Comandante Farc – Ep Donald Ferreira. Foto Nelosi. |
El comandante del XXI Frente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (FARC – EP), Donald Ferreira, concedió este reportaje a la página web: www.pacocol.org en el marco de la vigilia nacional por la paz, actividad realizada los días 30 y 31 de octubre.
El comandante insurgente que lleva cerca de 20 años combatiendo por la paz con justicia social, la unidad y la democracia, señaló enfáticamente que su prioridad es la misma que ha identificado al movimiento insurgente: La paz. “Estamos empeñados en un solo propósito: La paz estable y duradera”.
Al abordar los resultados del reciente plebiscito, el comandante fariano indica que los colombianos fueron engañados, el Estado no asumió su responsabilidad, la corrupción del sistema electoral que coloca muchas veces a votar hasta a los muertos, la negación a la guerrilla para movilizarse libremente a hacer pedagogía por la paz, son entre otras, razones de peso para explicar los adversos resultados. “Si el santismo hubiera querido que hubiera ganado el Sí, le hubiera metido con toda la fuerza a esto”, afirma.
Pero, según el comandante Donald Ferreira, el resultado hay que mirarlo por el lado positivo. En ese sentido indica categóricamente: “El revés sirvió para que el pueblo despertara”. Tiene claro que el único interés de la oligarquía es desarmar a la insurgencia. Le corresponde entonces al pueblo luchar para que el acuerdo se implemente y se materialice. “Nosotros hemos cumplido nuestro papel”, señala. Agrega: “Consideramos que con estos acuerdos podemos parar la guerra”.
Critica abiertamente la Reforma Tributaria que viene liderando Santos en el parlamento: “La reforma tributaria es completamente antipopular, está en contra de lo acordado en la Habana”.
El comandante insurgente critica duramente la postura del uribismo en relación con el proceso de paz y los diálogos de la Habana (Cuba): “Los uribistas no han llevado argumentos justos, sino iniciativas saboteadoras”, afirma.
Dijo también que la guerrilla está lista a hacer política sin armas: “Estamos preparados para decirle honestamente al pueblo colombiano por qué es que hemos luchado todo este tiempo”. Además, expresó su profunda convicción y sinceridad para reconocer sus errores, pedir perdón, resarcir y unir las manos para luchar por la toma del poder. “La Farc no desaparece, se legaliza”, afirma. El reportaje completo es el siguiente:
- Comandante Donald Ferreira, ¿Qué significa el proceso de paz que se viene dando en Colombia?
Significa algo muy importante porque a través de este proceso dialogado y concertado por las partes, desarmamos las mentes guerreristas de este país, que no quieren una verdadera paz estable y duradera.
- La vigilia por la paz iniciativa de ustedes, ¿Cómo la interpreta usted?
Me parece que es una integración importantísima donde el pueblo se da cuenta que no es como lo dice la propaganda mediática de los medios de comunicación, sino que es otra realidad verdadera. Aquí se sabe quiénes sí estamos pregonando la verdadera paz con justicia social en Colombia sin ningún tipo de lucro, sin ningún tipo de mentira y sin ningún tipo de propaganda oscura que se pregona a través de los medios de comunicación.
Se siente uno muy feliz integrándose con la sociedad, con el pueblo y como usted lo ha podido apreciar y mirar cómo la gente tiene ese anhelo de paz, la esperanza que está basada en este proceso, donde todos estamos empeñados en no dejarlo acabar.
Este fue un encuentro donde estuvieron todas las organizaciones de las comunidades religiosas del país: Adventistas, Pentecostales, Presbiterianos, Católicos, nosotros las Farc – Ep, organizaciones sociales del país, autoridades gubernamentales, estuvo por ejemplo la policía nacional con nosotros, un hecho nunca antes visto, el abrazo de reconciliación pues ya no nos estamos matando a tiros, no les estamos haciendo caso a los enemigos de la paz que desde lo más alto ordenan que nos matemos entre hermanos; no, aquí entre todos, estamos empeñados en un solo propósito: La paz estable y duradera.
- ¿Qué lectura hace el movimiento guerrillero de los resultados presentados en el reciente plebiscito?
