lunes, 7 de abril de 2025

Raúl Rojas González, Revolucionario Insobornable

Camarada Raúl Rojas. Foto: Nelosi

 Por Nelson Lombana Silva

Hace cuatro años el camarada Raúl Rojas González, partía a la eternidad, dejando un legado revolucionario brillante que no se puede perder de vista, por cuanto es más vigente que nunca en la actual coyuntura con el surgimiento del Pacto Histórico y su triunfo que él ardorosamente ayudó a construir en el Tolima y en la misma capital de la República, Bogotá.

Un comunista hormonal, integral e inclaudicable que se marchó, a las dos de mañana, el 8 de abril de 2021, en un centro asistencial de Bogotá, al no soportar la arremetida violenta del Covid-19, gracias a las torpes políticas de la oligarquía colombiana, que no dudó en privilegiar el dinero, la ganancia económica, a la vida humana. “Compañero: Perdimos la batalla, sobre las dos de la mañana le dio paro respiratorio y se nos fue nuestro guerrero de lucha”, dijo Guerly Victoria Rojas Campos, su hija, dando la lamentable noticia.  

La noticia cayó como un baldado de agua fría en un amplio sector de comunistas tolimenses y en los que tuvimos la oportunidad de luchar codo a codo contra este régimen mafioso y criminal, dentro y fuera del país. Su tierra natal, Chaparral (Tolima), es fiel testigua de su heroica lucha que emprendió mucho antes de vincularse al Partido Comunista. Es decir, su lucha no fue de un día, fue de toda su humilde y heroica existencia.

Reacciones al conocerse la noticia

Diversas personalidades del orden regional, nacional e internacional, se pronunciaron al conocer la noticia de su deceso. Expresiones sentidas y de reconocimiento a un comunista hormonal, un gigante del comunismo que enseñó más con la praxis que con la teoría.

El ex embajador cubano, periodista, politólogo y analista internacional, Tony López, escribió: “Querido compañero, recibí la nota de la muerte de nuestro querido camarada, Raúl Rojas, por medio de ustedes, les pido el favor de hacer llegar a sus familiares y a los camaradas de la dirección del Partido, mis condolencias”.

El camarada Jaime Cedano Roldán, escribió: “¡Hasta siempre camarada! Ha muerto Raúl Rojas, histórico dirigente comunista del departamento del Tolima, oriundo de Chaparral, es símbolo del campesino violentado. Sobrevivió a atentados, carcelazos, persecuciones, amenazas y a la violencia paramilitar y oficial contra su familia, sin desfallecer nunca en la lucha, ni perder las esperanzas en la construcción de un nuevo país. Fue concejal, diputado y secretario del PCC en el Tolima. Nos quedamos con su ejemplo y con su sonrisa”.  

“El Comité Central del Partido Comunista Colombiano expresa su sentida condolencia por el fallecimiento del Camarada Raúl Rojas en la ciudad de Bogotá. Raúl fue un camarada excepcional en la lucha del pueblo tolimense, en la solidaridad, la fidelidad con su compromiso y el ejemplo de firmeza en los momentos más difíciles. Fue un dirigente imprescindible, un cuadro político de todas las horas, el más reconocido de los líderes populares comunistas del Tolima y la expresión más alta de la firmeza y la lealtad a la causa del Socialismo. A sus hijas, a sus familiares y a los y las comunistas un sentido mensaje de pesar y de persistencia en su ejemplo”. Abril 8 de 2021.

El dirigente liberal, Jorge Ancizar Cabrera Reyes, escribió: “Fue el hombre que se dedicó a la búsqueda de las mejores soluciones a favor del pueblo y que dedicó toda su lucha para demostrar que el pueblo supera todos sus obstáculos solo cuando conquista su libertad económica, social y política. Un líder del Tolima, comprometido con las luchas sociales, defensor de los Derechos Humanos y trabajador incansable por la paz, la democracia participativa y el desarrollo sostenible. Deja un legado de lucha revolucionaria que realizó como dirigente político en el Tolima buscando las reivindicaciones de la clase obrera y de los trabajadores de los distintos estamentos públicos y de la sociedad civil. Los luchadores demócratas en procurar la paz y una sociedad más justa e incluyente y defendiendo su pensamiento político e ideológico en favor del pueblo, nunca mueren”.

