jueves, 3 de abril de 2014

¿Para qué la política?

Por Nelson Lombana Silva


Presentación ligera del tema


Hay cosas que llaman poderosamente la atención, las cuales son sometidas a distintas manifestaciones especulativas a partir de muchos interrogantes. En primera fila están las preguntas sacramentales del periodismo: Qué, Cómo, Dónde, Cuándo, Por qué, Quién. Al profundizar la investigación surgen nuevos interrogantes.



Un tema que llama la atención es la Política. Alrededor de ésta surgen una serie de interrogantes o reflexiones empíricas que queremos compartir sanamente con usted con el único propósito de generar discusión y en esa discusión conocimiento que beneficie a todos y todas.


Algunos interrogantes que nos hacemos son fruto de la observación permanente que nos da la posibilidad de ser pueblo y estar metido en él compartiendo la dinámica y compleja situación socio – económica.


Esos interrogantes lo hacemos, no tanto por la meticulosa investigación académica y científica, si no por el contacto directo y permanente que tenemos con el pueblo. Escuchar y dimensionar el rumor al calor de un tinto o una simple discusión callejera permite interpretar el sentimiento popular.


“Odio la política”, es una opinión muy generalizada entre el pueblo analfabeta y no analfabeta, lo mismo que: “Todos los políticos son ladrones, son los mismos con las mismas”. Es más: “Ellos son los que tienen este país acabado”; “Ellos son los que nos hicieron matar en el período de la violencia con el cuento de liberales y conservadores”; “La política es la que tiene acabada a este país”; “Soy apolítico”; “No voto ni por unos ni por los otros”; “Mi política es el trabajo”. “Conmigo esos hp no conseguirán nada, jamás he votado ni lo haré nunca”. “El único que salva a este país es mi diosito”; “La política es sinónimo de violencia, corrupción, oportunismo”; “Prefiero que me nombren a mi mamacita a que me nombren el tema de la política”, etc. 


Hay otro grupo con otras opiniones – igualmente - bien interesantes: “Voto de vez en cuando”; “Solo voto para las presidenciables”; “Voto por un amigo, un puestico o una beca”; “Voto por dinero”; “Quien no vota no es colombiano ni tiene autoridad para reclamar nada”; “La política es rosca y la rosca es mala cuando uno no está metido en ella”; “Voto por mi partido, así mi partido me dé siempre por la cabeza”; “Soy liberal hasta morir”; “Soy conservador hasta la muerte”; “Votar es un deber patriótico hay que hacerlo gústenos o no nos guste”; “Jamás me voltearé, nací así y así moriré”; “La política no es de pelados es de ricos y qué le vamos a hacer”; “Ser liberal o conservador es un honor que cuesta”; “¿Acaso, usted no sabía que Jesús fue liberal y la Virgen María conservadora?”; “Necesariamente tienen que existir pobres y ricos, ¿Qué tal todos ricos o todos pobres?”; “El mundo es así y punto”, “La política nada tiene que ver con los problemas del país, todo tiene que ver con la creencia en dios”; “Dios está cansado, enfermo pero no ha muerto, los ateos jamás podrán asesinarlo”, etc.


La duda, que es el inicio de la verdad, según el filósofo, crece al observar cómo ese sector político, tan insultado, vituperado, difamado y odiado, invierte sumas exageradas para mantenerse allí, en ese círculo tan cerrado y despreciado por el pueblo. ¿Qué hay en ese sector que a pesar de las crudas críticas y el desprecio del pueblo, insiste y persiste con cierta pasión de desenfrenada?


Sin embargo, hay otras reflexiones mejor elaboradas y con amplio contenido social, económico, ideológico, ambiental y cultural. ¿Qué relación tiene la Política con estos elementos? ¿Tiene relación? Es más: ¿La política tiene relación directa o indirecta con el hambre, la violencia, el desempleo, la falta de educación, la falta de salud del pueblo? ¿La política es un mundo totalmente diferente que nada tiene que ver con la realidad cotidiana del pueblo? ¿Qué es la política? ¿La política es exclusiva de los políticos? ¿Para quién es la política? ¿Solo para los hombres, solo para las mujeres, solo para los adultos? ¿Vale la pena que la juventud, el campesino, el obrero, el académico, el profesional, el deportista, el indígena se interese por la política?