Varias cosas: El pueblo colombiano no es que no esté de acuerdo con la paz, el pueblo colombiano fue engañado durante el proceso de la campaña del plebiscito. Todo deja ver que hubo una desinformación profunda en el tema de la pedagogía de los acuerdos.
Gran parte es culpabilidad del Estado, porque él tiene las manos libres para andar, decir y explicar qué es lo que se ha acordado en la Habana. A nosotros nos han reprimido mucho este espacio, no nos han dado la oportunidad de salir a expresar la pedagogía por la paz, los acuerdo de la Habana a toda la sociedad, tampoco hemos tenido acceso a los medios verdaderamente como debería ser.
Segundo, porque en este país el sistema electoral es el mismo corrupto de siempre, el consejo nacional electoral pone a votar hasta a los muertos, a los corruptos, la corrupción está allí y adicionalmente la campaña negra programada directamente desde la extrema derecha encabezada por el uribismo, son los que han facilitado que entre los medios masivos de comunicación mantengan dirigiendo una propaganda venenosa hacia la mente de las comunidades, en contra de la paz y la pedagogía por la paz.
Mucha gente al día siguiente de haberse dado el plebiscito, se dio cuenta que había sido completamente engañada. A ellos, les decían que si votaban por el Sí, entonces les iban a quitar la finquita y se la iban a distribuir, porque eso era el “comunismo”, que porque eso era el “ateísmo”, a las iglesias se les decía que era la gran bestia o el diablo que había entrado, que era la profecía. Cosas completamente mentirosas, porque los acuerdos de la Habana es una esperanza para millones colombianos que sufren la pobreza, la desigualdad, el hambre, la desocupación para los campesinos que no tienen tierra, cómo trabajar y dónde trabajar.
Esto está demostrando y está certificando el gran fraude que hubo. Sin embargo, podríamos decir también que el revés sirvió para que el pueblo despertara, el pueblo estaba dormido. Al otro día del plebiscito el pueblo se botó a las calles a defender el proceso y sigue en pie de lucha, cosa que nosotros destacamos y valoramos, teniendo en cuenta que nosotros estamos dispuestos a darlo todo por el proceso de paz.
También advertimos que en la tropa de la burguesía hay un gran sector de soldados y de policías que vienen diciendo no queremos ser el segundo actor para ir a una guerra de rapiña. No nos queremos matar más entre hermanos, queremos es entre todos construir una nueva Colombia en paz, paz estable, duradera y con justicia social.
- En cualquier país del mundo los resultados hubieran sido catalogados de empate técnico. Colombia resulta la excepción. ¿Acaso, no sería una patraña entre el uribismo y el santismo para generar la incertidumbre que está viviendo el país?
No hay duda. Los resultados se dieron muy bien, porque si el santismo hubiera querido que hubiera ganado el Sí, le hubiera metido con toda la fuerza a esto. Pareciese mucho, lo hemos dicho en comunicados públicos, que el santismo al parecer no quería que los acuerdos llegaran a buen puerto de paz.
Por eso, se trenzaron entre ellos. ¿Qué tiene presionado al gobierno? No es que Santos tenga una verdadera vocación de paz con justicia social, estable y duradera. El que ha jugado el papel real es el pueblo colombiano a través de la movilización y la lucha. Las marchas, el empeño de la comunidad internacional, también el esfuerzo de nosotros los guerrilleros para sostener el cese al fuego, también a los soldados colombianos, en este caso las patrullas en tierra, que no nos han provocado, ni en ningún momento han caído en las provocaciones de sus superiores de tratar de hacernos algún daño.
Eso es, pero en el seno de la oligarquía solo está interesada en desarmar a la insurgencia, porque somos un estorbo en sus zapatos para las pretensiones de Washington, los Estados Unidos. Esa es la gran pretensión de ellos. Para nosotros y para el pueblo colombiano es buscar felicidad a la sociedad, a las generaciones venideras. En eso estamos todos comprometidos: Los guerrilleros y el pueblo colombiano que lo viene demostrando con la movilización en las calles.
