miércoles, 16 de abril de 2014

Payandé, Tolima, a punto de ser devorado por la transnacional Cemex S.A.

Compañero Jorge Enrique Salas, señala cómo va muriendo la fauna y la flora en la zona. Fotos Nelosi
Por Nelson Lombana Silva


“Así como viene siendo devorada es población a escasos 20 kilómetros y 45 minutos de Ibagué, sucederá con todo el Tolima y Colombia, si el pueblo no se une y rechaza esta política depredadora del imperialismo norteamericano con la complicidad del gobierno nacional”.



(Ibagué, abril 16 de 2014) La población del corregimiento de Payandé, que hace parte del municipio de San Luis, departamento de Tolima, se encuentra ubicado a solo 20 kilómetros y 45 minutos por carretera pavimenta de Ibagué, viene siendo literalmente “devorado” por la transnacional Cemex S.A. bajo la complacencia e indiferencia del gobierno nacional. 


Hace más de 50 años esta transnacional viene explotando el mineral de la zona, arrasando inmisericordemente con el medio ambiente, especialmente el recurso hídrico, la fauna y la flora, convirtiendo la vasta y vistosa región en verdadero desierto.


Se explota no solo la caliza, sino otros recursos naturales como oro, plata, mármol, en los mismos nacederos de las cuatro principales quebradas que surten del preciado líquido a este corregimiento de 8 mil habitantes aproximadamente, según relata Jorge Enrique Salas nacido allí y ex trabajador de dicha empresa por 22 años y que hoy lucha por su pensión.


La catástrofe ambiental es de vastas proporciones. Sin embargo, se viene cometiendo casi que silenciosamente con la complicidad al parecer de los distintos entes que tienen la misión supuestamente de preservar los recursos naturales, el hábitat.


Lo terrible y paradójico es que mientras la transnacional Cemex S.A. aumenta sus ganancias y se dispone a exportar cemento para Centroamérica, los habitantes de la zona viven bajo el horror de las explosiones y la miseria galopante. Así las cosas: La transnacional más rica y poderosa y la comunidad más pobre y débil.


La región ha sido víctima del paramilitarismo y el militarismo a gran escala. El desplazamiento se viene dando por múltiples razones. Según el líder comunitario Jorge Enrique Salas, ya ha desaparecido 40 viviendas y 147 lotes agrícolas; el barrio Salvador Allende fue borrado en su totalidad para permitir por allí la construcción de la banda para transportar el material de la mina a la trituradora.


El salario de los obreros es de miseria y la labor ardua. Una contradicción propia del capitalismo neoliberal. La población no cuenta con médico, ni hospital, el colegio está a doscientos metros de la mina al igual que varias viviendas. El cráter abierto hasta ahora tiene un diámetro aproximado de cinco kilómetros con una profundidad cercana al kilómetro, según los entendidos. Prostitución, alcoholismo y drogadicción, al parecer son las constantes en la región.


El compañero Jorge Enrique Salas, concedió en exclusiva un completo reportaje sobre la problemática que se viene sucediendo allí, para el semanario VOZ La verdad del pueblo y las páginas web: www.pacocol.org y www.semanariovoz.com . El reportaje es el siguiente:


-         Compañero Jorge Enrique Salas, ¿Qué sabe usted de los inicios de la transnacional Cemex S.A. en Payandé (Tolima)?

Como primera medida, para interpretar el proceso industrial o social que viene desarrollando la multinacional Cemex o la industria cementera, se requiere de un poquito de inquietud para interpretar estas vainas.


En el año de 1958, comenzaron las exploraciones para crear la industria cementera en la región, marchando todo dentro de la “normalidad”, porque nadie tenía la capacidad de visualizar el impacto que esto iba a causar.


Hasta el año de 1973, cuando se hace la ampliación de la fábrica, se traen las trituradoras de Buenos Aires hacia la mina y se instala un nuevo horno, aumenta naturalmente la producción. Entonces, se comienza a sentir y a observar el impacto que esto estaba trayendo, no solamente en la parte ambiental, ecológica, sino en la parte social. Pero nunca se le puso cuidado a esto, la reacción ha sido tardía.


-         Se supone que el arribo de una empresa de esta naturaleza a la región debe generar progreso y desarrollo para la comunidad y la comarca en general. En el caso de Payandé, ¿Cuál fue realmente el impacto?


Es vergonzoso, pero la industria en esta región se crea sobre la base de la mentira. Inicialmente se dijo que eran una simples viejitas pensionadas de Bogotá que querían comprar un terreno para poner unos criaderos de chivos.