Comenzar comenzando…


La lluvia de interrogantes y los deseos de auscultar verdades desconocidas nos empujan como un remolino hacia ese estadium del conocimiento. El reto no es fácil y exige de quien asume el compromiso mucho carácter, perseverancia, testarudez y de decisión. Es casi que partir de lo conocido a lo desconocido, de lo que nos gusta a lo que no nos gusta sin saber por qué. Muchos dicen con seguridad que odian la política, pero no saben con exactitud qué es la política.


Siguiendo el pensar de la mayoría (pueblo colombiano) la creencia elemental es que ésta es asunto de unos pocos iluminados, que es sucia y resulta práctica de gentes deshonestas e inhumanas que solo buscan el interés particular.


Según Savater, “Los antiguos griegos, a quien no se metía en política lo llamaban idiotés; una palabra que significa persona aislada sin nada que ofrecer a los demás, obsesionada por las pequeñeces de su casa y manipulada, a fin de cuentas, por todos”[i]


Savater descarga un martillazo violento de entrada al traer a colación el pensamiento griego en sus orígenes. Son palabras mayores que nos alertan y de alguna manera nos animan a echar una mirada crítica por estos andurriales de la Política. Según los griegos quien no se metía a la política era considerado idiota. Es decir, persona aislada, sin nada para proponer, limitada, de corto espíritu y susceptible de ser manipulada fácilmente por otros, diríamos por cualquier avivato u oportunista.


Escuchando el decir del campesino, del obrero, del indígena o de ciertas personas con alguna formación intelectual, algunos sindicalistas incluso, conciben la política como sinónimo de discursos, promesas irrealizables, mentiras consuetudinarias, elecciones y pare de contar. “Jamás votaré para que ellos cojan la teta y uno siga en las mismas”, suelen decir en voz baja. Otros dicen: “Suba el que suba, todo seguirá lo mismo: El pobre más pobre y el rico más rico”. Es más, agregan otros: “Vote o no vote tengo que seguir trabajando para sobrevivir y sobreaguar mi crisis. Nadie hará por mí, lo que yo tengo que hacer. Que trabajen como trabajo yo”.  


Solo una anécdota para continuar. Durante el paro campesino, indígena y popular de 2013 en Colombia, un Comunista tomó la palabra para intentar explicar a casi dos mil campesinos el origen del paro en el municipio de Rovira, Tolima y un líder campesino, supuestamente revolucionario hasta los tuétanos, le rapó violentamente el micrófono afirmando que el paro era apolítico.  “Fuera politiqueros de aquí”, afirmó ofuscado.


La muchedumbre reaccionó y contrariando a su líder, le exigió que le devolviera el micrófono al Comunista para que continuara explicando la razón de la protesta. “Él no nos está hablando de política, nos está explicando detalladamente la verdad por la cual estamos luchando”, fue la respuesta de los labriegos.


Es decir, la Política se ha tenido como algo amargo que merece toda la repulsa y el rechazo. El político es sinónimo de ladrón, oportunista, asesino e inhumano. Es otra peste de Egipto. Es una vergüenza de la naturaleza. Es como la amante que miramos solo de reojo.


El filósofo Aristóteles que nació en Estagira (Tracia), Estado de Grecia, el 384 y murió en el 322 antes de la era cristiana, el cual fue calificado por Carlos Marx como “el pensador más grande de la antigüedad”, escribió un libro llamado: “La Política”, el cual comienza así:


“Todo Estado es, evidentemente, una asociación, y toda asociación no se forma sino en vista de algún bien, puesto que los hombres, cualesquiera que ellos sean, nunca hacen nada sino en vista de lo que les parece ser bueno. Es claro, por lo tanto, que todas las asociaciones tienden a un bien de cierta especie, y que el más importante de todos los bienes debe ser el objeto de la más importante de las asociaciones, de aquella que encierra todas las demás, y que a la cual se llama precisamente Estado y asociación política”.[ii]


No se trata de hacer una interpretación detallada y profunda de este acápite. Diríamos simplemente que la Política hace referencia al Estado y el Estado somos todos y todas. Luego, la Política tiene que ver con todos y todas, según Aristóteles.


Eso no lo dice Aristóteles ayer o antier, pues estamos hablando de 322 años antes de la era cristiana. Es decir, algo más de 2.100 años atrás. O sea, que Política no es simplemente votar. En otras palabras: Dista mucho del significado cerrado, mezquino y errático que usualmente le da el pueblo equivocadamente o quizás presionado por una casta oligárquica que se empecina solapadamente en que el pueblo desconozca la esencia, naturaleza e importancia de la Política.