- Esta burguesía además de criminal no acepta reformas a favor del pueblo fácilmente. ¿Usted cree que esto será un obstáculo serio para concretar el proceso de paz que al parecer está al alcance de la mano?
Claro que lo es. De hecho la Reforma Tributaria lo dice. Es completamente antipopular, está en contra de lo acordado en la Habana. La única solución es el pueblo en las calles. Así será el único que va a presionar el gobierno a que tiene que por lo menos respetar un acuerdo que ya está firmado, porque el gobierno nunca estará interesado en resolver los problemas económicos profundos del pueblo colombiano. Él está interesado es en cumplirle al Fondo Monetario Internacional, a la Banca Mundial, a sus políticas neoliberales, terminar su gobierno con engaño y luego construir otro para seguir engañando, porque nosotros no le representamos la solución a los problemas de la sociedad como él la concibe.
Aquí nos toca es a nosotros y el pueblo en las calles, la organización, la lucha y la movilización. Pero también la presión contra la oligarquía. Claro, no puede decir uno totalmente que el gobierno no ha tenido voluntad, seríamos injustos. El presidente Juan Manuel Santos de todas maneras ha tenido cierta voluntad, pero también es muy presionado por la extrema derecha y mucha gente que lo rodea.
Aquí no es solamente el gobierno el que no quiere la paz, aquí es un problema de la oligarquía, del Estado, de los aparatos del Estado y de cómo funciona el sistema en este país: Los terratenientes, los empresarios, los extranjeros que vienen a invertir aquí a saquearnos, las multinacionales; la parte militarista, aquellos amigos que se lucran de la guerra. Uribe Vélez es dueño de 150 soldados privados, mercenarios. Él cobra por prestárselo al mejor postor que los necesite. Al mismo tiempo es dueño de millón ciento cincuenta mil hectáreas mal habidas durante sus administraciones, más todo lo demás que ya se conoce de él.
Los generales: Hay grandes generales que están interesados en la guerra en Colombia, porque les representa divisas, les representa dinero, grandes ganancias. Así como políticos, presidentes. Lo que pasa es que el pueblo ya está cansado y se dio cuenta que esta es la oportunidad para cambiar y no dejarse seguir engañando. Esto de ganar el No, representó el despertar del pueblo colombiano y ahora sí está la pedagogía en las calles. Es lo que se está haciendo.
Estas vigilias son de integración para nosotros decir: No estamos nosotros en contra de la religión, en contra de las iglesias. Al contrario. Son nuestros hermanos y por ellos también luchamos, porque muchas de nuestras familias, empezando por mi madre, son evangélica, y nosotros los respetamos como tales. Nos une la construcción de una sociedad que no sea más explotada, que no sea más oprimida, que no haya más miseria, que no haya más desigualdad y que todos construyamos esa paz, pero no la paz de callar los fusiles y sigamos con la pobreza y la miseria, es la paz con justicia social, la paz de solucionar las necesidades de cada miembro de nuestro pueblo sumergido en la pobreza y en la miseria absoluta.
- El comandante Timoleón Jiménez dijo recientemente que este acuerdo no le pertenece ni a la guerrilla, ni al gobierno, le pertenece al pueblo. ¿Qué opinión le merece?
Es correcta porque el compromiso de buscar una solución pacífica al grave conflicto social y armado que vive nuestro país, terminó tanto para el gobierno como para las Farc – Ep el 26 de septiembre con la firma del acuerdo en Cartagena, pero también el 23 de agosto anterior con la firma en Cuba y el acuerdo formal firmado en Mayo, además, es un acuerdo que está en Berna (Suiza), acuerdo completamente asegurado allí para que no haya forma de desbaratarlo fácilmente.
Me parece que fueron cinco años discutiendo los problemas de este país; no pudimos llegar a lo mejor, que es lo que siempre hemos querido los revolucionarios, pero por lo menos logramos avanzar y hoy consideramos que con estos acuerdos podemos parar la guerra. En adelante, le queda al pueblo defender el acuerdo en la calle. El mismo gobierno lo ha dicho, nosotros también lo hemos dicho, que nosotros hemos cumplido nuestro papel, ahora es el pueblo en las calles defendiendo el proceso y exigiendo la implementación de ellos ya, porque es que en los acuerdos no se consiguen cosas personales para nosotros los guerrilleros, sino grandes beneficios para la sociedad más desfavorecida del país.
