miércoles, 12 de marzo de 2025

Que el puedo decida sobre las Reformas

 


Por Nelson Lombana Silva

Ante la incapacidad del Congreso de la República de estudiar y aprobar Reformas urgentes que necesita el pueblo colombiano, por simple mezquindad y simple interés de defender los intereses mafiosos de la pútrida oligarquía, el presidente del Cambio, Gustavo Petro Urrego, decide acudir constitucionalmente al Constituyente Primario a que asuma su responsabilidad y decida libre y democráticamente, sobre dos reformas fundamentales: La laboral y la salud.

Quizás, nunca habíamos tenido un presidente tan respetuoso de la Constitución Nacional y del amor puro hacia el pueblo. Cuántos esfuerzos hizo para concretar un acuerdo nacional que permitiera que dichas reformas hicieran tránsito en el Parlamento. Pudo más el interés de clase de la burguesía, negando la mínima concesión que permitiera algún alivio al sufrido pueblo. Es una burguesía mafiosa, cerrada, fanática, egoísta, cicatera y avara, que quiere todo para ella, nada para el pueblo.

En el caso de la Reforma Laboral, nada de otro mundo proponía el Gobierno Nacional, simplemente recuperar algunos derechos eliminados por el señor de las sombras y su patota, durante su narco gobierno. En el campo de la salud, simplemente que ésta deje de ser un negocio y vuelva a ser un derecho. Nada de otro mundo.

Vergonzoso que senadores y representantes a la cámara, no hayan hecho el debate como es su obligación porque el pueblo les paga jugosos salarios, ganan casi 60 millones de pesos cada uno mensualmente, más cualquier cantidad de primas. Si fueran medianamente honestos, estarían devolviendo al erario público esos astronómicos salarios, porque no han cumplido con el sagrado deber de trabajar con diligencia. Pero, no, son ratas de cuello blanco, sin ética y sin moral, la inmensa mayoría.

El presidente bien se podría disculpar ante el país nacional, diciendo que presentó la iniciativa, pero que la unidad legislativa ni siquiera la debatió. Pero, Gustavo Petro ama al pueblo. Hace rato se viene jugando su propio pellejo por el pueblo, tiene un movimiento que recoge ese pensamiento y se llama: Pacto Histórico. Además, tiene carácter y no está dispuesto a rendirse. Por eso, se juega una carta más al acudir al pueblo, al populacho, para que él en su sabiduría decida.

La consulta Popular



La consulta popular es una herramienta de participación ciudadana consagrada en la Constitución Nacional de 1991, en el artículo 103 de la Carta Magna vigente y reglamentada por las leyes: 134 de 1994 y 1757 de 2015. Mediante esta figura el pueblo se puede pronunciar y ante una pregunta en concreto decir Sí o No.

Es una salida audaz del Señor Presidente, que hay que analizar y apoyar decididamente, sin vacilación de ninguna naturaleza, crear comités barriales y veredales para impulsar la iniciativa, son tareas fundamentales e ineludibles de todos y todas.

No es fácil, porque hay que llenar una serie de requisitos, leguleyas de la burguesía para que nada cambie en Colombia y el rico siga siendo rico y el pobre, pobre. Por ejemplo, es iniciativa del presidente, pero con la aprobación del senado; se debe presentar ante la Registraduría Nacional del Estado Civil, para la programación de la jornada con todas sus arandelas; convocar al pueblo a votar en una fecha definida; para que el resultado sea vinculante debe votar al menos el 33 por ciento del censo electoral correspondiente y vigente.

Es toda una tramitología con barreras muy complicadas como el analfabetismo político, la incomunicación mediática, el terrorismo de Estado, las religiones y sectas como el Mira, por ejemplo, los recursos económicos para llegar hasta el rincón más recóndito de la patria. Casi que es una pelea entre el gigante Goliat y el pequeño David.

Pero, no hay otro camino. Se trata de asumir el reto con entereza, dignidad y conciencia de clase. Cada ciudadano y ciudadana debe convertirse en agitador, organizador y político, para formar políticamente a la masa y que esta logre entender su responsabilidad y salga masivamente a defender las Reformas que el congreso ha hundido sin un solo argumento. Menos cháchara y más acción, es la fórmula mágica para sacar adelante esta Consulta Popular.

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