V. I. Lenin, dice que la Política es la actividad concentrada de la economía.  Es la espina dorsal del desarrollo de la humanidad que tiene relación directa con los demás elementos que le son inherentes al hombre en función social. Así las cosas, todo problema económico, social, ideológico, cultural, ambiental, etc se convierte en problema político.


Rosental e Iudin, señalan en su diccionario filosófico: “Política es la participación en los asuntos del Estado, la orientación del Estado, la determinación de las formas, de las tareas y del contenido de la actividad estatal”.[iii]


De esa definición, se podría preguntar: ¿Quién es el Estado? Pues el Estado somos todos y todas. Así de sencillo. Así las cosas, a estas alturas resulta claro la importancia y el papel de la política. Posiblemente comienza a develarse el error al decir: “Odio la política”, “La política es problema exclusivamente de los políticos”; “Nada tiene que ver conmigo la política, no necesito de ella”.


¿Qué es política?


No hay cosa más complicada que definir; dar una definición acerca de algo, por cuanto no será completa o en otros casos seguramente resultará redundante o demasiado pródiga en la definición. En el caso de la Política, por supuesto que no es la excepción a la regla.


Sin embargo, hay que aventurarnos a dar una definición basada por supuesto en tantas e importantes definiciones que hasta ahora se han elaborado por innumerables estudiosos.


El término etimológico tiene un origen Latino que se escribe “Politicus” y éste del griego antiguo que traduce: “Civil”, relativo al ordenamiento de la ciudad o los asuntos del ciudadano”. Es más: “Es una rama de la moral que se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por hombres libres, resuelve los problemas que le plantean su convivencia colectiva. Es un quehacer ordenado al bien común”. Incluso, para algunos su principal característica legítima es el uso de la fuerza. Es decir: El Poder.


En otras palabras, la Política es el ejercicio del Poder que busca un fin trascendente; promueve la participación ciudadana, porque posee la capacidad de distribuir y ejecutar el Poder, según sea necesario para promover el bien común. Entonces no es tan descabellado decir que política es todo lo relacionado con el quehacer humano en función social y todos somos políticos. Somos animales políticos por naturaleza diría Aristóteles.


El poder no es una cuestión abstracta y distante de nuestra realidad cotidiana. Por el contrario, se percibe permanentemente en nuestro quehacer cotidiano. Nos afecta a todos y todas, constantemente. Ningún ser humano puede considerarse por fuera de esta realidad.


El poder está en la relación padre e hijo, docente y estudiante; gobernante y gobernado, etc. Observe que en reunión de amigos hay alguien que lucha por imponer su criterio, su poder. Es decir, su política.


En el sistema capitalista, la burguesía impone su poder, su política, al proletariado, para lo cual utiliza lo que se denomina tradicionalmente como los aparatos que son de dos clases, principalmente: Ideológicos y Represivos. Corresponden al aparato ideológico: La religión, los medios masivos de comunicación, el pensum académico, etc. Al aparato Represivo corresponden: Las fuerzas militares, la Policía, la Aviación, los Agentes Secretos, las Cárceles, etc.


Dice Fernando Savater: “El hombre es el único animal capaz de sublevarse…los hombres nos estamos sublevando a cada paso, obedecemos siempre un poco a regañadientes. No hacemos lo que los demás quieren sin rechistar…sino que es preciso convencernos… tan sociables somos cuando obedecemos por las razones que nos parecen válidas, como cuando desobedecemos y nos sublevamos por otras que se nos antojan de más peso… porque la política no es más que el conjunto de las razones para obedecer y de las razones para sublevarse”.[iv]


Un corto análisis crítico y propositivo sobre este pequeño párrafo de Fernando Savater, nos permite concluir algo sobre la dinámica e importancia de la política, por cuanto tiene íntima relación con nuestro diario discurrir. O sea, que política no es exclusivamente votar y elegir a nuestros verdugos, volvemos a insistir. La política más allá tiene una significación universal y que resulta inherente a la realidad antropológica del ser humano. Decir – por ejemplo – que se es apolítico, (muy común entre el pueblo) resulta que no es cierto, porque esa posición es ya una posición política, la cual es ilógica y equivocada pero al fin y al cabo una posición política, que sirve a unos y perjudica a otros.


¿Cómo se llega al Poder?