Así fueron posesionándose de los terrenos y los fueron adecuando para la explotación de la caliza. Eso no ha cambiado mucho, porque por regla general, la constante es la mentira sobre las mismas proyecciones.


Eso nos ha privado a nosotros de muchas aspiraciones, porque de todas maneras crear la industria cementera en esta región era sinónimo de desarrollo y de progreso. Era la perspectiva. Pero, realmente fue todo lo contrario a nuestras aspiraciones o pretensiones de lo que nosotros visualizábamos que iba a traer desarrollo. Al contrario. Trajo fue amenaza y pobreza.


-         ¿Cómo se manifestó la amenaza y los síntomas de pobreza en la región?


Primero: El espacio de crecimiento y la posibilidad de ser un caserío mejor en hábitat con calidad de vida, se ha reducido solamente a la expectativa y la importancia que ejerce la multinacional con su producción.


Esta absorbe, absorbe totalmente y no repara en daños, ni arreglos, no tiene ni la más mínima compasión ni con la naturaleza, ni con la comunidad. Usted lo puede observar desde que entra a Buenos Aires a la planta y de la planta hacia Payandé, usted ve precisamente la apatía, el desprecio que siente por la comunidad y la naturaleza esta multinacional.


-         ¿Cuál es la producción promedio de esta transnacional?


No tengo en el momento unos datos precisos. Pero, debo decirle algo: La producción aquí se inicia con 300 toneladas de cemento por día. Estamos hablando de 1960, aproximadamente.


-         ¿Ha mitigado Cemex S.A. el impacto ambiental y social en la zona de Payandé? 


La parte social no se ha tenido en cuenta, tampoco la parte ambiental. Primeramente no ha habido acompañamiento por parte de las autoridades de control, llámese gobierno municipal, departamental, sus diferentes secretarías, sobre todo la secretaría de salud para mirar el impacto del efecto industrial sobre la salud.


En otros campos igualmente. Por ejemplo, en la parte ambiental, en la parte ecológica. Solamente lo han venido manejando y convirtiendo, (No podemos acusarla) pero sí existen pruebas es que esto lo convirtieron en una caja menor de los funcionarios de los entes de control, para que esto se dé hasta ahora. Es vergonzoso de verdad enfrentar una nueva etapa de una multinacional que se prepara para exportar cemento a Centroamérica y entonces en la parte social, se encuentre totalmente descuidada, desconectada.


Esto no lo digo yo, simplemente por un prurito de denunciar, esto es una realidad concreta para los organismos de control y las autoridades, para que pongan cuidado.


El hecho de que en Colombia o en nuestra sociedad hayan proyectado la economía sobre el eje de la minería, pues, ha servido para descubrir una cantidad de cosas de sistemas e industrias de difícil control, industrias “legales”, porque en realidad son ilegales: No cuentan con la documentación respectiva, no cuentan, precisamente, con los proyectos y protocolos ambientales y el desarrollo que requieren estos proyectos, porque este es un proyecto de gran minería.


-         ¿Cuál ha sido el desarrollo ambiental y social en Payandé?


Las características de este proyecto son muy complejas. Los controles que se pueden ejercer en lo ambiental resulta muy pequeño porque existe es la explotación a base de explosivos. Eso impacta mucho el terreno, afecta mucho la parte hídrica, la parte que se ha erosionado, producto de la explotación irracional, pues la recuperación de esos terrenos, aparte que son costosos, son muy demorados.


Es posible que si no fuera preocupante porque esta industria lleva tres o cinco años y se va a demorar dos o tres años para desaparecer, estaríamos hablando de cómo vamos a restituir los daños causados.


Desafortunadamente, esta es una industria que está montada para más de doscientos años, con el volumen que está establecido hasta ahorita, porque entonces estábamos hablando de que se explotaban inicialmente 300 toneladas; actualmente el volumen de producción se acerca a las 12 mil toneladas por día.  


-         ¿Es inminente la desaparición de Payandé para la transnacional Cemex S.A. tomar absoluto control de toda la región?

Como nosotros lo hemos venido denunciando en todas partes donde hemos tenido la oportunidad de hacerlo, ahorita se están desarrollando unas mesas temáticas con limitantes muy tendenciosas a que solamente se logre excluir a la empresa de toda responsabilidad, que sería lo único que estaría buscando la empresa en este momento.


