lunes, 28 de abril de 2014

Contrastes

Metamorfosis de narciso Salvador Dalí
Por Nelson Lombana Silva


Siempre hemos sostenido que el revolucionario no se puede amilanar ante la adversidad, ni volverse arrogante y petulante ante la loa o los éxitos. Por el contrario, firmeza, coraje en el primer aspecto y en el segundo, humildad, sencillez y más compromiso revolucionario.



La gloria es pasajera. Efímera. Casi una engañifa. Sobre todo si entendemos nuestra condición antropológica y sociológica. El ser humano tiene razón de ser solo y exclusivamente en función social. Lo que sucede es que el capitalismo en otro de sus absurdos monumentales insiste y persiste en la utopía del individualismo. De allí no es fácil de salir, porque son las ideas dominantes en este oscuro y criminal sistema, que cuesta duro romper. No resulta fácil, ciertamente.


He ahí, por qué muchos que presumen de izquierda son obsecuentes con esta triste ideología del individualismo, la cual alimentan a punta de mentira, infamia y voracidad sin contraer un solo músculo de su enjuto rostro. Claro, eso tiene otra explicación: Los acontecimientos no se dan de un solo golpe, los fenómenos son procesos, los cuales son complejos, contradictorios y dramáticos. En otras palabras: No nos hacemos revolucionarios de la noche a la mañana, ni somos perfectos de una vez. Por lo menos, es la esperanza nuestra que alimentamos en esta larga, dura y difícil lucha por la construcción del socialismo en Colombia.


La tarea del comunicador social (periodista) no es la de hablar de sí mismo, sobre todo cuando detestamos el narcisismo, la tarea fundamental es unir, construir, educar, recrear y alimentar la capacidad crítica y autocrítica de los pueblos. Es más: acercar pueblo – dirigentes, colocar en común lo bueno y lo malo para que el pueblo autónomamente asuma una posición consecuente con sus intereses de clase.  El periodista no es un ser que está por encima del bien y del mal, que supuestamente se debe guiar por la neutralidad e imparcialidad.


La neutralidad y la imparcialidad no existen en el terreno real y objetivo. Es una engañifa como diría el poeta chileno Pablo Neruda. El periodista ante todo es ser humano de carne y hueso con corazoncito. Es decir, siente, porque es materia y conciencia. Es pueblo y tiene intereses creados naturalmente.


Si eso es un periodista, ¿Qué se puede decir de un periodista – revolucionario? Pues que está doblemente comprometido con su profesión y con su clase social.


De todas formas, como diría el maestro Jorge Villamil Cordobés, la vida es una verdadera “Llamarada”. Nosotros diríamos contrastes.


Por estos días que somos pasto de golpes bajos, en los que se busca por todos los medios la censura al interior de la izquierda por un verdadero grupúsculo aturdido por la ideología del régimen, encontramos en el otro extremo, inmensas satisfacciones: Reconocimiento internacional a nuestra lucha inclaudicable por la paz con justicia social, la democracia y el socialismo en Colombia de la mano del glorioso Partido Comunista Colombiano, usando para ello nuestra arma predilecta: El periodismo comprometido. 


Seguramente, si hubiésemos sido médicos, abogados, antropólogos, sociólogos, etc, pues estaríamos aportando desde estas importantes áreas del conocimiento a la batalla de las ideas, a la destrucción del capitalismo y la construcción del socialismo. De eso nadies debe dudar.


Por estos días aciagos, tuvimos el inmenso honor de saber que somos leídos en muchas partes del mundo, del país, del departamento y de la ciudad musical de Colombia. “Muchos de sus artículos – dijo un camarada de la costa norte de Colombia – los bajamos, los imprimimos, los fijamos en las carteleras de los sindicatos y los estudiamos críticamente”. “Sus escritos son guías que nos educan y con qué claridad”, dijo el camarada Jaime Sánchez desde la Sultana del Valle.


Nos sorprende gratamente que uno de los periodistas más brillantes que tiene Europa y América Latina, como es Dick Emanuelsson, sueco para más señas, reportero y subdirector de ANNCOL; además, comprometido hasta los tuétanos con los intereses de los pueblos oprimidos en vía de liberación, nos lea y saque espacio de su agitado discurrir por el mundo para darnos ese abrazo inmaculado de solidaridad y que nosotros en acto recíproco y sincero devolvemos con la humildad y sencillez que nos caracteriza.  


Dice su gentil nota recibida en estos días de zozobra: “Leí rápidamente la nota sobre la contaminación de la empresa AGA (Anglo Gold Ashanti) y me gustaría saber si es la misma empresa transnacional sueca que opera en el Tolima. Si tiene más datos sobre el caso y de la empresa, pues la recibo con mucho gusto para haber sí puedo hacer algo cuando llegue a Suecia el 5 de mayo”. Agrega: “En estos momentos (25 de abril) estamos en España y mañana nos encontramos con el viejo camarada Olgher Santodomingo de la USO y del Partido por supuesto”.


Por supuesto, que le damos contestación parcial a su inquietud. Entonces nos contesta amablemente: “Hemos publicado varias notas tuyas desde Tolima que es un verdaderamente periodismo ejemplar. Saludos a Raúl Rojas y familia y a los demás camaradas. Abrazos”.


Esto constituye para nosotros un estímulo para seguir mejorando, sin perder en nada la modestia y la vocación de lucha revolucionaria. (El que tenga que pensar que piense). 

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