El centro de toda discusión es el poder. La búsqueda y el ejercicio del poder constituyen una lucha permanente. El niño al nacer – dicen los pediatras – entabla una lucha por el poder en el núcleo familiar. Su interés es imponer su poder sobre el poder de los padres. El presidente de la junta de acción comunal sobre los demás miembros de su junta y de su comunidad.


Es la lucha política por el poder. ¿Quién tiene el poder en Colombia? La clase oligárquica. Ella impone su poder hegemónico a favor de sus intereses de clase. Bien dice Carlos Marx: “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante”.[v] ¿Ahora, sí entiende por qué tanto pueblo siendo pobre piensa y defiende los intereses de la burguesía? ¿Ama sus cadenas?


El maestro del Proletariado continúa diciendo: “La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente. Las ideas dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las relaciones materiales dominantes, las mismas relaciones materiales dominantes concebidas como ideas; por tanto, las relaciones que hacen de una determinada clase la clase dominante son también las que confieren el papel dominante a sus ideas”.[vi] Más claro no canta un gallo, dice el adagio popular.


Así las cosas, el pueblo no piensa ni actúa así porque libremente haya tomado esa decisión. Actúa así presionado, dominado por la clase dominante, (La burguesía). No hace más que repetir la ideología de la clase dominante. ¿Cómo impone ese poder la clase dominante, es decir, la burguesía? A través de la fuerza bruta de la represión, para lo cual hace alarde de los aparatos ideológicos, militares y policiales, como ya se dijo.


Ahora sí puede tener la certeza sobre cuál es el papel de las religiones, los medios masivos de comunicación, el pensum académico, etc. Es más, para qué fueron creados las fuerzas militares, policiales, las cárceles, etc. Esos aparatos ideológicos y represivos tienen la misión de imponer los intereses de la clase dominante, en esta oportunidad, la burguesía. Por eso decimos que es un poder ilegal e ilegítimo y se mantendrá hasta tanto no se desarrolle un contra poder dominante, el cual será posible cuando la clase oprimida, el pueblo, el proletariado se convierta en clase dominante e imponga su ideología. ¿Cómo es posible? Mediante la lucha política, es decir, la lucha del pueblo por el poder. Se desarrolle la lucha de clases.


Ese grado de desarrollo del Proletariado no se da de la noche a la mañana. No hay cosa más complicada que despertar a la masa para que asuma su rol histórico emancipatorio. El cambio es duro y complicado, pero no imposible. Nada está quieto, todo está en movimiento. Los cambios son inexorables. Del primitivismo, pasó la humanidad al esclavismo de este al feudalismo, luego al capitalismo y ahora vamos hacia el socialismo. No es un invento virtual, es una realidad histórica. La historia sigue su curso, sigue las manecillas del reloj.


Al poder se llega mediante la política. Esta es el faro luminoso. Por lo tanto, nadie puede declararse apolítico, hacerlo implica asumir una posición política, la cual es susceptible de análisis y de crítica. Tampoco nadie podrá decir: La política no me interesa o quizás odio la política. Odiar la política es odiar la libertad, el arma que nos permite ser humanos, fraternales y amantes de la justicia social, la paz y el medio ambiente. La lucha por la paz, la lucha por la salud, la educación, la vivienda, la defensa del medio ambiente, es ante todo una lucha política. He ahí el reto de politizarnos. El día que el pueblo se politice, ese día comenzará su marcha triunfal hacia la toma del poder. Nadie lo detendrá. Ni los fusiles, ni las bayonetas, ni el Esmad, ni la caballería, ni la aviación, ni las toneladas de dinamita, ni las mentiras de la rancia oligarquía en contubernio con el imperialismo norteamericano.


La lucha política está inmersa en la lucha sindical, militar e ideológica. La misma lucha reivindicativa (economicista) tiene su tinte político. Es ya una victoria que el obrero aunque sea luche por su salario y estabilidad laboral. Se constituye en un avanzar en la lucha por eliminar la terrible contradicción entre el capital y el trabajo en el sistema capitalista, acción que constituye propiamente la lucha política.


Es la lucha más elevada no por reformitas sino por el cambio de sistema económico. Todo desde luego, es un proceso, entre otras cosas, porque la política es dinámica y tiene relación con todo. El hambre es producto de decisión política; la guerra es producto de  decisión política; la falta de salud y educación de calidad y al alcance del pueblo, son productos de decisiones políticas. Luego, resulta craso error decir que no vivo de la política, que no necesito de la política, que no me interesa la política, que odio la política, que no participo de la política.


