martes, 22 de abril de 2025

El valor del idioma de Gabo

Cueva Macondiana: el club de lectura que le hace honor a Gabo en Aracataca. Foto: Misenal

Por Nelson Lombana Silva

23 de abril: Día del Idioma, lo ha determinado la Organización de las Naciones Unidas (ONU), desde el 19 de febrero de 2010, teniendo como referencia el deceso del escritor español, Miguel de Cervantes Saavedra, autor de muchas obras importantes de literatura, entre ellas, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, considerada obra cumbre de la literatura mundial, especialmente hispanoparlante.

Coincidenciamente, en esa misma fecha, muere el dramaturgo William Shakespeare, considerado también gran exponente de la literatura inglesa. Por eso, en este país también se celebra el día del idioma el 23 de abril. También se destaca, pero con más modestia, el día del bibliotecario (a), la persona que tiene la gran utopía de fomentar la vocación de la lectura en chicos y grandes. En Colombia se celebra esta efeméride desde el 23 de abril de 1938, gracias al decreto 707.

Quien lo creyera, pero el idioma español o castellano en el siglo XXI es golpeado por el neoliberalismo que con su brutal expansionismo viene “infestando” el idioma de extranjerismos. A golpe de mula, como la canción, Estados Unidos se empecina en posicionar el inglés como la lengua o idioma universal. Es frecuente oír decir a estudiantes universitarios que no dominar el inglés es la peor traba para salir adelante. “Sin inglés no somos nada”, suelen decir.

No sobra decir que este idioma se impuso en América a la fuerza, se utilizó para esclavizar, colonizar, dominar y desplazar las lenguas nativas que había a la llegada de los invasores ibéricos.

Con este idioma se puede escribir neocolonialismo, esclavitud, violencia, pero, también libertad, justicia social, unidad y resistencia. Es uno de los idiomas más universales y difícil de hablar y escribir por su riqueza en sinónimos, antónimos, giros literarios y los signos de puntuación, entre otros aspectos. Gabriela Parra sostiene que la gramática y la ortografía son los pilares de la escritura.

¿Es fundamental el idioma? Por supuesto. En primer lugar, la condición antropológica y sociológica del ser humano determinan que éste existe, solamente en función social, solo como tal no existe. Esa sola condición indica que el hombre social, necesita relacionarse, agruparse, vivir en comunidad y el idioma es el instrumento para comunicarse y así poder entenderse, vivir y convivir.

En esas condiciones, podríamos establecer que la importancia del idioma gira alrededor de tres puntos centrales: En primer lugar, la Comunicación; en segundo lugar, la identidad cultural y tercer aspecto, el desarrollo de la sociedad en su conjunto.

Gabo, nuestro nobel

Así, como la invasora España tiene su genio literario, Miguel de Cervantes Saavedra, los colombianos tenemos el gran genio de las letras y de nuestra identidad, el laureado escritor, nacido en Aracataca (Magdalena), Gabriel García Márquez. Su movimiento literario: El Surrealismo Mágico, se extiende por este continente Latinoamericano iluminando mentes y humanizando corazones con fuerza y exquisitez.

¿Cuál debería ser la forma correcta de celebrar la fecha? Leyendo y escribiendo, siempre con la gran utopía de mejorar la escritura y la pronunciación en el tiempo y en el espacio, cada vez con más bríos y entereza.

Hay héroes e incluso, mártires en esta tarea. Es menester destacar la labor de los docentes de español y literatura y a la par, la labor de los bibliotecarios y las bibliotecarias. Estos son verdaderos quijotes que van de vereda en vereda, de barrio en barrio, de actividad en actividad, fomentando el amor por la lectura. Hay bibliotecarios y bibliotecarias que han arriesgado su propia vida y la siguen arriesgando por cumplir esta sagrada y noble misión.

Quizás, ser bibliotecario sea la labor más silenciosa y noble que hay en Colombia, pero que tiene un contenido oceánico, seguramente todavía no se ha cualificado y cuantificado debidamente. Un pueblo leído es instruido, es dueño de su propio destino, es constructor de paz y de progreso comunitario. Es más: Es feliz, sabe de dónde viene, qué hace y para dónde va. No es borrego de nadie.

Más que discursos, invito a todos y a todas a leer un texto en honor al día del idioma, a visitar las bibliotecas públicas, a enseñar literatura con el ejemplo, que no se escuche la cantaleta que hay que leer, sino que el niño, la niña vea al adulto leyendo, sonriendo comentando el contenido. Como diría el apóstol José Martí: Las palabras conmueven, pero los ejemplos arrastran. 


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