Imagínese usted que hemos acordado una mesa de trabajo para hacer una reunión mensual, pero no para tratar temas coyunturales sino para tratar temas estructurales, que se requiere representantes de mayor responsabilidad en las tomas de decisiones.


Esta es la época que llevamos cuatro meses y se han realizado tres reuniones totalmente fracasadas, porque no hubo interés en proyectarlas; lo último que hizo la empresa y eso lo hemos denunciado, lo último que hizo la empresa fue apropiarse de la elección de la junta de acción comunal para obtener objetivos claros para ella. Es decir que  vaya a favorecer sus intereses  y no los intereses de la comunidad.


No puede una autoridad irresponsablemente llegar y descargar sobre los hombros la responsabilidad de todo lo que está pasando aquí en una junta de acción comunal, cuando no tiene recursos ni técnicos, ni científicos, ni jurídicos para poder enfrentar eso.


No lo ha podido hacer la Procuraduría. Hay una acción de tutela en el tribunal administrativo en la cual se interpuso todos los recursos, la Procuraduría recibió el incentivo que dan por poner la acción de tutela y solamente el tribunal administrativo dijo que ellos no tenían recursos ni técnicos, ni jurídicos y por lo tanto, solamente piden que los resultados de la acción de tutela cesen las consecuencias para que dentro del entendimiento y la sinergia del desarrollo, se siga haciendo lo mismo.


¿Qué es lo mismo? Payandé desaparece dentro de la discusión de normas técnicas y jurídicas. Aquí, todo el mundo dice que la cumple, pero usted en el plano ve la amenaza; por eso hemos denominado: Payandé, corregimiento desplazado por Cemex S.A.


-         Evidentemente, ¿Cree usted que en el futuro próximo desaparecerá Payandé como caserío?


Sí, claro, la amenaza es permanente, latente y es grave. Aquí se creo fue, precisamente, la zozobra de que en algún momento nos tenemos que ir; lo hemos visto por la forma como arbitrariamente la empresa se ha venido tomando terrenos que eran de la comunidad, que son de la comunidad todavía aún tenemos problemas de esos en los juzgados, tal como el polideportivo, un acueducto que lo retiraron del servicio a la comunidad. Varias cosas que son de la comunidad y que todavía ni la misma autoridad, ni la empresa ha demostrado la mínima voluntad para eso.


Nosotros seguimos insistiendo que geográficamente como está establecida el área de riesgo que la empresa no ha querido acatar, entonces está en riesgo el traslado del colegio y un desplazamiento progresivo que se viene dando.


En relación con la expectativa de lo que éramos, ya sabemos lo que vamos a ser en un futuro no muy lejos, estamos hablando de cinco años.


-         ¿Cómo es la situación con el colegio de esta localidad?


El concepto de zona de riesgo crea un pánico en la gente, debido a que las instalaciones del colegio están ubicadas a menos de doscientos metros de la mina de explotación.


Eso hace que tenga que la empresa hacer una cantidad de contingencias para poder sortear el problema de la voladura que incluye pánico en la juventud estudiantil, en las gentes que viven a los alrededores.


Si se observa geográficamente los planos de la empresa, los cuales a propósito no los muestran, pero nosotros conocemos bien la región y sabemos cuál es el grado de riesgo en el cual nos encontramos ahora.


Paulatinamente se va ejerciendo ese avance y como la discusión se centra en que supuestamente nosotros no nos podemos oponer a la gran industria. En eso somos claros: No nos oponemos a la industria, nos oponemos a los efectos que genera la industria hacia la comunidad sin ninguna mitigación del impacto. Eso es lo que nos preocupa y que está palpable ahí.


No somos enemigos de la industria – volvemos a decirlo – desafortunadamente la industria sí se volvió enemiga de la comunidad, porque todas las proyecciones y adelantos técnicos y científicos que están haciendo dentro de la empresa, es precisamente, para adecuar la comunidad a una industria y no una industria a una comunidad que precisamente, tiende a desaparecer en las ruinas de la mina y la avaricia de Cemex S.A.


-         Entonces, ¿Para qué diablos le ha servido a la comunidad la presencia en la zona esta transnacional Cemex S.A.?


Absolutamente para nada bueno. Anteriormente se daba empleo a la gente de la región, pero eso ya se volvió un simple sofisma de distracción con respecto al empleo, porque uno sabe que esta es una población flotante. Los empleos directos o que realmente beneficien la región no están aquí, precisamente, dentro del corregimiento, son muy esporádicos.