- Usted ha sido testigo de excepción de varios intentos de paz. ¿Cómo ve este que al parecer está en su recta final?
Creo que sí. Me atrevo a decir que sí. Vemos con un optimismo muy grande. El más reciente comunicado conjunto Farc – Ep y Gobierno Nacional, ratifican los acuerdos e implementa los insumos que de una u otra manera quedaron en el Sí y en el No, consideran que en algunos casos se pueden hacer algunas consideraciones. Por lo tanto, somos optimistas de poder sacar este proceso adelante. Los uribistas no han llevado argumentos justos, sino iniciativas saboteadoras y eso el mismo gobierno ha llegado a reconocerlo.
Hace un buen rato el presidente se reunió con mujeres de toda Colombia y se comprometió ante ellas que el proceso realmente va a salir adelante. En esa misma dinámica estamos empeñados las Farc – Ep. Así lo han dicho las dos delegaciones, de manera de que este proceso lo vamos a ganar entre todos y lo vamos a construir incluyendo, ustedes los medios alternativos, que son los únicos los que verdaderamente dicen la verdad sobre estos importantes eventos.
- Comandante: ¿Cómo se vienen preparando para dejar las armas y defenderse solo a través de la palabra y del argumento político?
Normal. Nosotros las Farc desde hace 52 años hemos sido un movimiento político, que nos obligó el Estado a coger las armas es otra cosa. Siempre en ese contexto político, nuestra visión ideológica ha sido la lucha por el pueblo, la lucha de clases, la lucha por una sociedad más justa. En eso nos han formado en toda la etapa guerrillera. Estamos preparados a asumir ese nuevo reto. Claro, no quiere decir que no tengamos tropiezos, desigualdades en el transcurso de la lucha, pero estamos preparados para salirle a decirle al pueblo honestamente por qué es que hemos luchado todo este tiempo.
Iguales son nuestras propuestas para cambiar esta sociedad. No es que nosotros sepamos todo, pero sí como un Partido de vanguardia, podemos expresar libremente a la sociedad de que nuestros argumentos son realistas, tienen vigencia y que mientras no se solucionen los problemas de desigualdad total que hay en este país, no vamos a cejar en el propósito de buscar esos cambios urgentes. Nosotros estamos preparados en todo campo. Algunos en el espacio político y organización, otros estamos preparados en distintos campos que se vengan, la guerrillerada tiene un buen optimismo, va a ver para todos trabajo. Ningún guerrillero va a quedar botado como ha sucedido en otros procesos anteriores, no quiero mencionar nombres por respeto, pero estos procesos son más integrales porque aquí nos sentimos reivindicados todos. Y no solamente nosotros sino también la sociedad como tal. Estamos preparados.
- Comandante: Pero, una cosa es tener dos fuerzas a su favor, en este caso, la fuerza del fusil y la fuerza de las ideas. Quedarían solamente con la fuerza de las ideas…
La fuerza de las ideas, la fuerza de la palabra, es el arma más grande, periodista. El fusil siempre ha pasado para nosotros a un segundo plano. De resto, las fuerzas, las palabras, nuestros pronunciamientos, nuestra ideología, nuestra conciencia de lucha, nuestra conciencia de clase es un arma no muy fácil de desarmar. Uno muere con ella encima. Usted puede perder el fusil, pero no puede perder la cabeza, la firme convicción de la lucha, de los ideales por los cuales está luchando. Así eso no es la razón.
Además, la guerra es la continuidad de la política por otros medios, dicen los clásicos. Y nosotros mientras hayan garantías vamos a utilizar las dos armas: Estamos preparados para llegar al poder por las dos vías: O por las vías pacíficas o por las vías coercitivas en caso que no nos deje más opción la oligarquía. Esta vez al parecer están abiertos los espacios para hacer política, vamos a hacerla.