La maraña que coloca la burguesía para que el Proletariado no se desarrolle, no se eduque resulta compleja pero no imposible de destruir. El velo de la mentira e infamia se debe ir corriendo para que fluya la verdad. Así las cosas, tener claro que no se vota preferencialmente por personas, ante todo se vota por programas reales y creíbles. Luego, la campaña política sería precisamente para eso, para explicar, sustentar, argumentar la firmeza de las propuestas programáticas.


Sin embargo, en el capitalismo la campaña política tiene una connotación totalmente distinta. Generalmente se convierte en un verdadero campeonato de agravios e insultos, mentiras bien elaboradas y promesas irrealizables. Los candidatos de la derecha no tienen argumentos y acuden a la fuerza bruta del licor, la comilona y la compra del sufragio.


“Lo fastidioso, es que no siempre son los mejores quienes se presentan como candidatos”. Eso es cierto. Sin embargo, no se puede generalizar; es más: la comunidad debe politizarse para candidatizar no al oportunista, no al más adinerado, al más corrupto o por simple fruto del amiguismo. Una comunidad educada políticamente elige a sus mejores cuadros, a los más consecuentes y honestos que pueden conducir con lealtad y principios los ideales del colectivo. Pero, ¿Qué puede elegir o seleccionar una comunidad que no está educada políticamente? Será un simple instrumento de los politiqueros de oficio.


Entonces, resulta importante entender que la política no es mala o perversa. Por el contrario, es la médula espinal de la humanidad en su conjunto. Es poder. Poder que se extiende a diversos escenarios, tales como: Económico, social, cultural, ambiental, ideológico, etc. El poder va de lo micro, pasa por lo mediano y se encumbra en lo macro. Micro en el barrio, la escuela, etc; mediano en instituciones y macro a gran escala.   


Conceptos de Derecha e Izquierda


Muchos suelen decir que todos los políticos son los mismos con las mismas. “Todos se arropan con la misma cobija”, se escucha decir en cafetales, carreteras, caminos, cantinas y prados deportivos. Es decir, en todas partes.


Esto no es cierto. La afirmación corresponde a la falta de formación política del pueblo, al craso analfabetismo político. Los dedos de la mano no son iguales. Se hace necesario reflexionar críticamente para tener un concepto claro sobre el particular. En el terreno político no es lo mismo la Derecha que la Izquierda. Son concepciones antagónicas que hay que analizar con sumo detenimiento.


Derecha es la tendencia política a mantener el estatus quo, que nada cambie y todo siga como está: El rico siendo cada vez más rico y el pobre más pobre. Su tesis la argumenta. Dice – por ejemplo – que las desigualdades siempre han existido y existirán; que siempre existirán débiles (pobres) y fuertes (ricos); que Dios hizo unos para mandar y otros para obedecer. ¿Qué tal todos mandando o todos obedeciendo?


Esa filosofía reaccionaria y propagandística la repite maquinalmente usando los aparatos ideológicos tanto que el pueblo alienado y enajenado termina creyendo y repitiendo también maquinalmente este mensaje subliminal, llegando a la fatal conclusión que es cierto porque la fatalidad del destino es así. No en vano la burguesía invierte diariamente millones de dólares en publicidad.


Izquierda es la tendencia política encaminada a cambiar ese estatus quo injusto y desigual; encarna la lucha por la destrucción del régimen capitalista y la construcción del socialismo. Un sistema distinto, un sistema con verdadero rostro humano. Basado en el humanismo, la democracia y la ciencia, desarrolla su lucha ideológica y política en aras de construir un ser humano en comunión ideologizado, educado, formado políticamente y defensor a ultranza del medio ambiente, la justicia social y el bienestar para todos y todas. Esa es la esencia y naturaleza de la izquierda.


Es un proceso complejo que se forja ante todo en la batalla de las ideas, por cuanto se trata de dejar a un lado las ideas viejas de la sumisión y del fatalismo para colocar en su puesto las ideas nuevas de liberación, rebeldía, de  resistencia colectiva y de socialismo. Es la búsqueda de un mundo humano al servicio de todos y todas sin distingo de ninguna naturaleza. El argumento es elemental: Todos somos humanos, tenemos derechos y deberes. Además, el destino final de la humanidad es la felicidad colectiva.


