda que para muchos hasta ahora, por las vicisitudes propias de nuestro reciente pasado, les ha sido desconocido.


Para los guerrilleros y las guerrilleras es un momento de alegría y de serena reflexión compartir con ustedes estas palabras y adelantar este acto en concordancia espiritual con la búsqueda de una paz estable y duradera. Una paz con justicia social, una paz donde la diferencia se junte creativamente y permita el florecimiento de la vida en la nueva Colombia.


Una vez más, en la historia del pueblo colombiano, procura alcanzar la paz, esta vez rodeando y haciendo suyo los acuerdos de paz como propiciadores de una sociedad profundamente humana, justa y libre.


Todas y todos sabemos que el pasado 26 de septiembre en la heroica Cartagena de Indias, nuestro comandante Timoleón Jiménez y el presidente Juan Manuel Santos, acompañados de la comunidad internacional, los países garantes y acompañantes del proceso de diálogo, firmaron el acuerdo definitivo con el que la sociedad colombiana aspira edificar un nuevo porvenir.


Con este acuerdo, nace la nueva historia de Colombia, una historia encaminada a ejercer la democracia con amplia participación del pueblo colombiano, reconciliado con la vida, la paz con justicia social, con tierra para quienes la trabajan, con verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición, con solución a los problemas de las drogas ilícitas, en diálogo y respeto con la naturaleza, reconociendo las diferentes formas económicas, sociales y culturales de las comunidades, que día tras día, proveen el pan de cada día.


La sociedad en su conjunto, la insurgencia y el gobierno, abren el camino hacia la reconciliación nacional que permite darle un cierre definitivo al odio y al rencor, sanando los espíritus, cuerpos y mentes de reconciliación que es la senda para superar las barreras que impiden la felicidad y para que por fin prospere en la vida de todos y todas la fortuna de haber nacido en los fértiles valles, montañas, sabanas y praderas de esta tierra multicolor, que inspirara a nuestros próceres a lograr la independencia y a nuestros poetas, juglares y escritores a componer algunas de las más grandes odas líricas, musicales, literarias, de las que hoy bebe el mundo entero.


Esta vigilia, que se realiza simultáneamente en todo el país, en veredas y corregimientos a lo largo y ancho de la geografía nacional, posee una enorme fuerza contenedora de la más profunda espiritualidad reflejada en los corazones de las y los, colombianos. Esta vigilia genera la más amplia unidad, solidaridad del pueblo colombiano entorno a la inmediata implementación del acuerdo final y el respaldo del cese bilateral y definitivo de las hostilidades.


Hacia la puesta en práctica de la palabra fundamentada en el amor y la paz entre los seres humanos y su entorno, hacia la proscripción de la violencia como método de acción política. En esta vigilia proponemos partiendo del respeto por las creencias religiosas de todos y todas, los aquí presentes, cada una de las personas congregadas, brinden una oración, un cántico o un saludo por la paz, la vida, la reconciliación y la justicia social.


Daremos paso a las delegaciones que quieran presentar una danza o interpretar una canción o presentar alguna muestra cultural, también conminamos a quienes quieran compartir sus apreciaciones e inquietudes al respecto del acuerdo final, las expresen para que todos compartamos nuestra lectura de futuro.


Adicionalmente, se tendrá el espacio para aquellas personas que quieran exponer sus propuestas en torno a la implementación del acuerdo final y a la defensa del cese bilateral y definitivo del fuego y las hostilidades.


Porque la guerra eterna, aquella que ha dejado desolación y tristeza, no puede ser el destino de Colombia.


Amigos y amigas, hermanas y hermanos todos: Les invitamos a que de esta vigilia sea un símbolo y mensaje de unidad, resolución, reconstrucción y reconciliación de todo el pueblo colombiano.


La paz va más allá de las urnas. La paz es lo más bello y justo de los derechos, esta razón nos conlleva a exhortar al pueblo colombiano a defender el proceso y los acuerdos en la calle, en las iglesias, en las fábricas, en las aulas de clase, los puestos de trabajo y los campos en los diversos espacios  de la vida cotidiana y en la palabra misma.


Agradecemos sinceramente actos como estos que han respaldado el proceso y la unidad de toda la nación, pues esta será la garantía para que se implementen los acuerdos y se haga realidad su gran sueño de la paz, el gran anhelo del pueblo colombiano. Solo pedimos que le demos a la vida y a la paz una oportunidad.


Muchas gracias.





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