Los riesgos se corren en ambas partes. Si estamos en el combate militar corremos el riesgo de que una bala nos asesine, nos mate y si estamos en el ámbito político, los dirigentes también corremos la misma suerte de que nos puedan asesinar. De manera que eso depende de nuestro carácter, de nuestra disciplina, de nuestra formación y de nuestra malicia indígena para preparar el terreno para lo que se nos avecina. En eso se viene trabajando mucho para el nuevo momento que se abre en el horizonte de las posibilidades.
- Comandante: El común de la gente suele decir que ustedes van a desaparecer si hay un acuerdo de paz. ¿Es cierto esta preocupación del pueblo?
La Farc no desaparece, lo que sucede es que la Farc se legaliza. Se legaliza en un movimiento político sin armas. No es novedad que se convierta en movimiento político, pues toda la vida ha sido movimiento político, que nos tocó usar las armas por el único y legítimo derecho de defender nuestra integridad, nuestra palabra y nuestra ideología. De hecho entonces, nosotros no desparecemos. Al contrario. Vamos a movilizarnos más. Esa es nuestra divisa, vamos a movilizarnos más, vamos a trabajar mucho por la organización, la formación. Ahora, es cuando vamos a estar más entrelazados con las masas, orientándolas, aprendiendo de ellas, movilizándolas, llevándolas al combate popular por las ideas y construyendo con ellas otra sociedad. El norte de nosotros sigue siendo la toma del poder para el pueblo y con el pueblo. Ese es nuestro norte. Si el Estado nos permite luchar así por las vías pacíficas y si no es posible nos tocaría retomar de nuevo los métodos coercitivos. Eso depende mucho de todo el pueblo colombiano y la fuerza que le metamos.
- Comandante, ¿Cuántos años en el movimiento guerrillero?
Más o menos un promedio de cerca de unos 20 años de lucha. Cerca de 20 años de lucha y de experiencia. No digamos en la guerra, porque nosotros no somos guerreristas, pero sí una experiencia rica con mis compañeros de lucha. He aprendido a vivir como comunidad, como hermanos, no con egoísmos y rencores, ni con individualismos, sino trabajando colectivamente, que es una cosa mucho más hermosa. Estar aquí en la organización como tal, estar organizado políticamente es la cosa más hermosa que se pueda dar. Nadie tiene necesidades, nadie sufre de necesidades y el día que la tengamos, la tenemos todos; ninguno aquí se crece más que el otro, ni ninguno aquí es más acomodado que el otro. Aquí, no hay ricos y pobres. Todos somos una sociedad.
Esto nos lleva a pensar que en adelante hay que seguir con esta dinámica, enseñarle al pueblo esta práctica revolucionaria, esta experiencia que nos identifica, nuestros conocimientos. No he sido una persona estudiada, no he sido una persona letrada. También soy hijo de campesinos. No pudieron darme estudio que hubieran querido mis padres, por su crisis económica, por su persecución, por su pobreza. No tuve otro camino que empuñar las armas y venir a las Farc a aprender de organización y de lucha. No me arrepiento de esto.
- Precisamente, ¿Qué lo motivo a ingresar a la guerrilla? ¿A qué edad lo hizo?
Tendría unos 22, 21 años. Tengo 40 años actualmente. Trabajaba en el campo con mis padres. Hacía parte de un sindicato en el departamento de Tolima: Sintragritol. No hubo las oportunidades para realizar nuestros requerimientos que eran las necesidades del pueblo. Comenzaba la persecución, a sacarnos de un lado para otro. Mi familia era perseguir por estar en zona guerrillera. Mi papá hacía parte de la Unión Patriótica, movimiento político abierto de masas donde el pueblo podía opinar democráticamente y desde donde se buscaba una nueva forma de hacer política, pero que no pudo hacerse. Ese entusiasmo fue bajado a tiros, los desplazamientos, las persecuciones contra la Up terminó no teniendo otra alternativa de mantener de un lado para otro. Entonces yo tomé la ruta de las armas.