Una de las preocupaciones que uno ve que para el agravante del riesgo que denunciamos, es el procedimiento de las autoridades: Hay un proceso industrial que está totalmente paralizado, tanto en la planta como en la mina, están haciendo unos arreglos, proyectándose precisamente para la nueva producción. Entonces, vienen los funcionarios del ministerio del medio ambiente y Cortolima en sus carros, van solamente a las oficinas de la empresa donde todo es por vídeo, pero la parte social no les interesa a estos funcionarios. Es decir, nuestras denuncias no son tenidas en cuenta. Eso es lo que más nos preocupa. Así las cosas, la culpa no la tiene solamente la transnacional, la culpa la tiene también las autoridades que son las que dan las licencias y los permisos sin ningún condicionamiento que sea favorable a la comunidad.


No vemos la restitución ni económica, ni social, ni ambiental. Es decir, de ninguna índole. Se puede averiguar durante los últimos tres años qué obra mayor de diez millones de pesos ha realizado esta empresa y que vaya a beneficiar a la comunidad.


No tenemos un médico permanente, tenemos el riesgo de trasladar el colegio, etc. Todo eso nos da inestabilidad.


-         ¿Es decir, las fuentes de empleo para los habitantes de la zona son pocos?


No diríamos demasiado. Hay suficiente oferta. Hace seis meses ha venido teniendo en cuenta a la gente de la región en trabajos no muy significativos, pero al fin y al cabo le da empleo, lo mismo que en algunos supuestos planes de reforestación.


Pero, lo están haciendo no porque sea muy benévola con la comunidad, sino por los inmensos daños que están haciendo y piensa la empresa que con esa forma puede retribuir dicho daño, pero sin reconocer que el daño social, económico y ambiental para la comunidad es altísimo.


El tema de las aguas en Payandé – por ejemplo – es muy complicado porque no se ha hecho un estudio serio en vista de que en esta región es donde están los yacimientos de agua, que suerte no solamente a Payandé sino al municipio de San Luis.


Si a esto no se le pone cuidado, pues, va haber una crisis de ese tipo. Ya empezamos a observar los resultados que habíamos advertidos hace más de veinte años, donde decíamos cómo iban a salir afectadas las quebradas.


-         Precisamente, ¿Cuántas quebradas o riachuelos nacen y bañan la zona de Payandé?


La parte hídrica está compuesta por cuatro importantes afluentes: La quebrada El Salto, la quebrada Riofrío, La Aguirre y la Trujillo. Esta última tenía una represa que se hizo en común acuerdo con los trabajadores de Apulo cuando hubo el traslado y se decidió construir un barrio. Se construyó entonces el acueducto para éste.


Una vez este barrio fue desaparecido por acción violenta de la empresa, no hubo otra alternativa que levantar también el acueducto; ni siquiera en eso tuvo compasión con los habitantes o como una retribución social para la comunidad de Payandé. Ahí vemos la indolencia de esta multinacional.


Podría uno decir que el problema no es propiamente Cemex S.A. solamente, son las políticas tanto de ésta, como las del gobierno, que se unen para hacernos la vida imposible a uno como comunidad.


-         ¿Quiere decir usted que el corregimiento de Payandé tiende a quedar totalmente seco en el futuro próximo?

Sí. Indudablemente. Ya los volúmenes según la empresa que asumió la administración del acueducto, ha disminuido dramáticamente, según cálculos en algo más del 50 por ciento.


Se le ha advertido a Cemex S.A. del efecto que pueda generar unas posibles grietas que presenta la quebrada Chicalá, por la cual se filtra el agua por estas, disminuyendo el caudal de la quebrada. Sin embargo, no se ha presentado ningún pronunciamiento, son oídos sordos.


-         ¿Cuál es la realidad actual del corregimiento de Payandé en cuestión de servicios públicos y demás?


Temas centrales como los servicios públicos domiciliarios, la salud, la electrificación del caserío, la educación, etc la empresa dice que esa no es su responsabilidad, que ella no puede sustituir al Estado en estos problemas. Eso le corresponde es al Estado, dice cínicamente Cemex S.A.


Nosotros decimos: La inversión social trata es de eso y eso debe hacerlo Cemex S.A. Pensamos que aparte de pagar sus impuestos, la empresa debe tener una política que genere afecto hacia la comunidad y el medio ambiente. Pero, lo que ha predominado hasta ahora es el desprecio por los habitantes y el medio ambiente. Son verdaderos depredadores. La comunidad está metida en las fauces de esta monstruosa empresa transnacional, pero también todos los recursos naturales de la extensa zona.