El destacado periodista, Humberto Leyton, en extenso y emotivo artículo escribió: “Raúl Rojas vivió para ser un revolucionario en el sentido exacto de la palabra. Sin esguinces ni falsa palabrería de izquierdosos de café, su praxis consecuente y comprometida con sus ideales y la lucha de su pueblo era su credo. También se destacó como incansable trabajador por la paz, desde que comenzó el proceso con el M-19, que concluyó con la Constitución del 91. El Tolima, una respuesta pacífica, fue la propuesta que presentaron diversos sectores en esa época, entre los que se encontraban liberales, sectores conservadores, alternativos y del Partido Comunista, donde Raúl Rojas, era uno de los protagonistas principales recuerda Marco Emilio Hincapié, junto con Flavio Rodríguez Arce, impulsaron el proceso de paz con esta organización guerrillera. Desde entonces y hasta el proceso de paz de la Habana con las Farc, Rojas estuvo presente como un soldado sembrando en el cañón del fusil una flor para silenciar las balas. Nunca le conocimos vida ostentosa ni siquiera acomodada. Fue digna pero pobre”.

Jairo Rivera Morales, ex senador liberal, declaró públicamente: “Se nos ha ido “un hombre de verdad”, lo escribo así porque los perfiles de coraje, consecuencia y entereza del amigo que nos deja se confunden con los del protagonista de la novela de Boris Polevoi”.

Obra revolucionaria del camarada Raúl

El camarada Raúl o Raulito, como se le decía cariñosamente, ante todo fue un campesino autodidacta que se forjó a la intemperie en las ardientes y empinadas tierras de su pueblo natal, Chaparral. Sin formación académica, tuvo la agudeza para develar el verdadero enemigo de clase del pueblo (proletariado) y la forma de alcanzar una nueva sociedad sin explotados y explotadores.

En un segundo momento, es de destacar la constancia, el coraje, la firmeza, para no claudicar ante la infamia del régimen capitalista con toda su crueldad. Jamás vaciló, ni le hizo una sola concesión al enemigo de clase. El 10 de abril de 1966, fue atacado en su casa por unidades militares del batallón Caicedo con sede en Chaparral, perdiendo un ojo y prácticamente una pierna. Fue sometido a dos consejos verbales de guerra por el rabioso militarismo, puesto preso, no solamente él, sino su esposa, la camarada María Oliva Campos Torres, el asesinato de dos hijos también revolucionarios y la desaparición de uno más cuando frisaba los 16 años en Chaparral. El continuo asedio contra su humanidad, unas veces por el militarismo y en otras por el paramilitarismo.

Un tercer aspecto político digo de relievar: La capacidad política para resolver las contradicciones y trabajar por la unidad. La lealtad a los principios del comunismo siempre los mantuvo en alto, sin ofender al contrario o herir susceptibilidades, siempre estuvo presto al diálogo, a buscar fórmulas de entendimiento sobre lo principal, dejando las diferencias para más adelante resolver. En cierta medida, supo interpretar el pensamiento del Padre Camilo Torres Restrepo.

Un cuarto elemento a destacar: No fue ni sectario, ni dogmático, tampoco blandengue para ceder ante la amenaza, la calumnia o la persecución. Enseñó, básicamente, con el ejemplo. El camarada no tuvo un minuto de descanso, donde estuviera izaba con honor la bandera comunista. Una persona sosegada, tranquila, amena para el diálogo, el argumento y la discusión revolucionaria con democracia.

Un quinto elemento: Sin ser estudioso del mundo mágico del periodismo y la comunicación social, desde muy joven comprendió con claridad la importancia de la prensa y la publicidad. Por eso fue un incansable difusor de la prensa revolucionaria, primero en su pueblo natal y el sur del Tolima y después en Ibagué. Era capaz de recorrer kilómetros por llevar un solo ejemplar del semanario VOZ, afirmando que era la “disculpa” para discutir con la gente sobre los más diversos temas del momento. En su ocaso, era frecuente encontrarlo bajo el mango, frente a la gobernación, publicitando el semanario y la página www.pacocol.org. Incluso, cuando ya no podía leerlo, se sentaba allí, y le pedía a un amigo que le leyera artículos del semanario más importante de la izquierda colombiana.

Así, pues, la enseñanza del camarada Raúl Rojas González, realmente fue oceánica, fundamental e importante que tiene vigencia ahora más que nunca. Por eso y mucho más, lo recordamos en su cuarto aniversario de su partida con eterna gratitud y con el compromiso de seguir firmes en la lucha ideológica y política. Camarada: ¡Hasta la victoria siempre!

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