Eso me fue llevando en la zona donde estábamos, fue terminando todo este proceso hasta que efectivamente nos tocó ir aprendiendo. Uno ingresa a la guerrilla no con plena conciencia, consiente sí porque a la guerrilla a nadies traen obligado. La conciencia se adquiere a través de la lucha, es un proceso que se asimila día a día. En los primeros días, me sentía muy triste, muy aburrido, pues me hacían falta mis padres. Además, no estaba enseñado al trajín, a prestar guardia, a andar de noche, a muchas cosas. Pero, poco a poco me fui adaptando porque el ser humano es un ser que se va adaptando a su nueva realidad dialécticamente de acuerdo a las circunstancias.
Así, fue dándose toda mi etapa de mi vida guerrillera. He aprendido mucho de mis camaradas y pienso que no he aportado lo que debería haber aportado, pero me siento bien y complacido.
- Comandante: ¿Recuerda usted su primer combate?
He combatido en varias ocasiones. Mis primeros combates fueron en el departamento de Tolima. Fuimos a hostigar el ejército y caí en manos de ellos, precisamente, porque me enviaron por ser “pollo” a hacerle la inteligencia a una patrulla y uno por ser terco y no cumplir a cabalidad sufre las consecuencias. Me dijeron no me fuera por ese camino, váyase por este otro. No hice caso. Me fui por ese camino y me cogieron. Al muchacho que iba conmigo le dieron una “planera”. Un soldado que quería marihuana me dijo que le diera para comprarla, yo le di como mil pesos que tenía, era harta plata. Le dije vaya y compre en esa tiendita unos cigarrillos para eso, se descuidó y me le volé.
Allí, tuvimos unos combates, yo disparé pero contra nadie, porque la verdad estaba era con susto, miedo. Así fueron mis primeras experiencias. En esa experiencia fue herido un teniente que era pastuso, yo había estado conversando con él por la mañana, incluso, le llevé hasta unos dulces a él y a un sargento. No supe de más. Esas fueron mis primeras experiencias de mi vida guerrillera.
Después, estuve en varios combates, en varios encuentros. Aquí, eso es normal, combatir es normal. En los últimos diez años se hizo frecuente combatir normalmente, muy frecuentemente; combatir a un enemigo que cambiaba de táctica frecuentemente, por lo que nos obligaba a nosotros a hacer lo mismo. Pudimos salir gracias a la conducción de nuestros comandantes, tuvieron la sapiencia para nosotros no caer aniquilado en cualquier momento.
- El ejército nacional ofrecía mucha plata por su cabeza…
Ofrecen plata por todos. Por mí ofrecían plata. No sé 20, 30, 40, 100, 200 millones de pesos, de acuerdo. Era una cuestión mentirosa porque cuando la gente sapeaba, que nosotros nos dábamos cuenta, iba a cobrar los engañaban, no les daba nada. Era más que todo una propaganda mediática para tratar de involucrar a los campesinos en el conflicto y ponerlos en contra de nosotros para que nos sapearan.
Eso nos conlleva a nosotros a tomar muchas medidas. Es una forma de aislarnos de las masas, incomunicarnos completamente y quedar ellos libres para envenenarles el cerebro con toda esa propaganda cochina que hicieron en la guerra.
- Comandante: Finalmente, ¿Qué mensaje le daría usted a la comunidad nacional e internacional de cara al proceso de paz que se viene desarrollando en Colombia?
Que nos organicemos, nos movilicemos, exijamos la implementación de los acuerdos. No nos dejemos creer de la arrogancia de los enemigos de la paz, los que a diario están recitando la guerra, los rencoristas del odio. No nos dejemos inculcar odio en nuestras mentes que es lo que a diario le están inculcando a la gente. Búsquenos, visítenos, encontrémonos, hablemos, dialoguemos.
Estamos dispuestos a que si hemos cometido errores que se hayan podido dar porque ninguna guerra es perfecta, estamos dispuestos a reconocerlos, a tratar de resarcirlos, darnos la mano, olvidar el pasado y a construir una sociedad sin clases, a luchar por la implementación de los acuerdos. Son provechosos para ustedes los acuerdos de la Habana. Léalos. Consúltelos con expertos. Léalos despacio. Decen cuenta. Organícese como dicen los acuerdos, construyan la democracia participativa. Construyamos una Colombia verdaderamente en paz, sin hambre, sin desigualdad, sin pobreza y sin miseria. Muchas gracias señor periodista.
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