-         Sobre orden público, ¿Cómo ha sido la realidad en el corregimiento de Payandé?


El orden público en este corregimiento es exactamente igual al orden público que hay en el país. Se habla de grupos que han venido a desplazar a los otros. Es decir, la violencia es permanente. Sin embargo, hay que decir que en Payandé disminuyó un poco, pero de todas formas, se siente la presión producto del pasado, pero de todas formas el tema es complicado. Existe el robo, el vicio, sí es complicado.


-         ¿Cree usted que Cemex S.A. ha influido en vicios como la drogadicción, el alcoholismo, etc sobre todo en la juventud?


Sería difícil precisar. Sin embargo, hay organizaciones que han venido a trabajar sobre estos temas como Pastoral Social, la policía de familia, etc. Sin embargo, lo que nosotros venimos denunciando es el trabajo coyuntural. Se ponen de acuerdo con el sena y entonces la empresa dice que eso es política de ellos venir a capacitar a los habitantes, cuando eso no es responsabilidad del sena. La empresa dice que es trabajo de ella.


El municipio hace su aparición en las partes muy débiles: La falta de responsabilidad social que tiene para con las comunidades. Estamos muy distantes de ser una sociedad satisfecha de su desarrollo sostenible con su industria.


-         Frente a la transnacional Cemex S.A. ¿Qué es lo que más le preocupa a usted y por qué?


A nosotros nos preocupa y siempre lo hemos venido manifestando, es nuestro futuro debido a nuestro pasado y debido a nuestro presente. No podemos visualizar un futuro favorable, benéfico para los habitantes de Payandé.


Hay que recargar algo: Ya Payandé no es de los payandesunos, es de una cantidad de gente “foránea” y entonces por lo regular es muy difícil que estas denuncias y declaraciones hagan eco en las autoridades, porque al fin y al cabo aquí viene a parar toda la gente que no tiene empleo en otras partes y viene ese tipo de luchas.


Las autoridades deberían hacer un llamado a la empresa y asumir el acompañamiento para proyectar un corregimiento que se encuentra amenazado.


-         ¿Qué tipo de amenaza?


Amenaza de tipo geográfico. Desplazamiento por el avance de Cemex S.A. es que aquí hay una acción que se desarrolla en contra del corregimiento de Payandé; es una acción industrial y una acción administrativa, porque las autoridades no hacen absolutamente nada para controlar esta parte. Este es un proyecto incontrolable. El que diga que es un problema fácil está equivocado. Podría decir que no le puede exigir nada a la multinacional, porque el Gobierno no la ha obligado a cumplir la mitigación de los daños sociales y ambientales, principalmente. La deja libre. Acomoda las leyes a favor de la empresa. Por eso se presenta como legal todas las bellaquerías que hace a diario.


Así es como ha venido desapareciendo Payandé por partes por la presencia de la transnacional. Decimos claramente que no estamos en contra de la industria, lo que nosotros criticamos es el método, que es generalizado en el departamento. Escuchamos la problemática imperial que encarna otra transnacional en el departamento: Anglo Gold Ashanti, la lucha ambientalista del municipio de Piedras, etc.


En Payandé les hemos solicitado a las autoridades que nos acepten como intervinientes terciarios para que todas las decisiones que se tomen frente a la multinacional Cemex Vs. Corregimiento de Payandé, sean tomadas por la comunidad, mediante la activa participación.


Toda actividad que se desarrolla de tipo legal, se utiliza gente que no es del corregimiento, son personas que generalmente votan siempre a favor de la transnacional y en contra de los habitantes de la zona, simplemente porque está comprada y no sienten nada por la región.


-         ¿Hay alguna resistencia sobre este campo por parte de la comunidad de este corregimiento?


Después de muchas luchas hemos logrado no unirnos en contra de Cemex S.A. pero sí la unidad alrededor del corregimiento de Payandé. Payandé tiene ocho veredas, con sus respectivas juntas de acción comunal, que cada una actúa desafortunadamente por separado.


Desde el año de 1995, 1998 que creamos unas mesas temáticas donde supuestamente se iba a hacer un diagnóstico de la parte geográfica y demográfica y las partes que podíamos incluso, concertar con la empresa y con las respectivas autoridades de control.