No puede seguir sucediendo de que la felicidad es de unos pocos a consta de la inmensa mayoría. Pero, claro, este propósito no cae del cielo ni se da de la noche a la mañana, es todo un proceso dramático de lucha y resistencia con avances y retrocesos, victorias y derrotas. Hay que entender que nada está dado de una vez y para siempre, pues todo está en movimiento, generalmente de lo inferior a lo superior, de lo sencillo a lo complejo, de lo inferior a lo superior, no linealmente sino en espiral.


Se trata entonces de suprimir las aberrantes desigualdades sociales, políticas y económicas; suprimir la terrible contradicción entre el capital y el trabajo; suprimir las clases sociales. Es decir, humanizar la humanidad. Gústele o no le guste, sépalo o no lo sepa la humanidad camina con usted o sin usted hacia el socialismo. Y claro, lo ideal es que los cambios se generen con su directa y activa participación. Eso es político, es decir, poder.


Para concretar esa lucha ideológica y política surgen los Partidos. En el caso particular de Colombia, la burguesía tiene dos tradicionalmente: Liberal y Conservador. La diferencia entre uno y el otro dice Gabriel García Márquez es que los conservadores van a misa por la mañana y los liberales por la tarde. En realidad es un solo partido al servicio de la burguesía. Gane el conservador o el liberal, nunca pierde la burguesía en cambio siempre pierde el pueblo.


El poder político en Colombia es propiedad de unas cuantas familias que se rotan entre ellas el poder, mejor se lo reparten de la mejor manera. Primero fue presidente de la república Alfonso López Pumarejo, después su hijo Alfonso López Miquelsen; primero fue presidente Misael Pastrana Borrero, después su hijo Andrés Pastrana Arango; primero fue presidente Eduardo Santos, ahora es presidente su familiar Juan Manuel Santos Calderón. Solo unos cuantos ejemplos ilustrativos.


La izquierda también tiene su Partido. Se trata del Partido Comunista Colombiano, el cual fue fundado el 17 de julio de 1930 en Bogotá. Es una organización política de clase de los trabajadores, los campesinos, los indígenas y los pobres de Colombia.


“Es la unión consciente, comprometida y organizada de hombres y mujeres que hacen parte de la vanguardia revolucionaria que impulsa los cambios democráticos, revolucionarios y socialistas en el país, cuya línea política, programa y estatutos, son de inspiración bolivariana y latinoamericana, y parten de la interpretación creadora de la realidad colombiana, con base en la ideología del Marxismo – Leninismo, desde la perspectiva de la concepción materialista y dialéctica de la historia y del rico acervo de formulaciones y experiencias democráticas y revolucionarias de la humanidad”.[vii]


De este gran árbol de la esperanza, durante la larga e histórica lucha revolucionaria, se han ido formando muchos gajos o ramas importantes que con su propia dinámica han contribuido en menor o mayor grado a desarrollar el pensamiento actual, contemporáneo que encarna la izquierda.


La izquierda propugna por lo nuevo, lo novedoso. Se fundamenta en la ciencia y en la dialéctica, en los cambios colectivos y en la construcción de un sistema distinto al capitalismo, el cual no es otro que el socialismo.


Los únicos que no cambian son los tontos y el pueblo no es tonto. Por lo tanto, está llamado a ser protagonista de este proceso que como hemos venido diciendo es un proceso de cambio ante todo político. Para todos estos acontecimientos objetivos se debe contar necesariamente con la Política, por cuanto la Política es Poder. Así como el educador debe ser educado, el pueblo debe ser politizado. Es el único camino para cambiar, de lo contrario, estamos condenados a otros cien años de soledad como dice Gabriel García Márquez.


[i] La Política explicada a los niños y jóvenes. Ediciones Desde Abajo. Primera edición febrero 2002. Página consultada 5.


[ii] La Política. Aristóteles. Impreso en Colombia por Gráficas Modernas. Ediciones universales – Bogotá. Página consultada 23.


[iii] Rosental – Iudin. Diccionario filosófico. Ediciones universales – Bogotá. Gráficas modernas, Bogotá, diciembre de 2004. Impreso en Colombia. Página consultada 367.


[iv] La Política explicada a los niños y los jóvenes. Ediciones Desde Abajo. Primera edición febrero 2002. Página consultada 8.


[v] Carlos Marx y Federico Engels textos escogidos. Biblioteca marxista. Ocean sur una editorial latinoamericana. Primera edición 2011. Página consultada 30.


[vi] Ibíd. Página consultada 30.


[vii] Programa y estatutos. Segunda edición 2013. Partido Comunista Colombiano. Diseño e impresión media. Página consultada 75. 

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