Pero, debido al problema que existía de inseguridad y conatos de violencia que existió en la región, hubo que cesar esa actividad. Ahora, nuevamente se vuelve a retomar, logrando identificar más o menos seis grupos, pero que realmente se observa mucha anarquía y sin fundamento social, solamente el interés personal y no el interés social para proyectar a Payandé con mejores condiciones de vida.


-         Por estos días hubo en Caracolito un paro, ¿Usted que sabe de esto? 


La información que tenemos sobre esta movilización que duró un día y que se bloquearon algunas vías es que es como resultado de la venta del río Luisa a la altura del municipio el Guamo y el mismo río Cucuana. Al parecer están extrayendo el material de arrastre para la industria, sobre todo la arena, que tiene mucha oferta, no respetando en consecuencia el cauce de los ríos lo cual perjudica seriamente el preciado líquido sobre todo para las generaciones venideras. Pero adicionalmente, perjudica la fauna y la flora, es decir, el medio ambiente.


De otra parte, las carreteras no están capacitadas para soportar el peso de ese flujo vehicular y la magnitud de carga. Nosotros nos estamos solidarizando con los campesinos de Guamo y de San Luis, porque entendemos la crisis mundial y la política depredadora por materia prima de los grandes centros de poder. Nuestros recursos naturales son comercializados, mercancías al servicio de esos centros de poder sin importar el daño ecológico.


-         Volviendo al caso de Cemex S.A. tenemos entendido que esta transnacional viene comprando casas e incluso, barrios. ¿Qué hay de cierto?

Lo que nosotros hemos venido denunciando es la desaparición de casas por parte de esta empresa. Pero, en lo que respecta al daño, al desplazamiento que se viene dando, la responsabilidad es de Cemex, que hasta el momento ha desaparecido cuarenta viviendas al encontrar en estas áreas, material para ella de sumo interés. Un barrio completamente, el Salvador Allende. 


Voy a repetir algo que nosotros venimos repitiendo constantemente acá en Payandé: Payandé ha sido víctima de múltiples estigmatizaciones. Inicialmente se dijo que era zona roja, pero realmente no hubo una política para enfrentar esta realidad. Después, se presentó como zona minera, subiendo desconsideradamente los impuestos con este cuento como si la mina fuera de la comunidad. Después, lo declararon zona de riesgo por el volcán del Machín. Se ha jugado con todas esas artimañas para la empresa evadir responsabilidades. En ese sentido, como habitantes hemos pedido zona de protección (¿Zona de reserva campesina?) pero no ha sido posible y por eso se viene presentando lo que hemos venido denunciando.


Repetimos se ha evaporado cuarenta viviendas, 147 predios agrícolas. La situación está para colocar una acción de grupo para que la empresa Cemex asuma su  responsabilidad sobre los daños que viene haciendo.



Pero, la mayoría de los grupos de trabajo es que tenemos que pasar la página y olvidarnos del pasado porque supuestamente lo que vale es el futuro de la industria, pero eso no puede ser así. Nosotros centramos la denuncia en los daños que ha originado Cemex. Nosotros hicimos un censo de más de 800 viviendas; la población más o menos no llega a las mil viviendas en el casco urbano, de esas más de 400 están afectadas, averiadas.


Por denuncias que se hicieron hace aproximadamente unos ocho años, se logró establecer que el daño en las estructuras de las casas eran ocasionadas por las vibraciones producidas por las explosiones. Acudieron a hacer un plan contingente en la cual la empresa inició arreglos a más de cien viviendas; el arreglo consistía en colocar unas grapas a las grietas, pañetar y le hacían firmar a los habitantes un documento de que renunciaban en el futuro a posibles daños. Las casas arregladas se han vuelto a dañar porque el problema principal es la onda sísmica producida por el explosivo.


Se arreglaron esas viviendas y después en alianza estratégica con la gobernación y arreglaron otras cien. Total: No se arreglaron todas las viviendas y las que fueron arregladas ya están deterioradas nuevamente.


Nuestra problemática es la cercanía con la mina. Una cosa es la zona de impacto y la otra el área impactada. El área donde está el foco de explotación es de más o menos de cinco hectáreas a su alrededor. Ha sido comprobado porque la onda sísmica se siente en el Salitre y en las veredas aledañas del corregimiento.


No se trata que nos compren las casas, nadie quiere abandonar su pueblo, porque ya tenemos la experiencia de las gentes que vendieron sus casas para irse para otras partes a aventurar con lamentable fracaso habida cuenta que nuestra vocación ante todo es campesina. Esta amenaza es permanente y es la autoridad la que debe asumir su papel al lado de Cemex S.A.


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